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El Pueblo Huichol (wixárika Y El Consumo Del Peyote. Adicción O Cultura Trascendente


Enviado por   •  13 de Mayo de 2014  •  6.238 Palabras (25 Páginas)  •  561 Visitas

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CALMA

Diplomado: Manejo logoterapeútico y médico en adicciones

El pueblo Huichol (Wixárika) y el consumo del peyote.

Adicción o cultura trascendente

Alumno: Carlos Moreno Derbez.

Profesor: Dr. Gerardo González Torres.

Junio de 2006

Indice

Presentación

I.- Los pueblos indígenas en México. Contexto general.

II.- El pueblo Huichol. Referencia general.

III.- El consumo de drogas entre los pueblos indígenas de México. Enfoques interpretativos

IV.- Los Huicholes y el peyote. Consumo y sentido.

A. Contexto

B. El viaje a Wirikuta.

C. Relato de un hombre en búsqueda de su espiritualidad y de dios

IV.- El peyote y sus efectos.

V.- Conclusiones.

Bibliografía

Presentación.

Este trabajo es una primera reflexión para interpretar los efectos del peyote (híkuri, en lengua Wixárika ) entre la población Wirraritari, no solo desde la perspectiva de los efectos en su sistema nervioso central, sino considerando las características de los contextos del consumo y las implicaciones culturales que tradicionalmente han venido ejerciendo.

Aunque varios pueblos indígenas del país comparten en su ejercicio de reproducción cultural el consumo de diversos estupefacientes para diversos fines, tales como los Mazatecos, los Zapotecos de la sierra sur de Oaxaca, los Matlazincas del estado de México y otros mas, se seleccionó a los Wirraritari por ser los mas comúnmente conocidos, incluso desde actitudes dsicriminatrorias

Se presenta este trabajo para el primer semestre de la materia del diplomado “Manejo logoterapeutico y médico en las adicciones” impartido por el Dr. Gerardo González Torres, y se procurará proporcionar algunos elementos analíticos desde la perspectiva de la concepción de la teoría del Análisis Existencial del Dr. Victor Frankl para establecer puntos de distinción entre el consumo de un enervante por la pérdida del sentido personal de vida o el encuentro personal y colectivo con la espiritualidad y el sentido de trascendencia en el contexto cultural de el pueblo indígena Wirraritari como parte de su identidad y de la reproducción de su cosmogonía.

No se pretende tampoco idealizar o reivindicar bajo la idea del “buen salvaje” a los pueblos indígenas del país y particularmente a los que hemos tomado como referencia. En su trayectoria histórica, los pueblos indios de México han jugado un papel importante para la construcción de la nación aun a pesar de que permanentemente se ha pretendido su extinción considerando que una nación mestiza puede ser más poderosa que una que se caracteriza por la diversidad y la pluralidad cultural. El proyecto nacional reivindica, desde la tradición liberal los derechos individuales y la construcción de una sociedad homogénea, y considera un obstáculo la existencia de sociedades que tienen otros sistemas normativos, formas diferentes de representación y de gobierno o incluso sistemas de administración de justicia que no corresponden a las que las leyes y estructuras de procuración y administración de justicia han sido convenidas en el país.

Para abordar el tema se hará una breve referencia a los pueblos indígenas del país y de la importancia demográfica así como el impacto que han tenido para la integración de la nación y para ubicar, en términos generales, el tipo de relación que han establecido con la sociedad en general.

En segundo término se hará referencia a los problemas de consumo, principalmente de alcohol en grupos rurales de donde se infiere el problema en la regiones indígenas debido a que, salvo datos de algunos municipios o aproximaciones generales, no se cuenta con información tanto cuantitativa como cualitativa de las condiciones del uso y consumo, así como de su impacto tanto de alcohol como de otros estupefacientes entre ellos.

Para el apartado tercero se presenta la información de carácter descriptiva de las condiciones en las cuales se consume el peyote entre este pueblo a partir de lo que se denomina el viaje a Wirikuta, uno de los sitios sagrado de singular importancia por tratarse del lugar en donde se produce el peyote de manera natural y se recupera la experiencia de uno de los habitantes en el que claramente se observan los efectos de la biznaga, pero sobre todo la articulación personal de la experiencia con la cosmovisión Huichola.

Finalmente se presentan algunas conclusiones en las cuales se propone una síntesis de los elementos propuestos en los apartados anteriores con los cuales se propondrán algunas aproximaciones a las condiciones que motivan el consumo del peyote entre el pueblo Wirraritari.

