Conflicto Armado Interno

Históricamente, la discriminación, el racismo, la xenofobia y la intolerancia es un problema complejo e incluso desalentador. Sin embargo, los gobernantes y gobernados no están exentos de sumar esfuerzos para erradicar este tipo de prácticas que agravan aun más la agobiante exclusión social.

Las propuestas y alternativas que desarrollemos las ponemos a disposición de todos los que se encuentren trabajando en organizaciones, en el gobierno o la oposición –a nivel local, regional y nacional- para la solución de los problemas inmediatos y de largo plazo que permita alcanzar los objetivos de justicia y solidaridad planteados.

Desde esta optica, contribuiremos para la construcción de una propuesta alternativa de desarrollo del Perú para que enfrente los problemas de desigualdad, falta de cohesión social y corrupción, que son los factores que inciden y agravan aun mas la exclusión social, esta contribución estará procurando una integración al proceso de globalización que resulte beneficiosa para los ciudadanos de este país.

El Conflicto Interno en el cual estuvimos sumido por un largo tiempo fue y es a todas luces un fracaso, es momento de enfrentar el problema con realismo, con modestia, con proporcionalidad y con razonabilidad. Según el (CVR), “…….. formas de discriminación y exclusión debilitaron redes sociales y emocionales y propiciaron una cultura de miedo y terror”

Este hecho es un fracaso total de la convivencia y aceptación humana. El Perú es un país cuyo Estado es democrático y, con altos y bajos, se ha mantenido así durante los últimos años. Pensar en las relaciones humanas No es posible sin tomar en cuenta la cultura, aspecto ligado a cada ser humano para que se abre al otro para relacionarse. Esta comunicación enmarcada en los principios de democracia e interculturalidad, nos conduce a un sistema de valores en el que el respeto por el otro diferente es primordial regla que debe primar en toda sociedad.

Según nuestra época estamos en un gobierno democrático que tiene una base ideológica en la participación y el respeto a las minorías, sí representara su papel, y que entre a negociar cumpliendo el rol que le corresponde. He aquí el núcleo del conflicto: un gobierno cuyo papel mediador fue nulo. Un gobierno sesgado a favor de unos pocos bien posesionados de recursos e influencias, frente a muchos desplazados históricamente de la escena de desarrollo del país. Todo esto más los bajos recursos destinados a los proyectos para el desarrollo durante las últimas 4 décadas del siglo pasado, nos lleva a pensar en el desarrollo y por tanto, en la comunicación estratégica para el desarrollo. La ciudadanía desborda las reivindicaciones políticas con demandas que se ubican en el significado mismo de la vida: la sexualidad, la ecología, el racismo, la drogadicción, los derechos humanos, la salud, la educación

Este hecho tarde o temprano debía explotar y lo hizo a costa de muchas vidas humanas que son, a fin de cuentas, el fin último de la búsqueda de beneficios. Lamentablemente, el problema es aún mayor. Es un problema de fondo que nunca abandonará el imaginario de la nación peruana. Es el tema del respeto y de la convivencia de las diferencias. Hablamos de pluriculturalidad, pero actuamos bajo criterios uniculturales.

deberíamos de hablar de desarrollo pero hablar de desarrollo para todos. Si hablamos de modelos, han de ser modelos únicos pero que beneficien a todos. Lo que no es posible, porque toma tiempo y esfuerzo de todos, si lo que buscamos a corto plazo nos lleva a la muerte, al conflicto y a la fragmentación institucionalizada Hoy, después de esta catástrofe, decimos que el diálogo, respeto; es la Solución. Pero, el diálogo es mucho más que la acción de entenderse. Diálogo es reconocimiento, y el reconocimiento es aceptación. En el Perú, aun nos falta por caminar y dar muchos pasos antes

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