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El Concepto náhuatl De La Educación


Enviado por   •  17 de Febrero de 2013  •  3.285 Palabras (14 Páginas)  •  702 Visitas

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“El concepto náhuatl de la educación” (Miguel-León Portilla)

“Ixtlamachiliztli”: dar sabiduría a los rostros ajenos

Tal vez no exista modo mejor de conocer los ideales de una cultura que estudiando el concepto alcanzado de ella acerca de la educación.

Buen ejemplo de esto nos ofrece el historiador y filólogo alemán Werner Jaeger, quién para ahondar en los ideales de la cultura griega investigó precisamente la evolución de la paideia, o sea la historia del concepto griego de la educación.

Y es que, como escribe el mismo Jaeger, la educación viene a ser en las diversas culturas la “expresión de una voluntad altísima mediante la cual (cada grupo humano) esculpe su destino”.

Mas, como es obvio, numerosos han sido los conceptos de la educación forjados en las distintas culturas. Cada uno corresponde de hecho a los ideales específicos de las varias sociedades humanas y de quienes las guían a través de sus cambiantes circunstancias de espacio y tiempo.

En el caso de la cultura náhuatl prehispánica, sabemos que existieron en ella diversos tipos de escuelas o centros de educación. Dan innegable testimonio de esto las pinturas de códices como el Mendocino y el florentino, así como las numerosas crónicas e historias de Motolinía, Sahagún, Durán, Mendieta, Troquemada e Ixtlixóchitl, para no citar otros más. Sobre los datos aportados por esas fuentes, se han publicado varios estudios en los que se describe el funcionamiento de los telpochcalli o casas de jóvenes, donde se preparaba una gran mayoría de estos para el arte de la guerra principalmente.

Se menciona también la existencia de centros de educación superior, los Calmécac, en los que se transmitían los conocimientos más elevados de la cultura náhuatl. Finalmente, se añade que funcionaban también entre los nahuas las cuicacalli, en las que se enseñaba a los jóvenes el canto, la danza y la música. Sin embargo no existe, que sepamos, estudio alguno en el que sobre la base de los testimonios indígenas en náhuatl, recogidos a raíz de la Conquista principalmente por fray Andrés de Olmos y fray Bernardino de Sahagún, se plantee formalmente la cuestión acerca de si hubo o no en la cultura náhuatl clara conciencia de poseer un concepto preciso sobre lo que hoy llamamos “educación”.

En otras palabras y aceptando proponernos esta pregunta desde el punto de vista de la más rigurosa crítica histórica y filológica : ¿existen documentos en náhuatl - de los recogidos en forma oral y reducidos a escritura a raíz de la Conquista- en los que sabios nahuas, los tlamatinime, se expresen directamente acerca de una concepción de carácter abstracto, para hacer comprensible y explicar en funciónde ella lo que hoy llamamos su “educación”, impartida, como se ha dicho, en los Calmécac y Telpochcalli?

Los textos acerca del concepto náhuatl de la educación

Es evidente que no es posible presentar dentro de los límites de un breve ensayo todos los datos hallados en las numerosas fuentes nahuas acerca de la evolución y las varias tendencias y métodos concretos de las formas de educación en el mundo náhuatl. Sin embargo, será de interés ofrecer aquí al menos una traducción, lo más fiel que se pueda, de varios importantes textos en los que se encuentran precisamente algunas reflexiones de los tlamatinime, o sabios nahuas, acerca del modo como concibieron la educación los textos que a continuación van a presentarse provienen del cúmulo de informaciones en lengua náhuatl, recogidas poco tiempo después de la conquista principalmente por Olmos y Sahagún.

De Olmos vamos a aprovechar algunos testimonios de sus huehuetlatolli, o “pláticas de los viejos”. De Sahagún, algunos de los más antiguos textos recogidos de labios de los indios conocedores de sus “antiguallas” en Tepeculco (región de Texcoco), en Tlatelolco y en México. Es esta sólo una breve presentación de textos. Como podrá juzgar quien los lea, parece haber en ellos algo más que un atisbo acerca del concepto náhuatl de la educación. Creemos, no obstante, que existe material suficiente en las fuentes para trazar la historia de la educación sobre los nahuas, mostrando la evolución de su pensamiento, así como los varios ideales que fueron plasmándose en las diversas formas concretas de la educación náhuatl. Pero esto, que sería aplicar al estudio de la cultura náhuatl el método seguido por Jaeger al estudiar la paideia griega, constituye más bien el tema de una obra extensa y según parece, de sumo interés.

“Rostro y corazón”: punto de partida del concepto náhuatl de la educación

Para poder penetrar siquiera un poco en los ideales de la educación entre los nahuas, es necesario partir de otra concepción suya fundamental. Nos referimos al modo como llegaron a considerar los sabios nahuas lo que llamamos “persona humana”. Ante el peligro de desviarnos de nuestro asunto principal, diremos brevemente que encontramos en los textos algo que se repite especialmente en pláticas o discursos: al referirse el que ha tomado la palabra a aquél con quien está hablando, aparece la siguiente expresión idiomática náhuatl: “vuestro rostro, vuestro corazón”.

Obviamente se designa con estas palabras la persona del interlocutor. Y hallamos esto no en casos aislados, sino en casi la totalidad de los discursos pronunciados de acuerdo con las reglas del que llamaban los nahuas tecpilatolli, o sea, “lenguaje noble o cultivado”. In ixtli, in yóllotl, “la cara, el corazón”, simbolizan siempre lo que hoy llamaríamos fisonomía moral y principio dinámico de un ser humano. Y resulta interesante notar, aunque sea de paso, el paralelismo que existe en este punto entre la cultura náhuatl y la griega. En esta última se concebía también la fisonomía moral e intelectual del hombre, o sea la persona, como un prósopon o rostro. Sólo que entre los nahuas, se yuxtaponía a la idea de “rostro”, la del “corazón”, órgano al que atribuían el dinamismo de la voluntad y la concentración máxima de la vida. Pues bien, la concepción náhuatl de la persona como “rostro y corazón” es punto clave en la aparición de su concepto de la educación.

El siguiente texto, recogido por Sahagún, en el que se describe el supremo ideal del “hombre maduro”, mostrará mejor que un largo comentario el papel fundamental del “rostro y corazón”, dentro del pensamiento náhuatl acerca de la educación:

El hombre maduro; corazón firme como la piedra, corazón resistente como el tronco de un árbol; rostro sabio, dueño de un rostro y un corazón, hábil y comprensivo. Ser “dueño de un rostro

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