I.- Los pueblos indígenas de México.

Se estima, de acuerdo a las cifras oficiales que la población indígena del país alcanza mas del 12% de la población total. El criterio para la distinción ha sido y sigue siendo lingüístico desde que se acordó, oficialmente, descartar el criterio racial en la primera mitad del siglo pasado. En el territorio nacional se hablan 62 idiomas diferentes, la mayoría de ellos son ágrafos y se transmiten de generación en generación por vía oral. De muchos de ellos existe una cantidad considerable de variaciones dialectales cuyas características hacen que en algunos de ellos la comunicación sea ininteligible.

Muchos estudiosos de la población indígena del país consideran que el criterio de uso de lengua sigue siendo limitado e incluso discriminatorio. A cambio, varios intelectuales, muchos de ellos indígenas, proponen que deben considerarse otra serie de variables como la relacionada a la articulación que como individuos los indígenas tienen a la vida comunitaria o regional de sus pueblos tales como el trabajo colectivo, la territorialidad (tanto para la sobrevivencia, como la simbólica) las formas de gobierno propias y las festividades del pueblo

De hecho, la Constitución reconoce, en su artículo segundo “la pertenencia individual” a los pueblos indígenas como factor de distinción. Sin embargo, y a partir de la discusión desatada en el contexto de los Acuerdos de San Andrés, entre los representantes del gobierno mexicano y el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), este criterio prevaleció para reconocer la existencia de las colectividades indígenas con la noción de Pueblo como “sujetos de interés público” frente a la demanda de ser considerados “sujetos de derecho público”.

Esta diferencia jurídica lleva implícita la conceptualización de la condición de la relación que los pueblos indígenas deben tener con respecto de la población mexicana en general, porque bajo la segunda definición el reconocimiento va mas allá del aceptar la pluralidad cultural y multilingüística que el país ha conservado desde su creación a partir del siglo XIX.

Estas diferencias se expresan en que los indígenas tienen el derecho de conservar sus particularidades siempre y cuando no atenten contra la unidad nacional tanto en su territorio como en su estructura organizativa expresada principalmente en las leyes y en la administración de los recursos nacionales. De alguna manera se respeta la diferencia, pero no el derecho de ejercerla bajo la preocupación de que no es posible aceptar las autonomías nacionales ya que representan el riesgo crear naciones dentro de las naciones.

Independientemente de la discusión, podemos observar que, históricamente, los pueblos indígenas han mantenido sus diferencias y las han reproducido en formas especiales y diferenciadas generando sus propios mecanismos de reproducción de identidades que no siempre parten de las aquellas formas existentes antes de que se presentara la dominación española bajo las condiciones de la conquista.

Entre otros elementos significativos, para afirmar el sistema de identidades ellos se denominan a sí mismos bajo la etnonimía que los distingue de otros grupos o pueblos indígenas o incluso frente a aquellos que no lo son. Después se identifican como “indios” de un municipio, de una región y de un estado de la república y finalmente como mexicanos . Como ejemplo de esta referencia tenemos a los Zapotecos del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca en donde su autodenominación es la de BINNIZA que se traduce como “gente de la palabra verdadera”, o los Mixtecos que usan para sí mismos ÑUU SAVI que en español se traduce como “pueblo de la lluvia” o los Huaves que se identifican a sí mismos como IKOODS que significa “el verdadero nosotros”. Recordemos también que en la época prehispánica los pueblos mesoamericanos con predominancia política, militar y económica de los Mexicas denominaban genéricamente a los pueblos que estaban más allá de la frontera norte, (en ese entonces de lo que hoy es Jalisco, Nayarit, Zacatecas y Tamaulipas), como “Chichimecas”.

De la misma manera, para los actuales pueblos indígenas de los estados de Campeche, Quintana Roo, Yucatán o Tabasco, (Mayas) a los no indígenas se nos denomina “Huaches” que se traduce como “los hombres de trato rudo o agresivo”.

Estos breves ejemplos nos dan un indicio de que las relaciones interétnicas en el país no son tan homogéneas como lo ha pretendido la construcción del estado nacional y que la población indígena responde a lo que se puede denominar su propia matriz cultural, la cual, dicho sea con todo énfasis, no ha sido estática ni pasiva, y aunque se mantienen las diferencias, estas no son las mismas que encontraron los españoles en el siglo XVI. De acuerdo con Guillermo Bonfil, lo que hoy conocemos como matriz cultural de los pueblos indígenas tuvo su configuración para la época colonial y en el proceso de construcción nacional a partir de la independencia .

