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EL COOPERATIVISMO EN COLOMBIA


Enviado por   •  1 de Febrero de 2015  •  5.519 Palabras (23 Páginas)  •  496 Visitas

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COOPERATIVISMO EN COLOMBIA

Las iniciativas cooperativas partieron desde comienzos de este siglo de personalidades imbuidas de sentido de equidad y justicia social como el general Rafael Uribe que en 1904 planteó la creación de cooperativas. En 1923 el padre Adán Puerto promovió organizaciones cooperativas en el oriente colombiano.

En 1931 se promulgó la primera ley de cooperativas cuando eran prácticamente inexistentes en el país, siendo las primeras las de ahorro y crédito y de tipo cerrado. Posteriormente, el cooperativismo fue apreciado por los grupos poblacionales medios como organizaciones que podrían atender una variedad de sus necesidades, por tal motivo, las organizaron como cooperativas multiactivas con secciones de ahorro y crédito en la mayoría de ellas. En la década de 1980 la OIT prestó su cooperación técnica en la formulación de los planes de desarrollo cooperativo y de capacitación.

El movimiento cooperativo en 1993 estaba compuesto por más de 5.000 cooperativas a las que se añade unas 3.000 del sector solidario que, en conjunto, prestan servicios a 2.853.000 asociados y sus familiares. El índice de penetración cooperativa alcanzó el 8,6 por ciento.

Del conjunto cooperativo colombiano destacan las de ahorro y crédito, les siguen en importancia las de comercialización, trabajo y transporte y las de tipo multiactivo. Merecen mención especial las cooperativas de caficultores que asocian a más de 135.000 productores minifundistas.

Desde el punto de vista de la integración cooperativa, a partir de los años 1950, se inició un vigoroso proceso que llevó a la constitución de la Unión Nacional de Cooperativas (UCONAL) (1959), luego se formó la Asociación Nacional de Cooperativas (ASCOOP) (1960), seguida de la Central Cooperativa de Desarrollo Social (COOPE), posteriormente, el Instituto de Financiamiento y Desarrollo Cooperativo de Colombia (FINANCIACOOP) que es el actual Banco Cooperativo de Colombia (BANCOOP), y una entidad de seguros denominada Seguros La Equidad. Este proceso de integración culmina con la constitución de la Confederación Cooperativa de Colombia (1981).

EL FUERTE BRAZO DEL COOPERATIVISMO EN SANTANDER

En el seno del sindicalismo nació la que es para muchos la única forma de conseguir crédito y ahorro para mejorar su calidad de vida. Este movimiento, promovido en sus orígenes por los trabajadores, es uno de los renglones financieros más importantes del país y está en la mira de entidades mundiales para desarrollar grandes proyectos de equidad social.

Quien diga que el carácter santandereano esta ligado al egoísmo y el individualismo, está muy equivocado. Al menos eso puede concluir tras analizar el excelente ejemplo de las cooperativas nacidas en la región, que han sido un fuerte brazo del sector financiero del departamento.

La investigación sobre el cooperativismo en Santander concluye que en el departamento no se registran altos niveles de concentración. Pero no desconoce la importancia de este fenómeno desde el punto de vista económico y social del país, al facilitar el acceso a créditos para quienes no lograban obtener ventajas del mercado financiero.

En Santander hay 22 cooperativas de ahorro y crédito y 14 cooperativas multiactivas e integrales, con secciones de ahorro y crédito, cuyos activos ascienden a $238.896 millones y 55.940 millones respectivamente.

Estas cifras demuestran la importancia que tiene el cooperativismo para el sector bancario.

UN ORIGEN SINDICAL

Las bases del cooperativismo en Santander son las mismas que tuvo el movimiento en el resto del país: una clase trabajadora busco mejorar sus condiciones de vida. Alrededor de este propósito se unieron y comenzaron a nacer las primeras cooperativas.

El epicentro de este movimiento fue en la provincia Guanentina mas exactamente en San Gil y sus alrededores, impulsada por un grupo de Sacerdotes de la Pastoral Social quienes organizaron las CEPAS, conformadas por jóvenes y adultos que empezaron con un trabajo comunitario que termino en la formación de cooperativas como Coopcentral y Unisangil

El desarrollo del sistema cooperativista fue impulsado por el Gobierno como una estrategia para enfrentar los efectos negativos de la gran crisis económica iniciada en 1929, la cual duro buena parte de la década de 1930.

