ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Batalla De Zacoalco


Enviado por   •  4 de Marzo de 2014  •  10.586 Palabras (43 Páginas)  •  437 Visitas

Página 1 de 43

E X P L O T A C I Ó N L A B O R A L .

En Zacoalco, a principios del siglo XIX, la base trabajadora la integraban en su gran mayoría los naturales, quienes sólo compartían entre sí, la extrema miseria en la que vivían, poseedores de una abnegación dolorosa, pues desde la llegada de los primeros encomenderos españoles, quienes con lujo de violencia los sojuzgaron, vejaron y explotaron por más de quinientos años, sin que los indígenas opusieran ningún tipo de resistencia.

Desde fines del siglo XVIII, el aumento de la riqueza había beneficiado únicamente a los españoles y a los criollos y, había puesto de manifiesto los grandes contrastes sociales. En el campo la expansión de las haciendas a costa de las expropiaciones de

Tierras a las comunidades indígenas, incrementó la desocupación y favoreció el aumento del número de peones para los grandes latifundios, cuyos dueños ni siquiera residían en Zacoalco, ellos vivían en la ciudad de Guadalajara, rodeados de lujos y riquezas, mientras los naturales se mataban trabajando de sol a sol, al arbitrio indiscriminado de los administradores, que maltrataban a los naturales, aunque ellos se esforzaran por hacer bien el trabajo.

Al mismo tiempo los precios del maíz y del frijol, alimentos básicos de pueblo indígena, aumentaban constantemente, pero los salarios de los peones se mantenían siempre rezagados, sin incremento; además todos los naturales tenían o obligación de pagar un impuesto “per cápita” a la Corona española y estaban sujetos a leyes que injustamente los consideraban como a menores de edad.

No podían por ejemplo, firmar escrituras públicas por más de cinco duros, ni vender libremente su trabajo. Los indígenas que vivían en Zacoalco, formaban en realidad un grupo social aislado que los condenaba de por vida a un estado de “minoría de edad” humillados, explotados laboralmente y vejados, en la indigencia y la miseria y despreciados por las demás clases sociales. Sobre todas sus miserias, los naturales estaban amenazados por el peor azote: el hambre.

D E S P O J O D E L A S T I E R R A S D E C U L T I V O .

Desde el año de 1601, los indios principales de Zacoalco, se movilizaron para elevar un pleito contra Don Diego de Porras, vecino de Guadalajara. Quien les había usurpado sus tierras de cultivo, mismas que habían heredado de sus ancestros. De nada sirvió que los naturales argumentaran que sus tierras eran patrimoniales, desde tiempos inmemoriales. Ellos alegaron el derecho de posesión, por tradición como el derecho que daba el uso de las mismas. Hablando en defensa propia, sostuvieron que la tierra la habían.

“poseído, sembrado y beneficiado… y que aunque

Los despoblaron y mudaron a este pueblo de Zacoalco

No por eso perdieron la propiedad y señoría de dichas

Tierras… “

En 1671 el fallo de posesión de tierras, favoreció a los hacendados, y era necesaria la devolución de las tierras, puesto que la población de los indígenas se había incrementado.

Los recursos técnicos, propios de la época y las formas primitivas de cultivo, empleadas por los naturales, al igual que la calidad de las tierras, normalmente poco fértiles, y los temporales que no les favorecían en la obtención de cosechas suficientes para su manutención diaria, son las características que ayudan a configurar el cuadro, de hambre, hacinamiento, miseria extrema y desesperación en que se encontraban los pobladores de Zacoalco, en su mayoría, indígenas y unos cuantos mestizos que sufrían en carne propia la discriminación y la explotación laboral ejercida indiscriminadamente por los criollos y los españoles a principios del siglo XIX, y constituyen unas de las cusas mas relevantes por las cuales podemos afirmar que sin dudarlo, la mayoría de los naturales apoyaron las ideas libertarias que les plantearon sus “principales”, movidos prioritariamente por el anhelo de mejorar sus condiciones de vida y de trabajo y sacudirse de una vez por todas el oprobio del poder español.

E L C A U D I L L O.

Joseph Antonio Torres, nació el 2 de noviembre de 1755, en Monte Redondo, jurisdicción de Frías actualmente, pero en el siglo XVIII, pertenecía a San Pedro Piedra Gorda, hoy Cd. Manuel Doblado, Gto. Desde muy pequeño quedó huérfano, por lo que sufrió las fatigas agotadoras del trabajo en el campo y compartió las injustas condiciones sociales de la cruel e inhumana explotación española.

Desde su adolescencia y para sobrevivir, encontró trabajo entre un grupo de arrieros que conducían unas recuas de mulas, que pasaban por esta región. En sus correrías, sonde más tiempo anduvo, fue por las regiones de Michoacán y Nueva Galicia, donde conoció e hizo amistad con mucha gente que luego constituyeron una valiosa ayuda durante su gesta libertaria.

De acuerdo a su acta de matrimonio se casó el 30 de enero de 1788, con Doña Manuela Venegas, española, con la que engendró cinco hijos: tres varones y dos mujeres; de ellos: José Antonio y José Manuel, se le unieron en su lucha por la Independencia.

Se le ha identificado como un mestizo de mediana estatura y finas facciones. En el año de 1810, se ausentó de san Pedro Piedra Gorda, y pasó a ser administrador de la Hacienda de Atotonilquillo, razón por la cual fue conocido cariñosamente como “El Amo Torres” debido al buen trato que les daba a los naturales que trabajaban en la hacienda.

Nunca tuvo cultura, ni educación, pero sí cierto talento, cierta habilidad natural en el manejo de armas y doma de caballos; además un férreo carácter para soportar cualquier inclemencia del tiempo; buena organización guerrillera; don de mando para con sus subordinados, simpatía, honradez, y firmeza en sus órdenes.

J. Jesús Anaya Topete, afirma que conocía bien la Nueva Galicia, por haber transitado innumerables ocasiones por todas estas regiones, aunque el hecho de haberse dedicado a la arriería, fue la causa del relevante lugar que ocupó en su ejército el zacoalquense: José Mará Anguiano, desde antes de venir a esta región, más la amistad y confianza con Pedro Rosas, coincidentemente conocido como: “El Arrierote”,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (44.9 Kb)  
Leer 42 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com