En términos generales y una rápida revisión de su situación con respecto de la sociedad nacional nos muestra que las condiciones bajo las cuales han sobrevivido los pueblos indígenas del país han sido desfavorables. Desde el punto de vista de la estructura social del país han ocupado una posición de subordinación y discriminación. Se han usado como mano de obra barata, en los trabajos mas rudos y pesados e incluso como “carne de cañón” para las guerras internas o para la defensa del territorio nacional ante la invasión extranjera.

Los territorios que originariamente ocuparon fueron fracturados por los gobiernos y los grupos de poder regionales. Es común escuchar que han sido desterrados, a partir de la conquista, a lo que se considera como “regiones de refugio” y a medida que se avanza en la modernidad, los recursos naturales que disponen son usados para su sobreexplotación como es el caso de los bosques, los recursos mineros o de los paisajes naturales que se destinan a megaproyectos turísticos. También, como en el caso de Temascal y Cerro de Oro, Oaxaca con los Mazatecos y los Chinantecos, fueron desplazados para creación de presas hidráulicas generadoras de energía eléctrica. Hasta la fecha todavía podemos encontrar a pueblos sometidos por el consumo de alcohol como consecuencia de la tradición del pago de jornales o de productos como el café.

Han sido símbolo de nuestra nacionalidad y al mismo tiempo considerados como muestra del atraso con respecto de un concepto de desarrollo socioeconómico que responde solamente a la idea occidental.

Recientemente y como consecuencia de la falta de apoyos al medio rural, la emigración de los indígenas es significativa tanto a los territorios del norte, como a los Estaos Unidos de Norte América lo que ha generado desde el punto de vista económico un fenómeno significativo: Contribuyen con divisas de manera significativa ya que se estima que entran al país alrededor de 20 mil millones de dólares, lo cual significa, después de la venta del petróleo la entrada de recursos más significativa.

Aún en condiciones de migración, los indígenas se reagrupan en colectividades sobre la base de sus identidades en los lugares en donde se establecen para trabajar. Se tiene noticia, por ejemplo que los Triquis de Oaxaca han creado un pueblo al que han denominado Nuevo San Juan en territorio de Baja California y que en Fresno, California en los EEUU existe una radiodifusora sostenida y operada por los migrantes desde donde se reproducen los elementos culturales básicos de sus pueblos de origen.

Esta articulación fuera de los territorios originarios también sirve para organizarse y no desprenderse de las comunidades de donde provienen. Es muy común observar que en las fechas o los eventos importantes de las comunidades “expulsoras” los que han salido regresan para participar de la fiesta o para incidir en las decisiones que los afectan. Se mantiene la condición de identidad y de lealtad con su pueblo y ello les da el sentido de pertenencia y los derechos que como ciudadanos pueden mantener.

La discriminación se expresa de manera coloquial en las ciudades al denominarlos “nacos”, “yopes”, “criadas”, “indio pata rajada” o “ignorante” y “borracho” o “flojo”. En la televisión vemos a personajes como la india María o Chano y Chon haciendo el papel de ignorantes, torpes, analfabetos o gentes sin posibilidad de trascendencia.

II.- El pueblo Wirraritari y el Hikuir (peyote). Consumo y sentido.

Contexto general

Los comúnmente conocidos como Huicholes habitan un basto territorio en el norte del estado de Jalisco, nororiente del de Nayarit y porciones de los estados de Durango y Zacatecas. De acuerdo con el censo de población y vivienda y las estimaciones hechas por el CONAPO y la CDI su población fue de 30 686 para el año 2000.

Por su ubicación, el territorio ocupado por los Huicholes desde la perspectiva histórica, representó un pueblo frontera entre Mezo América, sede de los grandes centros ceremoniales y de las grandes culturas prehispánicas como la Mexica, Mixteca, Zapoteca o Purépecha, con los “otros”, denominados comúnmente Chichimecas, ocupantes del basto territorio de Árido América (norte del actual territorio nacional) en donde se desplazaban pueblos nómadas caracterizados por la sobrevivencia a partir de la recolección y la caza.

