Educación Privada En México

Educación Privada en México

Después de algunos conflictos con la Iglesia católica respecto a su papel en la educación. A principios del siglo XIX se le exigió su participación en la educación. Se le impusieron límites con el Reglamento General de Instrucción Pública que influyó en los programas educativos del México independiente. La educación particular tuvo una libertad condicionada.

La libertad educativa consistía en que los maestros de las escuelas particulares no eran examinados pero debían observar las reglas de la buena policía que se aseguraba que enseñaran conforma a la Constitución y la sana moral. La escuela de primeras letras era una obligación para los religiosos que además debía ser gratuita.

La educación privada era por parte de los ayos y algunos maestros particulares e impartían clases de baile, música o dibujo a domicilio. Tanto las escuelas Lancasterianas como las de las parroquias y conventos eran gratuitas.

Más tarde, con un cambio en la ideología la escuela católica se fue convirtiendo en escuela privada y privilegiaba el conocimiento de la doctrina cristiana como único medio de supervivencia para la moral social y como medio para normar las relaciones familiares. Fue el lugar donde se rechazaron las leyes de reforma pero un espacio para reproducir valores y tradiciones católicas.

Díaz buscó la alianza del clero sin modificar las leyes de Reforma pero navegando con una bandera de Tolerancia para “alcanzar la paz” lo que dio a la Iglesia espacio para una reorganización en su intervención educativa.

La secundaria y preparatoria estaba bajo la tutela de los Seminarios Diocesanos. La educación privada fue creciendo. En 1888 se promulgó la Ley de Enseñanza Obligatoria pero sólo la tercera parte de los niños asistía a la escuela.

La sociedad estaba polarizada. Mientras la población rural estaba en condiciones precarias luchando por su supervivencia, la clase dominante buscaba en la educación algo más de lo que la escuela oficial ofrecía. Motivo por el cual buscaban las escuelas católicas o extranjeras para una “educación diferente”. En poco tiempo aumentaron considerablemente en número las escuelas de distintas congregaciones religiosas.

1914 fue un año que marcó la vida de los colegios particulares. Los religiosos fueron acusados de apoyar a Huerta, motivo por el cual fueron perseguidos y atacados. Por eso cerraron los planteles por años o desaparecieron definitivamente.

Después de la revolución vino un período difícil para el país: la reconstrucción. Con Carranza como presidente, convocó al Congreso para un proyecto de constitución donde mantenía principios liberales de la anterior. Esto no agradaba al grupo conservador pero los liberales buscaban una transformación económica y social.

La educación fue tema de discusión. Se proponía un proyecto de enseñanza laica y gratuita para las escuelas oficiales y se daba libertad de acción a las instituciones particulares quitando al Estado el derecho de intervenir en sus políticas educativas. Pero esto no fue aprobado por el Congreso porque buscaba un cambio sustancial en cuanto a la religión. Se extendió por tanto el laicismo a las escuelas particulares.

La libertad de enseñanza laica fue motivo de discusión por el control ideológico que el Estado ejercía. Pero algunos defendían la tesis que eso limitaría las acciones del clero. La Iglesia no pudo defenderse de estas legislaciones y tuvo que enfrentar la desventaja. La prohibición no era para los maestros

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