ESTADO, DEMOCRACIA Y CIUDADANIA
ROSAMARIN30 de Noviembre de 2011
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Introducción
En estos tiempos de convulsión democrática que experimenta Venezuela, hay que estar al día en el estudio y análisis de nuestra historia, aunque la oposición venezolana considera que los nuevos actores políticos se refieren al "puntofijismo" de manera peyorativa, ya que insisten en convencer al pueblo del hecho de que el Pacto de Punto Fijo funcionó como un mecanismo que permitió la estabilización del sistema político venezolano por espacio de cuarenta años. Luego del derrocamiento del régimen de Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, el peligro de una nueva dictadura militar se convirtió en una amenaza permanente para el establecimiento de la democracia, y la verdad de todo esto es que el Pacto es un instrumento que se plantea en términos de una antropología de poder, es decir como un mecanismo a través del cual los factores asociados a la representación social del poder (grupos económicos, actores políticos, medios, fuerzas armadas) se aseguran una relación pura-coincidencia con la que preservan sus intereses y evitan al máximo la confrontación. Desde esta óptica no hay duda de la ubicación del Pacto de Punto Fijo buscaba asegurar la convivencia entre factores de poder que lo anhelaban desde el año 1941, por otra parte, sí aceptamos que el pacto es un esfuerzo democrático ¿por qué se produce la exclusión del Partido Comunista de Venezuela (PCV)?, y la instrumentación del Pacto, asume la idea de la democracia liberal, en el sentido que se otorga el derecho al voto pero no el derecho de acceso a la representación directa.
REVISIÓN CRÍTICA DEL PACTO DE PUNTO FIJO, DEL PROGRAMA MINIMO DE GOBIERNO Y DE LAS CONCEPCIONES DE ESTADO, DEMOCRACIA Y CIUDADANIA PLASMADA EN LA CONSTITUCIÓN DE 1961.
El pacto de punto fijo, obtiene su nombre por haberse firmado en una propiedad de Rafael Caldera, quien era líder del partido socialcristiano (Copey), fue firmado por el URD, con AD y por Copey, pero, los mas resaltantes fueron AD y COPEY, lo mas destacado de este fue el hecho que sirvió para la instauración de un sistema bipartidista que profesaba la política norteamericana como solución para los pueblos latinos, en la firma se excluyo al Partido Comunista de Venezuela, por ordenes precisas de Norteamérica, para evitar que el país se enrumbara en una revolución temprana, en este caso el pacto sirvió para instaurara una política antipopular y clientelar, donde el estado fue perdiendo autonomía respecto al extranjero y donde sirvió para el enriquecimiento de las clases dirigentes al servicio de las burguesías nacionales.
Los signatarios del Pacto de Punto Fijo se comprometían a actuar conjunta y solidariamente en torno a 3 cuestiones: 1) Defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral: se explica allí que, cualquiera que fuese el partido que ganase las elecciones, los otros 2 se opondrían al uso de la fuerza para cambiar el resultado; 2) Gobierno de unidad nacional: se formaría un gobierno de coalición y ninguno de los 3 partidos tendría la hegemonía en el gabinete ejecutivo; 3) Los 3 partidos se comprometían a presentar ante el electorado un programa mínimo común. Si bien no era totalmente inédito en la historia venezolana un tal pacto o «fusión», sí lo era el hecho de que se produjese no como una unión táctica para derrotar a un enemigo común, sino como un pacto para gobernar. Igualmente novedosa iba a ser la idea de un gobierno de coalición, que se prolongó durante 2 lustros, si bien con diferentes aliados, aunque siempre con Acción Democrática a la cabeza. Lo más singular de ese pacto, sin embargo, no fue tanto su letra como el hecho de que sus signatarios lo respetaron en lo esencial, es decir, en la defensa del gobierno constitucional frente a las intentonas militares derechistas, y frente a las de un factor que no estaba presente en la mente de los firmantes: la extrema izquierda. Aun cuando URD se retiró del gobierno en 1962 y, al dividirse por segunda vez (1961), AD perdió el control de la Cámara de Diputados y pese a varios alzamientos militares y civiles, Rómulo Betancourt logró, por primera vez en la historia de Venezuela del siglo XX, culminar el período de un gobierno electo por sufragio universal.
