ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Ficha lectura el despegue cafetero

juancamiloolayaSíntesis13 de Marzo de 2017

3.068 Palabras (13 Páginas)727 Visitas

Página 1 de 13

Febrero 28 de 2017

Código: A00320820

EI DESPEGUE CAFETERO (1900-1925)

Jesús Antonio Bejarano Ávila

OBJETIVO GENERAL:

Mostrar el crecimiento económico que tuvo Colombia entre 1900 y 1925 después de la guerra de los mil días a raíz de la bonanza del café, el desarrollo de una economía cafetera estable sin dificultades con las fluctuaciones de los precios, las políticas incentivadoras de la industria y del fortalecimiento del mercado interno y externo, el mejoramiento de los medios de transporte y “la prosperidad a debe” dando como resultado un país que consolida el capitalismo, que conforma un proletariado especifico, una industria en formación y crecimiento, un estado más robusto, un sistema monetario más organizado y un sistema agrario servil en crisis que ocasionaría después problemas y conflictos sociales.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

  • Contextualizar una Colombia como país quedó en ruinas, exceptuando el occidente, con una economía cafetera agobiada tanto por la crisis externa como por el propio conflicto, con un sistema de transporte precario, las finanzas públicas deshechas, el cambio exterior y la circulación monetaria, y desbordados por entero los precios debido a la guerra de los mil días y a la emisión exagerada de dinero.

  • Mostrar la reconstrucción del país como meta a cargo de Rafael Reyes, quien adoptó una nueva política económica sustentada sobre la centralización fiscal, el proteccionismo y el impulso estatal a las actividades empresariales.

  • Entender los principios del siglo XX como un periodo de expansión de la economía cafetera donde se resaltaba la producción parcelaria. Esta expansión representó no sólo un desplazamiento de las zonas de producción sino, ante todo, la presencia de nuevas formas de organización social y productiva, con mayores alcances sobre la estructura global del país en aquellas que hubieran podido provenir del sistema de haciendas.
  • Diferenciar la agricultura colombiana en cuatro formas de explotaciones agropecuarias: Las grandes haciendas ganaderas, las grandes haciendas cafeteras, algunas explotaciones modernas dedicadas preferentemente a la caña de azúcar en el Valle del Cauca y la pequeña propiedad no cafetera, dedicada sobre todo al trigo, el maíz y la papa.
  • Afirmar que la industrialización colombiana avanzaría, en las dos primeras décadas del siglo XX, primordialmente sobre el sector textil y sobre las manufacturas de la región antioqueña.
  • Mostrar las formas de explotación como extremadamente diversas. Hasta mediados de los años veinte la dinámica del mercado laboral fue mucho más acentuada en la zona occidental que en la oriental, donde la única opción para muchos trabajadores era la de convertirse en arrendatario o aparcero de las haciendas
  • Entender que La bonanza externa y el crecimiento económico en Colombia surge de la prosperidad a debe. Esta expansión se sustentó en un alza de los precios internacionales del café, pero también en un incremento del 5l%o del volumen de café remitido al exterior. A esta mejora en las exportaciones del país se añadieron las divisas provenientes de la indemnización de Panamá. Además, entre 1923 y 1928 la deuda externa de largo plazo del país se incrementó en 743%, al pasar de US$24,1 millones a US$203,1 millones en 1928. Lo que mejor definió los cambios de estos años fue el acrecentamiento del gasto público y su impacto más inmediato, las obras públicas, y particularmente la expansión ferrocarrilera, además de la organización del estado y la creación del Banco de la Republica.  Gracias a la prosperidad a debe, al amparo de las obras públicas y del crecimiento económico, la estructura social del país comenzó a modificarse.
  • Concluir que el régimen de haciendas entra en crisis al excluir a los trabajadores de los beneficios del auge de esos años, lo que no dejaba de traducirse en un clima de conflicto que hasta entonces el país no había experimentado. De la crisis emergía un orden económico orientado hacia la industrialización, un estado políticamente más abierto y modernizado en sus instituciones, pero sobre todo un orden social mucho más conflictivo que exigía la presencia de nuevas fuerzas políticas capaces de encauzar el clima de reformas para acomodar el país a las nuevas circunstancias.

IDEA CENTRAL:

El auge de la economía cafetera, las divisas provenientes de la indemnización de Panamá y el gran incremento de la deuda externa entre 1900 y 1925 (prosperidad a debe) permiten transformar una Colombia arruinada por la guerra y la inflación en un país a con un estado robusto que tiene políticas monetarias y fiscales organizadas con fuerte gasto público, con una industria en crecimiento, un proletariado urbano constituido, un desarrollo en medios de transporte y en los mercados tanto internos como externos y una producción agraria sustentada en un régimen de haciendas en crisis que consolidan el capitalismo.