Para formar el modelo cooperativo, hoy conocido por todos, se necesito aplicar el ejemplo de cooperativas de crédito y consumo de los Estados Unidos, haciendo una combinación con los conceptos del Partido Socialista Revolucionario que desde 1926 alentó a los obreros para que apoyaran la fundación de nuevas cooperativas.

Aunque las cooperativas han evolucionado para prestar servicios como multiactivas, especializadas, integrales, financieras y de trabajo asociado, mantienen su objeto social donde “la unión hace la fuerza”.

Los orígenes de algunas grandes cooperativas de la región se remontan a mejorar las condiciones de vida de sus asociados, donde todos ponen un capital de trabajo y después vienen los beneficios. “Fue el caso de Cotrander. Había un sector de transportadores con buses viejos para trabajar, que decidieron unirse, agrupar un capital y con eso compraron nuevos buses para ponerse a trabajar en sociedad”.

De ahí en adelante se han formado buenas entidades financieras, que no solo se dedican a prestar y ahorrar entre sus asociados. En zonas alejadas, donde las cooperativas son minúsculas para el ámbito nacional, figura como eje recreativo y motor principal de la vida de los habitantes de pequeños municipios.

“Esa cooperativa pequeña y apartada es la que jalona el mejoramiento de la calidad de vida de sus vinculados”. En aquellas regiones lejanas, donde un campesino tiene poco dinero para vivir, si cae enfermo o necesita comprar insumos para sus cultivos, se vería en dificultades económicas para costearse un tratamiento o para viajar hasta el municipio donde puede comprar sus materiales.

Con el modelo cooperativo puede obtener ayuda médica sin necesidad de salir del municipio, o puede adquirir a bajo costo y sin intermediarios los artículos que necesitan para trabajar.

SOBREVIVIERON A LA CRISIS

Ante la crisis de la economía nacional entre los años 1997 y 1998, se hicieron evidentes las debilidades del sector cooperativo y estas entidades empezaron a desaparecer.

De las 20 mas grandes en el campo del ahorro y crédito, desaparecieron 17. De los intermediarios financieros fuertes de Colombia desaparecieron 72, entre ellos el Banco Central Hipotecario y la Caja de Crédito Agrario.

Al mismo tiempo, el gobierno del presidente Ernesto Samper emitió una circular ordenando que las entidades oficiales debían retirar el dinero que tuvieran consignado en el sector cooperativo, lo que en la practica quebró al Banco Cooperativo.

Por ejemplo, la DIAN tenía depositados $120 mil millones, que fueron retirados en un mes. Por otra parte, cuando comenzaron a disminuir las tasas de inflación, las inversiones en activos fijos perdieron su valor lo que también indujo a la quiebra de varias cooperativas.

“El clima de incertidumbre era tal, que en Bucaramanga se hacían apuestas sobre cual sería la siguiente cooperativa que se declararía en quiebra. Ya lo habían hecho Cupocrédito, Cosibaté, Coperamos y Coperadores”,

Santander fue un departamento donde no se resintió tanto el sector cooperativo. De las entidades que habían, desaparecieron solo dos. Esto demostró que en la región el cooperativismo se creo alrededor de un alto grado de responsabilidad social y una escala de valores definida.

APARECE FESCOR

Después de la crisis, el sector cooperativo nacional tomo un nuevo impulso en la región, a partir del proceso de unidad y la creación de la Federación de Cooperativas del Oriente, Fescor, experiencia que se replico en el resto del país.

Fescor se convirtió en la confederación cooperativa del sector, Confecoop.

Desde Santander se democratizo la dirección de Confecoop, al establecer capítulos regionales y la nueva junta de la confederación quedo formada por cinco miembros de los capítulos regionales y cuatro de las entidades nacionales.

El congreso observo este cambio, lo cual ayudo para que la legislación fuera un poco mas favorable, que genero como consecuencia resultados económicos y sociales que vieron reflejados en las entidades financieras.

Ahora el sector cooperativo representa el 0.5% del producto Interno Bruto y en la actualidad es el tercer sector económico de la vida nacional.

PERSPECTIVAS

El cooperativismo no escapa de la realidad mundial de fortalecerse ante la llegada del Tratado de Libre Comercio y comprende que es la única vía para que las clases de menos oportunidades económicas alcancen su desarrollo económico y social.

