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Conceptuación de historia.


Enviado por   •  15 de Marzo de 2016  •  Documentos de Investigación  •  8.626 Palabras (35 Páginas)  •  169 Visitas

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LA HISTORIA

CONCEPTO:

La historia es la ciencia social que se encarga de estudiar el pasado de la humanidad. Por otra parte, la palabra se utiliza para definir al periódico histórico que se inicia con la aparición de la escritura e incluso para referirse al pasado mismo. Historia es la disciplina dentro de las ciencias sociales que estudia el pasado de la humanidad. La palabra historia deriva del griego y significa investigación o información.

DIVERSAS CONCEPCIONES

CONCEPCIÓN CRISTIANA

San Agustín fue un pionero en el estudio del significado de la historia. Antes de él, los historiadores eran fundamentalmente "contadores de historias", poco interesados en algo más que no fuese una visión superficial de los eventos humanos. Su pensamiento en este campo puede llamarse "filosofía" o "teología" de la historia. El nombre es lo de menos. Lo importante son los logros del doctor de Hipona en este campo.

Las creencias fundamentales del cristianismo están implícitas en la visión agustiniana de la historia: sólo hay un Dios; todos los hombres son creaturas con un antepasado único, Adán; todas las cosas y sucesos están bajo el cuidado de la Providencia divina; la humanidad ha caído desde una condición original más privilegiada, y ahora está sometida al sufrimiento y a otros males; el hombre ha sido redimido a través de la encarnación de Cristo; todos los hombres están llamados a buscar la felicidad definitiva con Dios en la vida eterna. Considerados desde este punto de vista cristiano, los sucesos de la historia temporal, se convierten en acontecimientos incluidos dentro del drama de la redención y de la salvación eterna.

Si antes de Agustín había alguna teoría acerca de la historia, podía resumirse en una sola palabra: fatalismo. En la literatura primitiva, se consideraba al hombre como un muñeco atado a la rueda del destino. Se pensaba que el tiempo transcurría en grandes ciclos. Los hombres estaban destinados a volver nuevamente, y de modo perpetuo, a recorrer los mismos caminos, una y otra vez. No se concebía un progreso lineal. El hombre vivía en una inmensa rueda de la fortuna de la cual era casi imposible escaparse. Toynbee ha dicho lo siguiente de este proceso cíclico: "Prácticamente, no se puede más que llegar a la conclusión de que somos las víctimas perpetuas de una broma que nunca termina, que nos condena a soportar nuestros sufrimientos, y a superar nuestras dificultades, y a purificarnos de nuestros pecados, sólo para comprender, en última instancia, que algún lapso de tiempo, sin ningún sentido, acabará por hacer inútiles todos nuestros esfuerzos" (A Study of History, IV 30).

Agustín rompió esta rueda del destino fatal haciendo referencia a un gran acontecimiento que no puede ser repetido: "Cristo murió una sola vez por nuestros pecados; ahora que ha resucitado de la muerte, ya no puede morir" (De civitate Dei XII, 3,2). Esta enseñanza cristiana acerca de la unicidad de la redención liberó las mentes de los hombres del determinismo y fatalismo griego. Además, proporcionó a la humanidad una meta positiva más allá del tiempo y de los sucesos temporales. Expandió los horizontes humanos más allá de las limitaciones raciales, las diferencias culturales y la variedad de instituciones sociales y políticas.

Los sucesos humanos son significativos cuando se ven a la luz de la Providencia divina. Entonces, Dios es el punto focal de toda explicación, como sucede en todo el pensamiento agustiniano. Aún dentro del agustinianismo hay, al menos, dos diferentes interpretaciones del clímax de la historia. Algunos (cfr. Paul Henry) piensan que el punto culminante es la Encarnación; todos los sucesos posteriores son, entonces, de menor relieve. El drama ha llegado a su cima; a partir de entonces, sólo queda llegar al último acto. Otros escritores ponen el énfasis en el final de los tiempos; ven la historia humana como un progreso gradual hacia una última condición del género humano todavía no alcanzada. Se trata de un punto de vista escatológico, que ha llegado a hacerse popular a través de los escritos de Teilhard de Chardin (cfr. C. Tresmontant, Père Teilhard de Chardin, His Thought, Baltimore: Helicon Press, 1959). Ambas interpretaciones encuentran algún fundamento en San Agustín.

CONCEPCIÓN CICLICA:

La segunda concepción es la cíclica, del italiano Giambattista Vico, quien, si bien admite la existencia de un principio divino, afirma, al mismo tiempo, que el proceso histórico humano se desarrolló según leyes internas. Es el creador del “corsi y recorsi”, esto es que la historia se repite siguiendo ciclos para volver a lo mismo.

Según la teoría del ciclo histórico de Vico, cada pueblo pasa por tres etapas, semejantes a la infancia, juventud y madurez de cada hombre: Divina, Heroica y Humana. Sin embargo, a pesar de ello, Vico introdujo la idea del progreso en la Historia.

La época moderna han propuesto que la historia tiene ciclos repetitivos, algunos de ellos indicando que las civilizaciones tienen un génesis, un desarrollo pleno para pasar luego a un proceso de decadencia que puede lograr que esa civilización muera por completo o que se reinvente y vuelva a crecer expresada de otra manera.

Siempre se ha tenido conciencia de que el número de las formas en que se manifiesta la historia es limitado; de que las edades, las épocas, las situaciones, las personas, se repiten en forma típica… Se ha comparado, con muy diferente legitimidad, a Florencia con Atenas, a Buda con Cristo, al cristianismo primitivo con el socialismo moderno, a los potentados financieros del tiempo de César con los yanquis (Spengler, 1966)

Si la historia de una manera u otra se repite de manera cíclica y las civilizaciones van repitiendo modelos de comportamiento que les hace nacer, florecer y entrar en el decaimiento natural como todo ser vivo; haciendo de la historia un “lugar arqueológico” donde ir a buscar rastros de esas civilizaciones y culturas para luego revisar nuestra civilización post-moderna y darnos cuenta si estamos cometiendo los mismos errores, y de manera sabia realizar los ajustes necesarios para no caer en ellos nuevamente, cambios históricos que llevan a la madurez de la civilización actual.

CONCEPCIÓN DIALÉCTIVA-IDEALISTA DE HEGEL:

La tercera concepción más importante, es la de Hegel, quien estableció la teoría del desarrollo a través de contradicciones, saltos y negaciones, esto es la dialéctica, pero de manera idealista. Es el proceso del desarrollo de los conceptos, de las ideas; proceso que por contradicción tiene que plasmarse en su contrario en la naturaleza, lo cual se desarrolla en el mundo inorgánico, orgánico y llega al hombre y ahí el espíritu se hace conciencia. El hombre es autoconsciente, es decir, se da cuenta de él mismo. Quiere decir que el espíritu en el hombre comienza a expresarse como conciencia y, por tanto, como auto conciencia. Los hombres se organizan social, políticamente, etc., y conforman Estados. Decía que el Estado prusiano era el más libre, la forma superior y más alta del Estado, a través del cual el proceso retorna al espíritu, a la idea absoluta, y ése es precisamente su límite. Para él, primero es la idea y después la materia. Concibe la historia como el proceso de la marcha hacia la libertad, pero ésta es concebida metafísicamente, pues todo retomaba a la idea absoluta.

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