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Economicas

getorrecillas17 de Noviembre de 2014

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La Revolución Industrial. Concepto y cronología

Se conoce como Revolución Industrial al proceso de crecimiento

económico que, entre las últimas décadas del siglo XVIII y mediados del

siglo XIX, experimentaron Gran Bretaña primero y luego Francia, Bélgica y

Alemania. El proceso tuvo dos características desconocidas hasta

entonces: el aumento de la renta per cápita fue mayor que nunca antes en

la historia y además fue sostenido.

El término Revolución Industrial comenzó a utilizarse en el siglo XIX y no es

el más adecuado para definir ese período largo y de transformaciones de

toda la economía y no sólo en la industria, pero lo seguimos utilizando en

el sentido de transformación profunda.

Los países citados elevaron su productividad como consecuencia de varias

causas:

1) Nuevas tecnologías fueron incorporadas a la producción agraria,

industrial y a los transportes. La mayoría de las innovaciones en la

industria y los transportes nacieron en Gran Bretaña porque, como se verá

más adelante, presentaba condiciones favorables para ser pionera. Se

trató generalmente de sencillos avances desarrollados por técnicos y

empresarios. Pese a la multiplicidad de innovaciones el cambio

tecnológico puede sintetizarse así:

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a) Nuevas máquinas movidas primero con energía hidráulica y después

con vapor sustituyeron a otras accionadas por personas, animales, agua

o viento, lo que conllevó la sustitución del trabajo por el capital.

b) Se utilizaron materias primas abundantes de origen inorgánico

(carbón mineral, hierro) que reemplazaron a otras de naturaleza

orgánica (madera, abono animal) cuya escasez relativa imponía límites

al crecimiento económico.

2) Las nuevas formas de organización del trabajo contribuyeron

también al aumento de la productividad. Básicamente se trató de la

sustitución de las pequeñas explotaciones agrícolas y talleres artesanales

por grandes explotaciones agrarias y fábricas que empleaban mano de

obra asalariada lo que implicaba mayor eficiencia por tres razones:

a) Una mayor división del trabajo. Tradicionalmente los campesinos y

pequeños artesanos realizaban todas las operaciones necesarias para

obtener el producto final mientras que posteriormente las operaciones

fueron divididas especializándose los trabajadores en cada una de ellas

lo que aumentó la velocidad de la producción.

b) Aparición paulatina de una férrea disciplina laboral. Frente a un

trabajo de campesinos y artesanos autorregulado, de ritmos irregulares,

surgió otro reglamentado con horarios estrictos y vigilancia del

rendimiento.

c) Se dieron los primeros pasos hacia el nacimiento de la “empresa

moderna” (gestión especializada)

3) La tercera causa fue la mayor especialización económica territorial

originada por el aumento del comercio. Los intercambios favorecen el

crecimiento. Cuando dos regiones o naciones producen los mismos bienes

y no hay comercio entre ellas, la riqueza que se genera es menor que

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cuando se especializan en la producción de aquello en lo que posean

ventaja comparativa.

4) Finalmente, la productividad creció como consecuencia del cambio

estructural que provocó la revolución industrial y que consistió en el

trasvase de factores productivos desde el sector primario al secundario y

desde ambos al terciario. Las razones del cambio estructural fueron de

demanda y oferta. Según la Ley de Engel cuando aumenta la renta per

cápita, el gasto de cada persona también lo hace, pero en proporción

decreciente el dedicado a bienes de primera necesidad y en proporción

creciente el dedicado a los que no lo son (ello deriva de la utilidad

marginal decreciente porque la demanda de un producto aumenta hasta

el límite en que una nueva unidad ya no rinde satisfacción, con lo que la

renta disponible se dedica a consumir otros). Esta es la razón por la que,

durante la Revolución Industrial la demanda de bienes industriales y de

servicios aumentó proporcionalmente más que la de alimentos. La mayor

demanda de bienes industriales creó incentivos para producirlos lo que

fue posible dado el incremento de la productividad agraria que permitió

liberar factores del sector primario (materia prima, mano de obra y

capital). Pero la industria aumentó su productividad por encima de la

agricultura liberando factores que se emplearon en un sector terciario de

productividad también creciente. Por tanto el cambio estructural originó

una mayor eficiencia en el conjunto de la economía al transferir factores a

sectores cada vez más productivos.