El sector solidario entiende que puede adelantar proyectos con capitales mínimos y así atender las necesidades y requerimientos de las localidades pequeñas que necesitan de oportunidades efectivas.

Este trabajo es visto con buenos ojos por organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo, OIT, la Organización de la Naciones Unidas, ONU y la Comunidad Económica Europea, CEE, que gira recursos al sector cooperativo para conceder créditos a nuevos proyectos de microempresas y famiempresa.

Para lograr este objetivo el cooperativismo santandereano debe desarrollar proyectos productivos que generen grandes excedentes y estos retornen a los asociados y a la comunidad.

PRINCIPALES COOPERATIVAS

LAS PROVINCIAS DONDE SE DESARROLLA EL PROYECTO

El departamento de Santander está compuesto por seis provincias: De Soto, Comunera, De Mares, Guanentina, De Vélez y García Rovira. Más del 50 % de la población vive en la Provincia de Soto, en la cual se ubica la ciudad capital del departamento (Bucaramanga con 414.365 habitantes). En las provincias Comunera y Guanentina, donde se realiza el estudio, habitan 221.025 personas, que representan el 13.86% de la población total del departamento.

En la zona bajo estudio, que comprende los municipios de Barichara, Galán, Mogotes, San Gil, Socorro, Valle de San José y Villanueva, viven 97.733 habitantes (según el censo de 1993). De estos municipios, San Gil y Socorro pueden catalogarse como centros urbanos, el primero relativamente importante como cabecera provincial y el segundo, como centro comercial en proceso de estancamiento. Los cinco municipios restantes pueden considerarse como rurales. Estos siete municipios representan el 44% de la población total de las dos provincias y abrigan a una población de origen campesino que representa el 41.9% de dicha población.

En este espacio agrario coexisten campesinos, empresarios agropecuarios capitalistas y latifundistas ganaderos. Estos actores tienen lógicas y motivaciones diferentes para la producción. Los empresarios buscan antes que nada el lucro individual, los campesinos la subsistencia y los latifundistas la comodidad social y económica. Dentro de este espacio la economía campesina juega un importante papel, tal como acontece en todo el país (J. Forero, 1991).

La economía campesina de la zona, tiene una lógica de producción poliactiva, que busca lograr una seguridad alimentaría con base en la cual pueda enfrentar las amenazas y oportunidades que se presentan en su entorno. Así, los productores campesinos aprovechan la ventaja que representa el vivir en diversos climas y alturas para estructurar su posibilidad de reproducción. Orienta todas sus actividades a lograr la reproducción de la familia como unidad económica de producción y consumo. Aún en los municipios donde se encuentra cierta especialización a causa de determinados microclimas, como es el caso de Villanueva, Mogotes y Valle de San José, el campesino cultiva más de un producto. En la zona se cultiva fríjol, café, caña panelera, maíz, tomate, tabaco, millo, yuca, pastos, papaya, arveja, frutales, plátano, cacao y fique. Además, esta economía, desarrolla actividades pecuarias, artesanales, mineras, de servicios y agroindustriales.

La zona está sometida a un intenso proceso de cambio, que se ha venido dando desde hace más de diez años y que se ha dinamizado por la pavimentación de las carreteras que unen a varios de estos municipios (Barichara, Villanueva y Valle de San José) con San Gil y Socorro. Este cambio se ha manifestado en un lento proceso de despoblamiento de las zonas rurales y en un crecimiento de los cascos urbanos; en ocho años la población asentada en estos municipios ha crecido en 4.329 personas. Este cambio se ha producido de manera diferente en los municipios; así, en Galán, Mogotes, Socorro y en menor proporción, Villanueva, la población total ha disminuido, en tanto que en San Gil, Barichara y Valle de San José la población creció.

Este despoblamiento progresivo ha creado una seria amenaza para la lógica productiva del campesinado; la escasez de mano de obra, provocada por la migración permanente de jóvenes y adultos (entre los 15 y 35 años) que salen a buscar nuevos horizontes, y por el descenso dramático que ha tenido el tamaño de la familia en la región. Esta escasez de mano de obra trata de ser suplida por una multiplicidad de relaciones socioeconómicas (contratos, sociedades, compañías, aparcerías, arrendamientos, etc.), que se dan, tanto entre los campesinos medios, los minifundistas, los hacendados y los campesinos sin tierra, como " entre iguales" (entre campesinos medios, entre minifundistas, o entre campesinos sin tierra).

