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El Territorio Insular de México

nayelinenaTutorial22 de Mayo de 2013

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El Territorio Insular de México

Marineyla Cabada Huerta*

Introducción y Problemática General.

Desde las primeras exploraciones españolas a lo que conposterioridad se conocería como “América”, las islas significaron lospuntos más importantes dentro de las rutas marítimas de navegaciónen el “Nuevo Continente”, a la vez de constituirse en el asiento de lahistoria nacional en lo particular y de la hispana, en lo general.

En la actualidad, la mayoría de los mexicanos no sabemos aciencia cierta la cantidad de islas que se encuentran frente a nuestroslitorales y que se ha calculado en más de 240 porciones. El comúndenominador solamente recuerda aquellas que sobresalen por susatractivos desarrollos turísticos, tales son los casos de Cozumel e IslaMujeres, o bien, aquellas que representan algún castigo parecido aldestierro como las Islas Marías, archipiélago en el que una de ellas, la

María Madre, alberga el famoso penal o centro de readaptación social.

Es necesario entender que estas porciones terrestres separadasde la masa continental, forman parte significativa del ámbito espacialde validez del orden jurídico nacional y por lo tanto, en la materiade salvaguarda de la soberanía. De igual forma, las islas de México,además de ser paraísos naturales, son también, y con mayor frecuencia,una rica e insospechada fuente de recursos naturales y constituyenpuntos clave en la delimitación de espacios marítimos internacionales.

Una de las deficiencias cognoscitivas más importantes denuestros espacios insulares es que ignoramos con exactitud cuántasy cuales islas pertenecen a nuestro país.

En el año de 1900 AntonioGarcía Cubas elaboró un islario editado por la Secretaría de RelacionesExteriores, en 1919 Manuel Muñoz Lumbier realiza un nuevoesfuerzo, otro más es el de la Secretaría de Comunicaciones y ObrasPúblicas en el año de 1939, Ricardo Toscano hace lo propio en 1949, laSecretaría de Marina en 1977 y por último, el editado por la Secretaríade Gobernación con el título “Régimen Jurídico e Inventario de la

Islas, Cayos y Arrecifes del Territorio Nacional 1981”.

Entre todos loscatálogos mencionados se nota importante discrepancia en cuanto a lacantidad y nombres de las porciones insulares.

La falta de estudio y dedicación al territorio insular y alas posibilidades del mismo, no han permitido el conocimiento delnúmero preciso de las unidades territoriales que lo integran, sulocalización geográfica, sus recursos naturales y económicos engeneral, así como su superficie, formación geológica y posibilidadesde aprovechamiento sustentable.

Los recursos humanos y financieros dedicados al estudio ydesarrollo de las islas mexicanas han resultado insuficientes y la faltade coordinación de las dependencias y entidades de la AdministraciónPública Federal, ha generado una diversidad de criterios y accionescontradictorias, provocando con ello, una problemática compleja enrelación con nuestros espacios insulares.

Ninguno de los dos Poderes Federales con facultades en lamateria, el Ejecutivo y el Legislativo, han pugnado por un presupuestoencaminado al establecimiento de una infraestructura destinada ala realización de estudios y programas para el desarrollo insular,tampoco se han logrado resultados palpables en la definición de lasituación jurídica de las islas.

Las condiciones de abandono histórico de este territoriopermitieron que las islas se convirtieran en tierra de nadie, en tierras deapropiación o tráfico ilegales, o, en el peor de los casos, como atractivosde pretensiones expansionistas de las potencias extranjeras; basterecordar los casos de las catorce islas que integran el Archipiélago del

Norte, las cuales perteneciendo originalmente a México, han estadosujetas a la soberanía de Estados Unidos desde 1847. Asimismo,la imperdonable pérdida de la Isla de la Pasión (mejor conocidacomo Clipeerton) en el año de 19311, en razón de un laudo arbitralinternacional por el que se otorgó su jurisdicción a Francia, bajoargumentos de no ejercicio de acto alguno de la autoridad mexicana.

Ninguna de las mutilaciones territoriales han sido suficientespara despertar de la “inconciencia insular”. La mayoría de las islasnacionales se encuentran en el más completo de los abandonos, sonterritorios prácticamente inexplorados, desconocidos, devaluados y, enmuchas ocasiones, catalogados como inhóspitos o salvajes.

Los motivos de orden histórico, político, económico ysocial, así como las lógicas prioridades nacionales, las restriccionespresupuestales son, entre otros,los motivos que han impedido la incorporación del territorio insularal desarrollo nacional generado en la parte continental del país. Lafalta de una legislación en la materia y las lagunas e imprecisionesjurídicas de este hecho derivadas, obstaculizan los pocos intentos parasu desarrollo.