Al señalar que ocupan un basto territorio nos estamos refiriendo a la territorialidad tradicional y sagrada que históricamente han ocupado desde la perspectiva de su cosmovisión. Ello implica porciones de los estados mencionados agrupados en la concepción y ubicación geográfico espacial de los lugares sagrados con alto contenido simbólico y que se estima en -----hectáreas.

En efecto, aunque las agrupaciones comunitarias de los huicholes se esparcen en pequeñas porciones de ese territorio, desde la perspectiva de su visualización de lo que es el mundo y el orden que lo compone, podemos observar que este tiene una composición que se articula con su organización social y con la integración de sus estructuras de parentesco bajo un orden de equilibrios entre el mundo mismo y los hombres que las divinidades marcan a través de ciclos.

El viaje a Wirikuta.

El consumo del peyote se hace bajo muy distintas condiciones y se tiene registro en los archivos de lo que fuera de la santa inquisición entre los siglos XVII y XVIII de muchas denuncias y procesos instaurados contra personas que consumían el producto . Sin embargo, el padre Fray Bernardino de Sahagún, cronista de la conquista, lo ubicó originariamente en el norte del país y de acuerdo con Aguirre Beltrán, citando sus crónicas, lo señalan como “el manjar de los Chichimecas”.

El término “peyote” es de origen Nahuatl (Peyotl) y su etimología, de acuerdo con los estudios del autor citado, la primera referencia es con respecto a su aspecto que señala que parece capullo de seda o gusano por las cerdas blanco-grisáceas que se encuentran en sus costillas. En segundo lugar se hace referencia a la acción fisiológica que se genera a su consumo y lo denominan “medicina resplandeciente” o como un derivado del verbo Nahuatl “pepeyoca” que se traduciría en “relumbrar el agua o los campos con claridad y reverberación del sol o la luna “. También y desde la perspectiva fisiológica se refiere a otro verbo de la misma lengua: “peyonia inic” que se traduce como estimular o aguijonear.

Para los pueblos Huichol, Cora o Tepehuano existe una coincidencia de carácter místico en su denominación.

“…En la religión Huichol un intrincado complejo liga, en el plano místico, al peyote,

al venado, y al maíz, por medio de una serie de elementos: aire, flecha, pájaro,

lluvia, fuego, tabaco, etc., que concurren en una divinidad trinitaria…”

A esta referencia mística y como producto de la dominación española se expresan asociaciones de carácter sincrético con las divinidades cristianas la mayor parte de ellas de signo femenino: Los registros del siglo XVI lo identifican con la virgen María hasta la que se designa como “yerba María” por el año de 1720 en Zacatecas. Sin embargo, también aparece con la referencia masculina en diversas manifestaciones hasta ser identificado con San Antonio.

A este conjunto de referencias iniciales se regresará mas adelante para interpretar los significados simbólicos colectivamente aceptados que encierran.

El proceso de peregrinación a Wirikuta se siguen una serie de rituales previos que, con diversas variaciones, los participantes de distintos pueblos van ejerciendo, de acuerdo a los énfasis que quieren marcar con respecto de las condiciones en las que quieren cambiar desde el punto de vista personal o colectivo. De hecho, el viaje se realiza en la época de secas, fecha en la cual se cuenta con mayor concentración de contenido activo.

En uno de los relatos seleccionados se contó con un “cantador” como guía para el viaje y se integraron alrededor de 25 personas, entre ellas el investigador que los acompañó . De este relato se hará una síntesis de lo que se considera mas relevante para los fines de este trabajo.

“ …Ya desde que mandamos la razón al cantador Jesús, nos hemos estado juntando alrededor de la lumbre para rezarle a Tatei Matinieri, porque sí es que nos conviene o sí no, pues entonces vamos a saberlo, y ya que recibimos la contestación, hemos empezado los ayunos…tu sí es que te prometes para ir …empieza prepararte: no agarres otra mujer que no sea la tuya; no te disgustes con tu familia ni la mortifiques; ni a los animales…Habla con buen modo y ellos te van a entender y así en tu corazón no se va anidando el coraje; menos vayas usté a pelearte con un amigo o que no sea tu amigo pero de todos modos. Nosotros te vamos a estar contando allá y hablándoles de ti a los dioses porque eres buena gente, para que no te desconozcan y cuando venga el cantador, aquí venimos por ti, tu ya vas a estar preparado…”.