La sociedad y economía campesina de la zona se encuentra articulada, hoy en día, muy fuertemente al mercado a través de procesos de monetización de insumos y venta de productos y en menor proporción por el pago en dinero de jornales. De otro lado, se encuentra asumiendo el cambio técnico en la medida de sus recursos y sus capacidades.

Esta sociedad y economía campesina no es homogénea, sino heterogénea y diversa, como sucede en todo el país.

Esta heterogeneidad de la economía campesina se expresa de una manera diferente, entre uno y otro Municipio, como sucede por ejemplo en el caso de la producción. Se puede destacar la evolución positiva de los cultivos en Villanueva, en donde además una gran mayoría de los productores campesinos complementan su actividad agropecuaria con el tejido de sacos de fique, que representa una fuente estable mínima de ingresos para la familiar. En el Valle de San José y Barichara, la expansión de los cultivos ha sido menor, siendo negativa en San Gil, Mogotes y Socorro.

Las posibilidades de desarrollar nuevas líneas de producción que respondan a las tendencias del mercado nacional e internacional no son muy claras; el caso de Barichara señala que posiblemente una alternativa viable es el desarrollo de la diversificación e integración de varias actividades agropecuarias. El tabaco y el fríjol siguen siendo las alternativas mercadeables más claras.

3. LA PRESENCIA COOPERATIVA EN LA ZONA

Aunque el cooperativismo aparece en Colombia a partir de 1931, en las provincias bajo estudio sólo comienza a tenerse noticia de este fenómeno desde finales de la década del cincuenta. Por esta época, la Iglesia Católica comienza a impulsar la idea de cooperativas municipales de ahorro y crédito, buscando apoyarse en ellas para propiciar el proceso de desarrollo de la sociedad y economía provincial.

Hoy en día, después de más de 37 años de haber sido creadas las primeras cooperativas de base en la zona (Servimcoop-Mogotes-, Comulseb-Barichara y Coopvillanueva- Villanueva-) se ha generado todo un sistema cooperativo que presta, eficiente y exitosamente, servicios financieros y complementarios a la comunidad rural allí aposentada.

Este sistema ha pasado por diferentes momentos de crisis, pero puede considerarse como exitoso, en cuanto tiene que ver con la satisfacción de las necesidades más urgentes de la comunidad asociada a estas cooperativas.

3.1 Existencia de una capacidad gerencial

El primer resultado importante encontrado en la experiencia cooperativa analizada, es haber generado, mantenido y consolidado una capacidad gerencial exitosa expresada en núcleos básicos de asociados (equipos de trabajo) existentes en cada una de ellas, que son los responsables de la administración y conducción de la empresa.

Estos núcleos básicos están conformados por grupos de asociados directivos y, gerentes que asumen el manejo y la gestión de la cooperativa y que se van rotando de una manera periódica, según lo demanden los estatutos de la cooperativa.

Estos núcleos están orientados por la doctrina cooperativa y la doctrina social de la iglesia; llevan a cabo una gestión participativa y efectiva que prioriza el beneficio común por encima del interés individual. En los casos estudiados, los núcleos básicos han evolucionado, de ser un puñado de idealistas o interesados, a equipos y grupos de trabajo relativamente amplios, que asumen totalmente la administración de la cooperativa.

La mayor participación que se ha ido logrando por parte de los socios directivos, ha ido acabando con la imagen de la cooperativa en la cual el gerente era considerado su dueño; en las ocho cooperativas seleccionadas, el poder -en la organización y en la gestión-, descansa en equipos de personas que trabajan pensando y actuando principalmente por la empresa y la comunidad. Es un estilo de gerencia colectivo que implica a un número relativamente importante de asociados. Hoy en día, los asociados directamente involucrados pueden oscilar en 15 y 40 por cooperativa.

En los últimos diez años, en la mayoría de estas cooperativas se ha experimentado un cambio en la concepción del poder dentro de la empresa; de la existencia de núcleos básicos reducidísimos, casi como "roscas" de socios que buscaban más el beneficio personal, han evolucionado a grupos más amplios de asociados preocupados , más por el bienestar de todos que por la satisfacción personal o de sólo unos pocos.

