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El Pueblo Huichol O Wixarika


Enviado por   •  7 de Octubre de 2014  •  1.171 Palabras (5 Páginas)  •  518 Visitas

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Las montañas de la Sierra Madre Occidental, al norte de Jalisco, son habitadas por una mística y hermosa cultura en la cual se crean constantemente enigmáticos mundos cuyos protagonistas recurrentes son lunas, soles, árboles, laberintos, espirales, montañas y océanos cósmicos que incansablemente aparecen expresados en el arte, la religión y las costumbres de los Huicholes, un pueblo que se ha mantenido indemne de influencia externa a través de los siglos.

Si bien, el origen de esta fascinante cultura es incierto, lo que resulta indiscutible es que durante el periodo de la Conquista, muchos sobrevivientes de diversos pueblos indígenas huyeron hacia el interior de la Sierra Madre Occidental para escapar de la estela de destrucción dejada por las tropas españolas. La Sierra, al ser prácticamente inaccesible, no pudo ser conquistada, logrando proteger a los pueblos que en ella se establecieron.

Por supuesto, los Huicholes tienen una versión muy distinta de los hechos; si se le pregunta a un huichol sobre su origen, él narrará fantásticas historias sobre cómo los Dioses salieron del mar para luego peregrinar hacia el oriente de la sierra. Las creencias huicholas dictan que la historia se encuentra tejida en los hilos de sus incontables mitos, es por eso que éstos son los lineamientos que determinan las acciones sociales y religiosas de su gente.

Para el huichol, el mundo posee una dimensión sagrada a la cual el mara’akame (chamán) penetra por medio del sueño, estableciendo un nexo entre el mundo de los dioses y el profano.

Es debido a la importancia del mundo sagrado y su intrínseca relación con el modo de vida del huichol, que en su arte se expresan siempre, cientos de historias que narran la mitología y cosmogonía de esta fascinante cultura. Todas aquellas artesanías de los huicholes que no están orientadas a fines comerciales, son creadas para narrar las diversas vivencias religiosas de sus autores, convirtiéndose en fantásticas piezas de hermosos colores y figuras inimaginables que pueden ser concebidas solamente en la mente del artista huichol.

Se cree que los ancestros de los huicholes nunca mantuvieron contacto con los grandes imperios de las épocas previas a la Conquista, y aún hoy en día, penetrar a su mundo es una tarea casi titánica.

Los Huicholes gustan de hacer arreglos, ofrendas, escudos y flechas para narrar la historia de la creación del mundo y del universo, pero también usan estos mensajes para detener el viento, para llamar a la lluvia o al sol o para ejecutar rituales de hechicería. El ritual más puro de los huicholes ocurre sólo en los llamados mitotes, ceremonias religiosas en las que se ejecutan danzas y movimientos mágicos para activar la energía vital, para agitar la vida, o sea el kipuri.

Algunos antropólogos han llamado neciamente a todos estos elementos "Dioses" utilizando su propia interpretación del mundo divino; pero para los huicholes y para los antiguos mexicanos el concepto de Dios tiene una connotación más precisa: se trata de algo que es parte del cosmos y no sólo creador de él. Los huicholes son reverentes con las mismísimas fuerzas que gobiernan la vida, y no las llaman dioses, sino hermanos. El Abuelo Fuego Tatevari, la Madre Agua o Tatiei Matinieri, el bisabuelo Cola de Venado Tamatz Kayaumari, todas son encarnaciones de las fuerzas de la naturaleza, de la energía que fluye en el universo y su relación con este mundo mágico.

Los Huicholes están gobernados por una casta de chamanes, misteriosos brujos y guerreros que luchan épicas batallas en el terreno de lo sobrenatural para resolver los problemas mundanos o divinos, o simplemente para asumir el lugar del gobernador o Marakame, "el que sabe". Esta casta prepara nuevos chamanes o Matewame "el que va a saber" para mantener el linaje y el conocimiento. Los poderosos chamanes huicholes han tejido incontables relatos de poder donde libran formidables batallas en el terreno de la percepción, del que rescatan y resuelven asuntos al nivel de la vida cotidiana, confirmando con ello el liderazgo de su conocimiento, de su gobierno y de su espiritualidad.

El arte y la artesanía de los huicholes son mundialmente famosos. Los huicholes son notorios por lo vistoso de su indumentaria. La Kamirra (kamixa-camisa) o kutuni, es decir 'camisa larga', abierta de los costados y sujeta a la cintura con el juayame 'faja ancha y gruesa' hecha de lana o de estambre.

Encima de la faja van varios morralitos bordados que llaman kuihuame o huaikuri, unidos con un cordón. En ellos no se guarda nada, sirven únicamente para completar el adorno. Cruzado al hombro lleva uno o varios kuchuri o morrales tejidos o bordados. Sobre la espalda, la tubarra, especie de pañolón bordado, se anuda al cuello y tiene en la orilla una franja de franela roja. Un sombrero que ellos llaman rupurero (xupurexu-sombrero), hecho de palma y adornado en formas diversas según el uso: con chaquira, plumas, estambre, flores, espinas o pedazos de corteza. El hombre es siempre el que usa la ropa más adornada.

La esposa pone todo su cuidado para que las prendas luzcan muy bien bordadas. En contraste con la indumentaria masculina, el traje de la mujer huichola es sencillo: consta de una blusa corta hasta la cintura, a la que llaman kutuni. La falda de pretina llamada ihui, lleva en el borde inferior una amplia franja de bordados lo mismo que la blusa. Se cubre la cabeza con el ricuri, formado por dos cuadros de manta blanca también bordados bellamente.

Su religión consiste en cuatro principales deidades: Maíz, Águilas, Ciervos y Peyote, todos son descendientes del Sol, "Tau". Sus actos religiosos se llevan a cabo en un monte llamado Wirikuta o 'Quemado', en el estado de San Luis Potosí (México). Este monte se encuentra dividido en dos, un lado para las mujeres y otro para los hombres. En sus actos religiosos suele hacerse uso del peyote, he aquí un extracto de lo que para ellos significa el uso de este cactus:

"Hay quienes tenemos alguna enfermedad física, del alma o del corazón o simplemente no hemos podido encontrar nuestra vida. En este desierto viviente y mágico, confín del mundo, el Venado Azul se nos revelará para encontrar nuestra vida, él nos enseñará, él será nuestra medicina. Una maximización del espíritu nos conducirá hasta el punto de la transformación temporal en transición a la exaltación espiritual, para encontrar las fuerzas del equilibrio. Esa capacidad inefable para aventurarnos sin temor en el angosto puente a través del gran abismo que separa el mundo ordinario del mundo del más allá. Para lograr éstas fuerzas del equilibrio debemos vencer nuestros miedos, quitar los malos pensamientos de nuestros corazones y unirlos. Los peregrinos debemos de estar limpios de todo mal de sentimiento, debemos de regresar al periodo de la vida en que éramos inocentes, antes de que fuéramos adultos, mundanos, ya que a ésta tierra madre venimos a nacer. El pasar de este mundo al más allá podremos hacerlo, porque al recibir el Venado Azul, dejaremos de ser ordinarios, seremos transformados. Pero hay que recordar que es solamente temporal porque somos solamente hombres y mujeres y no dioses".

http://www.vallarta.com.mx/Editorial/Huicholes/

http://culturasdelatierra.blogspot.mx/2010/12/los-huicholes_07.html

http://artesaniahuichol.blogspot.mx/2009/08/vestimenta-y-accesorios-huichol.html

http://cascoz.blogspot.mx/2010/05/tradicionculturaidiomade-los-huicholes_07.html

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