El Mundo De 1780

Objetivo.- Responder de manera clara y concisa la interrogante sobre el papel que jugó el Estado, a través de las instituciones que lo marcaban como un agente económico importante y esto a su vez dentro de las revoluciones burguesas.

El hombre y su conocimiento del mundo.-

Acerca del mundo que existe y comprende durante de la época que va de 1780 a 1790, podemos ver que, como lo describe el autor, “el mundo era más pequeño”, haciendo metáfora de esto, en el sentido que, el mundo que hasta hora se tenía conocido, era mínimo a comparación de lo que hoy conocemos.

En grosso modo, para puntualizar el conocimiento que se tienen del mundo, el autor hace hincapié sobre el conocimiento de los mares del globo, pues resultaba fundamentalmente importante, pues es en ellos, donde las rutas comerciales, exploradoras e incluso de comunicación, tenían mayor relevancia, en cuestión de velocidad y eficacia de llevar y traer, vender y comprar, comunicar y recibir información.

Igualmente haciendo uso de la metáfora antes mencionada, no sólo el mundo geográfico era totalmente pequeño, sino también el mundo en términos humanos, es decir, que la población mundial, estaba esparcida alrededor de la superficie del globo terráqueo; de igual manera al estar esparcida la población, también el asentamiento de ésta misma.

Pero, ¿cómo saber que esto es cierto?, bien, pues a ciencia cierta no se sabe muy bien, pues al no existir censos o instituciones que tuvieran como tarea principal, el conocer su población, todos estos cálculos, están hechos a puras conjeturas, pero evidentemente, al no existir un desarrollo económico, pues por ende la población, no podía crecer en función de los ingresos recibidos, pues para empezar, no existían salarios.

En un tercer punto, encontramos en esta metáfora que de la misma manera como el mundo geográfico y poblacional eran pequeños, también lo fueron incluso, las mismas personas, pues eran más bajos y más delgados, y de la misma forma que las conjeturas pasadas, de éstas se toma como referencia algunas estadísticas que se hacían en los servicios militares o en las estadísticas de las guerras, para conocer el tipo de hombres que reclutaban. Pero es en esta abstracción del conocimiento de cómo era el hombre en ése entonces, que podemos conocer, que entonces el hombre (usando una nueva metáfora), no por ser pequeño querría decir que también sus ganas por sobrevivir también lo eran, pues es en este sistema que comprende en esta época de la historia, que los distintos hombres o siervos de los feudos, se les encomendaban distintas tareas, incluso algunas, que parecían ser inhumanas, el autor, hace referencia a esto con un ejemplo muy en particular interesante, que no difiere de nuestra actualidad mexicana, ése ejemplo refiere a como un hombre podía caminar 50 kilómetros diarios, cargando en su espalda, equipo militar, o simplemente para hacer entrega de mercancías; en mi manera particular de relacionarlo con la actualidad mexicana, es la de percibir que hay personas que incluso pueden recorrer más de estos kilómetros, simplemente para conseguir algo que comer, algo que vender, e incluso para conseguir un poco de agua y no morir, es decir, sobrevivir, en el más puro sentido que a esta palabra se define, sobrevivir de manera en que vivir al día es la única razón de ser, el mañana será incierto, pero lo único que es cierto es el de vivir un poco cada día; también este acontecer se reflejó en las personas “pequeñas” que vivieron bajo este sistema.

Las comunicaciones.-

Pero no todo era sombrío y duro en el mundo que comprende esta época, también existió la parte de las comunicaciones que fue toda una revolución, pues en este periodo las comunicaciones, eran rápidas y abundantes, si bien no son lo que ahora, para ese entonces, las comunicaciones y su medios eran una gran innovación en todos los aspectos, ejemplo de esto es el aumento y la mejora de caminos o los vehículos de tiro o más aún los servicios postales, que hacían de la circulación de información algo más eficaz y eficiente.

Pero no todo era color de rosa, también existieron ciertos aspectos que opacaban a esta revolución de la comunicaciones, y prueba de ello era el transporte para pasajeros por tierra o el mismo de mercancías, éstos eran en su gran mayoría de gran costo para quienes quisieran adquirirlo, si querían hacerlo, tenían que usar carretas muy lentas o ir a pie; imaginar a una persona haciendo pedidos mercantiles de cualquier tipo en este tipo de caminos, es una verdadera proeza. Es entonces que en estas circunstancias, se optaba más por el transporte marítimo, pues era más barato y menos lento, y éste último a cuesta de saber si los vientos eran favorables para su uso, además también existía la constante intermitencia de los barcos; pero aún así podemos afirmar que en éste marco temporal, el

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