Basados en el pragmatismo de sus iniciadores y en el análisis de la experiencia propia y externa, de la cual se retoma lo positivo de la situación evaluada y se hace de lado lo que se considera desacertado, se va logrando la preparación y cualificación de los miembros del núcleo básico; es un aprendizaje cotidiano. Cuando la central cooperativa, Coopcentral, prestaba los servicios de auditoria y asistencia técnica, se logró estructurar una escuela de gerencia en la practica, donde el proceso de evaluación, seguimiento y auditoria a las cooperativas socias se convirtió en el mejor taller de preparación de gerentes y socio directivos.

Esta experiencia fue decantada y apropiada por cada cooperativa, dando origen a su propia forma de preparación y capacitación de los directivos. Se puede afirmar que el trabajo colectivo, de equipo, que realiza el núcleo básico en el manejo le cada una de las empresas seleccionadas, se ha convertido en una verdadera escuela en donde se desarrollan y se aprenden habilidades para la dirección, el control y la gestión de la cooperativa.

3. 2 Las cooperativas de corte municipal

Teniendo en cuenta las condiciones sociales, económicas y culturales predominantes en la base social y la motivación principal que anima a al empresa, las ocho cooperativas seleccionadas (Comulseb, Servimcoop, Coopvillanueva, Cooperativa del Valle de San José, Comuldesa, Comultrasan, Coopmujer y Coescoop), se han clasificado en cooperativas de corte municipal y cooperativas con orientación regional.

Las cooperativas ubicadas en los municipios de Barichara, Villanueva, Valle de San José y Mogotes se caracterizan porque su base social es, en un buen porcentaje, de origen campesino. Teniendo en cuenta la tipologización mencionada anteriormente, encontramos minifundios estables en los municipios de Barichara, Valle de San José y Mogotes, campesinado medio principalmente en Villanueva y minifundio deprimido en Mogotes.

La orientación principal de estas empresas, es la de apoyar e impulsar el desarrollo de la economía, tanto de los asociados como de la comunidad municipal, y su compromiso es el logro del bienestar común, en el marco del planteamiento cooperativa. En ellas, el objetivo principal es el bienestar de todos los asociados. Prima lo social por encima de lo individual y la empresa se concibe como motor del desarrollo local, entendido este, para todo el mundo.

Estas cooperativas prestan múltiples servicios (financieros básicos y complementarios- uso maquinaria agrícola, venta de insumos, comercialización, educación, salud, recreación, consumo-). Estos servicios tienen una clara orientación social; satisfacer las necesidades del asociado y la comunidad.

Estas cooperativas mantienen las ventajas que genera el haber puesto en marcha un modelo empresarial apoyado en las condiciones sociales, económicas y culturales locales. Así han logrado eficiencia económica y administrativa (disminución de costos y gastos en la prestación de los servicios financieros), a la par de mantener el poder, en términos relativamente democráticos al interior de la organización, habiendo logrado desarrollar una gerencia colegiada que se expresa en un equipo de trabajo sobre el cual recae la responsabilidad por la dirección, el control y la gestión de la empresa cooperativa.

Por ello, la decisión de dar prioridad y concentrarse en la sociedad y economía municipal, ha sido tomada conscientemente, para evitar el riesgo de perder eficiencia económica y administrativa y el poder en la organización, tal como sucedió en algunas de las cooperativas de la región que adoptaron el modelo de apertura financiera.

3.3 Las cooperativas de orientación regional

En estas empresas, la base social esta representada principalmente por personas que viven en los cascos urbanos, dedicadas a actividades diferentes a la producción agropecuaria (empleados públicos y privados, comerciantes, artesanos, microempresarios); el campesino se encuentra asociado, pero la empresa no se orienta hacia él. La empresa busca la satisfacción de las necesidades del asociado, desde una visión más individual que colectiva, lo que ha conducido a perder de vista, como objetivo central, la economía municipal; la preocupación por la comunidad se individualiza y se da primacía a la satisfacción de necesidades desde la perspectiva personal.

En este tipo de cooperativas se pueden ubicar dos sectores; las cooperativas que tienen una base social mixta, mezcla de los sectores urbano y rural, y las que tienen una base eminentemente urbana. En el primer caso se pueden ubicar Coomuldesa (sede en Socorro), Comultrasan y Coopmujer (en San Gil) en las cuales, aunque predomina el asociado urbano, tienen un número importante de asociados de origen campesino. El segundo caso está perfectamente tipificado por Coescoop (sede en San Gil), cuya base social está conformada por los empleados de las cooperativas de la región.

