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Competencias Comunicativas


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2013  •  500 Palabras (2 Páginas)  •  973 Visitas

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Buenas tardes

Aporte

LA MIRADA Y LA PALABRA

Los ojos son la única parte del cuerpo humano que no miente. Están directamente conectados con el espíritu interior y lo reflejan sin engaño. Basta que un enamorado mire a los ojos de quien tiene delante para saber si ella le

corresponde, sin necesidad de ir a preguntárselo a nadie. A ella le sucede lo

mismo: cuando mira a su interlocutor, sabe de inmediato si él está enamorado o no de ella. El beso se convierte entonces en un pacto silencioso, sin permiso

previo, porque el acuerdo ha sido establecido a través de las pupilas. No hay

riesgo de la bofetada clásica. Y esto sucede porque los músculos que gobiernan a las pupilas, son ajenos a nuestra voluntad. Dos personas en estas condiciones, podrían unirse en matrimonio si haber intercambiado palabra alguna. ¿Para qué entonces la palabra si todo está dicho ya?”

La sonrisa es la segunda forma de penetrar en el alma ajena, pero con una

diferencia: no se puede fingir, pero se puede congelar. Los anatomistas han

descubierto que en la sonrisa intervienen veintiún músculos en total sobre los

cuales el ser humano no tiene dominio. Únicamente puede inmovilizarlos. A tales individuos nuestras abuelas los denominaban “caras de piedras” o “caras duras”.

Sin tener que recurrir a ningún experto cada persona distingue al

Alguien ha dejado dicho por ahí que cuando escucha a un orador no sabe si le

miente, pero cuando lo mira sí. En efecto, la mirada ajena nos descubre de la

misma manera que nosotros descubrimos a nuestro interlocutor. La clave está en las pupilas, que se agrandan sin nuestro consentimiento cuando algo nos agrada o nos sorprende, y se achican cuando nos desagrada o nos mienten.

Mirar a nuestro personaje con atención nos brinda la posibilidad de saber dónde está nuestra felicidad y dónde no.

La mirada establece una relación de verdad que viene directamente desde adentro del hombre, y que una vez establecida no tiene marcha atrás. Él está seguro de que ella lo quiere y ella también. Ambos perciben el mensaje implícito en sus miradas. Podrán acatarlos o no, pero ya lo han expresado.

Una mirada no es una ojeada. Ojear es un nada más que un movimiento físico de los ojos, un pasar la vista por encima de los objetos y las personas. A veces puede ser una advertencia a alguien para

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