Resumen Abrir, impensar y redimensionar las ciencias sociales en América Latina y el Caribe de Francisco López Segrera

Resumen "Abrir, ‘impensar’ y redimensionar las ciencias sociales en América Latina y el Caribe" de Francisco López Segrera

Alumno: Lis Vicente Trancoso

El objetivo de este trabajo es exponer las ideas principales presentadas en el artículo "Abrir, ‘impensar’ y redimensionar las ciencias sociales en América Latina y el Caribe" del historiador y Doctor en Estudios Latinoamericanos e Hispánicos Francisco López Segrera. Producido en el clímax del período neoliberal del siglo XX y lanzado en el primer año del siglo XXI, este artículo es parte del libro publicado por CLACSO "La colonialidad del conocimiento: eurocentrismo y ciencias sociales".

Nacido en Cuba en 1940, Francisco López Segrera es miembro del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), del vicerrectorado y profesor. También fue funcionario de la UNESCO y actualmente es consultor académico de la Red GUNI, profesor adjunto de Educación Superior Internacional Comparada en la Cátedra UNESCO de Gestión Universitaria de la UPC, y miembro del grupo de trabajo sobre Universidad y Sociedad del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

A lo largo del artículo de Segrera, es posible entender el pensamiento de que el caso de América Latina y el Caribe representa una de las expresiones más importantes por desarrollar un nuevo paradigma epistemológico que aborda los problemas de la realidad social prescindiendo de los esquemas occidentales de conocimiento. Lo que debemos rescatar, al entender de Francisco López Segrera, son los axiomas, es decir, el legado de las ciencias sociales a nivel planetario, herencia que descansa en el aporte de Marx, Durkheim y Weber.

Segrega defiende el pensamiento de que el legado y el futuro de las ciencias sociales puede expresarse en tres axiomas, este ser llamado legado, y seis desafíos que señala como el futuro. También afirma que dicho debate permitirá valorar aspectos esenciales para la construcción de las ciencias sociales latinoamericanas y caribeñas, así como comprender los desafíos específicos que estas disciplinas enfrentan en esa región. La reflexión sobre este legado histórico es clave para crear nuevos paradigmas que permitan construir un futuro diferente.

Para una mejor comprensión, el autor sostiene que es necesario tener una visión "global" del tema para luego profundizar en la región latina, como lo hizo Ilya Prigogine en las ciencias duras con la herencia de la física newtoniana y la teoría de la relatividad.

El historiador explica que el término "irreflexivo", que se destaca en el título del artículo estudiado, significaría el acto de "conciliar lo estático y lo dinámico, lo síncrono y lo diacrónico, analizando los sistemas históricos como sistemas complejos con autonomía y límites temporales y espaciales". Es decir, no estaríamos mirando con un microscopio al estado-nación, sino al sistema mundial, porque estos dos aspectos serían inseparables.

Como base científica de este pensamiento, el autor cree que es necesario rescatar textos metodológicos, como el de C. Wright

Mills. Presenta la idea de deconstruir las barreras disciplinarias entre lo ideológico y lo nomotético; proponiendo el método transdisciplinario en el que los historiadores y antropólogos trabajarían aliados a los economistas, politólogos y sociólogos en torno a un tema de investigación.

También menciona que las obras de Braudel, Wallerstein, Morin, Dos Santos, González Casanova, Aníbal Quijano y Enrique Leff forman parte del esfuerzo de las ciencias sociales por promover este pensamiento científico de integración y su relevancia en la sociedad.

Como ya se ha mencionado, Segrega sostiene que el legado de las ciencias sociales se divide en tres axiomas:

"Axioma 1 - Hay grupos sociales que tienen estructuras explicables y racionales (Durkheim).

Axioma 2 - Todos los grupos sociales contienen subgrupos distribuidos jerárquicamente y en conflicto con los otros (Marx).

Axioma 3. Los grupos y/o Estados mantienen su hegemonía y contienen conflictos potenciales, porque subgrupos de una jerarquía inferior conceden legitimidad a la autoridad que ejerce los situados en la parte más alto en la jerarquía, ya que esto permite la supervivencia inmediata y a largo plazo (Weber)".

Explica que no fue el único en tener este pensamiento sobre los axiomas, sino también Wallerstein, Malthus, Tönnies, Sorokin, Wright Mills, Habermas, Dos Santos, Gorostiaga, González Casanova y Quijano, entre otros. Sin embargo, cree que la idea presentada por Wallerstein sintetiza la mejor propuesta de los tres axiomas, arriba mencionado.

Después de esta explicación, el autor clasifica que es posible debatir los seis desafíos del futuro de las ciencias sociales, mencionados al principio de este trabajo. Citándolos como:

"1. ¿Es cierto que existe una racionalidad formal? (Freud).

2. Existe un importante desafío civilizador para la visión moderna/occidental del mundo que deberíamos considerar seriamente (Anouar Abdel-Malek).

3. ¿La realidad de los múltiples tiempos sociales requiere que reestructuremos nuestras teorías y metodologías? (Braudel).

4. ¿En qué sentido los estudios sobre la complejidad y el fin de las certezas nos obligan a reinventar el método científico? (Prigogine).

5. ¿Podemos demostrar que el feminismo, que el concepto de género, es una variable de presencia ubicua, incluso en áreas aparentemente remotas como la conceptualización matemática? (Evelyn Fox Keller, Donna J. Haraway y Vandana Shiva).

6. ¿Sería la modernidad una decepción que decepcionó a los científicos sociales antes que a nadie? (Bruno Latour)".

Después de identificar y explicar los axiomas y desafíos, Francisco López Segrega utiliza el pensamiento expresado por el teórico Immanuel Wallerstein desde algunas perspectivas en el siglo XXI para las ciencias sociales:

"a) la reunificación epistemológica de las llamadas dos culturas, es decir. (b) la reunificación organizativa de las ciencias sociales; y (c) la asunción por parte de las ciencias sociales de un papel central (que no implica hegemonismos) en el mundo del conocimiento”.

Segrega sostiene que el trabajo de Wallerstein tiene el propósito de reflexionar sobre las ciencias sociales llevando el pensamiento crítico al eurocentrismo y superando sus paradigmas.

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