La cronología de la revolución industrial no es fácil de establecer. El

proceso se inició cuando la renta per cápita comenzó a crecer de modo

sostenido; cuando crece la población activa en la industria y los servicios y

la contribución de ambos sectores a la Renta Nacional. El proceso

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concluyó una vez culminado el cambio estructural. La falta de estadísticas

abundantes y fiables antes del siglo XX dificulta la medición del proceso,

de manera que no hay acuerdo sobre la cronología. En Gran Bretaña:

alrededor de 1760-1840; Francia y Bélgica: 1790/1800-1860; Alemania

1820/30-1870; EE. UU.: 1830/40-1880; segunda mitad del siglo XIX:

Holanda y Japón.

¿La Revolución Industrial significó una ruptura con el pasado? Así se

interpretó hasta la década de 1980, como una rápida ruptura con el

pasado. Se pensaba que, tras un período de unos cuarenta años en los que

las nuevas tecnologías y organización del trabajo se fueron generalizando,

apareció un intenso crecimiento de unos veinte años que se denominó

“despegue”. Esta interpretación ha sido revisada. Durante la Revolución

Industrial convivieron viejas y nuevas tecnologías y también antiguas y

nuevas formas de organización de trabajo. Este carácter todavía dual de la

economía hizo que el crecimiento fuera más lento de lo que se creía no

existiendo una etapa asimilable al “despegue”. No obstante, los cambios

que se originaron a largo plazo constituyeron, junto con el Neolítico, la

más grande mutación de la historia. La población creció y también la

esperanza de vida. Aumentó la productividad, la producción y el consumo.

La sociedad dejó de ser rural y pasó a ser urbana y el crecimiento

económico se convirtió en sostenido. Una última consecuencia debe

resaltarse: la profunda brecha que desde entonces se abrió entre los

países industrializados y los subdesarrollados.

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CUADRO 1. Cambio estructural en la economía británica. Población Activa %

Primario Secundario Terciario

1700 61 18,5 20,5

1760 52,8 23,8 23,2

1800 40,8 29,5 29,7

1841 22,3 44,3 33,4

Fuente: Mitchell (1992), International Historical Statistics. Europe 1750-1988.

1.2. El liderazgo británico

Los historiadores han debatido ampliamente por qué Gran Bretaña- y no

Holanda o Francia- fue cuna de la revolución industrial. La explicación es

compleja ya que el liderazgo inglés se gestó en el tiempo largo -la Edad

Moderna- y en él intervinieron factores geográficos, institucionales y

económicos. Causas geográficas, institucionales y económicas que

explican el liderazgo británico:

a) Causas geográficas. Las Islas Británicas poseían una buena dotación

de recursos naturales: clima templado y lluvioso apto para el desarrollo

agrícola y ganadero; abundancia de carbón y de otros minerales; energía

hidráulica para la industria y ríos navegables que abarataban el comercio

interior y fácil acceso al exterior ya que ningún rincón del país distaba más

de cien kilómetros del mar.

b) Causas institucionales. Durante la Edad Moderna Inglaterra

experimentó cambios institucionales que acabaron con los obstáculos que

el Antiguo Régimen creaba al crecimiento económico. El proceso se inició

a finales de la Edad Media y culminó con la revolución de 1688, La

Gloriosa. Los hitos del cambio anteriores a esta fecha son:

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1) supresión de los derechos jurisdiccionales y aparición de una

numerosa clase de pequeños campesinos libres (yeomanry);

2) la libertad de vender tierras promulgada durante la reforma

anglicana (1529-1536);

3) la venta en pública subasta durante esos años de las tierras de la

iglesia católica, una cuarta parte de las tierras del país, que pasaron a

manos de los landlords (alta nobleza) y de la gentry (pequeña nobleza,

comerciantes, altos funcionarios y militares);

4) la creación de un gran mercado nacional sin aduanas internas

integrado por Inglaterra, Gales e Irlanda al que luego se añadirían

Escocia (1707) y las colonias;

5) la venta de las tierras de la corona durante la República de Cromwell

(1649-1660).

Tras la efímera restauración de los Estuardos (1660-1688), La Gloriosa

estableció una

...

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