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El Legado Romano

slatanic17 de Noviembre de 2013

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LA CIENCIA EN ROMA

Entre los griegos el pensamiento científico se complacía en la especulación y la construcción de sistemas filosóficos de carácter abstracto, demasiado ambiciosos y complejos. Los helénicos deseaban encontrar una explicación al mundo y a sus fenómenos, pero el estado de la Ciencia no permitía la elaboración de cosmogonías y metafísicas, pues faltaba conocer mucho acerca de los fenómenos concretos para poder llegar a una fase de síntesis.

Los romanos, al contrario, eran hombres sumamente prácticos y por esto buscaron sólo la aplicación concreta de las verdades que encontraban. Así, no se entregaron con pasión al estudio de la Astronomía, sino como una necesidad para conseguir un calendario más perfecto. En el primer tomo de esta obra hemos hablado de las sucesivas reformas del mismo. La primera realmente importante fue la de Julio César, decretada el año 47 a. J. C., pero incluso en esta tarea le ayudó un astrónomo griego llamado Sosígenes. A él se debe la invención del día bisiesto o «bis-sexto-calendas». (Ver Calendarios)

Marco Antonio cambió el nombre del mes "Quintili" por el de "Julius" para honrar la memoria de Julio César, y en tiempo de Augusto el mes "Sextilis" fue transformado en "Augustus" por idéntica razón. Los nombres y la ordenación de meses quedaron así, tal como estén en la actualidad: un calendario que tuvo vigencia durante más de dieciséis siglos, hasta que fue reformado en 1582 por el papa Gregorio XIII.

Desde el año 44 al 19 a. J. C. los romanos geógrafos acometieron la ingente tarea de medir y levantar mapas de todas las tierras del Imperio.El documento geográfico más importante de la época romana es, seguramente, la Geografía de Estrabón dividida en 16 libros, para cuya redacción se basó en los textos de Hiparco y de Eratóstenes. El mundo entonces conocido terminaba en las fronteras de la India, en las llanuras de Alemania y Polonia, en las orillas del Mar Negro, en el litoral del Norte de África y en el Océano Atlántico. Hacia el año 44 de nuestra Era, Pomponio Mela escribió el primer tratado completo de Geografía en tres grandes libros, cuyo título original es De situs orbis.

En Roma, la Medicina fue tenida por un arte propio de esclavos y extranjeros. Este concepto explica que sus mejores médicos no fueran romanos. Asclepíades era de Bitinia y el gran Claudio Galeno (128-200) había nacido en Pérgamo (Asia Menor). Éste fue un gran anatomista que estudió los sistemas muscular, óseo. y nervioso, y al mismo tiempo realizó profundas investigaciones sobre Medicina. Su fama fue tan grande que aún en la actualidad el nombre de «galeno» es sinónimo de médico.

Ya hemos citado algunos literatos que adquirieron fama no sólo por la galanura de su estilo, sino por su labor didáctica. El estudio de las ciencias naturales aplicadas a la agricultura, a la ganadería o a diversas industrias del campo, tuvieron tanta importancia que aún resulta de utilidad la lectura de libros como Historia Natural, de Plinio el Viejo, y Agricultura, del español Columela, que estudió las formas de cultivo de secano para mejorar el campo, el modo de trabajar los huertos, la forma de preparar un calendario agrícola, la atención que han de merecer los árboles frutales, etc.

Sin embargo, el gigantesco esfuerzo de Roma iba a perderse al impulso de la incontenible revolución que representó la invasión de los bárbaros.

ARTE DE LA MEDICINA

Pese a que los antiguos romanos no disponían de médicos profesionales, practicaban el arte de la medicina. La medicina romana antigua estaba, sobre todo, basada en el uso de hierbas. El paterfamilias preparaba diversos remedios para sanar las heridas y curar las enfermedades. El conocimiento de las propiedades curativas de las plantas se transmitía de generación en generación.

Esta medicina tradicional herbolaria siguió utilizándose en el Antiguo Imperio. Por supuesto, también se transmitieron recetas para condicion esto exactamente enfermizas, como la calvicie. Una de esas recetas consistía en vino, azafrán, pimienta, vinagre, laserpicium (la reina de las plantas medicinales romanas) y excremento de rata.

Como en otros aspectos de la vida romana, también se dejó sentir la influencia griega en la medicina. Al final del siglo III a. de C., la medicina científica hizo su aparición en el rriundo romano por medio de médicos profesionales provenientes del mundo helenístico. Los médicos se pusieron de moda en Roma; sin embargo, el prejuicio en contra de ellos nunca desapareció del todo. Muchos eran esclavos griegos que pertenecían al servicio de grandes familias aristocráticas. Los primeros médicos públicos de Roma se reclutaron para el ejército romano.

