Antenor Orrego
andreoa24 de Junio de 2015
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Aporte de Antenor Orrego al pensamiento educativo
RESUMEN
La obra del pensador Antenor Orrego Espinoza (1892-1960) encara diversos problemas sociales y busca alternativas de solución. Entre tales problemas y alternativas se encuentra la educación, enlazada con sus ideas filosóficas, sociológicas, políticas y estéticas. Conceptúo a la educación como herramienta para formar al hombre y al ciudadano cultos, así como la conciencia de nuestra realidad y de la imperiosa necesidad de transformarla. De su pensamiento fluye una educación centrada plenamente en el hombre, que revele las potencialidades del alumno, lo conduzca y ennoblezca en el proceso de perfeccionamiento humano hacia la plenitud de su ser; una educación imbuida de creatividad e impulsora del cambio social. Considera que no siendo estáticas ni la naturaleza ni la sociedad, tampoco lo será la educación, por ende, la escuela habrá de preparar el cerebro del estudiante para reaccionar creativamente ante la cambiante problemática de su entorno y del mundo; por consiguiente, la educación será como la vida misma, dinámica, siempre fluyente, una revelación permanente. Y debe abogar por la integración latinoamericana. Concibe una universidad integral, dinámica y flexible, abierta a todas las corrientes del pensamiento, creadora y difusora de cultura, rebosante de autenticidad, que debe responder a la realidad en la que se asienta.
El presente trabajo ensaya una reflexión del pensamiento de Orrego sobre educación, y se refiere a su definición y fines, contenidos y agentes educativos, estrategias del proceso de enseñanza-aprendizaje, educación universitaria, así como la integración latinoamericana educativa y cultural.
INTRODUCCIÓN
Desde una perspectiva intelectual original, Antenor Orrego Espinoza realiza su labor en el campo de las ideas filosóficas, sociológicas, políticas, estéticas y educacionales. Al reflexionar sobre el origen y destino de nuestros pueblos, formuló la teoría del pueblo-continente, trasfondo filosófico del integracionismo latinoamericano, cuya concreción requiere el aporte del campo educativo. Sostiene que América Latina ya no debe imitar servilmente a Europa, sino afirmar su identidad y su propia actitud original que no es una vuelta al pasado sepulcral, sino una revelación o alumbramiento hacia el futuro.
Orrego nació en 1892 en la hacienda Montán, distrito de Lajas, provincia de Chota, departamento de Cajamarca, Trujillo fue su ciudad adoptiva. En ella cursó sus estudios de educación secundaria y universitaria. Fue mentor e integrante del histórico Grupo Norte surgido en 1914, en el cual figuraron, entre otros, los poetas César Vallejo y Alcides Spelucín, el ideólogo Víctor Raúl Haya de la Torre, el pintor Macedonio de la Torre y el músico Carlos Valderrama. Todos los integrantes de aquel grupo hicieron del interaprendizaje, de las lecturas colectivas, de los debates informales y de las excursiones, medios de educación no solo complementarios sino hasta superiores al de sus clases oficiales. Allí están sus libros, artículos, opúsculos, pinturas, partituras, como prueba de sus realizaciones.
Publicó Notas marginales (1922), El monólogo eterno (1929) y Pueblo-Continente. Ensayos para una interpretación de la América Latina (1939). Fallecido en Lima el año de 1960, dejó inéditas la mayor parte de sus obras, las cuales fueron publicadas póstumamente, tales como: Discriminaciones (1965), Hacia un humanismo americano (1966), Mi encuentro con César Vallejo (1989). En 1995 aparecieron sus Obras completas en cinco tomos.
Orrego fue docente de educación secundaria y universitaria, rector de la Universidad Nacional de Trujillo donde dejó huella perdurable. Pero sobre todo fue un maestro sin aulas que, mediante el diálogo informal, atendía cordialmente a jóvenes estudiantes, trabajadores e intelectuales cuyo consejo requerían sobre diversidad de temas.
Los escasos estudios sobre este personaje son principalmente de naturaleza literaria, filosófica, periodística y política; la de educación es la menos tocada, sin embargo, todos coinciden en otorgarle la categoría de maestro. Precisamente, el presente trabajo busca reflexionar en torno a los aportes de Orrego en materia educativa, analiza y alcanza una interpretación de sus principales ideas, ubicándolas en el contexto histórico en el que fueron expuestas, y se las proyecta a nuestros días.
Siempre pensó en la juventud. Desde su cargo rectoral consiguió el envío de estudiantes becarios a perfeccionarse en el exterior, que al finalizar su formación se incorporarían a la docencia o al ejercicio de sus profesiones. Muchos años después de esa función oficial, en el ocaso de su vida, solo dos veces viajó al exterior, a Argentina y México. Y en ambas ocasiones sus actividades centrales fueron de carácter educativo y cultural.