PALABRAS CLAVES:

  • Política económica
  • Transporte
  • Finanzas publicas
  • Sector textil
  • Economía Cafetera
  • Dinámica del mercado laboral
  • Régimen de haciendas
  • Aparcerías
  • Prosperidad a debe
  • Explotaciones agropecuarias
  • Guerra de los mil días
  • Desplazamiento de las zonas de producción
  • Centros Fabriles
  • Flujos migratorios

RESUMEN:

Jesús Antonio Bejarano Ávila introduce su texto con la economía colombiana entre 1900 y 1920. Explica que la guerra de los Mil Días, con la cual se abrió Colombia al siglo XX, fue sin duda la conflagración civil más larga y cruenta y la de más devastadores efectos para la economía nacional. La todavía incipiente economía cafetera, que desde 1870 había empezado a prosperar, especialmente en Cundinamarca y los santanderes, se vio particularmente afectada, justamente porque fueron aquellas regiones las que se convirtieron en el principal escenario de las actividades bélicas. Ello se sumó Ia severa depresión del sector externo iniciada poco antes del comienzo de las hostilidades ocasionadas por el deterioro en el precio de las exportaciones, lo que por supuesto arrastró consigo las finanzas del Estado.

En poco más de dos años se emitieron más de 1.000 millones de pesos, lo que llevó el cambio extranjero a proporciones descomunales. Los precios de los víveres y artículos de primera necesidad se desbordaron y se encarecieron también las tarifas de transporte.

Al término de la guerra, pues, el país quedó en ruinas, con una economía cafetera agobiada tanto por la crisis externa como por el propio conflicto, con un sistema de transporte, de por sí precario, desvertebrado casi por completo, deshechas las finanzas públicas, el cambio exterior y la circulación monetaria, y desbordados por entero los precios. De la destrucción escapó la mayor parte de la región occidental del país y en particular Antioquia, Caldas y el Valle del Cauca, y en adelante el eje de la producción cafetera se desplazaría paulatinamente de Cundinamarca y Santander a la región occidental, al tiempo que Antioquia vería el surgimiento de una vigorosa industria textil.

La gran meta de la reconstrucción del país después de la guerra estuvo a cargo de Rafael Reyes, quien adoptó una nueva política económica sustentada sobre la centralización fiscal, el proteccionismo y el impulso estatal a las actividades empresariales. Reyes encaminó la gestión estatal a la búsqueda de una sana administración fiscal, la estabilización del sistema monetario y el regreso al patrón oro, la restauración del crédito de Colombia en el exterior y la atracción del capital extranjero. Tanto la protección y los estímulos a la industria como la promoción de la agricultura de exportación hacían parte de una política global encaminada aumentar las exportaciones y reducir las importaciones.

Continuando, Bejarano menciona que, sin duda, el hecho decisivo de las primeras décadas del siglo XX fue la expansión de la economía cafetera, sustentada no en el sistema de haciendas, sino en la pequeña producción parcelaria del occidente del país. Esta expansión representó no sólo un desplazamiento de las zonas de producción sino, ante todo, la presencia de nuevas formas de organización social y productiva, con mayores alcances sobre la estructura global del país en aquellas que hubieran podido provenir del sistema de haciendas. De hecho, el sistema hacendario se caracterizaba no sólo por la baja movilidad de la mano de obra y su escasa integración al mercado monetario, sino por una organización de la producción en la que se trataba de disminuir la inversión del capital representado en la incorporación de técnicas y elementos de trabajo que pudiesen elevar la productividad.

Lo que la producción parcelaria del occidente introdujo de nuevo en el cuadro de la economía exportadora nacional fue un mayor impacto del café sobre el mercado interno de bienes agrícolas e industriales y, además, una separación entre los procesos de producción y comercialización del grano permitiendo una mayor resistencia de la estructura productiva cafetera a las fluctuaciones de los precios internacionales del grano, dando una mayor estabilidad al conjunto de la economía nacional. En la base de la expansión de la economía parcelaria en el occidente colombiano estuvieron dos procesos hasta cierto punto complementarios: la expansión de la frontera agrícola resultante de la colonización antioqueña y el hecho de que el café se adaptaba particularmente bien al tipo de asentamiento surgidos de la colonización. El café se acomodaba bien a la economía parcelaria porque no requería grandes inversiones de capital; además, es un producto durable y de fácil procesamiento.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (20 Kb) pdf (126 Kb) docx (305 Kb)
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com