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Antecedentes a la Guerra Civil de 1924.


Enviado por   •  29 de Octubre de 2013  •  Informes  •  2.187 Palabras (9 Páginas)  •  263 Visitas

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Antecedentes a la Guerra Civil de 1924.

El concepto de guerra civil, lo podemos entender como: un conflicto armado protagonizado no por ejércitos convencionales, sino por civiles organizados para luchar por ideales o determinados intereses sociales.

Para entender el fenómeno latinoamericano de las guerras civiles o revoluciones armadas (el término revolución es un concepto utilizado en la época), es imprescindible el intento entender la figura del caudillo y su entorno social.

Los caudillos fueron personajes que se consolidaron después de la independencia, ya que las diferentes posturas de cómo estructurar las nacientes naciones, dieron como resultado, ya no sólo la patria del criollo sino que daba cabida coyunturalmente a personalidades mestizas. Las guerras civiles que desde el alba a las naciones latinoamericanas han ensangrentado nuestra historia; pero es el momento en que surgen aquellos avistados a las falanges liberales, así como a las tradicionalistas. En este contexto los caudillos en las primeras décadas del período republicano tomaron los diferentes caminos en las continuas confrontaciones sectarias, evolucionaron pasando a formar parte de los regímenes positivistas-progresistas de las reformas liberales.

En Honduras nos encontramos el fenómeno del caudillo como máximo líder de la política nacional, al igual que en todo el subcontinente latinoamericano, fue herencia de la insuficiencia en las políticas coloniales, que frente a la complejidad administrativa y la dispersión socio-territorial provocaría el avance del líder y el debilitamiento de la incipiente instauración jurídica del recién establecido estado post-colonial.

Por lo que durante el siglo XIX se realizaron infinidad de contiendas armadas que llevaron a decisiones parecidas que imposibilitaron el desarrollo socioeconómico de la República, por lo que para el historiador Mario Argueta una explicación de la alta inestabilidad política hondureña: "manifestada en alzamientos, golpe de estado, matanzas fratricidas, quedaría incompleta si no se toma en cuenta dos variables: la intervención de las naciones vecinas nuestra política interna a lo largo del siglo XIX y buena parte del siglo XX así como el papel jugado por empresarios extranjeros anhelando obtener concesiones mineras y bananeras, para sí o para las empresas de las cuales eran propietarios o accionistas”.

El siglo XIX terminaría con una aparente calma de la mano de los tres hombres fuertes de Honduras: Policarpo Bonilla, Terencio Sierra y Manuel Bonilla, situación que tendría como desenlace fatal rompimiento de relaciones, que les daría como resultado la cruenta guerra civil de 1903, en la que triunfó Manuel Bonilla. En 1904 Manuel Bonilla con su intransigencia de cacique y un golpe de estado del palacio al disolver el Congreso y apresar a Policarpo unido y sus diputados. Pero años después 1907, Manuel fue derrocado y exiliado, donde regresaría triunfante en 1911 bajo la ayuda de aventureros estadounidenses y de la Cuyamel Fruit Co.

Manuel Bonilla aglutinó una fuerte plataforma política, que al momento de su muerte a principios de 1913 se consolidaron en el poder por casi siete años, al mando de Francisco Bertrand. El presidente Bertrand no logró unificar el movimiento "Manuelista" y rompió relaciones con sus correligionario Alberto Membreño, al momento de postular a su pariente político Dr. Nazario Soriano. La confrontación una fracción de su propio partido y el avance de los liberales en el bloque con muchos policarpistas constituyeron el movimiento constitucionalista bajo la candidatura de Rafael López Gutiérrez, con llevaron al país a una sangrienta guerra civil en 1919, tierra que terminaría con el exilio de Bertrand y ascenso de López Gutiérrez. Después de la guerra civil el movimiento membreñista se alió a Tiburcio carías, personaje que era perfilado positivamente por la pluma de Paulino Valladares y que tras la muerte de Alberto Membreño en 1922 apareció el periódico "sufragio libre" que aclamaba su candidatura.

El gobierno de Rafael López Gutiérrez se mantuvo en el poder el tiempo estipulado por la constitución ante algunos conatos de insurrección. De esta forma, en 1923 las elecciones se realizaron ante algunas quejas de Tiburcio carías, sin embargo al final de las mismas, Tiburcio carías andino triunfó con 40,953 votos frente a 35,474 de policarpo Bonilla y 20,893 de Juan ángel Arias. El resultado no fue admitido por el Congreso ante un fracaso de las negociaciones entre las diferentes facciones. En este punto varios historiadores coinciden en el gran drama de negociaciones entre carías andino y las dos facciones liberales, no se pudo llegar a una solución debido a las intenciones de mantener fuerte cuota de poder en la administración gubernamental 1924-1928. Juan ángel Arias negoció con carías andino la colocación de sus respectivos representantes en cámara legislativa y en la Corte Suprema de Justicia; ante ello policarpo Bonilla comenzó a través de sus diputados a plantear que dicho pacto traería consigo la derrota del Partido Liberal. El 30 enero las facciones liberales no pudieron concertar la acusación con carías, quien salió a las 5:30 de la tarde de Tegucigalpa para dejar a los "aristas" y "policarpistas" desesperados por solucionar lo que para ese momento era irrevocable.

Desarrollo de la guerra civil de 1924.

El conflicto armado, se desarrolla entre febrero y abril de 1924. Durante estos meses, el campo de batalla frecuento las muchas luchas, y dejaría miles de muertos. Esta sería la guerra civil más brutal de la historia de Honduras. Para reconstruir lo difícil instantes de los frentes de batalla, existen varias fuentes, pero no en abundancia. Hay alguna fuente bibliográfica, algunos periódicos de la época y boletines, telegramas, y fotografías.

El diario de la guerra civil de 1924 ha sido uno de los principales soportes cronológicos de los decisivos días del fatídico conflicto intenso. El periodista español Mario Rivas de cantruy, fue el responsable de escribir el diario de la guerra en la revista renacimiento, siendo una de las más importantes fuentes documentales del enfrentamiento armado. Las crónicas de Rivas de Cantruy son un valioso documento, pero se debe entender que en momentos difíciles se puede caer en especulación y en informaciones tergiversadas. Pero su valor es importante para reconstruir paso a paso los sanguinarios días de febrero a abril de 1924.

En ese momento la situación se hizo caótica, varias facciones, unas al mando del general Vicente Tosta y otras con Vicente Ferrera se levantaron en armas en el occidente. Tiburcio Carías también tomo las armas en Lamaní,

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