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Etica Griega

talicorpa1 de Agosto de 2013

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ETICA GRIEGA

INTRODUCCIÓN

La tradición de la ética filosófica occidental -en la acepción general de la búsqueda de una comprensión racional de los principios de la conducta humana- comenzó con los griegos de la antigüedad. Desde Sócrates (469-399 a.C.) y sus inmediatos seguidores, Platón (c. 427-347) y Aristóteles (384-322) hay una clara línea de continuidad que, pasando por el pensamiento helenístico (es decir, en sentido amplio, postaristotélico), romano y medieval, llega hasta la actualidad.

Si bien es cierto que los problemas e intereses de los filósofos éticos modernos con frecuencia se separan de los de los antiguos griegos, sus discursos constituyen una reconocible continuación de los que tenían lugar en los siglos V y VI.

La cuestión de dónde concluye la ética griega es una cuestión discutida. Por ejemplo, Lucrecio y Cicerón, los dos primeros escritores filosóficos más importantes en latín, aspiran sobre todo a interpretar las fuentes griegas para un auditorio romano, y fue el pensamiento griego principalmente el estoicismo en sus diversas formas- el pensamiento dominante de la vida intelectual de Roma desde el final de la República en adelante

En el presente trabajo hablaremos sobre los tres autores más importantes de la ética griega: Sócrates, Platón, Aristóteles.

ÉTICA GRIEGA

1. Ética

Entendemos como ética a la Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre.

Conjunto de reglas morales que regulan la conducta de las personas, en general, o en un campo específico.

La palabra ética proviene del griego ethika, de ethos, ‘comportamiento’, ‘costumbre’, y se refiere a los principios o pautas de la conducta humana. A menudo y de forma impropia se la llama moral (del latín mores, ‘costumbre’) y por extensión, el estudio de esos principios a veces llamado filosofía moral.

La ética, como una rama de la filosofía, está considerada como una ciencia normativa, porque se ocupa de las normas de la conducta humana.

Esto es justamente la reflexión ética: preguntarse por cuestiones como:

• ¿Qué debo hacer?

• ¿Qué es el bien?

• ¿Qué es lo justo

• ¿Por qué debo actuar moralmente y no al contrario?

A lo largo de la historia de la filosofía podemos encontrar diversos sistemas morales: conjuntos de valores, normas y criterios que dirigen y guían nuestras acciones. A través de ellos podremos descubrir nuestros propios puntos de vista, comprendernos y comprender a los otros.

2. Temas y cuestiones de la ética griega

La ética griega de todos los períodos gira sustancialmente en torno a dos términos, eudaimonía y areté; o bien, según su traducción tradicional, felicidad» y «virtud». Estas son quizá las mejores traducciones posibles, pero -como veremos- en muchos contextos pueden resultar muy equivocas. Así pues, no estará de más comenzar por aclarar el significado verdadero de estos dos términos nucleares.

2.1. La Eudaimonía. La versión habitual de este término al español, «felicidad», en la actualidad denota quizás ante todo una sensación subjetiva de satisfacción o placer (como en la expresión, «más feliz que un niño con zapatos nuevos»). Sin embargo, los griegos atribuían la eudaimonía a alguien haciendo referencia más bien a lo que normalmente sería la fuente de estos sentimientos, es decir, la posesión de lo que se considera deseable, algo más parecido a un juicio objetivo.

Así pues, alguien puede ser denominado eudaimon porque es rico, poderoso, tiene buenos hijos, etc.; si bien estas cosas pueden procurar satisfacción, la atribución de eudaimonía no la implica necesariamente (si así fuese, la máxima de Solón «no llames feliz a ningún hombre hasta que ha fallecido» sería literalmente absurda; también lo sería la idea de Platón de que un hombre bueno seria eudaimon incluso si estuviese empalado -aunque éste es un ejemplo menos seguro, pues en cualquier caso se trata de una paradoja intencionada). Por supuesto, el término «felicidad» también puede utilizarse en un sentido «objetivo» como éste, pero probablemente sólo por derivación del otro sentido: si «la felicidad es un café caliente» esto es así porque o bien el café o el calor le hacen a uno sentirse feliz.

