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El Problema


Enviado por   •  7 de Febrero de 2014  •  2.200 Palabras (9 Páginas)  •  199 Visitas

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EL PROBLEMA

Por 1970, un 50% de los alumnos de las escuelas primarias desertaban siendo potencialmente analfabetos en América Latina. Y muchos niños en edad escolar ni siquiera acceden a la escuela. ¿Cómo se interpreta y explica ese dato? ¿Cómo se ubican las teorías educativas frente a esa situación?

En lo que respecta a la cuestión de la marginalidad, hay dos grupos de teorías educacionales: 1) las que entienden que la educación es un instrumento de superación social (superación de la marginalidad) (teorías no críticas), y 2) las que entienden que la educación es un instrumento de discriminación social (factor de marginación) (teorías crítico-reproductivistas).

Para los primeros, la sociedad es armoniosa, integradora, y la marginalidad un fenómeno accidental, un desvío, que afecta a algunos de sus miembros. La educación corrige esas distorsiones, homogeiniza, refuerza los lazos sociales, promueve la cohesión y garantiza la integración.

Para los segundos, la sociedad está marcada por la división entre grupos o clases antagónicas por un sistema basado en las condiciones de producción, y la marginalidad es un fenómeno inherente a la propia estructura de esa sociedad. La educación es totalmente dependiente de esa estructura generadora de marginalidad, y su función es reforzar la dominación y legitimar la marginación.

2. TEORÍAS NO CRÍTICAS

2.1. La pedagogía tradicional.

Los sistemas nacionales de enseñanza son de principios del siglo XIX. Su principio es que la educación es derecho de todos y deber del Estado. La clase consolidada en el poder era la nueva burguesía, y su democracia era una democracia burguesa. Para transformar a los súbditos en ciudadanos, debía convertírselos en libres, esclarecidos e ilustrados, y eso se debía lograr a través de la enseñanza. La escuela era el gran instrumento. La ignorancia era la causa de la marginalidad.. La escuela es, a través del docente, transmisora de la herencia cultural.

La organización de la escuela partía de la labor de los profesores razonablemente bien preparados. En sus clases, cada maestro especializado en un tema exponía las lecciones que los alumnos seguían atentamente y planteaba los ejercicios que los alumnos debían realizar disciplinadamente.

Este sistema fracasó: no permitía el ingreso de todos, no todos los que ingresaban permanecían hasta el final, los que egresaban no eran útiles para el tipo de sociedad buscado.

2.2. La pedagogía nueva.

La nueva escuela aparece a fines del siglo XIX y mantiene la creencia en el poder de la escuela y en su función de igualación social. Parte de una crítica a la pedagogía tradicional y busca una nueva manera de interpretar la educación.

Ahora la marginalidad era interpretada no como resultado de la ignorancia, sino del rechazo, la no aceptación del individuo en el grupo. El avance de la psicología había permitido detectar niños psíquicamente “anormales”, y de las diferencias entre los individuos. Pero la marginalidad no se explica por las diferencias en sí sino por esa anormalidad, que no es algo negativo en sí pero genera los rechazos.

La función de la escuela y de la educación es ajustar, adaptar los individuos a la sociedad, buscar la aceptación de todos por todos. Desplazó la cuestión pedagógica de lo intelectual a los sentimientos. Importaban más los procesos que los contenidos, la espontaneidad que la disciplina, la calidad que la cantidad. Lo importante no era aprender, sino aprender a aprender.

Ya la responsabilidad no era de docentes con altos conocimientos. Los alumnos eran agrupados por áreas de intereses originados en su actividad libre. El profesor era un estimulador y orientador, pero la iniciativa de aprender era de los propios alumnos.

Grupos pequeños, mucha relación interpersonal, rico material didáctico, biblioteca en el aula, escuelas alegres, movidas, bulliciosas y multicolores.

Los costos aumentaron pero no se obtuvieron los resultados buscados. Las consecuencias fueron más negativas que positivas. Se aflojó la disciplina, aumentó la despreocupación por la transmisión de conocimientos, rebajó el nivel de la enseñanza. También hizo a la escuela más dependiente de la política dominante y perfeccionó la calidad educativa solamente para los pequeños grupos de élite.

En resumen, propició como mejor una buena escuela para pocos que una escuela deficiente para muchos.

2.3. La pedagogía tecnicista.

A mediados del siglo XX, la Escuela Nueva presentaba señales visibles de decadencia. Se buscaban soluciones alternativas, tales como una Nueva Escuela Popular, y se reforzaba la necesidad de contar con instrumentos eficientes.

Partía de la base de la neutralidad científica y de los principios de racionalidad, eficiencia y productividad. El proceso educativo debía ser objetivo y operacional. Se transformó en una pedagogía tecnicista, como una fábrica de individuos capacitados.

Proliferaron propuestas tales como el enfoque sistémico, la micro-enseñanza, la tele-enseñanza, las máquinas de enseñar. La escuela fue invadida por técnicos.

La iniciativa no era del profesor, como en la escuela tradicional, ni de los alumnos, como en la nueva escuela. Ahora era cuestión de los medios con que se contaba, pasando tanto el profesor como los alumnos a un segundo plano. Los procesos educativos definen qué es lo que los profesores y alumnos deben hacer.

Ya no se considera que el marginado es el ignorante, ni que el marginado es el rechazado. El marginado es el incompetente, el ineficiente, el improductivo. La igualación social resulta del equilibro del sistema. Los marginados amenazan la estabilidad de ese sistema.

La educación se convirtió así en un sub-sistema. Ya no interesa aprender, ni aprender a aprender, sino aprender a hacer. El control se realizaba burocráticamente a través del cumplimiento de formularios. Los maestros pasaron a tener una función como cumplidores de pesados rituales. Se perdió de vista la especificidad de la educación.

El caos dejado por la escuela tradicional y luego continuado por la nueva escuela fue aumentado por la presencia de esta nueva pedagogía. Prácticamente impidió todo trabajo pedagógico. La marginalidad aumentó, el contenido se hizo más escaso y la ampliación de oportunidades prevista fue superada por la deserción y la repitencia.

Los recursos ya escasos destinados a la educación fueron derivados por los gobiernos hacia otras actividades. Los programas internacionales

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