El viaje, que es a pié, dura 15 días de ida y 15 de regreso. Se viaja de Santa Catarina o San Andrés en el estado de Jalisco hasta Real de 14 en el estado de San Luis Potosí. En el traslado se visitan alrededor de 21 sitios sagrados en donde se realizan distintas ceremonias, rezos y se van dejando parte de las múltiples ofrendas especialmente preparadas para el efecto.

En la preparación del viaje hay uno o mas baños purificadores con yerbas especiales para contar con una participación purificada en el cuerpo. Además se realiza una confesión para lo cual se dispone de una cuerda en la que se hace un nudo por cada pecado cometido. Las cuerdas en donde se anudaron los pecados son quemadas al llegar al principal sitio sagrado. En caso de que alguien no haya confesado todos los pecados, las consecuencias se sufren en Wirikuta una vez que se ha ingerido el peyote. Un relato al respecto es el que refiere a un hombre que empezó a quitarse la ropa hasta quedar totalmente desnudo y mostrando de manera soberbia su sexo. Ante esta situación el Maraakame (autoridad religiosa) realizo una limpia para apartar los engaños que estaba padeciendo. El hombre se fue apaciguando hasta que empezó a llorar y confesó al Maarakame su pecado para recobrar la paz.

Otra experiencia relata que “…cuando comí yo sí vide o más bien el peyote me dio a ver como esta allá arriba, en el cielo, donde esta azul…ahí es donde esta Nakagué, nuestra madre; allí me llevó un maraika (zopilote) hasta donde esta nuestra madre, y me dijo: -tú dices que vienes a buscar a tu madre; mira yo te voy a llevar donde esta ella. Luego volamos un rato, yo agarrado a su pescuezo, y de pronto vimos una casa más grande y más blanca que todas las demás, y el maraika me volvió a hablar y me dijo: Ahí es donde esta tu madre…” al encontrarse con ella le dijo que no iba para pedir nada y que solo quería conocerla y que quería estrechar su mano. Al hacerlo, ella se puso a llorar y le dijo “…¿así que tú, pensando así, vienes aquí creyendo que tu eres solo? Yo siempre estoy viendo para allá contigo y soy Nakahué (oreja parada) y oigo siempre lo que dices; lo bueno y lo malo y sí alguna vez sabes rezongar a tus padres, todo lo que dices yo lo estoy oyendo y los estoy viendo a todos, porque soy la madre de todos los Huicholes…”

Posteriormente le entregó material de culto (flecha, velas y jícara) y confesó que se sentía desperdiciado con su vida y que andaba como jugando y al regresar a la tierra, nuevamente trasladado por el zopilote pensaba “…Seguro las gentes que habemos no sabemos nada, seguro sólo comiendo peyote es cuando sabe uno todo, ve todo y oye todo, pero yo ya había recordado lo que me dijo mi madre que ella siempre me estaba vigilando y así pensando en cómo debía yo de encaminar mis pasos para no disgustar a mi madre…”

Otra experiencia mas en la ceremonia de encuentro con el peyote y con los dioses en Wirikuta, relata un hombre dejó la canasta en donde se iban depositando los peyotes recolectados y empezó a reir y a caminar cautelosamente con las manos en guardia hacia delante, como sí pretendiera agarrar algo. Al cerrar los brazos lo hizo violentamente y se dio cuenta de que no había atrapado nada. En su movimientos con la cabeza, de izquierda a derecha, trato de ir de un lado a otro sin conseguir su objetivo. Después de varios intentos se quedó mirando el suelo y soltó el llanto profundo pero tranquilo y siguió comiendo hasta 8 peyotes y después comentó: “…Era Tamatz Kauyumarie que me llamó para darme una palabra...” y posteriormente relató que se encontro con un pequeño venado invitándolo para que lo agarrara y que se le escapó de las manos y que a pesar de que lo siguió no lo pudo atrapar. Posteriormente el venado se acostó en el piso y el huichol le preguntó que quería de él y el venado le contesto: “…te traje hasta aquí porque es mi voluntad que tú cures a los que yo enfermo. Por eso aquí estoy agarrándole su palabra y aquí me voy a quedar hasta que él quiera, porque ya me dio a saber que yo fui creado o hecho de él, que yo provengo de él, así nomás me entregó su palabra…”

.

En cada una de las ceremonias realizadas en los lugares sagrados se hacen oraciones en donde se considera que se habla con los dioses y particularmente al llegar a Wirikuta, el cantador hace un rezo en donde entre otras cosas se dice:

“…A donde esta verde hemos llegado.

A donde habita la flor que esta parada.

