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Guerra De Independencia


Enviado por   •  4 de Septiembre de 2014  •  1.976 Palabras (8 Páginas)  •  160 Visitas

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La Guerra de la Independencia y las Cortes de Cádiz

La situación económica y social del país era muy grave. Desde 1792, las guerras, hambrunas y epidemias habían provocado una alta mortandad. A esta situación hay que sumar la bancarrota del Estado, pues las guerras habían provocado el endeudamiento de las arcas públicas, que ni los vales reales, ni la tímida desamortización de 1798 habían conseguido aliviar. En 18080 la deuda había alcanzado diez veces, lo que el Estado podía ingresar en un año. La indignación de los grupos sociales iba principalmente dirigida contra Godoy, al cual se le culpaba de las sucesivas derrotas militares y de la consecuente mala situación económica. Igualmente la nobleza arremetía contra Godoy por su origen plebeyo, y la Iglesia porque protegía a los ilustrados. Toda esta oposición se fue concretando en torno al príncipe Fernando, apartado del gobierno por Godoy. En octubre de 1807 fue descubierta la primera conspiración fernandina, en la que el príncipe de Asturias acabó obteniendo el perdón de sus padres en el llamado proceso del Escorial, tras delatar a sus propios partidarios

El 29 de octubre de 1807 se firma el Tratado de Fontainebleau como consecuencia del bloqueo continental llevado a cabo por Napoleón tras la derrota francoespañola de Trafalgar en 1805, lo que se tradujo que entre los meses de noviembre y febrero un cuerpo expedicionario francés compuesto por 28.000 hombres cuyo cometido era cruzar España en su camino hacia Portugal se fuera acuartelando por las diferentes ciudades y plazas españolas. Durante el mes de febrero Napoleón puso al mando de estas tropas a su cuñado el general Murat.

En la noche del 17 al 18 de marzo de 1808 se produjo el Motín de Aranjuez, por el cual un grupo de partidarios del príncipe Fernando toman el palacio de Aranjuez, deponiendo a Godoy, acusado del traslado de la familia real a Sevilla, donde iban a ser embarcados hacia América. Este motín trajo consigo la abdicación del Carlos IV sobre su hijo Fernando VII.

Napoleón se ofreció como mediador del conflicto entre padre e hijo. Para ello primero se atrajo a Bayona a Carlos IV, a la reina María Luisa y a Godoy, y luego al propio Fernando con el fin de iniciar una serie de negociaciones. Durante el mes de Marzo de 1808 se produjeron las conocidas abdicaciones de Bayona , por las cuales Fernando el 7 de mayo devuelve el trono a su padre Carlos IV, y este a su vez cede el trono a Napoleón, el cual finalmente cede dicho trono a su hermano José Bonaparte. En la firma de las abdicaciones Carlos IV únicamente se preocupó por:

o Garantizar unidad de las posesiones de la corona.

o El exclusivismo de la religión católica en todos los territorios del reino.

o A cambio Carlos IV y Fernando VII recibirían varios castillos en Francia y unas enormes rentas pecuniarias, para iniciar así su “exilio dorado”.

Carta otorgada: los Estatutos de Bayona:

El 2 de mayo de 1808 se produjo un levantamiento popular en Madrid, causado por la alarma causada por la salida de la capital de los últimos miembros de la familia real, entre los que se encontraba el hijo pequeño de Carlos IV y la Reina María Luisa, el infante Francisco de Paula. Por la mañana se produjo el enfrentamiento a las puertas del Palacio de Oriente, y a partir de de este lugar, se generalizó la lucha callejera de carácter popular, apoyada sólo por algunos oficiales del ejército como Daoiz y Velarde, los cuales sacan los cañones del cuartel de Monteléon. Al anochecer las tropas francesas habían acabado con la resistencia del pueblo de Madrid, aplicando la pena de muerte de forma sistemática, siendo fusilados un centenar de prisioneros esa misma noche en la montaña del Príncipe Pió o el Pardo (3 de mayo).

No obstante en la tarde del 2 de mayo los alcaldes de Móstoles dictaban su famoso bando llamando a las armas a todos los españoles frente a los franceses. Otras autoridades harán lo mismo, lo que provocó que la rebelión se extendiera a lo largo de los siguientes días por todo el país. Durante las primeras semanas los franceses intentan sofocar los levantamientos urbanos, como los de Zaragoza y Gerona, pero la batalla de Bailén el 19 de julio de 1808, la llegada de José I a Madrid, y su salida ocho días después, el levantamiento del cerco de Zaragoza, y la imposibilidad de poder conquistar Lisboa debido al sistema defensivo angloportugués instalado por Lord Wellington en Torres Vedras, provocó que Napoleón interviniera directamente en la Península Ibérica con su “Grand Armé”. Así que unos 250.000 hombres marchan sobre Burgos, que fue saqueada, y desde allí toman Madrid, la cual se rinde a los franceses el 4 de diciembre de 1808. En enero de 1809 continua la campaña peninsular, derrotando a los ingleses en Galicia, dónde tienen que reembarcar en La Coruña. Pero hay una serie de acontecimientos que hace que Napoleón tenga que abandonar su exitosa campaña peninsular con su “Grand Armé”, y fue las conspiraciones que se estaban gestando en París contra su persona en enero de 1809 y el rearme austriaco. Días después de su retirada, Zaragoza es sitiada por segunda vez, pero esta vez se rinde y cae en manos de las tropas francesas. A lo largo del año siguiente, en 18010, Andalucía es conquistada, a excepción de Cádiz, que debido a su ubicación consigue resistir, siendo abastecida por mar desde Gibraltar.

A partir de estas fechas se inició una guerra de desgaste, caracterizada por la imposibilidad de que las tropas francesas controlaran de manera efectiva todo el territorio peninsular. Se organizaron partidas de guerrilleros (El Caracol, Chaleco, El Estudiante, el Empecinado, etc.), las cuales eran unidades de paisanos armados cuyo objetivo era mantener en jaque y desgastar amenazando constantemente a las tropas francesas. Para ello rehusaron el ataque frontal, y sí utilizaron la estrategia de la “guerra de guerrillas”, por la cual realizaban emboscadas a los convoyes, cortaban la línea de suministros o víveres de la retaguardia, realizaban sabotajes, etc. Para este tipo de operaciones contaron con un amplio apoyo de toda la población civil. Su efecto sobre las tropas francesas fue:

o Minó la moral de las tropas francesas.

o Obligó a un elevado número de hombres a dedicarlos a misiones de escolta,

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