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CANÍBALES Y REYES


Enviado por   •  8 de Enero de 2014  •  3.207 Palabras (13 Páginas)  •  460 Visitas

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HARRIS, Marvin

Caníbales y reyes. Los orígenes de la cultura

Argos Vergara, Barcelona 1983, 286 pp.

CONTENIDO

a)Método: el materialismo cultural.

Harris pretende en su libro explicar la evolución del género humano. Según él, los cambios de modos de vida, de sistemas de producción, etc., se explican a través de los costos y beneficios materiales que supongan. Así pues, a pesar de que ha habido y hay gran diversidad de culturas, todas tienen un punto de partida común, que es la presión demográfica. Lo explica del siguiente modo: la presión demográfica requiere una intensificación de la producción para poder mantener el mismo nivel de vida. Esta intensificación, a la larga, produce un agotamiento ambiental por lo que, para sobrevivir, se cambia el sistema de producción.

En cada capítulo Harris explica distintas manifestaciones culturales según su método. Lo hace siguiendo un orden cronológico y relacionándolas entre sí.

b) Desarrollo: ofrecemos a continuación un resumen del libro capítulo a capítulo. Además, hay una introducción y un epílogo, donde el autor explica su método y cuenta cómo es necesario conocer la evolución cultural para que el futuro, aunque no lo podamos cambiar, sepamos afrontarlo siendo conscientes de esas fuerzas impersonales de tipo económico que han determinado, determinan y seguirán determinando la vida de los pueblos.

CAPÍTULO PRIMERO: Cultura y naturaleza.

Hay un proceso inteligible que preside el mantenimiento de formas culturales comunes, que inicia cambios y que determina sus transformaciones a lo largo de sendas paralelas o divergentes.

El núcleo de este proceso es la tendencia a intensificar la producción. La intensificación —la inversión de más tierra, agua, minerales, o energía por unidad de tiempo y área— es, a su vez, una periódica respuesta a las amenazas contra los niveles de vida. En tiempos primitivos, tales amenazas surgían, principalmente, de las modificaciones climáticas y de las migraciones de animales y personas.

En un primer momento se dio el infanticidio femenino como medio de control de la población, pero nuestros antepasados prefirieron el aumento de la producción para mejorar el nivel de vida antes que el infanticidio, ya que esto producía un gran trauma.

CAPÍTULO SEGUNDO: Asesinatos en el Paraíso.

Los hombres del paleolítico, debido a sus buenas técnicas de caza, estaban muy bien alimentados. Estos hombres no tenían problemas de inanición ni necesitaban trabajar de sol a sol para poderse alimentar. Había distintos grupos: unos eran más carnívoros y otros más herbívoros.

El desarrollo de la agricultura dio por resultado un aumento del trabajo per capita.

Como base para explicar la transición de la caza a la producción agrícola se sostiene que los grupos, por impulso natural, tienden a asentarse. Pero esto no es cierto porque pueblos actuales con las mismas características no se asientan ni se dejan ser asentados. Es absurdo pensar también que aquellos hombres que observaban y pintaban a los animales con tanto detalle y que llevaban registros cronológicos, no fueran capaces de conocer el significado biológico de las simientes.

Los cazadores-recolectores, ¿cómo hacían para mantener baja la población? Tenían muchos recursos y no se puede decir tampoco que las mujeres no fueran fértiles (tenían unos diez hijos en periodo de fecundidad); además, como se venía pensando, las enfermedades no eran lo fundamental del mantenimiento de la población. En el paleolítico superior la salud se mantiene, e incluso es buena; es después cuando aparece una verdadera depresión de la salud.

Se recurría al infanticidio y al geronticidio cuando los pueblos se encontraban bajo graves tensiones. Sospecho que sólo un grupo que se encuentra bajo graves tensiones económicas y demográficas recurriría al aborto como principal método de regulación de la población.

CAPÍTULO TERCERO: El origen de la agricultura.

El período transcurrido entre hace 30.000 y 12.000 años marcó el punto culminante de millones de años de lenta evolución tecnológica durante los cuales nuestros antepasados de la edad de piedra perfeccionaron, gradualmente, los útiles y las técnicas para vivir de la caza de grandes animales terrestres. Los cambios de clima produjeron el cambio de los animales y de los vegetales; esto produjo a su vez cambios en la forma de vida. Pero estas características no se dan por igual: la retirada de los glaciares y la intensificación de la caza mayor no tuvo precisamente las mismas consecuencias en Europa que en Oriente Medio.

Se da una extinción de animales debido a los cazadores-recolectores. Estos animales se reproducían más lentamente pero los hombres tenían necesidad de ellos debido al aumento de la población. Se piensa que la extinción no fue provocada por un profundo crecimiento de la población humana sino, sencillamente, por un intento de mantener las pautas dietéticas y bajas tasas de aborto e infanticidio frente al número menor de animales de presa.

El agotamiento, debido a la caza de los animales, produjo un cambio en la dieta. En ciertos sectores de población los esfuerzos primarios de subsistencia se desviaron gradualmente de los animales y se volcaron en las plantas. Como en el caso de la caza, la intensificación de la labranza dio lugar a una serie de progresos tecnológicos. La horticultura, o la jardinería rudimentaria, fueron seguidas por la agricultura, que dependió cada vez más de la irrigación.

CAPÍTULO CUARTO: El origen de la guerra.

La mayoría de los cazadores-recolectores conocidos por los investigadores modernos lleva a cabo alguna forma de combate intergrupal, en el cual los equipos de guerreros intentan deliberadamente matarse entre sí. Aunque también es verdad que existían algunos grupos que intentaban evitar la guerra.

Algunos estudiosos son partidarios de la tesis que sostiene que la guerra se originó con las comunidades aldeanas. El crecimiento demográfico produjo la necesidad de implantarse en nuevas tierras y así desplazar a los grupos más débiles que se encontraban asentados en estas tierras.

Otros antropólogos niegan la existencia de estos combates, ya que las comunidades eran reducidas y estaban demasiado diseminadas; así pues, la guerra era totalmente irracional y antieconómica.

También existe la teoría de la guerra como solidaridad. Según esta teoría, la guerra es el precio que se paga para crear

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