A pesar de haber diferenciado a las cooperativas escogidas, en los dos tipos anteriores, en ellas se encuentran elementos comunes tales como, la prestación eficiente de los servicios y el sentido social de la acción empresarial.

3.4. El Desarrollo de un Modelo Empresarial Cooperativo

En las provincias Guanentina y Comunera, se ha generado un cooperativismo de servicios, de carácter periférico, que ha permitido el desarrollo de una sociedad provincial rural y que ha colaborado en el sostenimiento de la economía campesina que se encuentra ubicada allí.

Los pequeños y medianos productores campesinos, asociados a estas cooperativas, han logrado en el transcurso de estos años acumular, peso a peso, un capital económico y social, que ha convertido a estas cooperativas en motores del desarrollo local y regional. Este modelo empresarial se caracteriza porque presta servicios financieros y complementarios de una manera eficiente y exitosa.

Este éxito y la eficiencia en la prestación de los servicios, se manifiesta en el hecho de que las cooperativas han logrado operar a menores costos que las entidades financieras convencionales con las cuales compiten, ya que han aprovechado las características socioeconómicas y culturales locales para disminuir los costos asociados a la obtención de información sobre las posibilidades de pago de los usuarios del crédito. Son realmente empresas compuestas por personas que se conocen entre si (Fedesarrollo 1992). Aunque la eficiencia no se ha medido cuantitativamente, se sabe intuitivamente que se tiene una mayor eficiencia, pues con la misma gente realizan más actividades. Así mismo tienen una cartera vencida muy reducida o cercana a cero.

Esto es evidente en las cooperativas de corte municipal; en ellas, los que asignan el crédito, -sus núcleos básicos-, dan mayor importancia al conocimiento que se tiene del asociado y a las relaciones de confianza y parentezco que, a los formularios y formatos propios de las entidades financieras convencionales. Este reconocimiento de las condiciones propias de la localidad permite flexibilizar los términos de colocación de los créditos, adoptándolos a las necesidades de los usuarios, ya que se pone mayor atención a las condiciones concretas.

En estas cooperativas se evidencia, que tanto el núcleo básico como el asociado, respetan los principios en que se encuentra basado el contrato financiero exitoso. Todos entienden que obtienen más ventajas de la operación solvente de la cooperativa que de la operación insolvente que la obligue a cerrar sus puertas (Fedesarrollo, 1992).

Sin lugar a dudas, la mayor claridad en este aspecto la tienen el gerente y los socios directivos, quienes son bien concientes de a quién se le colocan los recursos y de que deben hacer cuando un asociado entra en problemas; la norma general es que si el asociado ha usado honesta y seriamente el crédito, no se presiona el cobro judicial, sino que se refinancia las veces que sea necesario para sacar adelante al asociado. Y el asociado que ha recibido el crédito, tiene claro que debe pagarlo para que la cooperativa siga prestándole los servicios básicos que necesita.

Puede afirmarse que el éxito y la eficiencia en la prestación del servicio de crédito en las cooperativas seleccionadas, se debe a que se conoce relativamente bien al prestatario, el proyecto y la garantía. Además, debe tenerse en cuenta que estas cooperativas han logrado darle una efectividad sobresaliente al ofrecimiento de servicios complementarios al asociado. De esta manera han logrado desarrollar un instrumento importante para mantener su presencia en la zona y aún, desestimular la competencia. Parte del éxito, ha sido reconocer el carácter poliactivo que tiene el productor campesino de la zona.

3. 5 La Gerencia Social

El estilo gerencial que se encuentra en las cooperativas seleccionadas, está bien definido. Se puede hablar de una gerencia social que, orientada por el ideal cooperativo, busca el bienestar común. Los núcleos básicos priorizan el interés general por encima del interés personal, así unas cooperativas den más énfasis a lo comunitario y otras a lo individual. En síntesis, estos núcleos tienen clara la responsabilidad social de la empresa.

