HACIENDAS DEL MAYORAZGO DE CAÑEDO
antoniopez5 de Febrero de 2014
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CAPITULO I
LAS HACIENDAS.
A. LAS HACIENDAS.
La hacienda fue el sistema de producción más importante desde los inicios de la Nueva España hasta su desaparición en la década de 1930. Su compleja infraestructura física contaba de manera casi obligatoria con una capilla, la cual era un espacio de gran importancia social y funcional. Por sus características, algunos edificios son de gran valor arquitectónico, artístico e histórico y nos permiten entender mejor la vida de las haciendas a través de la lectura de sus formas.
Antes de entrar directamente al estudio de las capillas de haciendas, se presenta una breve relación de las haciendas en sus aspectos históricos y sociales con el fin de tener una idea clara sobre el contexto que les dio origen y la forma en que se fueron generando los diferentes espacios arquitectónicos en una hacienda.
1. Origen y evolución de la Hacienda en México.
El origen de la palabra hacienda proviene del latín “fachenda”. En su acepción más general significaba bienes, posesiones y riqueza material. Se denominaba hacienda al conjunto de bienes que poseía un individuo, así como los bienes pertenecientes a una comunidad, país o institución (real Hacienda, Hacienda Pública, etc. 1
1. VON WOBESER, Gissela: La formación de la hacienda en la época colonial, el uso de la tierra y el agua, UNAM, México, 1983. Pág.21.
Como sistema de producción nace inmediatamente después de la conquista para producir los artículos básicos agrícolas y ganaderos que demandaba la población novo hispana y para explotar los yacimientos mineros recién descubiertos. Para llevar a cabo estas actividades existieron varios factores que motivaron su desarrollo desde el siglo XVI.
Por un lado, la corona española necesitaba probar y hacer validos sus derechos de conquista en América, Sin embargo eran muy altos los costos que representaban la expedición, exploración y conquista de los nuevos territorios. La falta de tropas y hombres hicieron que el gobierno español aceptara el apoyo de manos de particulares quienes costeaban las expediciones a cambio de mercedes reales de tierra, las cuales se incorporaban al reino y quedaban sujetas al mismo. Posteriormente el descenso de la población indígena dejó desocupadas muchas tierras cultivables que pasaron bajo la tutela de la Corona. Así, las primeras haciendas inician como las propiedades rurales que fueron concedidas a los primeros conquistadores por medio de mercedes reales.2
La repartición del territorio y la mano de obra indígena a través de las mercedes reales y la encomienda, hicieron posible la aparición de los primeros sistemas de producción para la explotación de los recursos naturales. Los terrenos repartidos tenían diversos nombres dependiendo de la dimensión de la superficie.
Plano con la división de las tierras en el siglo XVI., Matlacuete, San Miguel del Milagro, Teanquiztengo, Tlaxcala
Fuente: Seminario de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo Mexicanos, Historia de la Arquitectura y el Urbanismo mexicanos, Volumen II El Período Virreinal, Tomo I, Pág. 135
2. TERAN, Bonilla José. La Construcción de las Haciendas de Tlaxcala, INHA, México, 1996, Pág. 40.
Se clasificaban en tierras de labor y estancias de ganado como las formas más comunes de reparto de tierras, “Una estancia o sitio de ganado podía ser mayor o menor. La mayor medía 5000 varas por lado o 41 caballerías. Y un sitio de ganado menor consistía en 3333 varas por lado o 18 caballerías. Una Hacienda equivalía a 25,000 varas de largo por 5000 de ancho ó 250 caballerías.”3
A partir de 1593 nuevas leyes permiten la compraventa de tierras y comienza un proceso de apropiación legal e incluso ilegal de la tierra, dando lugar a enormes latifundios que detentaban el control de las tierras y el agua. Para estos años, la economía española se había implantado sobre la indígena y la creciente demanda de productos agrícolas y ganaderos propicio la expansión territorial y económica de las labores y estancias de ganado dando lugar al fenómeno que dio origen al surgimiento de la hacienda. 4
El término de hacienda tal como se entiende ahora fue aplicado a algunas estancias de ganado. Primero se les nombraba así en el centro de la Nueva España y posteriormente en las periferias, de tal forma que para el siglo XVIII los términos labor y estancia de ganado cayeron en desuso. 5
Sin embargo, no todas las estancias de ganado evolucionaron en haciendas. Existen dos diferencias importantes entre una estancia de ganado o un rancho y una hacienda.
