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Cultura Y Autoritarismo


Enviado por   •  21 de Mayo de 2013  •  4.557 Palabras (19 Páginas)  •  226 Visitas

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INTRODUCCION

El autoritarismo tuvo enormes repercusiones en muchos ámbitos; tanto sociales, políticos, económicos y culturales, estos últimos son los que mayormente llaman nuestra atención y alrededor de los cuales nos interesa hacer girar nuestra investigación.

Pero hablar de cultura o del ámbito cultural, es hablar de una enorme gama de tópicos que van desde las relaciones entre clases sociales, hasta la discusión de género, debido a ello es necesario delimitar nuestro campo de estudio: La literatura y música Chilena durante la dictadura.

De la percepción que tengamos de nosotros mismos como sujetos libres va a depender la cantidad y calidad de imposiciones que estemos dispuestos a aceptar, pero hay una particularidad en la cultura, por naturaleza, ésta es libre y no hay forma, ni a través de la más dura represión, de evitar que esta surja hasta de entre las cenizas al igual que el Ave Fénix; por lo tanto, siendo hijas de la cultura, la música y la literatura son capaces de romper barreras, no importa el medio siempre que existan personas que deseen expresar algo o algún malestar encuentran la manera de hacerlo.

Nuestro trabajo intentara dar un marco de tipo referencial a esta parte de la investigación y expondremos una breve reseña de la relación que cultura y autoritarismo mantienen, con la finalidad de poder entender mejor este otro tipo de resistencia que se desarrolla durante los años 1973-1990, justo en el régimen de Pinochet.

Entremos pues en materia, démosle paso a las notas, a las voces, a la necesidad de ser libres y a los corazones para que formen con la tinta y el papel lo que nadie podrá callar nunca: Nuestra capacidad de resistir.

Capítulo1. Cultura y autoritarismo

1.1. Características de la cultura y características del autoritarismo

“Los regímenes dictatoriales requieren de una compacta coherencia ideológica”, asegura Eduardo Carrasco, afirmación que en base a la experiencia, e históricamente, puede ser comprobada por la negativa inferencia que el autoritarismo ha tenido en Latinoamérica y en, el caso particular de, Chile. Es en este tipo de regímenes que la pluralidad y la liberalidad propia de la acción cultural, resultan indeseables.

Para asegurar esta compacta coherencia ideológica las dictaduras se basan en:

 Cerrar los espacios para evitar la libre expresión.

 Aunado a las disposiciones de fuerza, a través de las cuales se instala, aparecen las formas típicas de represión cultural: censura, persecución de disidentes, intervención estatal en las instituciones, y en casos extremos, el exilio, encarcelamiento y hasta de la eliminación física de artistas e intelectuales. (Carrasco, 1993: 171)

La cultura siempre ha aparecido como una fuerza hostil a los autoritarismos y juega un rol de importancia en los procesos de recuperación de la democracia. Aparece como un factor de unidad, solidaridad y libertad, es el arte y la creación, pero también la infinidad de significaciones y diferencias, por las cuales, ésta adquiere su personalidad en el conjunto de las demás naciones, es decir, es sin duda la alguna la particularidad de una nación dentro de la generalidad de un continente, donde ambos luchan por emanciparse de la dictadura.

La pérdida de los derechos; por parte de los artistas, intelectuales y de las personas que simplemente pretenden expresarse, que en épocas anteriores habían conseguido, logra que éstos consideren indeseable el totalitarismo ubicándolos en posición de la defensa de éstos derechos, así se puede asegurar que por lo anterior: “la oposición al autoritarismo aparece como un bloque homogéneo. La predominancia de lo político empuja a pensar que también la cultura ha tomado partido y que su lucha en contra del autoritarismo incluye motivaciones ideológicas” (Carretón, 1993: 224)

Lo anterior no es del todo posible, porque se estarían confiriendo a la cultura cargas ideológicas muy pesadas que no sería capaz de desarrollar, y no por falta de capacidad sino porque muchas veces su rol es extender su pensamiento más que convencer a los demás de que lo que dicen logrará cambiar su situación es más un: expresar su inconformidad.

Debido a esta especificidad libertaria que ostenta la cultura, es que los regímenes autoritarios se muestren hostiles a ella y no precisamente porque en ella se cultiven las grandes ideas que derrocarán al régimen por si solas.

1.2. La confrontación entre cultura y autoritarismo

A través del análisis realizado de la cultura y el autoritarismo podemos expresar la siguiente afirmación: la cultura, por su propia especificidad, es hostil a las formas autoritarias del poder, y, a la inversa, el autoritarismo, por su dinámica interna, es, a su vez, hostil e inaparente poder de la cultura.

De la misma manera podemos afirmar que esta confrontación no es igual que la que se vivirá entre dictadura y fuerzas políticas, entonces, la tarea que se presenta es la de definir el modo particular que enfrenta a la cultura con el totalitarismo.

Como parte de la estrategia que ideó el autoritarismo, éste no se declaraba abiertamente contra la cultura y, es más, en muchas ocasiones se mostró a favor de ésta. En el caso chileno, como en otros muchos casos, la manera de actuar para desarticular la cultura, fue a través del desmantelamiento de la estructura estatal, que se había construido en gobiernos anteriores, la cual actuaba con cierta autonomía del poder central.

Mediante esta estrategia y la rapidez con que fue aplicada el gobierno debió de haber obtenido una considerable ventaja para poner la situación a si favor, pero no fue así. Y no fue así por el simple y sencillo hecho de que su táctica es la de intentar sofocar el pensamiento espontáneo, suplantarlo con dogmas que transformarían la cultura verdadera en una “cultura” al servicio de quienes gobiernan.

Esto confirma que el totalitarismo no es hostil a la cultura porque exprese una posibilidad contraria a ella sino porque afecta el núcleo mismo de su especificidad, así el totalitarismo se presenta como un intento de suplantar las ideas espontáneas y valores a través de los cuales un pueblo va construyendo su identidad nacional, por un sistema ideológico previamente fijado por los sostenedores del régimen (Carrasco: 1993: 174-75)

La forma propia en que la cultura actúa en la vida social escapa a los medios de simple manipulación, como son, la propaganda o las formas de control de los medios de comunicación. En la confrontación entre dictadura y cultura se oponen ideas,

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