Cultura Ilustrada
gerardolom7 de Julio de 2013
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MODERNA II: CULTURA Y SOCIEDAD.
LOS ORÍGENES DE UNA CULTURA ILUSTRADA
Se denomina habitualmente Ilustración o Siglo de las luces a la corriente intelectual de pensamiento que dominó Europa y en especial Francia e Inglaterra (donde tuvieron su expresión más enérgica) durante casi todo el siglo XVIII y que abarca desde el Racionalismo y del Empirismo del siglo XVII hasta la Revolución Industrial del siglo XVIII, la Revolución Francesa y el Liberalismo. La expresión estética de este movimiento intelectual se denominará Neoclasicismo.
La Historiografía plantea la Ilustración como una revolución cultural que destruye el anterior estrato cultural para construir uno nuevo.
No existe un acuerdo entre los historiadores en relación a si la Ilustración existió de verdad o no. Aún así, existen una serie de certezas.
El siglo XVII es de un esplendor sin parangón, debido a que permite este tiempo desligarse de las ataduras provenientes de la Edad Media. El Renacimiento del siglo XVI es la puerta de entrada para que en los 100 años que corrieron de 1600 a 1700, la sociedad pudiese zafarse del viejo molde que implantaba métodos rígidos de comportamiento y actuación especialmente impuestos por la Iglesia. Al romper estos viejos moldes se permitió salirse de la rigidez de las estructuras lineales e imprimir nuevas formas de movimiento
¿Qué temas son los que se cuestionan en esta revolución?
1.- El horizonte cultural de un hombre educado del siglo XVII: se puede definir como el horizonte medieval, con una serie de cambios.
2.-Los elementos desestabilizadores y los autores de dichos elementos.
3.-La oferta cultural de la “nueva” cultura ilustrada: no hay nada nuevo, sino una conjunción de factores ya existentes.
1.-Horizonte cultural de los hombres educados del siglo XVII.
Se caracteriza por una serie de valores y creencias.
Hay algo importante que sirve para entender la Ilustración: Los Principios de Autoridad. Son dos principios indiscutibles como el Pensamiento Cristiano (concretado en la Biblia) y el Pensamiento Clásico (concretado en Aristóteles). Todo lo que dicen ambos principios es indiscutible y perpetúan ideas importantes. Una de ellas consiste en la degradación que la civilización ha ido sufriendo progresivamente desde la Edad de Oro, período de tiempo que se refiere a las poblaciones primitivas contemporáneas a Cristo, consideradas perfectas en el siglo XVII. Era necesario conocer latín y griego, y también la Biblia, por tanto.
La Ilustración en el siglo XVII defiende la Idea de progreso, concebido como la vuelta hacia atrás, necesaria para llegar a esa sociedad primitiva (algo parecido a las concepciones del Renacimiento, la vuelta a lo clásico, o a la Reforma, una rebelión contra la Iglesia por su distancia en ese momento a los principios originales del cristianismo).
La máxima fuente de autoridad es Dios para el pensamiento cristiano. El concepto de revelación es máximo e importante; Dios revela en la Biblia y ésta es el camino por el que Dios llega a los hombres, a través de esos profetas que escriben. Todo esto se recoge en el Antiguo Testamento, interpretación de la Biblia, a la cual se denomina la exégesis bíblica, hecha por la Iglesia, que es la que decide.
Nadie podía salirse de ambo pensamientos sino quería vérselas con la Inquisición, por lo que cualquier decisión que se tome en lo cultural o semejante, no debe salirse de los Principios de Autoridad.
Sin embargo, una serie de disciplinas empiezan a sufrir cambios y son las que empiezan a reaccionar frente a dichos principios.
Una de ellas fue la Astronomía.
Sus principios fueron el principal problema: según Aristóteles, el universo se componía por 10 cielos; cada uno de ellos era una esfera que rodeaba la Tierra, por lo que la teoría aristotélica nos presenta un Universo Geocentrista.
Las esferas enganchaban a las estrellas, al sol, a los planetas… ya que sino, se caían.
Con el tiempo, este sistema y el concepto de universo empieza a ser dudable, pero es apoyado aún así, por los Principios de Autoridad.
Sin embargo, fue irremediable el que se hiciera un universo imposible: en el siglo XVII se sobrepasaban ya las 100 esferas dada la observación, que permitía nuevos niveles y distancias. Dada esta imposibilidad, uno de los primeros personajes que dio un primer paso afirmando lo inevitable fue Galileo, que llevo a cabo la contradicción del sistema. Hubo muchos más personajes, pero la mayoría se terminaban retractando.
