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El color en la historia de México


Enviado por   •  13 de Mayo de 2018  •  Tareas  •  1.072 Palabras (5 Páginas)  •  114 Visitas

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El Color en la Historia de México

México es un país prodigio en color, que esté abunda intensamente en las formas cromáticas de su lenguaje, y está presente desde su remota historia; con los términos de color, cada uno está profundamente ligado a su uso simbólico.

La cosmogonía náhuatl antes de que existiera el universo conocido, sólo había un cielo que llamaban decimotercero, el hogar del Ser Supremo, Ometecuhtlí; procreo cuatro hijos que Octavio Paz identifica como “las cuatro imágenes de Tezcatlipoca, que se desdoblan y confunden”: El Tezcatlipoca(negro), Huitzilopochtli, el zurdo o siniestro (azul), Quetzalcóatl (blanco) y Xipe Totec (rojo).
Después los cuatro dioses abrieron cuatro caminos por debajo de la tierra para salir a la superficie y de ahí hasta el cielo, donde siguieron el Quetzalcóatl y el Tezcatlipoca quedó marcado en el cielo con la forma de una serpiente blanca “Iztaumixcoatl” nombre que los antiguos mexicanos le dieron a la Vía Láctea en su imagen diurna, y terrestre adquiere todos los colores y se convierte en el arcoíris “Cozamalotl”.

Los códices precortesianos, el cromatismo fue siempre un elemento preponderante de comunicación visual. El rojo junto con el negro, conformaban la dualidad representativa de la escritura y el saber. De la gama de colores fabricados en México cuatro de ellos tuvieron un uso ilimitado: el azul, el color granada o cochinilla, el anaranjado y el negro. Los colores de origen vegetal se derivaban de flores, hojas, tallos, semillas, maderas y hasta de las raíces de las plantas.
Los de origen mineral de tierras, óxidos de hierro, tizas y negros de humo que daban una gama de colores de ocre a amarillo, del rojo al azul, del blanco al negro.
El añil hindú, una vez aclimatado en tierras mexicanas, se convirtió en la admirada matlalli, es decir, en la apreciada fuente del azul oscuro.

Siendo el rojo un color primario, su fuente predominante era la grana o cochinilla “nocheztli”, para obtener un grano de colorante se precisan unas 14 000 cochinillas.
Los indígenas experimentaban con una y otra planta con tal de obtener tonos contrastantes y vivos, gracias a los cuales pudieron colorear su mundo. Hervían de todo.
Con la pulpa machacada del capulín obtenían el morado; de los tallos machacados del girasol el color verde y de la flor de cempoalxóchitl el amarillo intenso. El violeta y el púrpura se obtenían de moluscos, especialmente del caracol.
Los antiguos mexicanos fueron grandes proveedores del color para el resto de los pueblos mesoamericanos, por lo que una vez iniciadas las exportaciones hacía Europa durante la Colonia, la producción de colorantes se convirtió en una próspera industria.
El amor que los aztecas tenían por los colores y su curioso ordenamiento de los cestos piramidales; destacaban en cada castillo, el atractivo color de la granada, el azul, blanco, cardenillo, el arco de teas.
La pintura corporal era parte de la coquetería prehispánica, las mujeres con el deseo de gustar al hombre, se pintaban el cuerpo.
Los hombres cuando iban a la guerra, se untaban la piel con el color amarillo, con lo cual creían que causaban horror y espanto a sus enemigos.

Distintivos de los pueblos mayas fueron los colores rojo y amarillo.

El rojo fue el preferido de los antiguos aztecas por la fusión simbólica de la sangre y el sol.
Entre los aztecas se nacía bajo el signo de un color, de similar manera a la costumbre china de nacer bajo un signo anual.
Una tradición que se conservó hasta después de la colonización española fue la de encender velas de color en la despedida a los muertos.

¿Cómo surgía la eclosión del verde, blanco y rojo de la bandera mexicana?, la historia cuenta que fue Agustín de Iturbide quien en 1821 ordenó a un sastre-peluquero confeccionar una bandera que constaría de los tres colores de sus garantías: blanco por la conservación y la pureza dela religión católica, verde de libertad e independencia y rojo la unión entre mexicanos y europeos.
Octavio Paz ha dicho que los mexicanos aprendieron a dar clases de historia y religión a través de los ojos; de las imágenes. Los Toltecas fueron un pueblo de artistas y creativos maestros del color y constructores de Teotihuacán.
El punto dominante del muralismo prehispánico se encuentra en el sureste, exuberantes frescos interiores de las ruinas mayas de Bonampak. Para conservar su memoria histórica, los indígenas privilegiaron la pintura al temple y emplearon el aceite mezclado con los colores naturales.

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