Al lugar donde esta el monte que tiene palabra.

Hemos llegado a donde están nuestros dioses.

Donde se encuentran nuestros dioses puestos en círculo.

A donde habita la flor de los dioses,

Los formadores de los cerros.

Aquí mis abuelos hemos llegado,

Cargando la flecha de nuestros hacedores,

que para eso nos dieron la vida

y para eso nos formaron…”

Se hace referencia a todos los dioses y a los lugares sagrados y se reitera que están ahí para escuchar su palabra, aunque no la oigan porque son mortales, siempre pidiendo disculpas y pidiendo sus enseñanzas, además de agradecer que el viaje se realizó sin contratiempos y sin ningún perjuicio aún a pesar del sacrificio que ello les significó.

De las anteriores oraciones y referencias podemos encontrar los siguientes elementos que consideramos fundamentales:

-Existe una permanente petición a los dioses para ser aceptados y que no sean desconocidos por ellos.

-Se tiene la actitud de llegar purificado “…nuestros corazones deben quedar limpios de toda mancha, de toda mala intención y de todo mal pensamiento…tenemos que quedar como nuevos para encontrarnos con el peyote…”

-Se pide tener conciencia para entender lo que le toca a cada uno hacer en su vida con respecto del pueblo.

- Directamente vinculado a lo anterior se plantean los denominados ritos de inicio o la autorización para que se inicien en alguna actividad. También se presentan a los dioses a nuevos miembros del grupo.

Finalmente se cuenta con el punto de vista de un Huichol en una reunión en el puerto de San Blas, Nayarit, en donde se encuentra el sitio sagrado Tatei Aramara, a la orilla del mar. “…no nos interesa que hagan de nuestros sitios sagrados lugares de ecoturismo porque llega mucha gente que no los respeta y que llega solo por el peyote sin saber ni tener conciencia de la importancia que tiene para nosotros para comunicarnos con nuestras divinidades. Tampoco nos interesa porque significaría facilitar el acceso y eso no le da fortaleza a nuestro corazón, porque solamente con el esfuerzo y el sacrificio tendremos un corazón fuerte para poder comunicarnos con nuestros dioses…”

Los efectos.

De la fuente de información en la que nos hemos estado apoyando, se puede observar que existen reflexiones interesantes:

Después de la ceremonia de presentación del niño a los dioses se relata que “…empezamos a vivir en un mundo nuevo, maravilloso y terrífico sin alternancias; palabras como dormir y sueño, que escuché varias veces, carecían de actualidad y sentido; el hambre solo era hambre de mas peyote y unos tragos de agua bastaban para todo el día; hasta el aparato digestivo parecía haber limitado sus funciones, permitiendo así una entrega mas completa, y cada uno tuvo su propia noche sin interferencias. Lo mas importante de todo es que por primera vez yo era dueño de mí mismo; sentía materializado el conducto que unía mi voluntad con cada una de las partes de mi cuerpo, y a veces, solo por sentir mi propio poderío movía el dedo de un pié o de una mano, nada mas para experimentar el recorido de la descarga eléctrica que yo liberaba y para probar la operatividad de mi sistema de comunicaciones , pero ese dominio se extendía a mis emociones, a mis sentimientos, a mis relaciones, porque por primera vez me sentía el centro de mi mismo; era una sensación imponderable que me convertía en el centro del universo…”

Ahora bien, recapitulando los síntomas y efectos a nivel de sistema nervioso tenemos que se cumple el principio de producir trastornos en la senso-percepción. Por ello la visualización de las alucinaciones se presentan en los relatos comentados.

En lo que corresponde al cumplimiento de la triada, como ya se mencionó se cumple el principio de la alucinación y el de la confusión. Sin embargo, aquí la despersonalización no se distingue muy claramente puesto que persiste en el proceso de ingestión la referencia a las definiciones que como individuo se tienen con respecto del grupo y de la función que deben de cumplir.

III.- Enfoques para interpretar el consumo de drogas en los pueblos indígenas.

En el ejercicio de integración de un programa para la prevención y combate al alcoholismo en pueblos indígenas se trabajó con algunos enfoques interpretativos que se considera importante referir para tener una aproximación a la comprensión de las dimensiones y condiciones que propician la disposición a la ingestión de sustancias que alteran el sistema nervioso y la conducta de sus miembros.

