Experimentos de la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial

INTRODUCCION:

Este trabajo intentará presentar los principales experimentos llevados acabo en la Alemania Nazi del periodo de la Segunda Guerra Mundial, como asi tambien algunas de las figuras que los realizaron.

El tema se introduce con un breve contexto socio- histórico situado en los años que comprende la Segunda guerra mundial, (1989-1945) y también sobre Hitler, quien implantó e impulsó la ideología que permitieron los sucesos que son relatados a continuación.

Hay tres hechos claves:

1. Si bien la ideología de la higiene racial ya estaba antes del Tercer Reich, partir de 1933, se adoptó énfasis en el nuevo régimen sobre biología y herencia con la finalidad de crear “un super raza”.

1. Los experimentos se centraron en tres temas: la sobrevivencia del personal militar, las pruebas de fármacos y tratamientos y el avance de las metas raciales e ideológicas de los nazis.

1. Después de la guerra, solo unos pocos de los expertos biomédicos que ayudaron a implementar y legitimar las políticas de higiene racial nazi fueron acusados o recibieron reprimendas profesionales. Muchos continuaron ejerciendo sus profesiones.

El 1 de Septiembre de 1939 con la invasion alemana a Polonia se da dos dias posteriores a este suceso el inicio de la Segunda Guerra Mundial, donde Francia y Gran Bretaña le declaran la guerra a Alemania.[pic 1]

Unos años antes a este suceso quien tomó el poder en este país fue Adolf Hitler, el cual formaba parte del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores. El 30 de Enero de 1933 el presidente alemán Paul von Hindenburg lo nombró canciller de Alemania, por lo tanto, ahora se pude hacer hablar de una “Alemania Nazi”, la cual tenía la característica de ser radicalmente de derecha, anticomunistas, antidemocráticos, nacionalistas extremos, antisemitas y racistas, estas dos últimas atribuciones serán fundamentales para el desarrollo del tema principal.

[pic 2]

La idea del ultra nacionalismo y de pertenecer a una raza superior era moneda común en la Alemania Nazi. Con Hitler al poder se puso en marcha una movilización con mecanismos que pongan en acto esta ideología racial para llevar al pueblo alemán a lo que alguna vez fue como imperio dominante.

Así empezó la criminalidad justifica por un lado bajo la idea de utilizar los conocimientos biológicos para “mejorar la raza y preservarla pura”, y por otro, con la de “fortalecerla” utilizando como métodos de prueba a humanos. Los nazis dedicaron parte de su política a la exclusión y la extinción de quienes eran considerados racialmente inferiores, dentro de este grupo se encontraban los judíos, negros, gitanos, polacos o cualquiera que no se considerara apto a la altura racial alemana. [pic 3]

Entre 1933 y 1945, la Alemania nazi llevó a cabo una campaña para “limpiar” a la sociedad alemana de todos aquellos que se percibieran como amenazas biológicas, es decir, potencialmente peligrosas para el desarrollo y salud de la nación. Genetistas, médicos, psiquiatras y antropólogos (por supuesto alemanes) que simpatizaban con el partido nazi fueron quienes ayudaron al proceso de “limpieza y progreso genético/ científico” que suponía Hitler.

Primero se inició con la incorporación de la eutanasia como método de eliminación de vidas “inútiles”.  En el programa secreto “T4” capitaneado directamente por el Führer exterminó a aproximadamente 80.000 enfermos mentales, incluyendo discapacitados motrices, epilépticos y toda variedad de personas que el régimen consideraba como degenerados morales. Además, esta categoría era bastante laxa, al punto de incluir a alcohólicos y pobres. Sin embargo, en agosto de 1941 y luego de quince meses de funcionamiento del programa, Hitler decidió ponerle fin por las protestas del clero y las familiares de las víctimas.

El “T4” fue el paso que le permitió a Hitler probar y jugar con la vida y la muerte de las personas, ensayaron el método de seleccionar víctimas, engañarlas y finalmente asesinarlas.

Podemos clasificar los experimentos en tres categorías:

[pic 4]

[pic 5]Estos experimentos eran llevados a cabo por las Fuerzas Armadas Alemanas para facilitar la supervivencia del eje en el campo de batalla. Por ejemplo, el doctor Roscher, bajo la anuencia de Himmler (dirigente nacional de las SS) realizo pruebas de altitud para determinar cuál era la altura segura en la que una persona podía lanzarse con paracaídas desde un avión dañado.

Experimento con agua de mar:

Un tema de gran interés entre los doctores de Hitler era el de potabilizar agua salada, la proveniente del mar, ya que muchos soldados quedaban náufragos por largos periodos de tiempo al caer de los aviones o sus barcos ser bombardeados, en el caso de que estos sobrevivieran iban a morir de deshidratación. Con el afán de encontrar una solución a esto entre julio y septiembre de 1944 se llevó a cabo una serie de experimentos para los que se utilizó a cuarenta y cuatro sujetos de edades comprendidas entre los dieciséis y los cuarenta y nueve años, en su mayoría gitanos alemanes, checos y polacos, a los que se les privaba de alimentos entre cinco y nueve días. La Fuerza Área y la Marina experimentaron en Dachau (campo de concentración nazi cercano al pueblo de Dachau, a 13 km al noroeste de Múnich, en Baviera) engañando a reclusos de otros campos para un supuesto servicio de limpieza, los cuales aceptaron porque habían escuchado que allí había mejores condiciones de vida.[pic 6]

 Distribuyeron a los sujetos en cuatro grupos diferentes de experimentación que solo podían beber un tipo de agua: un grupo bebería solo agua del mar, otro con agua procesada con el método “Berka”(, otro agua sin sal y otro nada de agua en absoluto. El tercer grupo no recibió ningún alimento. A los demás les suministraron raciones de emergencia marítima: la dieta de naufragio, consistente en una onza (28 gramos) de galletas al día, leche condensada y edulcorada, mantequilla, manteca o margarina y chocolate.

El experimento no concluyo nada ya que realmente las victimas terminaron muriendo de deshidratación. Al darse cuenta que no llegaban a ningún resultado real solo se enfocaron en saber si estas sufrirían síntomas físicos graves o si morirían en un período de seis a doce días. Algunos estaban tan sedientos que llegaron a lamer el suelo recién fregado.  "Tuve terribles episodios de sed, me sentí muy mal, perdí mucho peso y tuve fiebre. Me sentí tan débil que ya no podía soportarlo", relataba Laubinger, quien recordaba que un checoslovaco le comentó al médico de la Luftwaffe que no podía seguir bebiendo.

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