Expulsión de los jesuitas e invasión napoleónica a España

Expulsión de los jesuitas e invasión napoleónica a España

En 1767, en la Casa Profesa y en todos los colegios de la Nueva España se presentaron las fuerzas armadas con el delegado del virrey que notificó que por orden del rey Carlos III, todos los jesuitas quedaban desde ese momento incomunicados y tendrían que salir para España. Parte de sus acusaciones que los llevaron a su expulsión, los jesuitas fueron acusados de enriquecerse en la misión, impidiendo al Rey de España interferir en la política, e incluso planear asesinar al Rey José de Portugal y Luis XV de Francia.

En España con la invasión de Napoleón el poder real fue transferido al Comité Ciudadano, que se formó para defender el país. Cuando los prisioneros Carlos y Fernando renunciaron a sus derechos frente a Napoleón, dejaron vacante el trono. Por si fuera poco, el ministro favorito del rey Carlos, Godoy, firmó un tratado en el que acordaba entregar todos los reinos de España e India al emperador francés: en Bayona se decidió la rendición del imperio español.

Los conflictos que empiezan a suscitarse con La Corona Española

Se propuso una serie de reformas políticas, administrativas y económicas para transformar las colonias para satisfacer las necesidades de las metrópolis europeas. Los monarcas de la dinastía borbónica española llevaron los estándares europeos populares de modernización económica y política a las colonias americanas.

En las colonias americanas, el caos en Europa mostró claramente la necesidad de establecer instituciones gubernamentales para compensar la ausencia del monarca español. Por tanto, la invasión de Napoleón, sumada al declive del antiguo régimen en las metrópolis europeas, brindó a los criollos hispanos una excelente oportunidad para liberarse de la marginación que sufría la península.

Había enormes dificultades: organización económica, social y política, cultura y origen. La parte central del país era la más poblada y en algunas zonas en el sur, como Oaxaca. Los criollos estaban en gran medida mejor preparados culturalmente. Los criollos de raza mixta que lograron encajar en la familia de su padre se destacaron por su cultura y riqueza. Este grupo de criollos de raza mixta se volvió mayor, más fuerte y consciente políticamente.

El inicio de la guerra de independencia

Además del optimismo de los criollos que aspiran a la autodeterminación, también añoran la movilidad social de los mestizos y el malestar de la clase baja que anhela librarse de las presiones de la vida. Había varias rebeliones en momentos de la historia, la mayoría de las cuales no tienen planes. Un grupo de conspiradores formaron un plan de mosaico, y al carecer de consistencia, intentaron provocar una rebelión sin posibilidad de lograrlo. El deseo de mayor igualdad, la autodeterminación por parte del parlamento, la expulsión de los gachupines del país y una mejor distribución de las propiedades, especialmente del territorio, fueron motivos constantes que se observan en el movimiento.

Después del grito de Miguel Hidalgo, con apoyo del pueblo, apresaron a los vecinos españoles y los encarcelaron. Se liberó a los presos que en ellas había y se constituyó un núcleo rebelde encabezado por el cura, agrupado por cerca de 600 campesinos, con de picos, machetes y azadas, y también por los militares que dirigían Abasolo y Allende, único grupo con disciplina militar y con muy pocas armas.

La figura de José María Morelos y Pavón

Nació en 1765. De joven pasó diez años en el rancho o señorío de San Rafael Tahuejo, que fue criado por su tío. Allí conoció los secretos de las construcciones y el ganado, viajó un poco y se formó como vaquero. Según Krauze, fue precisamente para aprender gramática que ingresó a la Escuela San Nicolás en 1789. El director era Don Miguel Hidalgo.

Además de sus famosas

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