JUSTIFICACIÓN
La amplia difusión de las teorías psicopedagógicas, tanto las designadas bajo el nombre común de constructivismo, en las cuales se suele incluir a Lev Vygotsky (1896-1934), Jean Piaget (1896-1980), David Ausubel (1918-2008) y Jerome Bruner (1915-?), cuanto las teorías inscritas en la escuela humana, tales los casos de Abraham Maslow (1908-1970) y Carl Rogers (1902-1987), todas ellas en auge, más en el plano teórico que en su aplicación a realidades educativas concretas, ha suscitado en muchos docentes de nuestro medio de todos los niveles educativos, pedagogos y otros profesionales dedicados al proceso de enseñanza-aprendizaje, diversas inquietudes traducidas en preguntas como la siguiente: ¿Qué aportes teóricos a la educación se han producido en el Perú?
Unido a ello se encuentra el hecho de que en algunos países latinoamericanos han surgido ideas o enfoques como la educación liberadora de Paulo Freire en Brasil, la pedagogía conceptual en Colombia de los hermanos De Zubiría Samper y los alcances de Carlos Alvarez de Zayas sobre los procesos conscientes de la función educativa en Cuba.
Voces de este tipo las hemos escuchado en las aulas al conducir cursos de segunda especialización, maestría, doctorado y otros destinados a la actualización docente.
Desde luego, en el Perú también contamos, en los últimos tiempos, con las inquietudes en relación con la pedagogía popular. Pero, antes de esto, ¿no hemos tenido intelectuales que han teorizado en materia educativa? La respuesta es afirmativa; sin embargo, no lograron elaborar una obra orgánica. El movimiento de la escuela nueva impactó en la mayoría de los principales educadores de la primera mitad del siglo XX, tanto entre quienes eran de formación pedagógica propiamente dicha cuanto los que cumplieron función docente procedentes de otras áreas en las cuales alcanzaron notoriedad. Unos fueron filósofos o ideólogos políticos, otros literatos o historiadores. La excepción la tenemos en José Antonio Encinas cuya formación profesional inicial fue del campo magisterial, aunque no sólo fue educador, sino también político. Todos escribieron sobre educación, pero pocos dejaron obras orgánicas. No surgió aquí un corpus de conocimientos debidamente estructurados dentro de una concepción educativa.
Uno de los pensadores que ha dejado importante obra educativa es el filósofo, escritor y maestro Antenor Orrego Espinoza (1892-1960), aunque no tan conocido como otros. Marginado, como muchos intelectuales de la Generación Vetada, él fue no sólo un teorizante de temas de educación, sino un practicante de la docencia. En su pensamiento y en su realización en materia educativa se encuentran anuncios precursores de ideas ahora vigentes.
Si bien el libro Grandes educadores peruanos, publicado por el Ministerio de Educación (2003), consigna algunos personajes destacados, omite a muchos de aportes descollantes. En dicha otra, entre otros, no figura Antenor Orrego, no obstante sus valiosas ideas a cuya dilucidación se orienta el presente trabajo.
OBJETIVOS
La ponencia busca analizar los aportes de Antenor Orrego en materia educativa y alcanzar una interpretación de sus principales ideas de este campo, ubicándolas en el contexto histórico en el cual fueron expuestas.
Asimismo, proyecta el pensamiento educativo del mencionado autor a nuestros días, relacionándolo con las teorías más difundidas.
APROXIMACIÓN CONCEPTUAL
Los estudios sobre Antenor Orrego son escasos, y lo son principalmente de naturaleza filosófica, literaria, periodística y política. Su faceta del área educativa es la menos conocida, no obstante la coincidencia de varios autores al otorgarle la categoría de maestro, ya sea por su calidad de guía del famoso Grupo Norte, gestado en Trujillo durante la segunda década del siglo pasado, o por orientar magistralmente la opinión pública mediante la prensa, o por haber acogido, sin tener aulas a su cargo, mediante el diálogo informal, a estudiantes, trabajadores y jóvenes intelectuales que requerían su consejo sobre múltiple temática, o por su destacada labor en la docencia secundaria y universitaria, aunque por breve tiempo. Más se trata de alusiones a estos hechos que estudios de su pensamiento educativo.
Sin embargo, se han publicado algunos trabajos del área educativa sobre este personaje. Uno de Teodoro Rivero Ayllón, Antenor Orrego: Reflexiones sobre la universidad (2003). Y otro de Elmer Robles Ortiz, Las ideas educacionales de Antenor Orrego (1992). Si bien en dichos libros se destaca algunos temas de nuestro pensador, no se lo aborda como se proponen estas páginas.
En la investigación se encuentran aportes de tiempos en los cuales no se tenía noticias en el Perú
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