DESDE EL ORIGEN DEL HOMBRE HASTA LA FUNDACIÓN DE MENDOZA

DESDE EL ORIGEN DEL HOMBRE HASTA LA FUNDACIÓN DE MENDOZA

INTRODUCCIÓN

Hace setenta millones de años aparecieron sobre la superficie terrestre los primeros primates, hace quince millones de años, en África, debido a cambios en las condiciones ambientales algunos de ellos se convirtieron en bípedos.

En Etiopía se han encontrado vestigios de los primeros homínidos, se trata del Australopitecos, el que tenía una altura de 1,20 m. y un cerebro de aproximadamente 500 cm3  caminaba erecto y se alimentaba de vegetales, los vestigios más antiguos se remontan a alrededor de 4,5 millones de años.

En la misma región se descubrieron los restos de los primeros exponentes del género “Homo”, los Homo habilis, que aparecieron hace 2 millones de años, que eran más altos que el Australopitecos, eran omnívoros, su cerebro tenía alrededor de 700 cm3.

Hace aproximadamente 1,7 millones de años apareció el Homo erectus en Kenia, estos posteriormente se diseminaron por Asia y por Europa, tenían una altura de 1,7 metros y su volumen cerebral era de 1.000 cm3, poco a poco se convirtieron en hábiles cazadores y dominaron el fuego.

La transición del Homo erectus al Homo Sapiens no se puede establecer con facilidad, pero se estima que el último apareció entre 200.000 y 100.000 años atrás, tenía un volumen cerebral de 1.500 cm3.

Hace unos 35.000 años aparece el Homo sapiens sapiens, al que pertenecen todos los grupos humanos de la actualidad.

LOS PRIMITIVOS HABITANTES DE LA ACTUAL MENDOZA

Los primeros ocupantes de los que hoy es la provincia de Mendoza se establecieron hace aproximadamente 11.000 años, pero tenemos información de los que la poblaron hace 8.000, se puede conjeturar que en esos 3.000 años no ha habido un cambio de vida significativo.

Su procedencia, todavía genera controversias, aunque la teoría que plantea que ingresaron al continente atravesando el estrecho de Bering hace entre 15.000 y 20.000 años es la más verosímil.

Cuando aquellos primeros pobladores llegaron a esta región se encontraron un medio geográfico bastante parecido al actual. Convivieron con estos hombres dos animales que posteriormente se extinguieron, ellos son el megaterio y el mylodonte (mamíferos desdentados de gran tamaño).

Aquellos hombres tenían una estatura de 1,55 a 1,62 m. Tenían huesos grandes y robustos, el cráneo era alargado y alto, su cara también era alargada, su nariz prominente y estrecha con mandíbulas anchas y fuertes, su piel era oscura, su cabello lacio y castaño (el hombre lo usa corto y la mujer largo).

Ellos sabían encontrar las materias primas que necesitaban (piedra, madera, hueso, espinas, fibras vegetales, tendones cueros, lana, pelo, etc.) para la producción de sus armas y manufacturas y conocían muy bien las conductas de los animales que cazaban.

Después de cazar un animal había que despostarlo y trozarlo para lo que contaba con un objeto parecido a un cuchillo pero fabricado de piedra y de menor tamaño, y habían otros utensilios para el tratamiento de los cueros, estas actividades eran realizadas por los hombres.

Las mujeres cuidaban a los niños y especialmente a los lactantes (la lactancia se extendía hasta los 4 ó 5 años), recogen vegetales y mantienen el fuego.

Estos primeros habitantes eran muy buenos cesteros, la decoración con figuras geométricas la lograban con tramas de vegetales claros y oscuros.

Respecto a la alimentación, la carne ocupa un lugar muy importante, los animales más apetecidos son el guanaco y el ñandú. Una tercera parte de su dieta estaba constituida por vegetales y frutos silvestres (se recolectaban: frutos de penca, quiscos, vainas de algarrobo, raíces de carrizo, albaricoquillo, el piquillín, etc. La carne era asada y los vegetales se comían crudos.

En cuanto a la vestimenta, utilizaban el cuero que a veces era teñido usando como pigmentación la hematite, que es una roca blanda que contiene  una gran cantidad de hierro, con ella obtenían un color ocre o pardo. El calzado era una sandalia de cuero similar a las “ojotas”.

Utilizaban accesorios como adornos, cabe mencionar las pulseras, pendientes y collares, las construían con huesos de aves, piedras, semillas, uñas de ñandú.

Para combatir el frío se refugiaban en los aleros rocosos, cuevas y cavernas, los primitivos cazadores producían y manejaban el fuego.

Por no ser una comunidad numerosa las enfermedades infecciosas, contagiosas y epidémicas como la viruela, la gripe, el cólera, etc. no los afectaba; respecto a las parasitarias, no contaban con un clima que las favorezca.

La organización sociopolítica de estos grupos era sencilla debido a su tamaño, por lo tanto no es posible todavía hablar de tribus.

Hacia el año 1.800 a.C. se empezó a domesticar plantas, entre ellas el zapallo, la quinoa, el mate. La introducción de la agricultura en esta comarca significó necesariamente el desarrollo de técnicas de riego, debido al déficit de humedad que presenta el suelo y a la aridez del clima.

La construcción de los sistemas de riego requirió del trabajo forzado de muchos individuos.

La alimentación estaba basada en la cacería y la recolección a lo que se sumaron los nuevos vegetales cultivados, los que cada vez fueron más importantes, hacia el año 250 a. C. Se introduce el poroto y el maíz más o menos en el año 100 a. C.

Los molinos planos ahora cumplirían otra función, moler granos y obtener harinas, especialmente de maíz.

Los habitantes de esta época tenían un tamaño no muy distinto de los primeros habitantes, tenían una estructura corporal grácil, con cabellos abundantes de color castaño y lacio.  Su rostro era alargado, frente amplia, pómulos prominentes, nariz aguileña, ojos medianos, labios finos, mandíbula firme. Tenía una dentadura sana casi sin caries (debido al tipo de alimentación con granos duros y raíces con gran contenido de sales y el polvo de roca generado en la molienda generaban una importante abrasión en las muelas haciendo desaparecer las cúspides y por lo tanto aplanándolas).

El equipamiento técnico mejoró, las puntas de proyectil casi siempre se construían de piedra silícea, a la que le daban forma triangular, sus dimensiones variaban entre 36 mm. y 50 mm. Aparecen artefactos para las tareas agrícolas, por ejemplo azadones de placa de piedra con la que se hacían surcos y con las que se construyeron redes de irrigación.

El hueso se utiliza para la confección de presionadores para realizar finos retoques al material de piedra, leznas para agujerear el cuero. Aparece la aguja con ojo, se utiliza la cascara de zapallo como recipiente para líquidos  y granos y cestos para contener alimentos.

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