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EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1929 Y LA AUTONOMIA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MEXICO RENATE MARSISKE

jarquinmartinez11 de Diciembre de 2011

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EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1929 Y LA AUTONOMIA

DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE MEXICO

RENATE MARSISKE(*)

Investigadora del Centro de Estudios sobre la Universidad, UNAM, México.

Introducción

Desde la fundación de la Universidad Nacional de México en 1910 ha sido de suma importancia el tema de las relaciones entre la sociedad, el Estado y la universidad. Por ello, es necesario realizar un análisis de los orígenes y de los contenidos de la autonomía universitaria, igual que de las circunstancias de su implantación en 1929. Por otro lado lo que hace tan interesante el estudio del movimiento estudiantil es su complejidad y su estrecha vinculación con la sociedad global. De esta manera el movimiento estudiantil de 1929 nos ayuda a comprender la sociedad mexicana de los años 20. Parece que el movimiento estudiantil y, sobre todo, sus posibilidades de éxito, está profundamente condicionado por el comportamiento de otros grupos; cuando le falta este apoyo, es incapaz por sí solo de alcanzar sus objetivos.

"La autonomía de las universidades públicas desde el punto de vista jurídico, implica la posibilidad que tiene una comunidad de darse sus propias normas, dentro de un ámbito limitado por una voluntad superior, que para el caso sería la del Estado. Esta capacidad que permite a una comunidad ordenarse a sí misma, implica la delegación de una facultad que anteriormente se encontraba centralizada en el Estado."(1) "Su autonomía consiste en la capacidad de formular su propia legislación, designar sus autoridades, planificar su actividad académica y disponer de sus fondos con plena libertad."(2) La autonomía universitaria tiene tres aspectos:

1. El de su propio gobierno;

2. El académico;

3. El financiero.

El primer aspecto permite que la universidad legisle sobre sus propios asuntos, se organice como le parezca mejor, elija a sus funcionarios y a su rector, según los requisitos que ellos mismos señalan. El aspecto académico de la autonomía implica que la universidad puede nombrar y remover su personal académico según los procedimientos convenidos, seleccionar a los alumnos según los exámenes que ella misma implanta, expedir certificados, elaborar sus propios planes de estudio, etc. Esta parte de la autonomía universitaria garantiza también la libertad de cátedra, tantas veces confundida con la propia autonomía. El aspecto financiero implica la libre disposición que de su patrimonio tiene la universidad y la elaboración y el control de su propio presupuesto. Aquí llegamos al punto débil del concepto de autonomía, ya que la universidad recibe la gran parte de su presupuesto del Gobierno Federal. Pero todo esto no significa que la autonomía institucional e intelectual en las universidades se transforma en una extraterritorialidad de derecho público.(3)

(1) BARQUIN, MANUEL: "La autonomía universitaria antes y después de la reforma constitucional de 1979", Deslinde Nº 134, México: UNAM, 1981, p. 3

(2) GARCIA LAGUARDIA, JORGE MARIO: La Autonomía Universitaria en América Latina, México: UNAM, 1977, p. 23.

(3) Compárese:

- PINTO MAZAL, JORGE: La autonomía universitaria -Antología- México: UNAM, 1974.

- LLINAS ALVAREZ, EDGAR: "¿Es posible medir la autonomía universitaria?", en: Latinoamérica, Nº 11, México: UNAM, 1978.

- RODRIGUEZ LAPUENTE, MANUEL: La universidad y el estado, Deslinde, Nº 63, México: UNAM, 1975.

- LOPEZ CAMARA, FRANCISCO: "Hacia una concepción dialéctica de la autonomía universitaria", Deslinde, Nº 53, México: UNAM, 1974.

La autonomía universitaria es un fenómeno predominantemente latinoamericano, nacida en 1908 con su primera aplicación en la Universidad de Montevideo,(4) hecha famosa con el movimiento estudiantil de Córdoba, Argentina, en 1918. En los siglos anteriores de su existencia, las universidades en América Latina estaban encargadas únicamente de formar profesionales para el mantenimiento del sistema en el que estaban insertas. La educación en este tipo de universidad conservadora tendía sólo a perfeccionar su carácter servil, acorde al sistema colonialista. "El sistema universitario latinoamericano, al principio de este siglo, se vio entregado, impotente al parecer, a los impulsos europeos y norteamericanos que le apremiaban. En este campo se desencadenó por entonces el mismo proceso que en el círculo económico se llevara a efecto con la distribución imperialista del mundo."(5) Frente a esta situación de dependencia política y cultural, los primeros movimientos de autonomía constituían un reclamo para un cambio tanto en las estructuras universitarias como en la sociedad entera.

