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Crisis Economicas Mundiales


Enviado por   •  2 de Octubre de 2014  •  2.235 Palabras (9 Páginas)  •  211 Visitas

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Las crisis económicas mundiales

La crisis económica mundial es el más claro ejemplo de la insostenibilidad del mundo capitalista.

Se requieren profundos cambios en el sistema de Bretton Woods, impuesto desde 1944 por las potencias vencedoras en la II Guerra Mundial, con el modelo del libre mercado que está irremediablemente agotado.

Las principales economías del mundo asociadas al G-8, al G-20, al FMI y al Banco Mundial no han tenido el coraje y el liderazgo para enfrentar los retos y las nuevas realidades y, en consecuencia, han caído en graves errores, generando incertidumbres, desconfianza e inestabilidad en la economía mundial.

Para entender la crisis actual, es importante analizar históricamente sus causas, consecuencias y salidas.

235: La crisis del tercer siglo y el declive de Roma

El tardío Imperio Romano, que se había expandido por todo el Mediterráneo y hasta partes de Oriente Medio, África y Asia Menor, vio su economía empezar a resquebrajarse en el siglo III.

Hasta aquel tiempo Roma llevaba casi 800 años proyectando su poder, pero el sistema llegó a ser cada vez más frágil tras el asesinato del emperador Cómodo en el año 193.

La dinastía que asumió el control tras su muerte reinó durante cuatro décadas hasta terminar en el año 235 con el asesinato del emperador Alejandro Severo a manos de sus propios soldados. La lucha por el poder que siguió, rompió la cohesión interna del Imperio ydestruyó de este modo su red comercial.

La degradación de la moneda estaba fuera de control, mientras el Imperio perdía también su dominio sobre las provincias exteriores y se veía obligado a acuñar monedas con cada vez menor cantidad de metal precioso.

Ciudades y pueblos de todos los tamaños se arruinaban y destruían, porque Roma ya no podía pagar a las legiones que siempre habían mantenido la paz dentro de sus fronteras y garantizado la seguridad de los comerciantes y viajeros a lo largo de miles de kilómetros de carreteras.

La avanzada economía interna interdependiente, basada en el comercio, se deterioró (sobre todo en la mitad oriental del imperio) pasándose a un sistema más feudal, en la que los grandes terratenientes construyeron entidades autosuficientes y otorgaron protección a los pobres a cambio de su libertad.

El Imperio dividido finalmente se reparó en el curso de las campañas militares del emperador Aureliano en el año 275, pero nunca recuperó su antigua gloria.

1627: La quiebra del Imperio español

Las vastas riquezas de oro y plata (unos tres billones de dólares) que mantenía el Imperio español a finales del siglo XVI gracias a las expediciones de los conquistadores al Nuevo Mundo, financiaban las numerosas campañas militares que llevaba a cabo en Europa.

Como consecuencia, España expandió sus territorios hacia una gran parte de Italia, Alemania y los Países Bajos.

Pero las constantes guerras y ocupaciones militares agotaban el tesoro español, que sufría una presión inflacionaria debido al influjo de plata y oro del Nuevo Mundo.

En lugar de reformar las finanzas reales, el ineficaz rey Felipe III condenó a España a un descenso hacia la irrelevancia a largo plazo.

El impago de las deudas de la corona impidió que el Imperio sofocara una rebelión holandesa en 1607.

Este fracaso, cinco años después de que los holandeses establecieran la primera empresa con cotización bursátil de la historia, desplazó el poder económico de Europa hacia Ámsterdam.

El esfuerzo reiterado para someter de nuevo a los Países Bajos en la década de 1620 por el recién coronado rey Felipe IV tropezó con un colapso económico desastroso en la provincia vital española de Castilla, en 1627.

La corona española había devaluado su moneda hasta tal punto que esta se quedó efectivamente sin valor, y las fuerzas españolas tuvieron que vivir de los saqueos que llevaban a cabo en la mencionada provincia por algún tiempo.

La bancarrota de España de 1627 fue la quinta en 70 años, pero esta puso al poder español en decadencia definitivamente, despejando el terreno para el crecimiento de los imperios mercantilistas de los Países Bajos y del Reino Unido.

El ascenso al trono en 1665 del discapacitado y deformado (debido a los sucesivos matrimonios consanguíneos en la familia real) Carlos II fue el último clavo en el ataúd del Imperio español.

1720: Las burbujas de las compañías del Mar del Sur y del Misisipi

Aunque la burbuja de los tulipanes es más conocida, las burbujas gemelas de South Sea Company (la Compañía del Mar del Sur) y la Compañía del Misisipi, hinchadas en Gran Bretaña y Francia a principios del siglo XVIII, tuvieron un impacto mayor en el mundo financiero global.

Ambas burbujas se capitalizaron sobre el enorme interés público por las crecientes colonias americanas de los dos países y su potencial económico y ambas estallaron por la acción de charlatanes hábiles que gozaron del apoyo explícito del Gobierno.

Antes de estallar, las burbujas se habían hinchado hasta tamaños verdaderamente asombrosos.

Sin necesidad de proporcionar la más mínima evidencia que respaldara las promesas más extravagantes, las compañías se promocionaban como puentes a las incalculables riquezas del Nuevo Mundo.

Contado con un amplio apoyo de sus gobiernos y grandes cantidades de dinero de sus respectivas cortes reales, gozaban de una legitimidad incontestable (aunque no verificable) que prestaba a todo lo que decían una apariencia de verdad.

Fomentadas con toda clase de mentiras sobre los fondos de estas empresas en el Nuevo Mundo, los precios de las acciones se disparaban día tras día.

En cuanto la recuperación de beneficios en la parte superior de cada burbuja se precipitó, muchos inversores quedaron arruinados.

El enojo público producido por estas implosiones contuvo el desarrollo de los mercados comerciales tanto en Gran Bretaña como en Francia durante casi un siglo.

El impacto financiero de las burbujas también fue enorme.

Tras el ajuste por la inflación, la capitalización bursátil combinada de estas dos compañías alcanzó los 500 millones de libras esterlinas en su auge, aproximadamente el equivalente a la mitad de la producción económica de todo el mundo en aquellos momentos.

1789: La Revolución

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