Guerra Independencia
tinkerb13 de Noviembre de 2013
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Causas
Después de tres siglos de dominio español, en la Nueva España se había formado una nueva nación, distinta de la “madre patria” y aun mas de los antiguos reinos indígenas. El virreinato más preciado de la corona española disfrutaba de una riqueza económica nunca vista. Los criollos ya sobrepasaban en número a los españoles y resentían la exclusión que se hacía de ellos a la hora de otorgar títulos y cargos públicos. En un principio los criollos pedían una mayor injerencia en los asuntos de la Nueva España, pero la independencia de las colonias inglesas de Norteamérica y la invasión Napoleónica a España acelerando los acontecimientos. En 1808, ante la situación de la metrópoli española, el virrey Iturriaga trato de constituir una junta de gobierno virreinal.
Al conocer la medida, algunos españoles asaltaron el palacio, capturaron al virrey e instauraron un régimen leal a España. Sin embargo, la idea de la autonomía se extendió por muchos sectores de la colonia. Un año más tarde en Valladolid, se preparaba una conjura para lograr la independencia total de México.
DESARROLLO DE LA GUERRA
Antes de iniciarse el movimiento de independencia en 1810, hubo algunas insurrecciones en la Nueva España motivadas por la opresión, injusticia, escasez de alimentos o por el afán de liberarse del yugo español.
La mayoría de estas rebeliones fueron reprimidas por el gobierno español.
En la guerra por la independencia de la Nueva España se pueden distinguir cuatro etapas:
INICIACIÓN: Del 16 de septiembre de 1810 al 21 de marzo de 1811, la figura central fue Miguel Hidalgo y Costilla, esta fue la de mayor extensión geográfica.
ORGANIZACIÓN: De abril de 1811 al 22 de diciembre de 1815, el personaje que destacó fue José María Morelos y Pavón.
RESISTENCIA: De 1816 a 1819 se caracterizó por la actividad de caudillos, guerrerillos y la fugaz campaña de Francisco Javier Mina.
CONSUMACIÓN: De 1820 a 1821, sobresalen Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero.
ETAPA DE INICIACIÓN
En febrero de 1810, el doctor Manuel de Iturriaga dio a conocer en Querétaro un plan revolucionario que consistía en formar juntas en las principales ciudades para propagar la inconformidad contra los españoles, rechazar la idea de que la Nueva España quedara sometida a los franceses y, a la vez, declararse por la independencia, ejercer el gobierno y expulsar a los peninsulares.
Estas juntas sesionaban en forma secreta aparentado ser academias literarias, aparte de la de Querétaro, se establecieron en San Luis Potosí, San Miguel, Guanajuato, Celaya, San Felipe y la cuidad de México.
En Querétaro destacó la colaboración entusiasta de doña Josefa Ortiz de Domínguez y su esposo, el corregidor Miguel Domínguez.
Con la finalidad de que el pueblo no tuviera temores y considerara al movimiento antirreligioso, los conspiradores invitaron a un sacerdote de prestigio, para tal efecto se pensó en el cura de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla, reconocido por sus ideas progresistas.
El capitán Ignacio Allende, uno de los principales organizadores de la conspiración, ofreció la jefatura de la insurrección a Hidalgo, éste en principio la rechazo por considerar que no tenía la madurez para una empresa de tal envergadura, pero el saber que muchas personas estaban comprometidas, aceptó y se convirtió en la cabeza de la revolución.
Originalmente se planeó el día primero de diciembre de 1810 para iniciar la lucha, luego se cambió la fecha al 2 de octubre para aprovechar la gran asistencia a la feria de San Juan de los Lagos, pero ante las denuncias hechas por algunos conjurados, los acontecimientos se precipitaron.
El corregidor Domínguez se vio obligado a apresar a sus compañeros, solo lo hizo con algunos, pues el día 15 de septiembre también fue hecho prisionero al comprobarse su participación en la conjura.
Doña Josefa, recluida en su habitación por disposición de su esposo, con el fin de evitar actos que lo comprometieran, se dio habilidad para enviar a Ignacio Pérez a dar aviso a Allende, que se encontraba en San Miguel.
Hidalgo enterado de la denuncia había requerido la presencia de Allende en Dolores, por lo que Pérez no lo encontró en San Miguel y avisó en cambio al capitán Juan Aldama, otro de los principales conspiradores. Juntos partieron a Dolores, Guanajuato, llegando a las 2 de la mañana, ante la gravedad del asunto decidieron iniciar la lucha.