Desde nuestra óptica este inicio de la democracia venezolana trajo las siguientes características para las grandes potencias:
1. La naciente economía petrolera convertía a Venezuela en un país cuyas dinámicas políticas, territoriales, económicas y sociales pasaban a ser de especial sensibilidad para los intereses de la Casa Blanca y su burguesía trasnacional;
2. La incertidumbre para el Pentágono y el gobierno estadounidense referida a la lealtad y capacidad de gobierno de la clase política venezolana, representada en los partidos que propugnaban una salida democrática. El liderazgo político venezolano, aunque en su mayoría había hecho votos de obediencia y disciplina a sus amos imperialistas, aún no había mostrado suficientemente su "eficacia lacaya", lo cuál inquietaba al gobierno instalado en Washington;
3. Es revalorado el papel protagónico que debería jugar Venezuela durante los años siguientes, en el tablero del ajedrez imperial. Nuestro país está ubicado al norte de América del Sur lo cuál le coloca en lugar privilegiado en cualquier estrategia militar continental. Por otra parte, Venezuela se perfilaba no sólo como un granero y surtidor de materias primas a los Estados Unidos, sino como su mayor surtidor de petróleo seguro. Estas características hacían que el Pentágono considerara a Venezuela parte de la estrategia global de guerra fría que se libraba entre el bloque soviético y los Estados Unidos de Norteamérica;
4. Asociado a lo señalado en el ordinal anterior, los Estados Unidos evalúan la importancia de contar con la amplia simpatía de los militares venezolanos, en el supuesto de una confrontación, a escala regional o global, con los soviéticos. En este sentido cualquier experimento de democratización en Venezuela debería contar con el apoyo de un amplio sector de la Fuerza Armada Nacional. Esta hipótesis se vería confirmada por los hechos posteriores (1958), al estructurarse a la caída de Pérez Jiménez, una Junta de gobierno de transición liderada por un militar: Wolfang Larrazabal.
Efectivamente, la concepción del Estado democrático, tanto en su versión de democracia representativa, como de la directa, se asienta sobre una relación bilateral entre ciudadanos y Estado. La naturaleza de la democracia, tal y como la conocemos hoy, estriba en la apropiación por parte del pueblo del poder político y de allí surge la necesidad de nombrar representantes para que, proviniendo de y a nombre del pueblo le administren su original poder. Sin embargo, en la práctica histórica, esta relación bilateral pasa a adquirir crecientemente un carácter trilateral: ciudadano-partido político-Estado, de tal manera que el ejercicio de la soberanía popular ya solo es posible mediante la mediación de los partidos.
En el diseño de la democracia representativa, los partidos políticos ocupan un lugar secundario e instrumental, siendo su función primordial la de constituirse como uno de los vehículos que facilitan al ciudadano-elector escoger a sus representantes; sin embargo, con el desarrollo de la democracia y la creciente complejidad de las sociedades contemporáneas, este rol tiende a modificarse sustancialmente.
El análisis de la constitución del 1961, se puede resumir en una constitución que profesaba la instauración de un país de soberanía de estado, donde el pueblo era el receptor de políticas (que nunca se cumplieron), en el que se excluye la participación social y queda relegada al voto, "por que el resto es asunto de políticos".
Constitucionalmente Venezuela está prevista, y así lo expresa Brewer Carias “una división del Poder en el sentido que se establece una multiplicidad de órganos y a cada uno se le asigna una función propia, lo que en modo alguno significa exclusividad en el ejercicio de esa función...En otras palabras, el sistema constitucional establece una separación orgánica con la cual no coincide una supuesta separación de funciones” (2000: 54). Es decir, que cada órgano que integra las diferentes ramas del poder público en Venezuela, tiene una función propia, más ésta no es exclusiva ni excluyente. De forma tal, que puede existir colaboración entre éstos al momento de realizar las diferentes actividades, alcanzándose así los fines del Estado.
Constitución 1961
• Esta Constitución estaba basada en los principios de la Constitución de 1947 que había sido derogada en 1953 por la dictadura perezjimenista.
• Sólo se reconocía como idioma oficial el castellano y no de las lenguas indígenas una clara muestra de exclusión a nuestras raíces.
• No existía la doble nacionalidad, por lo tanto el venezolano que obtuviese otra nacionalidad perdía automáticamente la nacionalidad venezolana.
La Constitución de 1961 no consagra la garantía por parte del Estado del respeto a los Derechos Humanos y a la subordinación a los tratados y acuerdos internacionales en la materia.
Artículo 50. La enunciación de los derechos y garantías contenida en esta Constitución no debe entenderse como negación de otros que, siendo inherentes a la persona humana, no figuren expresamente en ella. La falta de ley reglamentaria de estos derechos no menoscaba el ejercicio de los mismos.
En la Constitución de 1999 se incorpora la mención "Derechos
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