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Cronicas De Linares


Enviado por   •  22 de Junio de 2013  •  1.137 Palabras (5 Páginas)  •  681 Visitas

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Crónica histórica de Linares

Manuel Quevedo Méndez

Las Crónicas de Linares, publicadas durante varias semanas, van guardando parte de nuestra historia de ciudad. En una de ellas finalizábamos con la siguiente e interesante acotación; rescatada de uno de los tomos de Revista LINARES: Dos placas de bronce, desde 1952 la Sociedad Linarense de Historia y Geografía tenía en proyecto dejar claramente establecido que el Liceo de Linares había iniciado sus funciones en la casa ubicada en Independencia esquina de Lautaro (sur poniente) y que el sabio Letelier había nacido en Lautaro frente a la Alameda (sur oriente)

Para atestiguar estos hechos se hicieron fundir placas de bronce con leyendas que constituían una enseñanza para la juventud. Por diversas dificultades estas placas no pudieron ser colocadas sino el 22 de diciembre de 1957 en una ceremonia que no contó con la presencia del rector del Liceo ni de sus alumnos. A esta ceremonia solamente concurrió, en su calidad de linarense, el Inspector General, don Armando Valenzuela Cancino, con un grupo de personas ajenas a la enseñanza, con algunos profesores jubilados, periodistas y simpatizantes de la Sociedad que organizó este homenaje. Ambas fueron colocadas por los señores Ignacio Chacón del Campo ingeniero agrónomo e historiador, autor de numerosas obras en ambas especialidades; profesor de Agronomía de la Universidad de Chile, fundador de la Sociedad de Historia y Geografía de Linares (Chile) y durante muchos años su Presidente y José P. Vittone, quien dirigiera la remodelación de la Alameda, el año 1934.

En cuanto al destino de esas placas. Una de ellas, específicamente la que se ubicó en el sector norte del edificio de Lautaro esquina Valentín Letelier, hoy se encuentra en el sector sur (tomando en consideración la entrada principal al edificio), donde está ubicada la Biblioteca del colegio. Ocupa un lugar destacado, tal como lo quisieron los integrantes de la Sociedad Linarense de Historia y Geografía.

La otra placa recordatoria, cuya ubicación original era la esquina de Independencia con Lautaro, lugar donde hubo una fuente de soda; posteriormente allí se construyó un edificio que actualmente alberga a una multitienda. Dicha placa, una vez realizada la demolición del antiguo edificio, se encuentra ubicada en la entrada principal del colegio (entrega realizada por la familia Villalobos Meza, el año 2012). Además, no recordamos la administración municipal, se colocó en la esquina de Independencia con Lautaro, un farol de época, destacando el lugar y su importancia para la memoria histórica de Linares; cuyos elementos recordatorios… (¡Qué curioso!), desaparecieron.

El Teatro Municipal de Linares, hasta antes de 1913, la calle Constitución (hoy Kurt Môller) -en la parte de Lautaro a Yumbel-, estuvo muy abandonada en razón de su escasa edificación. La inauguración del Teatro Linares, designado más tarde con el nombre de Victoria, terminó en parte con aquel abandono. La construcción de este modesto coliseo llenó una sentida necesidad y fue durante 25 años el único teatro con que contó la ciudad.

Además de las iniciativas del párroco Roberto J. Rodríguez, es de justicia agradecer a los señores Joaquín Echenique y Luis Pereira Iñiguez el vivo interés con que gestionaron ante el Arzobispado de Santiago la entrega de una parte de los fondos que había dejado el ex-senador Domingo Fernández Concha para obras de bien público.

Allí se conmemoró el centenario de la Sorpresa de Yerbas Buenas, con una velada literaria-musical en la cual se dejó oír la palabra elocuente de Francisco del Campo. El Liceo celebró sus bodas de oro el 21 de mayo de 1925, ofreciendo una fiesta magnífica y brillante que fue prestigiada con la presencia de Ricardo Montaner Bello, nieto del sabio venezolano, del ex-rector Leonidas Banderas Le-Brun y de Neandro Schilling, que a la sazón dirigía el Liceo de San Fernando. El libro “Las calles de Linares”, de Nieves de Ancoa, consiga estos curiosos, fidedignos e importantes datos, sobre este centro cultural emblemático de nuestra comuna.

Las manifestaciones artísticas, literarias, culturales y científicas, como asimismo los actos llevados a cabo en el período de 1913 a 1937, tuvieron como escenario la modesta sala del Teatro Victoria. El 24 de mayo de 1933 se aprueba, en sesión celebrada por la Junta de Vecinos (administraban los intereses comunales), la idea de construir un Teatro Municipal, en Independencia esquina Chacabuco, el mismo sitio que la Junta de Beneficencia tenía destinado al mismo fin. El mes de junio de 1934 quedó terminado el proyecto de la nueva sala de espectáculos para Linares, el Teatro Municipal. En diciembre de 1936 el nuevo teatro se yergue majestuoso (con toda la obra finalizada) y cuatro meses después -el 24 de abril de 1937- se inaugura esta hermosa sala de espectáculos.

En realidad, el 24 de abril “se efectuó con toda la solemnidad y el brillo que tan importante acontecimiento merecía, la inauguración de esta nueva sala de espectáculos, que ha venido a satisfacer una verdadera necesidad para el desarrollo de nuestras actividades culturales y artísticas”.

Y “al expresarnos en estos términos” -señala Revista LINARES-, “no lo hacemos por desestimar iniciativas anteriores; pues, merecen aplauso quienes habilitaron el simpático cuartel de la Primera Compañía de Bomberos para esta clase de manifestaciones, y también, quienes edificaron el Teatro Victoria con fines francamente encomiables, pero que tal vez por carecer de los suficientes medios económicos, se vieron impedidos de construir un lugar más central y con mayor magnitud y modernidad, como lo requería la capital de la provincia”.

“El nuevo Teatro, que en su interior reúne todas las condiciones de belleza, amplitud, acústica y comodidad, adolece, en cambio, por lo que a la fachada se refiere, de algunos defectos que ostensiblemente resaltan a la vista: uno de ellos es el color de su estuco, que lastimosamente desentona con la misión artística llamada a desarrollar en un teatro, misión que se supone aureolada de claridad, sana alegría y optimismo”.

“Otro defecto es el recargo de adornos que ostenta su fachada y los motivos arquitectónicos un tanto anticuados que circundan sus balcones. Es claro que no puede responsabilizarse al arquitecto de la obra en cuanto a la exclusividad de estos errores, por cuanto para eso actuó una comisión encargada de aceptar las especificaciones del proyecto, y luego después, de fiscalizar su construcción”.

Respecto de estas crónicas dominicales, ellas no forman parte de ninguna investigación específica; sólo obedecen al interés por dar a conocer aspectos y/o reminiscencias de Linares. Buena parte de los antecedentes han sido leídos y recogidos de varios textos que se encuentran en la Biblioteca Municipal “Manuel Francisco Mesa Seco” (frente a Plaza de Armas), porque -tal como señala Revista LINARES- “no es bueno vestirse con plumas ajenas; es justo que se indiquen las fuentes de dónde son tomados los datos y referencias, sobre todo tratándose de hechos ocurridos hace años”. (Bibliografía: Libro “Las calles de Linares” y Revista LINARES, 1937; Libro “120 años de Periodismo Comunal”, de Fernando Diez Aljaro).

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