Adaptar nuestro lenguaje al niño
holandaaaaSíntesis3 de Junio de 2014
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1. Adaptar nuestro lenguaje al niño:
Hablar despacio sin modificar nuestra entonación, marcando los sonidos, sobre todo los sonidos que aún no se producen o pronuncian mal.
Marcar todas las palabras dentro de la frase, sobre todo las palabras de función ya que la atención al lenguaje no es muy madura. ” la niña monta EN EL coche”
Tener en cuenta los objetivos que actualmente trabajamos y recalcar este tipo de producción al dirigirnos al niño. Esta será su línea base y ajustaremos los enunciados a los objetivos. Es importante ofrecer estructuras gramaticales ordenadas y bajas en complejidad puesto que inicialmente es más sencillo que aprendan estos modelos.
Hablar acerca de sus intereses y sobre lo que compartimos en el momento presente.
2. Favorecer los intercambios comunicativos:
Establecer periodos de interacción solos o a través de una actividad rutinaria o un juego.
Escuchar lo que nos quiera decir, mostrándonos pacientes y receptivos (evitar mostrar preocupación). Hay que darles tiempo para que expresen con tranquilidad y establecer contacto ocular poniéndonos a su altura.
Es importante no responder por él y dejar que se exprese con libertad.
Técnicas de estimulación
Son técnicas que empleamos para hacer correcciones indirectas ya que las correcciones directas son aversivas. Recordar que lo importante es que el niño atienda a nuestros modelos y que los repita, pero no hay que pedir que lo haga.
• La expansión: el niño verbaliza y el adulto repite (asintiendo) el enunciado del niño, ampliándolo.
• Niño: “Coche roto”
• Adulto: “si el coche se ha roto”
• Petición de aclaración: a través de una pregunta o comentario mostramos al niño que no le hemos entendido. ” no he entendido bien” qué?…o retomando sus palabras en forma de pregunta.
• Niño: “oto aso”
• Adulto: ¿”aso”?
• Niño: “vaso”
Es importante usar esta técnica solo si sabemos que el niño puede esforzarse, repetirlo y corregir.
• Corrección indirecta: el adulto devuelve al niño su emisión corregida
• Niño: “oto aso”
• Adulto: “claro, se ha roto el vaso”
• Preguntas indirecta: se trata de preguntar para que el niño al responder dé la respuesta correcta corrigiendo.
• Niño: “aso oto”
• Adulto: “vaso oto o roto?”
• Niño: “roto”
• Pregunta directa: ¿qué es esto? Qué hace? Al realizar las preguntas directas es aconsejable no mostrarnos directivos sino interesados en que él nos diga algo que nosotros desconocemos.
• Imitación: jugando a las marionetas o viendo un cuento. Le animamos a que nos ayude.
• Adulto ” lobo ¡no me comas!” “ayúdame” “dile al lobo”
• Niño “no me comas”
• Adulto “lobo eres malo!”
• Niño “eres malo!”
• El adulto habla en voz alta sobre lo que está haciendo y ofrece al niño un modelo de lenguaje sencillo, sin pedir respuesta, únicamente capta su atención y le ofrece el modelo.
“la mesa se ha roto” “yo me voy a dormir” “estoy pintando una casa grande”
• Habla paralela: cuándo el niño esté realizando una acción, el adulto habla sobre lo que este hace, acompaña las acciones del niño con verbalizaciones claras y sencillas
El niño está jugando con un muñeco y se ha caído: “¡este niño se ha caído y no puede levantarse!”
• Papá o mamá se equivocan: hacemos algo mal, decimos una tontería o no encontramos algo. Es llamativo para los niños y de forma espontánea verbalizan
Juegos
Disfrutamos del juego, sin pedir al niño explícitamente que nos hable, compartimos estos momentos y aplicamos las técnicas de estimulación aprendidas.
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