2.2. Areté: La relación entre «virtud» y areté es algo más compleja. En primer lugar puede decirse que no sólo las personas sino también las cosas poseen su propia areté (¿«excelencia»?). Pero en segundo lugar, y más importante, la lista de las aretai (en plural) de un ser humano puede incluir cualidades que no son en absoluto «virtudes» -es decir, no son cualidades morales: así, por ejemplo, la lista de Aristóteles incluye el «ingenio», y la capacidad para filosofar con éxito, cualidades que parecen estar bastante alejadas del ámbito de la moralidad. Por otra parte, la mayor parte de lo que consideramos virtudes -aunque no todas ellas- lo son, y en realidad lo que Sócrates y Platón entienden por areté parece limitarse considerablemente a éstas (su lista básica es esta: sabiduría, justicia, coraje y moderación, a las cuales se añade a menudo la «piedad», que se relaciona con la conducta correcta hacia los dioses). Desde nuestro punto de vista, la sabiduría puede resultar extraña, como condición a lo sumo de algunos tipos de conducta moralmente respetable. Pero en cualquier caso Sócrates parece adoptar una posición diferente, al afirmar que cada una de las demás virtudes es de alguna manera idéntica a la sabiduría o conocimiento.

El areté es simplemente la excelencia y la búsqueda de la excelencia en todas las cosas – dijo Odiseo.

3. Representantes de la Ética Griega

3.1. SOFISTAS: relativismo y escepticismo moral

En el siglo V a.d.C.Atenas experimenta un florecimiento cultural, económico y político de primera magnitud: se desarrollan la arquitectura, la escultura, el teatro y la filosofía. Es el llamado siglo de Pericles.

El hecho político más importante es un nuevo sistema de gobierno: la democracia Diferente a la que nosotros conocemos, se trataba de una democracia directa, en la que todos los ciudadanos tenían derecho a intervenir en la Asamblea y discutir sus puntos de vista sobre aquellas decisiones que les afectaban.

A la Atenas del siglo V a.d.C. fueron llegando desde otros puntos de Grecia una serie de pensadores muy polémicos: los llamados sofistas (de sophos= “sabios”), que se preocuparon de dar a los jóvenes una auténtica educación, aunque fueron duramente criticados por cobrar por sus clases. Los sofistas eran muy cultos; habían viajado y conocido numerosas culturas, de ahí que fueran bastante críticos con todos aquellos que se creían en posesión de la verdad absoluta. Se centraron, especialmente, en los asuntos de la vida política criticando la esclavitud; prestaron gran atención al estudio del lenguaje. Impartían enseñanzas sobre gramática, oratoria, poesía... El dominio de la retórica era imprescindible en aquella sociedad democrática, puesto que todas las decisiones se tomaban en asamblea, y aquel que tuviera mejor dominio del lenguaje, tenía más posibilidades de convencer al resto de la Asamblea, y obtener así el éxito en su propuesta y en la realización de sus intereses.

Respecto a las leyes, los sofistas afirmaban que se debía conocer el conjunto de leyes que rigen una ciudad. Cada ciudad podía tener leyes diferentes y éstas podían cambiar en función de las circunstancias políticas. Así pues, consideraban que las leyes son convencionales (fruto de acuerdos o costumbres comúnmente admitidas). Las imponen los fuertes para dominar a los débiles, según algunos sofistas como Trasímaco; otros piensan que son los débiles los que inventaron las leyes para frenar a los fuertes, es el caso de Calicles. La idea de que las normas y las leyes de la ciudad provienen de la naturaleza y que, por ello, han de ser universalmente válidas quedaba en entredicho: las leyes son relativas y convencionales.

Los sofistas afirmaban que también las normas morales eran convencionales. Eso significa que determinados valores morales: lojusto, lo bueno, lo valioso... no son absolutos e inmutables sino que son relativos, que cambian de un pueblo a otro, o incluso, de un grupo a otro dentro de una sociedad. Protágorasde Abdera, uno de los sofistas más conocidos, junto con Gorgias de Leontini, defendió el relativismo afirmando: “El hombre es la medida de todas las cosas”, es decir: valora las acciones, las circunstancias, etc. de acuerdo con sus necesidades y circunstancias personales. No podemos hablar de la verdad, ni siquiera sabemos si tal cosa existe porque nuestro entendimiento es limitado. Esto es justamente el escepticismo: la tesis que sostiene la incapacidad humana para llegar a una verdad absoluta. El principal representante del escepticismo sofista es Gorgias.

a) GORGIAS

Decía: El ser no existe, si existiera, no podría ser conocido; y si pudiera ser conocido, no podría ser comunicado”, que traducido burdamente significa: No sabemos si la realidad existe, sólo podemos afirmar que existen apariencias o que nos parece que hay cosas; y aunque existiese eso que llamamos realidad, no podríamos conocerla porque nuestra capacidad intelectual es limitada; y aún cuando pudiésemos conocerla, no podríamos llegar a expresarlo mediante nuestro

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