Se ha desarrollado una idea de responsabilidad, basada en el conocimiento de su entorno inmediato y con un alto sentido de compromiso con la comunidad. Esta visión supera la que prevalece en el empresario privado, quien delimita su responsabilidad social en la creación de empleo y el pago de impuestos. Es una responsabilidad fundamentada en la búsqueda de mejorar la calidad de vida del asociado. En esta visión gerencial se ha logrado el equilibrio entre el cuidado y crecimiento del patrimonio y demás recursos comprometidos en la empresa y la búsqueda de transformar las condiciones de inequidad de la sociedad.

Estas empresas logran producir un conjunto de servicios realizados con una misión y una visión orientada a facilitar el bienestar de sus asociados, los empleados y la comunidad, en un medio de acción especifico (municipal o regional). Esta acción social está centrada en valores y en una ética que obra en servicio de una causa social y no meramente económica (Andrade et al, 1996)).

Las cooperativas escogidas han logrado adecuar su estructura organizacional y organizativa para lograr el equilibrio entre el objetivo social y el objetivo económico. Así, han dado lugar a un clima organizacional orientado hacia el logro de una sociedad justa donde se asume con responsabilidad la acción social, en un marco del eficiencia económica y administrativa. Han logrado, niveles satisfactorios de gestión social, desarrollando un estilo gerencial y empresarial humanista, que muestra resultados en cuanto al mejoramiento de la calidad de vida de los grupos sociales vinculados.

Los responsables de las cooperativas, administran pensando en los problemas de la comunidad; están atentos a las quejas de los usuarios, se preocupan por el buen servicio y la transparencia en la toma de decisiones. Este grupo de personas trabaja con y para la comunidad. También realizan acciones de control y monitoreo; permanentemente revisan, evalúan, analizan, discuten y ajustan los planes, y actividades que la cooperativa realiza; sin embargo, hasta ahora, el autocontrol y la autorregulación son sólo aspectos que caracterizan al estilo de gestión del núcleo y no de la base social. La mayoría de los asociados se mantiene todavía ausente de un verdadero control social como lo pregona la doctrina.

3.6 El predominio de una visión localista

A pesar del proceso de cualificación que se ha venido dando entre el núcleo básico, prima entre sus miembros una visión que se reduce al ámbito municipal o provincial. Esto se aprecia en el caso de las cooperativas ubicadas en los municipios de Barichara, Valle de San José y Villanueva, donde la empresa cooperativa se concibe más como un sistema cerrado, centrado en la economía local. Las cooperativas ubicadas en Socorro y San Gil, aunque tienen perspectivas más amplias, como sistemas abiertos que son, su radio de acción no llega más allá de la ciudad capital del departamento.

No es típico encontrar en estas cooperativas una preocupación por el entorno nacional o internacional. Esta visión localista se consolida, por un lado, por el esfuerzo hecho en afianzar la empresa a costa de reducir el proceso de integración cooperativa, que hasta mediados de la década anterior había venido liderando el Secretariado de Pastoral Social (SEPAS) y Coopcentral. Al aumentar el aislamiento de las empresas estudiadas, se fue perdiendo la posibilidad de seguir actuando dentro de un proyecto global. Lo que se ha ganado en Fortaleza económica y social en la cooperativa municipal, se pierde en capacidad integradora. Cada vez son más escasos los intercambios de experiencias y la realización de proyectos conjuntos.

Los logros obtenidos por las cooperativas analizadas, manifestados en el capital económico y social que se tiene disponible, pueden ser suficientes para potenciar la economía y la sociedad provincial a pesar de la escasez de recursos, si se tiene un horizonte común. De lo contrario, las presiones que generan los modelos actuales de desarrollo que se están realizando en el país y el mundo, son de tal magnitud frente a los recursos existentes, que pueden anular el potencial individual de cada cooperativa. Si se rompe el frágil equilibrio que hasta el momento ha vivido la economía campesina provincial, la cooperativa no tiene como responder. Si se presenta una crisis general en el Municipio, a causa de una baja extrema en los precios de venta de productos, una plaga, enfermedad o sequía, los recursos acumulados se volverían totalmente insuficientes para evitar el fracaso de los productores.

3.7 El papel de las cooperativas en el desarrollo local

El estudio realizado nos muestra, que la presencia de las empresas cooperativas se expresa con claridad en la dinamización de las economías campesinas, pero que es aún débil en la construcción de servicios de infraestructura, educación, salud y en las formas de influencia en las entidades territoriales.