(4) compárese: PARIS, BLANCA y JUAN ODDONE: La universidad uruguaya desde el militarismo a la crisis (1885-1958), Universidad de la República, Montevideo, 1971.

(5) STEGER, HANNS-ALBERT: Sobre la sociología de los sistemas universitarios del Occidente de Europa y de Latinoamérica en los siglos XIX y XX", en: SOLARI, ALDO E.: Poder y desarrollo en América Latina. México: FCE, 1977, p. 348.

Sánchez Mac Gregor plantea la interrelación forzosa entre la ciencia moderna y la democracia: la democracia es la posibilidad permanente de cambio y ésta a su vez es la función más importante que tiene la autonomía universitaria en los países latinoamericanos. "Tales factores encaran en la libertad de enseñanza e investigación confiriéndole a la Universidad Latinoamericana un status específico que necesita, a diferencia de las universidades anglo-americanas o europeas, para progresar en medio del subdesarrollo de los países latinoamericanos."(6) Leopoldo Zea define la autonomía universitaria en América Latina como un concepto de libertad, distinto del que anima a las universidades empeñadas en conservar un orden que consideraban como propio. "La libertad como conciencia crítica frente a las estructuras que se considera deberán ser cambiadas. Autonomía frente a las viejas formas de control mental impuestas, una y otra vez, por el colonialismo."(7) Según Leopoldo Zea, en América Latina no hay nada que conservar; en cambio, hay que buscar un nuevo orden para la universidad latinoamericana con estructura propia, sin la dependencia de los centros de poder. Frente a esta situación las universidades latinoamericanas exigen la autonomía. Aldo Solari(8) se pregunta por qué en América Latina la preocupación por la autonomía ha sido tan obsesiva para los movimientos estudiantiles, y da las siguientes respuestas:

1. Porque no hay separación entre lo político y lo educativo y por ende los políticos quieren utilizar la universidad para fines políticos;

2. Porque la educación como canal de acceso y de ascenso tiene un sentido especial en América Latina, y

3. Porque las universidades pueden ser un canal importante para grupos políticos minoritarios o secundarios que aspiran a tomar el poder.

(6) SANCHEZ MAC GREGOR, JOAQUIN: La autonomía universitaria y el cambio social, en Colección de Publicaciones del Cincuentenario de la Autonomía de la UNAM, Volumen I, México: UNAM, 1979, p. 275.

(7) ZEA, LEOPOLDO: "La autonomía universitaria como institución latinoamericana", en Colección de Publicaciones del Cincuentenario de la Autonomía de la UNAM, Volumen I, México: UNAM, 1979, p. 321.

(8) SOLARI, ALDO E.: "Los movimientos estudiantiles universitarios en América Latina", Deslinde, Nº 13, México: UNAM, 1972.

El 21 de junio de 1918 nace en Córdoba, Argentina, el primer movimiento estudiantil de gran importancia en América Latina.(9) La reforma universitaria, que más tarde se extiende por toda América Latina, significaba mucho más que un episodio estudiantil; su trasfondo fueron la Guerra Europea, la Revolución Rusa, aunque de menor importancia en América Latina en estos primeros años, y la Revolución Mexicana.(10) En Argentina -con Irigoyen- había llegado al poder una parte de la nueva clase media, que años atrás venía presionando para romper la antigua estructura política de oligarquías. Para ellos la universidad era un reducto de esta oligarquía, desplazada políticamente. La ideología del movimiento fue obviamente liberal, las disputas por la libertad de cátedra eran uno de sus puntos claves. Ernesto Garzón Valdés(11) ha señalado que el Movimiento de Córdoba trató de imponer en América Latina los principios del cientificismo moderno por medio del otorgamiento de la autonomía universitaria y así reconstruir la tradición europea en las universidades latinoamericanas, interrumpida desde el siglo XVIII. En esta primera etapa del movimiento universitario latinoamericano, la preocupación de los estudiantes era el lugar que iba a ocupar América Latina en el conjunto de los países capitalistas, no la destrucción del sistema. "Protesta contra vicios que habían impedido la incorporación de las sociedades latinoamericanas en el sistema creado por el liberalismo, en otra relación que no fuese la de dependencia ante los centros de poder de sus creadores."(12)

(9) Sin embargo, hay que señalar que su base (se constituyó) mucho antes: El Congreso Interamericano de Estudiantes que tuvo lugar en Montevideo en 1904, se pronuncia ya en favor de algunos tópicos que aparecen más tarde en todos los movimientos universitarios del Continente. Además, la ley universitaria de 1908 en Uruguay estableció que todas las facultades deben tener un representante estudiantil.

(10) Compárese:

- PORTANTIERO, JUAN CARLOS: Estudiantes y política en América Latina 1918-1938, México: Siglo XXI, 1978.

- RODRIGUEZ

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