Estas prácticas militares se extendieron después a los funcionarios imperiales de las provincias y a sus familias, e incluyeron el establecimiento de hospitales públicos. Asimismo, las escuelas de gladiadores contaban con sus propios médicos residentes. De hecho, uno de los más famosos médicos, el griego Galeno (129-199), surgió de las filas de los médicos de los gladiadores y se convirtió en médico de la corte del emperador Marco Aurelio. La medicina científica romana también fue testigo del desarrollo de numerosos especialistas. Por ejemplo Alcon , famoso cirujano de esa época de los Flavios, se especializo en enfermedades de los huesos y operaciones de hernia.

http://www.portalplanetasedna.com.ar/roma11.htm

EL LATÍN

El latín es una lengua indoeuropea que se extendió a lo largo de un vasto territorio. Ello derivó en una evolución diferente según la zona en que se hablase y tuvo como consecuencia su fragmentación en los idiomas romances. ¿Pero significa eso que el latín ha muerto?

Lacio, una pequeña comarca de la Italia Central, situada a la orilla izquierda del río Tíbet, fue el lugar preciso en donde se gestó el latín. Extendiéndose por toda Europa y por algunos puntos de Asia, esta lengua junto con el osco y el umbro, integraban la rama itálica de la gran familia indoeuropea, de la cual formaban parte el griego, el eslavo, el celta, el germánico, entre otros.

Pero sin lugar a dudas, de ser una pequeña aldea de agricultores en el siglo VIII a.C., la ciudad de Roma vertiginosamente se convirtió en capital del Lacio, que aumento su poder a través del dominio en otros territorios. Su autoridad fue sobre el mediterráneo occidental, España, norte de África y costas meridionales de Francia, hecho que se consiguió tras las guerras de Cartago. Posteriormente, incorporó a su imperio como provincias romanas, a los países del Mediterráneo oriental tras su conquista. Este proceso se denominó romanización, teniendo la característica de fluir de igual manera en cualquiera de las regiones que se hallaran afectadas. Esto se manifestaba en la fundación de los núcleos urbanos que tenían como objetivo ser administrados incluyendo su área circundante, en cada uno de ellos además se respetaban las costumbres religiosas de la población, a los cuales se les imponía el derecho y la lengua de Roma. Para ello se crearon escuelas en donde se enseñaba el latín, mercados y centros de diversión; fomentando la comunicación; como actividad económica importante se encontraba la explotación de minas y otros recursos naturales de valor en la época impulsando a la generación de riquezas y cultura para los habitantes.

Por ese entonces, y basándose en líneas fundamentales de figuras como Julio César y su sucesor, Augusto, Roma gobernaba una gigantesca porción de la superficie terrestre. Lo que hoy conocemos como: Italia, España, Portugal, Francia, Gran Bretaña, Bélgica, provincias alemanas del Rhin, Bohemia, Suiza, países danubianos del centro de Europa, península Balcánica, Asia Menor, Siria. Palestina, Egipto y costa mediterránea de África, eran países o regiones que comprendían ese gran imperio universal, del cual Roma era la cabeza y parte imprescindible logrado hasta el momento.

En todas las provincias, regiones de este nuevo imperio se adoptaría como lengua oficial el latín vulgar o coloquial, origen de todas las lenguas románticas. Las peculiaridades de este latín fueron, que en ocasiones convivió con las lenguas propias de las poblaciones indígenas lo que generó un bilingüismo, que con distinta incidencia en cada zona fue desplazándose hasta lograr su total desaparición. Son ejemplos de este hecho, en Italia, la Galia y la península Ibérica, esta última debido a su situación periférica dentro del imperio romano. Pero fue tras las invasiones bárbaras, cuando el latín hablado se perdió por completo en Gran Bretaña y en el centro de Europa.

Por el contrario, en ciertos lugares el latín si se mantuvo, evolucionando y adoptándose a las divergencias léxicas y en menor medida morfológicas propias de cada lugar. Pero puede sostenerse que ante la presión de los pueblos germánicos, es cuando el imperio comienza a agrietarse como el todo que formaba, lo que provocó el quiebre también del latín como lengua oficial, surgiendo así la aparición de un sin número de dialécticos que hoy conocemos con el nombre de lenguas románticas.

http://www.portalplanetasedna.com.ar/lengua02.htm

FILOSOFÍA ROMANA

Una política tan agitada como fue la romana, forzosamente tuvo que dar origen a grandes oradores públicos que pudieron hacer sus primeras armas en el Senado y en el foro. Catón, Escipión el Africano, y los Gracos alcanzaron fama en

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