La erosión y la deforestación provocan el desprendimiento delos suelos, lo que lleva contaminación a los mares adyacentes y reduccióno muerte de las especies marinas. “Cada especie que se extingue nosolo es una pérdida irreparable para México, sino que también para lahumanidad. El paisaje de México no es solo un recurso vinculado alturismo. Y el paisaje de México no solamente se viene deteriorandopor la irracionalidad de los modos de producción imperantes. Tambiénse deteriora por despreocupación o por desconocimiento.”3

“Cabe recordar que la ZEE consta de 188 millas marinas, ensentido estricto, las que sumadas a las 12 millas del mar territorialarroja un total de 200 millas náuticas, mismas que se miden a partirde la línea base de las costas. Es prudente que recordemos que las islastienen derecho a ZEE. El problema que se plantea es que si Méxicoposee 239 islas, según el catálogo de la Secretaría de Gobernación de

1981, ¿cuales de estas islas, cayos o arrecifes tienen derecho a que seles dote de Zona Económica Exclusiva y de plataforma constinental?

De acuardo con la Convención sobre Derecho del Mar, solamenteaquellas que sean habitables por el hombre o tengan vida económicapropia.

(la mayoría de las islas nacionales se encuentran deshabitadasy por consiguiente, carecen de actividades económicas que pudieranservir como argumento de defensa, en el caso de que la comunidadinternacional decidiese reconocer como islas con zona económicaexclusiva a aquellas habitadas humanamente.

Breves antecedentes históricos de las islas nacionales.

En el nacimiento del siglo XVI se inician las primerasexpediciones europeas motivadas por la inquietud de descubrirposibles tierras existentes en el mar del sur. De esta manera, Diego

Velázquez, gobernador de Cuba, organiza la primera expediciónespañola, capitaneada por Francisco Hernández de Córdoba, quiendespués de varios meses en la mar llega a lo que hoy conocemos como lapenínsula de Yucatán, cuyas tierras caracterizadas por construccionesmonumentales y gran cantidad de pobladores, son bautizadas como

“El Gran Cairo”Al seguir la ruta marítima del sur, las naves de Hernández de

Córdova topan casi por error con la primera isla que se descubrierapor los españoles en territorio maya, a la que, en razón de los ídolosde formas femeninas en ella encontrados, se le denomina “Punta deMujeres” (Isla Mujeres en la actualidad).

Una segunda expedición ordenada por el Gobernador de Cuba,al mando de Juan de Grijalva, termina navegando el Golfo del Méxicodebido a accidentes de orientación, en razón de ello, se descubren variasislas como: Cozumel (1518), la Aguada (conocida más tarde como Isla

Triste, Villa del Carmen y en la actualidad, Isla del Carmen) e IslaBlanca (en las costas del actual estado de Veracruz)6.

Dato curioso como en la relatoría de Bernal Díaz del Castillo7 no se mencionan losarrecifes y demás islas vecinas a la isla blanca y solamente se hacereferencia a una isla mayor en la cual Grijalva mandó desembarcar,encontrando diversos altares e ídolos a cuyos pies estaban sacrificadosrecientemente cinco indios; la impresión de tal espectáculo no dejólugar a dudas sobre el nombre que sería impuesto a esas tierras, el cualfue:”Isla Sacrificios”. En el mismo derrotero fue hallada y nombradatambién la isla de San Juan de Ulúa.

La tercera expedición enviada por Velázquez fue comandada por

Hernán Cortés, quien descubre y conquista nuevas tierras, estableciendola figura jurídico-política del municipio, con lo que logra independenciade Diego Velásquez. Años más tarde, decide explorar rumbos al norte,para lo cual envía a su sobrino Francisco Cortés de Buenaventura,entonces Gobernador de Colima, quien navega por el Océano Pacífico

descubriendo varias islas como las Marías, Santo Tomás (Isla Socorro)

y de los Inocentes o Anublada (Archipiélago de Revillagigedo).

Otro enviado de Cortés, Diego Hurtado de Mendoza, tambiénexplora las islas del Norte, a la vez de que Nuño Beltrán hace lo suyopor el mismo territorio. La variedad de expediciones por la parte nortede lo que hoy es nuestro país, provocó que en no pocas ocasiones unamisma isla fuera nombrada de distintas formas y que no se hicieranesperar las disputas por la gloria de proclamarse el título de descubridor.

A principios del año de 1536, Hernán Cortés se ve menguadode poder, debido a la revocación de la Capitanía General queencarnaba. Es así que sin el apoyo real, Cortés organiza la últimade sus expediciones que lo llevó hacia aguas del Golfo de California,recorriendo las costas de los ahora

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