Cuentos Marruecos
elias1028 de Mayo de 2012
58.385 Palabras (234 Páginas)657 Visitas
EL PALACIO
DE LOS CUENTOS
Los cuentos más bellos
de los pueblos de Europa,
narrados en 365 días
y una noche
Seleccionados y presentados por Ulf Diederichs
LIBRO PRIMERO
Enero
Cuentos noruegos, daneses y suecos
Ilustrados por Lucia Probst
Índice Enero
A modo de introducción
Cuentos noruegos
1 de enero - Día 1. Kari Falda-de-Madera - pg. 12
2 de enero - Día 2. El señor Peter – pg. 21
3 de enero - Día 3. La muchacha del macho cabrío - pg. 25
4 de enero - Día 4. Del muchacho que fue hasta el viento del Norte y reclamó la
harina - pg. 30
5 de enero - Día 5. La princesa ingeniosa - pg. 33
6 de enero - Día 6. Las liebres del rey - pg. 34
7 de enero - Día 7. El palacio de Soria-Moria - pg. 40
8 de enero - Día 8. El vecino de abajo - pg. 48
9 de enero - Día 9. Al este del sol y al oeste de la luna - pg. 50
10 de enero - Día 10. Hans Nikolai y Anders el Afortunado - pg. 58
Cuentos daneses
11 de enero- Día 11. El rey dragón - pg. 63
12 de enero - Día 12. ¡Al diablo con el dinero! ¡Yo sé lo que sé! – pg. 69
13 de enero- Día 13. La constelación de las Pléyades – pg. 72
14 de enero - Día 14. El príncipe ciervo - pg. 75
15 de enero - Día 15. El cerdo - pg. 78
16 de enero - Día 16. El árbol de la salud - pg. 82
17 de enero- Día 17. La esposa del pastor protestante - pg. 85
18 de enero- Día 18. Los deseos - pg. 88
19 de enero - Día 19. Un momento en el reino de los cielos -pg. 92
20 de enero- Día 20. La pequeña Mette - pg. 93
21 de enero- Día 21. El mechero - pg. 96
Cuentos suecos
22 de enero- Día 22. Pelle el Cocinero - pg. 102
23 de enero - Día 23. Stompe Pilt - pg. 106
24 de enero - Día 24. El puchero mágico - pg. 108
25 de enero - Día 25. Las tres abuelitas - pg. 110
26 de enero - Día 26. El hombre que tuvo que hacer de ama de casa - pg. 115
27 de enero - Día 27. Gallo y gallina - pg. 117
28 de enero - Día 28. El diablo y Tita Grau - pg. 118
29 de enero - Día 29. El pequeño Jan – pg. 120
30 de enero - Día 30. Pielmugrienta - pg. 123
31 de enero - Día 31. El joven que hizo reír a la princesa - pg. 127
Apéndice que contiene una breve descripción de las regiones de origen de los cuentos, la referencia de los textos originales y algunas indicaciones bibliográficas – pg. 130
A modo de introducción
En las más diversas regiones de Europa desde Irlanda hasta el Burgenland austríaco o Cerdeña se conoce la adivinanza del «palacio de las 365 ventanas». Este palacio es la casa del año, una casa en la que sólo puede vivir el rey. El que entra en ella no sólo vive en la era de los mortales, sino que, sin darse cuenta, va a parar a otra época, a otros cosmos.
También este Palacio de los cuentos es una casa anual que nos lleva por muchas épocas y muchas habitaciones. Lo fabuloso se nos pre¬senta como si se tratase de la cosa más natural del mundo. Lo lejano se vuelve próximo. Lo próximo se vuelve lejano. Lo incomprensible, de repente, parece comprensible y, sin embargo, nos produce un asom¬bro que nos aboca a la reflexión.
El palacio tiene su propia arquitectura. Está dividido en tres alas; tie¬ne doce pasillos, que se corresponden con los doce meses del año, cada uno de ellos ocupado por una familia lingüística. En sus 52 habitacio¬nes -que equivalen al número de semanas que tiene el año- encontra¬mos las 52 lenguas vivas de Europa y las 365 ventanas más una por to¬dos y cada uno de los días, por las historias narradas, por los propios cuentos.
Así, este palacio de los cuentos nos ofrece una historia para cada día del año. El lector no tiene más que abrir su ventana para encon¬trar el cuento que le corresponde. ¿Un cuento como otro cualquiera? ¿Un cuento con el que sentirse más identificado? Leer cuentos pue¬de convertirse en una aventura.
El cuento popular europeo es un género narrativo con características propias. Jacob Grimm reconoció que «debe admitirse que, indepen-dientemente de que cada pueblo lo exprese con sus propias peculiari¬dades, existe un acervo común de elementos épicos y míticos» (1846). Tras 150 años de investigación de campo y de estudio comparado de los cuentos, se ha demostrado que cada una de las lenguas europeas tiene su propio fondo o «inventario» en lo que a cuentos se refiere.