Enfoque cultural

Uno de los enfoques importantes en los estudios de caso es el enfoque cultural, entendiendo por cultura el sistema de representaciones materiales (como por ejemplo, el vestido, la música, los bailes, la lengua, las fiestas) y simbólicas (el significado que guardan esas representaciones en la reproducción de la identidad individual y colectiva de los individuos) . Dentro de este enfoque se encontraron diversas perspectivas o interpretaciones que se resumen de la siguiente forma:

a) Integración sociocultural. En esta perspectiva se analiza el uso y consumo del alcohol asociado al consumo ritual, religioso y laboral de los pueblos indígenas. Algunos aspectos a observar son la serie de actividades cotidianas y celebraciones tales como: actos sociales, festividades religiosas, cambio de autoridades, usos terapeuticos, trabajo colectivo (como el tequio la fajina o la mano vuelta), entre otros. A través de estos eventos se consolidan redes sociales y de compadrazgo que ponen a funcionar un amplio sistema de intercambio de bienes materiales y simbólicos. En este caso, las bebidas alcohólicas, tanto tradicionales como comerciales, se incorporan a lo que Wolf en 1971 denominó fondo de consumo ritual .

Paradójicamente al análisis de los efectos positivos que genera el consumo del alcohol como factor de integración sociocultural, existen estudios que muestran cómo estos eventos pueden ocasionar dependencia excesiva al alcohol, con todos los problemas de salud, económicos, familiares, sociales y comunitarios que de ello se derivan.

b) Pérdida de sentido e identidad. En este planteamiento se señala que las “las adicciones surgen cuando la sociedades y comunidades van perdido sus sentidos o entidades individuales en un primer momento (trasculturación), y colectiva después (desculturación), tales como su idioma, costumbres, preferencias, creencias, formas de organización y sustentación y que, sustraídas de los elementos que les dan cohesión e identidad, buscan el equilibrio perdido en elementos externos a su propios recursos e identidades culturales, como el alcohol, las drogas, el tabaco, el juego, la comida, el sexo y todo lo que se haga en forma compulsiva y sustitutiva y sin que existan mecanismos de control desde nuestro propio yo, en relación con el grupo cultural” .

Otro proceso a partir del cual se analiza el problema del alcoholismo y que también tiene que ver con la pérdida de valores y/o reajustes de la identidad, es el denominado neoculturación. Al respecto, Almaguer (2005)1 señala que “en las poblaciones indígenas es común la asociación de elementos transculturales de pérdida del sentido tradicional, y la sustitución por valores nuevos en torno a la cultura moderna y los procesos del mercado . Cómo estos últimos no pueden proporcionar a la población y a los jóvenes una alternativa para una vida productiva digna, lo que hacen es multiplicar la frustración y la pérdida de sentido, con lo que además de proporcionar la base para el aumento de problemas como el alcoholismo, también conllevan la aparición de otros problemas sociales, por ejemplo la formación de grupos de jóvenes, integrados en “pandillas”, que sobreviven a partir de la violencia, el tráfico de drogas y el robo.

Sin embargo, como analizan algunos investigadores existen indígenas que se inician y habitúan a beber de forma compulsiva, precisamente en el servicio de una función social, como resultado de un perfecto ajuste al grupo y de acuerdo con el papel que juega el alcoholismo en las relaciones sociales .

c) Cultura patriarcal. En la mayoría de las sociedades, no sólo en la indígena, la masculinidad se asocia a roles, símbolos, valores que reproducen la agresividad y el autoritarismo. En ese sentido, el consumo del alcohol forma parte de los símbolos que se asocian con la hombría, incrementando con ello el maltrato físico y psicológico principalmente hacia las mujeres, pero también riñas y homicidios entre personas del mismo sexo. Es común observar que la mayor cantidad de personas bajo la condición de co-dependencia son precisamente mujeres. El acento debe ponerse precisamente en la modificación de esos roles y conductas autoritarias, transmitidas social y culturalmente, así como en aquellas que ejercen mayor presión hacia el consumo masculino del alcohol.

El enfoque estructural

A partir de este enfoque se analiza el consumo del alcohol asociado con la pobreza extrema en la que se encuentra gran parte de las comunidades indígenas, como producto de las crisis económicas registradas en el campo, el deterioro de la autosuficiencia alimentaria, el incremento de los fenómenos migratorios, el deterioro de las estructuras familiares, la producción, comercialización y venta clandestina del alcohol, que en muchos casos contrastan con la falta de políticas públicas adecuadas para el desarrollo rural.

