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Revolucion De Mayo

coquito7925 de Noviembre de 2014

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Revolución de Mayo

Se conoce como Revolución de Mayo a la serie de eventos de rebelión que sucedieron en mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, por aquel entonces capital del Virreinato del Río de la Plata, una Provincia de Ultramar del Gobierno de España en América.

EL VIRREINATO ANTES DE LA REVOLUCION

La creación del Virreinato:

El rey español Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata el 1 de agosto de 1776 para defender a sus colonias del contrabando y las incursiones extranjeras como así también para asegurar un control más eficaz de sus dominios americanos.Hasta entonces, Buenos Aires y el interior dependían del Virreinato del Perú, que tenía su capital en Lima. La enorme distancia que separaba al Río de la Plata de la cabecera virreinal había despertado la codicia de ingleses y portugueses, quienes lucraban con el contrabando hacia Buenos Aires y la zona del Litoral, perjudicando a las arcas reales.

El virreinato del Río de la Plata se hizo definitivo en 1778, y cuatro años más tarde se creó el régimen de Intendencias, que tornó aún más efectiva la supervisión estatal, a la vez que hizo disminuir la importancia de los cabildos.

El Río de la Plata quedó dividido en ocho intendencias (tres en el actual territorio argentino) y una serie de gobernaciones militares. Asimismo, se crearon nuevos cuerpos administrativos como la Audiencia de Buenos Aires (para la justicia) y el Consulado (para el comercio).El actual territorio argentino quedó dividido en tres intendencias y una provincia subordinada, Misiones. Las intendencias fueron la de Buenos Aires, que comprendía la provincia de Buenos Aires, el litoral y toda la Patagonia; la de Córdoba del Tucumán, con jurisdicción sobre las actuales provincias de Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan y La Rioja, y la Intendencia de Salta del Tucumán que abarcaba a Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, Salta y Jujuy. Al frente de cada Intendencia había un Gobernador Intendente. En el caso de Buenos Aires, se hizo cargo el propio virrey.

Las otras intendencias virreinales fueron las de Paraguay, La Paz, Cochabamba, Charcas y Potosí; a las que se sumaron las provincias subordinadas de Moxos y Chiquitos (en la actual Bolivia) y Montevideo (Uruguay, por entonces conocido como la Banda Oriental).

Los Gobernadores Intendentes eran nombrados directamente por el rey y duraban cinco años en su cargo,podían actuar como jueces en causas civiles y criminales, percibían los impuestos y contabilizaban los ingresos públicos, se encargaban de la seguridad pública y de la limpieza de las ciudades, y además albergaban y mantenían a las tropas militares. El mando y la decisión de la guerra, no obstante, seguía siendo privativo de los virreyes. El Cabildo, que hasta entonces funcionaba como la autoridad más importante de las ciudades, perdió poder.

Desde su fundación en 1580, Buenos Aires había vivido a la sombra del Virreinato del Perú, todo lo que se hacía en la ciudad rioplatense debía ser aprobado antes por Lima, su capital. Pero desde que pasó a ser cabeza de un nuevo Virreinato ya no hizo falta viajar miles de kilómetros en carretas y a lomo de mula para recurrir a la Justicia o tratar de obtener algún permiso comercial.

Depender del Perú era muy caro, las mercaderías salían de España en barco e iban a parar a Panamá. Se descargaban y se transportaban hasta la otra orilla, sobre el Océano Atlántico, donde se embarcaban otra vez con destino a Lima, desde allí se enviaban en mula a Buenos Aires; después de meses, por fin, llegaban al Río de la Plata costando diez o veinte veces más...

Los habitantes de Buenos Aires no se resignaban a ser cola de león y habían recurrido al contrabando como forma de subsistencia. Barcos ingleses, franceses, holandeses y portugueses atracaban en sus orillas trayendo mercaderías a menos de la mitad de precio de las que llegaban de Lima.

Cuando el contrabando alcanzó en Buenos Aires grandes proporciones, los comerciantes de Lima se quejaron al virrey y este trasladó las quejas a la Corona. El rey no sólo empezó a preocuparse por esas demandas sino también por los frecuentes choques militares que ocurrían en el Río de la Plata con los portugueses, quienes estaban instalados en Brasil y pretendían apoderarse de la ciudad de Colonia del Sacramento (en el actual Uruguay) y competir con Buenos Aires.

Economía y Sociedad:La creación del virreinato modificó radicalmente la vida de Buenos Aires y, en menor medida, la de las provincias del interior. La flamante capital aumentó su población en forma progresiva, creció el número de sus viviendas (antes con techos de paja, ahora de tejas) y la intensa actividad mercantil elevó el nivel de ingresos de sus habitantes. Los sucesivos virreyes, por su parte, fueron introduciendo mejoras públicas como el alumbrado público y el empedrado de algunas calles.