Por esta razón, nos podemos permitir explorar todas esas regiones cuentísticas europeas atendiendo, en consonancia con los hermanos Grimm, «tanto a sus características comunes como a su multiplicidad de formas» y, además, apuntando a los cinco puntos cardinales: del norte al oeste, del oeste al sur y después al este y, finalmente, al centro, pues el centro, al menos para los chinos, es el quinto punto cardinal y, al mismo tiempo, el que señala lo propio. Tal peregrinación por los cuen¬tos lleva su tiempo; un año no es demasiado. Y para no ir con dema¬siadas prisas ni quedarse rezagado, conviene fijar por meses, separan¬do unas de otras, cada una de las etapas de este viaje.
El viaje empieza -en enero- con los familiares países escandinavos; avanza a continuación -en febrero- hacia el extremo nordeste (hacia los pueblos ugrofineses y el extremo noroeste, hacia islandeses y feroeses. El mes de marzo corresponde a los celtas insulares, a los irlande¬ses y escoceses; aquí se incluye Inglaterra, sobre todo con sus vestigios gaélicos en Cornualles, Gales y la isla de Man. El mes de abril entron¬ca con esta vieja cultura narrativa. Empieza por los celtas continenta¬les, con la Bretaña, la cuna de la investigación cuentística francesa. Luego se atraviesa la Francia románica hasta llegar a Provenza, con su propia lengua, y después a Córcega.
El mes de mayo está dedicado a los cuentos de la Península Ibérica, entre ellos los cuentos en vascuence, la única lengua de origen pre-indogermánico, y en judeo-español, tal como los cuentan los judíos se¬fardíes en la diáspora. En junio nos desplazamos a las islas mediterrá¬neas de Malta, Cerdeña y Sicilia, con seductoras panorámicas hacia el «cuento oriental»; con Italia se completa un país fabuloso de la Europa clásica. El mes de julio agrupa a todos los eslavos del sur, desde los es¬lovenos, croatas y serbios, hasta los bosnios, macedonios y búlgaros. Tras ellos toma también la palabra el pueblo balcánico de los albaneses, completamente independiente desde el punto de vista lingüístico. El mes de agosto nos lleva al Mediterráneo oriental, a Grecia, con las islas, antepuestas al Asia Menor, de Lesbos, Rodas, Creta y Chipre, que aún conservan vestigios de su antigüedad; a continuación se avanza ha¬cia los turcos de Estambul, en los que se cruzan tradiciones occidenta¬les y orientales, y luego se regresa a la Europa central, a los rumanos, a los gitanos roma y sinti.
Los meses de septiembre y octubre engloban cada uno de ellos a una familia lingüística completa: en primer lugar, los eslavos occidentales, es decir, checos, eslovacos y polacos, poniendo también el acento en las minorías lingüísticoétnicas (kashubes, sorbios, judíos askenazís); a continuación, los tres pueblos eslavos orientales de los rusos, bielorru¬sos y ucranianos, que administran la herencia de la antigua Unión So¬viética. El mes de noviembre nos lleva hasta los vecinos de Alemania por el este y por el sur: a los estados bálticos, a la Hungría de lengua úgrica, a Austria, rica en dialectos, y a la cuatrilingüe Suiza. El mes de diciembre empieza con los flamencos, holandeses y frisones, empa¬rentados lingüísticamente, antes de aposentarnos escuchando atenta¬mente los cuentos de la Baja y la Alta Alemania.
Se han dejado a un lado deliberadamente las tres clásicas coleccio¬nes de cuentos centroeuropeos: la de los hermanos Grimm, la de Hans Christian Andersen y la de Ludwig Bechstein. Cada una de ellas es por sí misma un libro de cuentos de cuño propio, y prácticamente cualquier lector se habrá encontrado ya con ellas a una edad más temprana; re¬cordándolas quizá pueda disfrutar aún más de los temas, motivos, hé¬roes y demonios que -desconocidos o sólo relativamente familiares- se presentan aquí en forma narrativa.
Como una pequeña reverencia al magno trabajo realizado por los hermanos Grimm, se han incluido aquí una fábula francesa (105)1 que se había perdido en la primera edición de los Kinder- und Hausmar-chen [Cuentos infantiles y domésticos] (1812) y también el cuento de hadas irlandés «Dedalito» (62), traducido por ambos. Andersen está re¬presentado con su primer cuento, «El mechero» (21), porque éste, a di¬ferencia de los posteriores, está inspirado en una historia tradicional.
Por el contrario, se han incluido algunas colecciones clásicas euro¬peas «anteriores a los Grimm», como la de Basile, con Lo Cunto de li Cuntí (1634), y la de Perrault, con las Histoires ou contes du temps passé (1697); lo mismo cabe decir de los grandes recopiladores «pos¬teriores a los Grimm», como Asbjórnsen Moe, Norske Folkeeven-tyr (1843-1844), Grundtvig, Gamle danske Minder i Folkemun-de (1854-1861), Karadzic, Srpske narodne pripovijetke (1853), Afanasiev, Narodnye russkie skazki (1855-1863) y otros a quienes sus contemporáneos y las generaciones posteriores han acreditado
...