En la madrugada del domingo 16 de septiembre, Hidalgo llamó a misa ante muchos fieles congregados les habló de la opresión, injusticia y otros males del gobierno de los españoles, exponiendo sus ideas sobre la independencia. A este hecho histórico se le conoce como “El Grito de Independencia”
Los asistentes fueron a sus casas, se armaron de lazas, palos, machetes, y para las 11 de la mañana de ese día Hidalgo, al frente de 600 hombres, se dirigió a San Miguel, a su paso por Atotonilco tomó como símbolo de la lucha libertaria un estandarte de la Virgen de Guadalupe, símbolo de identidad y protección para dar confianza a los insurgentes.
Para la tarde del 16, el ejército de Hidalgo contaba ya con 5 mil hombres, llegó a San Miguel, apresó a los españoles, confiscó sus riquezas y se apropió de las rentas reales.
El 18 de septiembre ocupó Celaya, Guanajuato, sin combatir, con un numeroso ejército de 50 mil hombres, ahí los jefes insurgentes decidieron organizar aquella muchedumbre, Se designo a Hidalgo capitán general y a Ignacio Allende, teniente general.
Diez días después el ejército liberador se dirigió a Guanajuato y solicito su rendición al intendente Riaño, pero éste la negó y se atrinchero en las calles cercanas a la Alhóndiga de Granaditas, donde se refugiaron los peninsulares junto con sus familias y caudales, ante el fuerte embate de los insurgentes los realistas se replegaron al interior del edificio.
Algunos historiadores afirman que para penetrar en la Alhóndiga, un muchacho de nombre Juan José de los Reyes Martínez Amaro, apodado el Pípila, se cubrió la espalda con una losa y en medio del fuego enemigo llegó hasta la puerta y lo prendió tiroteo. Otros aseguran que “un solo hombre requeriría de muchas horas para quemar con una antorcha una puerta como la de la Alhóndiga. Lo más probable es que varios individuos le hayan prendido fuego, quizá usando pólvora”.
Al apoderarse del edificio de los insurgentes cometieron excesos, además saquearon casa y tiendas de la cuidad, Allende restableció el orden e Hidalgo dicto un bando mediante el cual se avisó de la pena de muerte al que cometiera raterías.
En alto clero lanzó proclamas de excomunión contra los caudillos rebeldes, así como a sus seguidores.
Hidalgo se dirigió a Valladolid (hoy Morelia) luego decidió marchar sobre la ciudad de México, el 30 de octubre entablo combate en el Monte de las Cruces contra los realistas comandados por Torcuato Trujillo, a pesar de los destrozos que hizo la artillería de éstos a los insurgentes, las fuerzas de Trujillo fueron derrotadas.
Los insurgentes estuvieron a las puertas de México, ciudad que hubiesen tomado, pero Hidalgo, extrañamente ordeno el 2 de noviembre la retirada, ante el disgusto de los otros jefes insurgentes.
Esta decisión retardó el triunfo de la independencia y marcó el principio de la derrota de los primeros caudillos.
Muchos desertaron por el desaliento que causó tal medida, en su retroceso a Querétaro, se trabó combate en Aculco con el ejército realista y mando de Félix María Calleja del Rey, sufriendo los insurgentes una serie derrota.
Después de esta acción los rebeldes se desbandaron: Hidalgo se dirigió a Valladolid y Allende a Guanajuato esto facilito las cosas a Calleja, quien asedió Guanajuato y derrotó a Allende el 25 de noviembre.
Sin embargo, el movimiento insurgente se siguió extendiendo por todo el país y José Antonio Torres, alias El Amo, se apodero de Guadalajara e invitó a los jefes insurgentes a tomar posesión de la plaza.
Hidalgo aceptó la invitación y allí organizo su gobierno, decreto la libertad de los esclavos de todo el país, el goce exclusivo de las tierras de comunidad para los indios, suprimió los tribus, alcabalas, estancos y el uso del papel sellada. Además impulsó la publicación del primer periódico insurgente, “El Despertador Americano”, bajo la dirección del doctor Francisco Severo Maldonado.
Los realistas pronto recuperaron Valladolid y se dirigieron hacia Guadalajara y en punto cercano a esta ciudad, llamado Puente de Calderón encontraron al numeroso ejército insurgente.
Después del combate, Calleja y los suyos lograron la victoria, causando innumerables bajas al enemigo y le quitaron cuantioso botín.
Después de esta derrota, los jefes insurgentes decidieron retirarse al norte con el propósito de reorganizar sus fuerzas, adquirir armamento y estar en territorio dominado por sus partidarios, pues Mariano Jiménez había ocupado Saltillo y el gobernador de Nuevo Reyno de León (hoy estado de Nuevo León), Manuel de Sata María, se adhirió a la causa independiente el 17 de enero de 1811.
En Pabellón, población cercana a Aguascalientes, Allende, Aldama y otros jefes achacaron las derrotas a la impericia militar de Hidalgo,
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