EXPULSION DE LOS JESUITAS
777777711 de Septiembre de 2012
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EXPULSION DE LOS JESUITAS
Por el decreto proclamado a mediados de 1767, Carlos III ordenó la expulsión de la compañía de Jesús de toda la monarquía. En la Nueva España significo la salida de 500 jesuitas una tercera parte eran misioneros entre los indios nómadas del norte, otra tercera parte trabajaba en obras caritativas y en ejércitos espirituales entre los habitantes urbanos. Aproximadamente 120 de los miembros de la compañía eran maestros y profesores dedicados, principalmente, a la enseñanza postprimaria. De un golpe Nueva España perdió el grupo de educadores de mayor número, talento y prestigio.
Los jesuitas desempeñaron tres grandes papeles dentro de la educación novohispana: sus colegios dominaron numérica y geográficamente la educación postprimaria; varios profesores jesuitas eran promotores de una reforma educativa y miembros de la compañía eran los líderes de la elite intelectual del virreinato.
El decreto de 1767 no solo ceso a los profesores jesuitas que enseñaban en todo el virreinato, sino los mando al exilio. De un día para otro se cerraron todas las instituciones de la compañía y el gobierno expropio sus edificios y fondos.
La importancia de los colegios de los jesuitas radico no solo en el número de alumnos, sino de la calidad de su enseñanza. Tradicionalmente eran fuertes en los estudios humanista y en letras clásicas. Sin embrago, a mediados del siglo XVIII, un grupo de jesuitas emprendió un movimiento para reformar y modernizar sus estudios.
Durante el siglo XVIII dos corrientes coexistían dentro de la compañía; una tradicionalista, favorecía en la predicación un estilo florido y artificial, en la teología y filosofía la argumentación pseudiescolastica, muchas veces llevada al extremo del formalismo y especulaciones aéreas; la otra, renovadora, promovía el estilo clásico de la oratoria, la moderación en el método silogístico y el retorno a las fuentes originales, la utilización del método experimental y de conocimientos modernos en las ciencias exactas.
LA PREFERENCIA POR SACERDOTES ESPAÑOLES Y LA CASTELLANIZACION
Un año después de la violencia que acompaño la expulsión de los jesuitas, el arzobispo Lorenzana escribió al rey Carlos III sobre la importancia de promover el uso del castellano entre los indios.
Más que razones de índole religiosa, el arzobispo hizo hincapié en las ventajas políticas y económicas que vendrán con la castellanización.
El arzobispo indico que con el uso del castellano ayudaría a los indígenas a saber cuidar su casa, cultivas sus tierras, criar ganados y comercio de sus frutos. Lorenzana explico al rey que la diversidad de lenguas a dos siglos y medio de la conquista, se debía principalmente al dese de los clérigos nacidos en Nueva España de conseguir los puestos en los curatos.
Según el arzobispo, los sacerdotes castigaban a los indios cuando hablaban español. Tal presión nacía de dos conceptos de persuadir los clérigos criollos, que el modo de afianzar en ellos la provisión de los curatos, y excluir a todo europeo, son los idiomas; y el otro que extinguidos estos, se les quitaba el título a que ordenase.
El virrey marqués de Croix, le envió también una comunicación para promover el uso del castellano: una pastoral que exigía que los sacerdotes pusieran escuelas, predicaran en castellano y lo usaran en el trato diario con los indios para que aquellos lo hablaran.
EN 1770 Carlos III, expidió una real cedula para todos los reinos de indias, islas adyacentes y de filipinas en la cual ordeno que se hiciera la provisión de curatos en los sujetos de más mérito, aunque no supieran el idioma de los indios ni estos el castellano.
PROTESTA FORMAL DEL AYUNTAMIENTO
Enterado de un informe al rey en que se decía que los criollos, por falta de capacidad y honradez, solo servían para empleos medianos,
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