Aquí se empieza a definir la Ilustración como la reacción a lo establecido, así vemos que no plantea una destrucción, sino más bien una revisión, buscar un nuevo método, sistemático y contrario a la Fe: la Razón fue clave, fue el método para crear el conocimiento.
Surge el nuevo lema Sapere Aude, aprende a seguir los dictados de tu razón, lema que sintetizó la lucha de los ilustrados por los historiadores del siglo XVIII. Dichos ilustrados son minoría intelectual, “elegidos”, elites de filósofos.
En este período ya se ha descubierto mucha geografía, aunque se conozcan mucho más las costas que el interior. Viajan comerciantes, que crean factorías en las costas y poco les importan las culturas.
Otro problema existente es la idea de que la Cristiandad es el universo, nacida desde el Imperio Romano. Ya en el siglo XVII se conocen culturas como la musulmana y la asiática, pero sin embargo no se reconocen: todo lo que no es Cristiandad, es un mundo salvaje, pues ella es el Universo, y el mundo cristiano tiene la obligación de conquistar el resto del mundo.
Los europeos del siglo XVII no tienen modelos con los que compararse, sólo lo hacen con el mundo clásico, pero no con otros contemporáneos (y distintos a ellos), cosa que no ayuda a conocerse a sí mismos. También ignoran mundos y culturas muy importantes, como el egipcio antiguo o el mesopotámico.
El tiempo corría y se sabía que el fin del mundo estaba cerca, gran obsesión de la época.
Ante todo esto, la respuesta de la Ilustración fue la de ampliar el espacio y el tiempo, se dan muchos viajeros que reconocen otros espacios geográficos.
Otra característica es la del horizonte sacralizado, dominado por Dios y el Diablo, no existiendo una separación entre los divino y lo humano.
La voluntad divina fue otro factor importante: todo lo que no se sabe se explica a través de ella. Se han llegado a explicar incluso derrotas en las guerras, por hombres cultos, a través de la voluntad divina, aun sabiéndose las causas, como las de una mala estrategia, como fue el caso de San Simón, un francés que explica a través de esta regla la derrota militar de Francia. Hablamos de hombres cultos que utilizan este recurso.
El Dios siempre está presente y es utilizado para cada movimiento. Se ignora el funcionamiento de la naturaleza: amanece por voluntad de Dios, llueve por voluntad de Dios, etc.
El Demonio también convive con los hombres, y con los difuntos. Es un mundo fantasioso. Algo cotidiano en las gentes, incluso entre las más cultas, son este tipo de cosas; así queda reflejado en textos y documentos de la época.
La respuesta de la Ilustración ante esto es separar lo natural de la innatural.
La idea del concepto cristiano de la vida es también importante: la vida es un tiempo en función de otra. Cuanto más se sufra en la vida, mejor se pasará en la otra, la eterna. Existe un concepto muy pesimista y la Ilustración, al contrario, responde y resalta la felicidad de la vida.
Estamos ante un universo dominado por principios de sacralizad, autoridad y dominado por el tiempo: esto es algo contrapuesto a la Ilustración.
A finales del siglo XVII, esto empieza a desestabilizarse por una serie de elementos.
2.-Los elementos desestabilizadores y los autores de dichos elementos.
En primer lugar se destaca el avance de la Ciencia, sobre todo el de la Astronomía. Copérnico (mediados del siglo XVI), Galileo (mediados del siglo XVII) y Newton (siglo XVII) son los principales responsables.
En primer lugar, la cuestión se ciñe sobre la Teoría Geocéntrica: la Tierra es el centro del universo, por lo que el hombre es el centro de todo. Esta teoría se derrumba en este momento, y con ello, el hombre pasa a girar en torno a otra cosa más importante.
Surge la Teoría Heliocéntrica, que afirma que el Sol es el centro de todo y a la vez, sitúa a la Biblia en una posición incómoda, como algo que es ignorante.
A partir de este momento, la sociedad se pregunta en qué más se ha equivocado.
Según avanza la ciencia, la perfección del universo avanza aún más, rechazando las ideas del cristianismo y chocando con los Principios de Autoridad.
En segundo lugar, también avanza la tendencia a ver, durante el siglo XVII, que la civilización y la cultura cristiana no es la única: los viajeros ilustrados podían ser considerados como los primeros antropólogos, aprenden y lo escriben, conocen lenguas y culturas. Europa se abre y reconoce la idea de que ellos no son los únicos.
Algo muy importante fue el descubrimiento de China, que se ve como una civilización muy avanzada. El Imperio Chino se consideró tan poderoso como Europa y se les consideró como una civilización única y poderosa, tan fuerte e imponente como el cristianismo, e incluso más antigua que éste.
También se viaja y se estudian las islas del Pacífico, al igual que los americanos.
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