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EL PAPEL DEL DOCENTE EN MÉXICO DESPUÉS DE LA REVOLUCION


Enviado por   •  3 de Octubre de 2015  •  Ensayos  •  2.021 Palabras (9 Páginas)  •  306 Visitas

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EL PAPEL DEL DOCENTE EN MÉXICO DESPUÉS DE LA REVOLUCIÓN

En el presente ensayo retomo algunas características del papel que han jugado los docentes en México después de la revolución mexicana, retomo cuatro formas de actuar muy marcadas por los que se han desarrollado los docentes, estos son; el maestro “misionero”, “socialista”, “profesional” y “trabajador de gobierno”

     

El maestro en el papel “misionero”

La educación en México ha sufrido varios cambios y por ende el rol del docente también lo ha hecho.  Un cambio sobresaliente en la historia es la implementación de las escuelas rurales y el maestro ser visto como un “misionero de la educación”. Esta forma de actuar es desarrollada e impulsada por José Vasconcelos.

Vasconcelos al ser secretario de educación pública da un gran impulso al sistema educativo, puesto que se promueven campañas para abatir el rezago educativo. Cabe señalar que su intencionalidad va más allá, se refleja un aspecto integrador de cultura. Ya que sus acciones se referían a la integración de una cultura mexicana.

Una de estas acciones tiene que ver con la creación de las escuelas rurales. Estas se dirigían a la población campesina, la cual había sido excluida en épocas anteriores como  la del Porfiriato, donde la educación era un privilegio para las clases elitistas. En este sentido la educación voltea a mirar esa clase olvidada por el gobierno.

Durante la época de los años veinte existía un rezago educativo  muy grande en nuestro país, por lo que se hace indispensable esa lucha contra el analfabetismo. Cómo podría hacerse; con el ingreso de más docentes que ayudaran a tan ardua tarea. De esta manera una política educativa fue el incremento de personal, aun careciendo de una formación a la docencia.

Por su parte “Vasconcelos señalo la idea de que toda persona que sabe leer, debe convertirse en maestro” [1] lo cual era aceptable debido al escaso recurso y la necesidad de combatir el analfabetismo. Ante tal situación se crean un gran número de escuelas rurales y se incrementa el número de docentes para hacer una campaña de alfabetización.

Se opta por un modelo similar al de la castellanización durante la conquista, por tal motivo se denomina a los maestros como “misioneros” puesto que su misión ya no sería la castellanización o inculcar la religión cristiana, sino más bien sería la alfabetización.  

Los maestros misioneros se nombraron en todo el país mexicano, con el fin de localizar los poblados indígenas, estudiar el estado cultural de los habitantes y las necesidades de las comunidades”[2]

Al respecto el maestro se va forjando una imagen multifacética en el sentido que tiene que desarrollar varias funciones dentro del contexto en el que se encuentra.

Primeramente habrá que señalar que como el docente no surge de la clase privilegiada, sino más bien desde abajo, lo cual favorece a su involucramiento en la sociedad donde trabaja, ya que pertenece a la misma condición social. De esta forma creo  va ganando terreno para la integración en la sociedad donde trabaja. El maestro no es visto como ese ser extraño que viene a imponer, sino como un miembro más de la clase trabajadora que viene a apoyarlos.

Bajo esta premisa el maestro puede verse como esa persona integradora. A pesar de que una de las tareas era la alfabetización de forma indirecta sirve como puente para nacionalizar a los mexicanos. Porque en primer lugar habría que saber cuál era nuestra identidad como mexicanos, de allí la representación muralista como Diego Rivera o David Alfaro Siqueiros u otros pintores que enmarcaban que México era un país pluricultural, pero algo que nos característica es  ser indígena.

Esa forma de vernos los mexicanos aún prevalece hasta la actualidad, tal vez no con la misma intensidad pero finalmente nos identificamos con esa imagen indígena. Precisamente esa identidad es la que se apropia el docente en aquellas épocas posrevolucionarias. En este sentido el carácter integrador es algo notorio en el actuar de cada maestro.

Cada maestro va optando por distintas misiones que se le encomienda, principalmente la educación entre la década de los años 20 y 30 se centra en tres direcciones, la educación indígena, rural y la técnica.

Vasconcelos veía con una gran claridad los múltiples aspectos del problema mexicano: educación indígena para asimilar la educación marginal; educación rural para mejorar el nivel de vida en el campo; la educación técnica para elevar el de las ciudades[3] 

De esta manera, el maestro de acuerdo al lugar en que se encontraba optaba por ser un actor en busca de un cambio a la sociedad. Ya que estaban ciertos lineamientos por parte de la SEP pero finalmente era el propio maestro quien definía que acciones podrían emprenderse. Las cuales al parecer no eran del todo fácil, muestra de ello es la lectura de “el papel de las juntas y los comités de educación en la apropiación local de la escuela rural federal” del autor Alfonseca. Donde las autoridades locales jugaban un papel importante en las decisiones que se tomaban en las instituciones educativas.

Estas intervenciones de las autoridades locales como es la iglesia o las autoridades ejidales, a pesar de los años aún quedan rezagados ciertos aspectos, por ejemplo es difícil que una institución educativa actué de manera autónoma en las comunidades, ya que cuando se desea emprender algunas acciones son consultadas las personas que tienen influencia política del lugar.

El maestro socialista

Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas se le da un enfoque un poco distinto al rol del docente. El papel que juega es más integrador social, probablemente por la situación en que se vivía durante esa época, ya que data en los años de la segunda guerra mundial y por lo tanto se pretendía una integración de la misma sociedad, porque era necesario que los mexicanos estuvieran unidos ante cualquier invasión de otros países.

Una de las formas en cómo mantener la unidad fue precisamente considerar el tipo de población, la mayoría de los mexicanos somos de clase media o baja, por lo tanto era necesario entablar una relación con este tipo de población. Además  otros países influenciaron en estas ideas y la ideología socialista estaba en su apogeo.

Una de las formas de mantener una estabilidad u orden social, fue haciendo pública la voz de los que están abajo. De esta manera los sindicatos cobran una mayor influencia en el sistema gubernamental, pues se trata de respetar los derechos de los trabajadores, “un fenómeno sobresaliente en estos años y de las décadas posteriores fue el crecimiento de las clases medias y la consolidación de su presencia en el centro de la sociedad[4]”, es decir se reflejó una notable movilidad social.

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