El Mexicano

Emilio comienza su ensayo cuestionando la tesis de Samuel Ramos donde el mexicano tiene un sentimiento de inferioridad, y le propone que: “sustituir la expresión de inferioridad, aplicada al mexicano, por la insuficiencia”, considerando que para Uranga la inferioridad es una “modalidad” de la insuficiencia.

Para Uranga el ser mexicano es caracterológicamente un sentimental, la cual se puede manifestar de distintas maneras: una fuerte emotividad, la inactividad y la rumiación interior.

“La emotividad es una especie de fragilidad interior; ya que el mexicano se siente débil por dentro, frágil. La emotividad es la expresión psicológica de lo antológico que es la insuficiencia”.

La inactividad o desgana, la cual es el obstáculo del carácter sentimental. La desgana nos lleva a la indecisión y a la irresponsabilidad. ¿Cómo se llega a esto?, cuando uno esta desganado, sabe que puede cambiar, pero decide no hacerlo, y al no decidir, es a la vez, decidir ser irresponsable.

La desgana también es indiferencia a la suplicas, a la voz de los otros, y de las cosas.

Lo opuesto a la desgana es la generosidad.

La inactividad produce otro sentimiento llamado dignidad, que esta en la voluntad de no marcharse, Uranga lo explica de la siguiente manera:

“Pero la inactividad suscita también otro sentimiento que calificaremos de dignidad. El mexicano vive siempre indignado. Ve que las cosas van mal y siempre tiene en la mano el principio de acuerdo con el cual las condena; pero no se exacerba por esa constatación, no se lanza a la acción, lo único que hace es protestar, dejar escapar su indignación”.

En pocas palabras y concisas: El mexicano sólo protesta no actúa, no propone, reprueba, no sabe dar crítica menos autocrítica, no se expone, no busca comprender, solo no contaminarse. Es digno, mas no un valiente.

Otro elemento del carácter sentimental del mexicano es: la rumiación interior, que consiste en sustituir interiormente a la actividad, en soñar, he aquí lo que dice: “El mexicano da siempre la impresión de ya haber vivido, de traer en los posos del alma una historia, un mundo que fue, y que por emotividad quedó grabado indeleblemente. De ahí nuestra melancolía y ese ademán del hombre de experiencia amarga.”

“Después de describir y de analizar la estructura del mexicano, Uranga llega a la conclusión de que ha llegado a su constitución ontológica. Encuentra que ontológicamente

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