La experiencia del curso-taller nos permitió comprobar que, en la zona, la empresa cooperativa es un eficiente agente de desarrollo; ellas han facilitado el acceso al crédito, han conseguido precios justos en la compra de insumos, artículos de consumo y en el alquiler de maquinaria; además han colaborado en los gastos de salud, educación, recreación.

Además, estas cooperativas de primer grado, han logrado mantener acuerdos de cooperación de diversos tipos (convenios de compra y venta, pago de suscripción) con otras entidades locales o regionales de carácter público o privado, demostrando ser un medio eficaz para distribuir los recursos disponibles, de la manera más democrática posible. Han conformado un sistema de cooperativas cercanas, con relativa cohesión social, que facilita y retroalimenta la maximización de los efectos redistributivos. (Jorge Coque, 1996).

A pesar de esta situación y siendo concientes de papel que el cooperativismo juega en el desarrollo de las localidades, debemos manifestar que todavía no logra alcanzar el nivel óptimo de presión e influencia en los niveles macrosociales, como para imponer una visión solidaria de las relaciones económicas, culturales y políticas. Sin negar el papel activo que juega como soporte de la economía local, se debe anotar que aún no logra tener una influencia real en la orientación, diseño y ejecución de los planes de desarrollo municipal, ni tiene un lugar preponderante en los procesos de privatización de los servicios públicos.

En síntesis, si bien tiene un rol importante en el desarrollo local, las cooperativas se mantienen en actividades tradicionales y muy poco han incursionado en las nuevas actividades que proporciona el proceso de descentralización que vive el país.

3.8. La mujer, un actor importante en la gestión cooperativa local

Otro elemento importante, que caracteriza a estas cooperativas, es el papel que la mujer se encuentra jugando en la gestión de la empresa. En Coomulseb (Barichara), Valle de San José, Comultrasan, Coopmujer y Coescoop, la gerencia está en manos de la mujer, en un proceso que en casi todas, tiene varios años de estarse dando.

Sin embargo, y a pesar de su importancia, este hecho no se ha estudiado en profundidad a fin de buscar posibles diferencias en los estados gerenciales, dependiendo del género que ocupe el cargo. Estas inquietudes y otras más, se han dejado para una fase posterior.

COOPERATIVAS DE SANTANDER

Pensar en la realidad social de Santander nos remite a mirar cual es la calidad de vida de sus habitantes. No solo la forma de satisfacer sus necesidades básicas sino también su participación en la actividad productiva, cultural, recreativa y política que se constituyen en elementos que la determinan.

Para contribuir al desarrollo de nuestro departamento varias personas interesadas han puesto en marcha ideas y servicios que generan empleo, desarrollo y bienestar en la región, a continuación se nombraran las cooperativas mas destacadas en Santander:

 Salud

Coomultrasalud.

Coomeva E. P .S S.A.

Coomultrasalud.

Coopesalud Ltda.

CoopesaludLtda I.P.S.

Cooperativa Multiactiva de la Salud de Santander: Coomulsander.

 Educación.

Coomuldesan Ltda.

Cooprofesores.

Comuna: cooperativa multiactiva universitaria nacional.

Coopfuturo.

Cooprofesionales Ltda. : Cooperativa multiactiva de profesionales de Santander Ltda.

 Servicios complementarios.

Comultrasan Multiactiva.

Coopasan.

Coopcentral Ltda.

Coopdesarrollo.

Coopenalco.

Coopenessa.

Cooperativa Cafetera del Nororiente Colombiano Ltda.

Cooperativa de Ahorro y Crédito de Santander Financiera Comultrasan.

Cooperativa de Ahorro para el Desarrollo Solidario de Colombia Coomuldesa.

Cooperativa de Impresiones y Papeleros del Oriente Ltda.

Cooperativa de servicios múltiples mogotes Ltda. Servimcoop.

Cooperativa de Trabajadores de Avianca.

Copetran.

Cootransmagdalena Ltda.

Cooperativa de Vigilancia de Santander: Coopvigsan Ltda.

Cooperativa Panelera de Santander Ltda.

Coopetrol: Caja Cooperativa Petrolera.

Coopmujer.

Cootracolta Ltda.

Cootragas C.T.A.

Cootadecol Ltda.

Cootrajorturbay.

Cotrander Ltda.

Coovisur Ltda.

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