Descenso a Egipto y otros relatos inquietantes

Descenso a Egipto y otros relatos inquietantes

De Algernon Blackwood

Uno de los autores de los que nunca imaginé que terminaría hablando demasiado, es sin duda Algernon Blackwood. Cuando leí por primera vez en el 2018 Antiguas brujerías en la antología Bienvenidos al Sabbat, que pasó brevemente por mis manos, no pensé que con el correr del tiempo iba a ser testigo de gran parte de sus relatos. Aún sigo expectante ante alguna posible traducción de El centauro, que a estas alturas estoy tentado a leerla en su idioma original.

Lo anterior lo comento porque, de las dos novedades que Valdemar ha sacado de lo que va del año —dejando de lado las reediciones—, jamás pensé que a sus filas se sumaría otro libro del británico aventurero. He de declarar con franqueza que no era un libro al que le tuviera muchas ganas, debido a que venía de leer El Valle perdido y otros relatos alucinantes, publicado por Perla Ediciones. Si bien las historias de ese libro me gustaron muchísimo —de hecho, algunas de mis favoritas de Algernon como Los malditos y La regeneración de lord Ernie están ahí —, no mentiré que me costó un poco de trabajo terminarlo porque, hasta ahora, son las narraciones más extensas de Blackwood que han pasado ante mis ojos y en cierto modo quedé satisfecho de él; no pensaba volver a tocar otro libro suyo hasta que me hiciera con el tomo faltante de Siruela. Sin embargo, una sensación de deseo muy pulsante me tentaba a echarle un vistazo; como si alguien, desde el más allá, estuviese mandándome señales psíquicas que constantemente me decían: «Tienes que leerlo… Tienes que leerlo. ¡Por mis hermanos del Amanecer Dorado! ¡Tienes que leerlo!». Y a pesar de que soy más partidario del Amanecer Púrpura y espero con ansias el retorno del poderoso Saturno, decidí atendar al espíritu de Blackwood con la finalidad de que ustedes tuviesen una pronta referencia si es que deseaban hacerse con el ejemplar.

¿Qué más puedo decir de Blackwood que no haya comentado ya? A estas alturas no voy a proporcionar datos reiterativos que ya están en los otros 4 vídeos que le he dedicado; de hecho, y pasando de lleno a lo que es el contenido del Gótica 128, Descenso a Egipto y otros relatos inquietantes, creo que Valdemar también lo pensó así, pues no tenemos ninguna introducción o prólogo en las páginas iniciales; el único apoyo será la sinopsis en la parte posterior y eso es todo. Creo que una vez les había comentado que leer sin la ayuda de los prólogos es también muy enriquecedor; así la experiencia es sólo nuestra, ya que a veces nos contaminamos por la influencia de aquel que da apertura a los volúmenes (o en su defecto ese que lo reseña).

Con un total de 8 historias, Descenso a Egipto y otros relatos inquietantes nos sume nuevamente al mundo parasicológico de Blackwood que, nutrido por sus viajes y erudición esotérica, brinda un panorama en exceso sobrenatural plagado de dimensiones alternas, dioses antiguos y uniones humano-deidad más allá de lo convencional. Creo que de todos los libros de cuentos de Blackwood que he leído, este es el que más apunta hacia esos temas, siendo uno que me había dejado enganchando luego de la lectura de Una víctima del espacio superior, perteneciente a la serie de John Silence.

El tema se hace presente desde el primer cuento, The Land of Green Ginger, en donde un escritor recuerda con lucidez el suceso que le impulsó a escribir historias de fantasmas y de misterio. El concepto de «El doble», tan clásico en la literatura fantástica, estará presente aquí gracias a un espejo mágico, dejando al descubierto otro tópico también importante dentro del subgénero el cual es el dualismo humano; esa eterna lucha entre el bien y el mal dentro de nosotros mismos.

Para aquellos que por una cosa o la otra no puedan conseguir El valle perdido, de Perla Ediciones, en este libro también se incluye el relato de Los malditos, el cual, ha sido renombrado como Los condenados y que ya he dicho que es de mis preferidos. No teman, la idea central se mantiene y la traducción de ambos es buena. Si quieren saber de qué va esta historia, les sugiero que vean el vídeo anterior de Blackwood que aparecerá sugerido arriba, en la derecha.

A partir de aquí es cuando en verdad el tomo alcanza un buen nivel. Uno de los elementos de Blackwood en sus historias es el misterio; de hecho, creo que de los pocos que escritores que se apropian de este estilo y lo mezclan magistralmente con lo sobrenatural; no por nada existe John Silence. Una prueba de ello la tenemos en Una soga de tres cuerdas... en donde sabremos lo acontecido a un hombre un tanto misántropo, asocial o taciturno —como ustedes prefieran decirlo— que es claramente una autorreferencia del propio autor; algo que veremos en posteriores cuentos. Similar a El hechizo de la nieve que se incluye en el volumen de El Wendigo, una bella mujer espectral lo incitará a cometer el pecado de la autodestrucción, al hostigarlo con los recuerdos tormentosos de su padre y abuelo. El lugar en donde la acción toma lugar está embrujado, por lo que Una soga de tres cuerdas... posee el sello indiscutible del escritor.

Aún con todo ello, Las alas de Horus es, desde mi perspectiva, uno de los mejores. Cuando leí algunos comentarios tempranos en la página de Goodreads por mero morbo, me percaté que algunos usuarios decían que esta historia poseía un protagonista de porte ridículo que era imposible que asustara. Quizás el redactor de esa opinión en Goodreads comulgue con lo que Lovecraft expresa en su ensayo respecto al defecto de Blackwood al ser muy técnico al momento de emplear temas místicos en sus obras. Luego de reflexionarlo, pienso que hasta cierto punto tienen razón y creo que eso mismo ocasiona el que no se le capte el enfoque que el británico intentaba darle. En la sinopsis de El pseudonimicón, Phil Hine, su autor, comenta, y cito:

...