Otros enfoques

Existen también temas o procesos insuficientemente tratados como, por ejemplo, el referente a la co-dependencia en población indígena, pues el alcoholismo es una enfermedad que no sólo afecta a quien lo consume, sino a las personas que por lazos afectivos o familiares, se ven en la necesidad de lidiar de forma cotidiana con el enfermo alcohólico. En estudios urbanos se documenta cómo estas personas presentan estados de ansiedad, culpabilidad, miedo, impotencia e incluso enfermedades físicas asociadas al estrés, como dolores de cabeza, gastritis, nerviosismo, entre otras, por lo que sería importante analizar la forma particular en que los indígenas enfrentan el problema de tener un familiar alcohólico, así como los mecanismos institucionales para darles atención y apoyo.

La influencia que ejercen los medios de comunicación para el consumo del alcohol en las comunidades indígenas es un tema muy mencionado en los diversos estudios, aunque poco documentado. La hipótesis más generalizada es que a través de los programas televisivos y radiofónicos se transmiten valores, creencias y actitudes ajenas que pueden causar estados de frustración, lo que llevan a los individuos a la necesidad de refugiarse en el alcohol como una forma de escape. Es importante decir que los medios de comunicación no necesariamente tienen que cumplir una función negativa ya que pueden ser aprovechados como espacios de información y difusión de valores que promuevan una cultura de vida y sana convivencia.

Otro de los problemas que se deberá tomar en cuenta es la calidad de las bebidas alcohólicas, ya que en las comunidades indígenas el control sanitario es prácticamente inexistente, problema que se agrava por las condiciones de mala alimentación que los hacen más vulnerables a padecer enfermedades crónicas y degenerativas.

Propuesta para la tarea de contar con una fenomenología del consumo de sustancias entre pueblos indígenas.

Como puede observarse, los enfoque propuestos ofrecen elementos que pudieran considerarse fundamentales para aproximarse al análisis de las condiciones bajo las cuales se accede al consumo de cualquier sustancia y que pudiera generar conductas adictivas.

Tenemos, por ejemplo que el enfoque cultural aborda de manera interesante la distinción de campos de interpretación tales como la integración sociocultural, la pérdida de sentido e identidad o la cultura patriarcal.

Por su parte, el enfoque estructural nos invita a la reflexión de la posición que los pueblos indígenas tienen respecto de la sociedad en general y de la carencia de políticas públicas que permitan desequilibrios en los cuales los mismos indígenas llevan la peor parte y están a expensas de mecanismos de subordinación en donde las drogas juegan un papel importante

Identidad y diversidad cultural

La integración de la identidad y su contraparte la alteridad tiene como punto de partida y como contexto lo que la Antropología ha denominado como cultura. Sí hay, como hemos mencionado diversidad cultural, también existen las identidades. La identidad, lo que hace común a las colectividades humanas, se encarga de enfatizar las diferencias y la propia diversidad. El hombre, entonces en su devenir histórico ha construido la diversidad cultural.

¿Cómo entonces debemos concebir la cultura? Mas allá de la idea generalizada de la acumulación de conocimientos, obras y creaciones de diversa índole o de las expresiones estrictamente artísticas que constituyen el patrimonio tangible o intangible que cualquier sociedad o grupo humano ha gestado, es necesario considerar, desde la perspectiva de la evolución del ser humano, como especie, la cultura se considera como una creación estrictamente humana toda vez que permite la apropiación y transformación de la naturaleza a través de lo que el trabajo humano ha gestado y cuyo fin es la satisfacción de las necesidades básicas y elementales de supervivencia y reproducción social.

El hombre, como especie es esencialmente y desde su origen un sujeto creador y transformador, porque actúa y reflexiona en su interacción con la naturaleza y con sus semejantes, depositando en la amplitud de los ámbitos que la configuran dicho sentido de apropiación y pertenencia, desde la formación del lenguaje articulado con el denominó progresivamente su entorno natural, defendiéndolo para sí, delimitándolo y haciéndolo significativo en la integración de la cosmovisión particular hasta el descubrimiento y desempeño de las diferentes prácticas sociales que progresivamente definieron el espacio el espacio humano territorial simbólicamente como suyo, en las instituciones, como en los hábitos y las costumbres que formaron los rostros y las identidades de la diversidad humana sustentadas en una CONCIENCIA DE SÍ y de la posibilidad de plantearse la trascendencia no solo personal, sino también colectiva.

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