La mano de obra indígena fue
la base del desarrollo de la hacienda.
Códice Florentino, Libro 4, Cap 48.
Fuente: Seminario de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo Mexicanos, Historia de la Arquitectura y el Urbanismo mexicanos, Volumen II El Período Virreinal, Tomo I, Pág. 136
3. TORRES, Alberto J: Pesas y medidas antiguas de México, Guadalajara, Gob. Del Edo. De Jalisco, col. Historia Pág. 17.
4. VON WOBESER, Gisela. Op.cit. Pág. 49.
5. Ibidem., Pág.49
En primer lugar, la hacienda además de ser una superficie de terreno fue un sistema sociocultural cerrado de producción y un factor de poder político real. El otro elemento es la infraestructura física, que en las haciendas fue más compleja y numerosa que en cualquier estancia de ganado.
a. Consolidación de la Hacienda.
Ahora bien, la consolidación del modelo de hacienda como sistema de producción no fue un simple crecimiento de infraestructura o un cambio de nombre. Las condicionantes sociales y económicas, las leyes y ordenanzas influyeron en su crecimiento. En muchas ocasiones los problemas surgían por tener que coexistir con los pueblos indígenas que conservaban sus tierras y con los lineamientos borbónicos que sugerían un apoyo al agricultor propietario a costa de los grandes terratenientes.6
Sin embargo, esto no freno el hecho de que algunos hacendados fueran adquiriendo más áreas de cultivo por medios de remates y compra venta de propiedades con lo que lograban tener el control de la producción y el mercado en regiones enteras. Un ejemplo de este proceso en la región de nuestro estudio en el valle de Ameca, fue el caso de Don Luis de Ahumada quien llegó a tener más de ochenta y cinco mil hectáreas en el siglo XVII.7
Imagen de una Hacienda en la región de Ahualulco.
6. MONTERRUBIO, Antonio Lorenzo. La Hacienda de San Pedro Tochatlaco. Aspectos históricos, arquitectónicos y artísticos. En Cuadernos de arquitectura virreinal. UNAM, 1995, Nº 10, Pág. 54.
7. GUTIERREZ, Ramírez Filemón, AMECATL Mecate o Cordón de Agua, ED. Suárez-Muñoz, Guadalajara México, 2ª ED. Pág. 87.
Sin embargo, a pesar de que las haciendas llegaron ser las células de abastecimiento de diversos productos a las ciudades y centros mineros, en la Nueva España durante el siglo XVIII la Corona española no permitía la salida de los excedentes fuera del ámbito regional.8
Este aspecto legal provocó que no se desarrollara la actividad productiva ni su consolidación como un sistema capitalista de producción. Estas contradicciones evidentes entre producción y falta de mercado interno hicieron que a pesar del auge de algunas haciendas, la mayoría estaban endeudadas, por lo que era casi una regla que al morir un hacendado, la propiedad se tenía que rematar parta pagar las deudas que dejaba. 9
Por lo anterior, las haciendas se vieron obligadas a demostrar su factibilidad histórica, utilizando estrategias basadas en el uso racional de sus recursos fundamentales: hombres, tierras, aguas y ganados. Se buscó la diversificación y el manejo de los recursos naturales, el arraigo de la mano de obra y la eliminación de la competencia. 10
Esta capacidad de adaptación propició su permanencia como la única institución colonial durante tres siglos hasta su desaparición en la década de los años de 1930 cuando la política cardenista hizo efectivo el artículo 27 de la constitución de 1917, que había establecido las bases jurídicas para la liquidación de la hacienda.
8. TERAN, Bonilla José, op.cit, Pág. 40.
9. CALEN, Enrique. Los Concursos de acreedores. Origen y evolución de la Hacienda en México, UNAM, México, Pág. 86.
10. MONTERRUBIO, Antonio Lorenzo, op.cit Pág. 55.
b. La Hacienda en Jalisco del siglo XVI hasta el siglo XX.
La Nueva Galicia fue sede un gran número de haciendas dedicadas principalmente a actividades agropecuarias y algunas haciendas de beneficio en zonas mineras. Después de la guerra de independencia y durante la época de la República Restaurada en el siglo XIX,
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