Desde el punto de vista cultural, se crearon el Real Colegio de San Carlos, el Protomedicato (institución donde se formaban los médicos), el Teatro de la Ranchería y se instaló la imprenta que tenían los jesuitas en Córdoba. Esto permitió la edición de libros y periódicos que aumentaron el nivel educativo de los habitantes.

En la sociedad apareció un nuevo sector, el de la burocracia, cuyo número de funcionarios aumentó a raíz de la creación de las nuevas instituciones administrativas. Los funcionarios y los comerciantes que se dedicaban a la importación y exportación_, ocupaban el primer rango dentro de la escala social. En su mayor parte eran españoles, pero en los últimos tiempos del virreinato también había criollos (nacidos en América). El abanico social se completaba con los esclavos negros, que habían sido traídos de África y se dedicaban, en general, a tareas domésticas; los gauchos (producto del mestizaje entre españoles e indios) que habitaban la campaña, y una reducida proporción de indios.

La Iglesia, pese a la expulsión de los jesuitas y al sistema de patronato (estaba sometida al control virreinal) siguió siendo muy importante y, prácticamente, regía la vida civil.

La economía virreinal no había alcanzado un desarrollo significativo. En Buenos Aires, las dos industrias más prósperas derivaban del abundante ganado vacuno que pastaba libre por las pampas: el cuero y la salazón de carnes, el cuero era exportado en grandes cantidades y la carne salada (llamada tasajo o charqui), servía de alimento a los esclavos e iba a parar casi en su totalidad al Brasil.

En el Interior se fabricaban diversos productos para consumo interno. En el centro y norte se tejían cobijas, frazadas y ropas de abrigo. En la región de Cuyo, sobre todo en Mendoza y San Juan, elaboraban vinos, aguardientes, pasas de uva y orejones (duraznos). En Tucumán, y también en Mendoza, se fabricaban carretas para el transporte, en tanto que en Corrientes se levantaron algunos pequeños astilleros de donde salían embarcaciones de poco calado. En la zona de Misiones ya se cultivaba la yerba mate, así como también el algodón.

La economía virreinal recibió un renovado aliento con la creación del Consulado, en 1794, del que fue su primer secretario el criollo Manuel Belgrano. La institución era un tribunal de comercio que debía resolver los pleitos mercantiles, proteger y fomentar el comercio y procurar el adelanto de la agricultura, sin embargo la imposición del sistema monopolista de la corona atentaba contra los intereses de los comerciantes, en especial de los criollos.

Un panorama convulsionado:

Muchos autores sostienen que el proceso revolucionario comienza cuatro años antes, en 1806 y 1807, momento en que Buenos Aires rompe los moldes burocráticos establecidos para reclutar milicias y pone en pocos meses de pie a "nueve mil hombres de pelea" para rechazar a los invasores ingleses, estas invasiones

Demostraron que España estaba seriamente debilitada y que no podía ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias.

Además si bien los habitantes del Virreinato vivían sin grandes conflictos, por detrás de las apariencias existía un gran descontento social tanto por lo político como por lo económico.

La transformación económica que produjo el Tratado de Libre Comercio modificó la vida social y costumbres de los habitantes. Con la apertura del puerto al libre comercio, los productos importados invadieron la ciudad. Había más comerciantes y mayor circulación de dinero, por lo tanto también mejoraron la calidad de las viviendas y las Iglesias; se desató una fiebre consumista y la ciudad se llenó de artesanos: sastres, talabarteros, ebanistas, zapateros, sombrereros y también se empezaron a nombrar funcionarios a diestra y siniestra.

En este contexto, cuando los ingleses abrieron la importación y exportación y abolieron el monopolio, la ciudad se "inundó" de mercaderías de mayor calidad y más baratas. Cuando fueron expulsados, los españoles restablecieron el monopolio, pero esta medida fue muy resistida por los habitantes locales, que sumaron así un nuevo descontento. Algunos notables que criticaron al monopolio fueron Manuel Belgrano desde el Consulado y Mariano Moreno en sus trabajos "Representación de los Hacendados" y "Representación de los Labradores".En síntesis, las "razones del bolsillo" también avivaron los deseos de libertad. Hubo grupos que obtuvieron mucho poder y otros, tradicionalmente poderosos, que lo fueron perdiendo, como así hubo gente que se enriqueció de pronto y gente que fue perdiendo su fortuna. Surgieron nuevas profesiones, nuevos oficios y nuevos puestos públicos, ahora, quienes nacían en familias modestas podían

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