Historia Consigna
SofitezanosExamen26 de Octubre de 2016
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Consigna 1
A partir de 1810, comienza en nuestro país el período de la construcción del Estado Nacional. Esta etapa está caracterizada por tres ejes principales: unificación-homogeneización, orden y control y civilización o barbarie. La disputa durante estos años se encuentra en el cómo. Surge entonces el normalismo, un movimiento pedagógico que se consolida en la Argentina respondiendo a la necesidad de alfabetización masiva y construcción de identidad nacional de los futuros ciudadanos para homogeneizar y civilizar a la población. Es potenciado por el Estado que entiende que la educación, a través de la escuela, es la herramienta perfecta para la construcción de un nuevo orden social. “Los normalistas coincidieron en que la educación era la herramienta de transformación social y que la escuela era la institución central para llevar a cabo ese objetivo” (Arata y Mariño)
En la experiencia escolar de Mercante podemos identificar varias características del normalismo. Para este trabajo analizaremos la idea de civilización o barbarie, orden y control y unificación a través de la educación masiva.
En primer lugar, podemos ver cómo influye la idea de civilización o barbarie desde la primera oración: “Aquí me tiene usted, menos salvaje, no es así?” La barbarie es el grupo poblacional que la elite gobernante considera que es necesario civilizar. En ese grupo aparecen por ejemplo, los inmigrantes, criollos, indígenas. Civilizar es, en este contexto, educar, nacionalizar, homogeneizar y luchar contra la ignorancia. La educación será la herramienta utilizada para lograrlo. El proceso de homogeneización será para civilizar a la barbarie y formar un nuevo sujeto: patriótico y trabajador. “Para Sarmiento, la educación tenía una finalidad política, debía preparar a las masas trabajadoras para ejercer los derechos que les pertenecen en tanto hombres. (...) La educación era sinónimo de civilización”. (Arata y Mariño) Además, Sarmiento creía importante la educación del pueblo para poder formar a los consumidores del mercado interno. Necesitaba que los ciudadanos estuvieran alfabetizados para que pudieran comunicarse productores y consumidores a través de la publicidad. “La sociedad moderna necesitaba entonces fortalecer la cultura letrada para garantizar una masa de consumidores”(Arata y Mariño).
Además, el normalismo instala la idea de orden y control reflejada en la experiencia de Mercante cuando escribe: “Ojos, por todas partes, ojos”. El normalismo entiende a la educación por medio de planificaciones rigurosas y a través de una fuerte obsesión por la disciplina. Sarmiento, en su libro Educación Popular sostiene como mandato económico la formación del trabajador y la instrucción de la disciplina laboral. El alumno debe respetar la disciplina para poder aprender lo que el maestro enseña y el maestro debe estar capacitado para controlar a sus alumnos. “La educación del maestro tenía por meta lograr que los alumnos “ejecuten ordenadamete los actos de aprender”” (Carli). El cumplimientos de las normas en la escuela cumple en el normalismo un papel fundamental, aquel alumno que se desviara de las mismas, sería considerado un sujeto anormal.
Sarmiento aprovecha el artículo 67 de la Constitución Nacional que establece, entre otras cosas, que el Estado debe fomentar la educación general, para significar ese “general” como la formación formando maestros profesionales para todo el país. Él sostiene que la enseñanza no se improvisa sino que se planifica y el maestro debe formarse y ser un sujeto competente para su profesión. En palabras de Sastre: “No basta poseer los conocimientos que se trata de transmitir, sino que es preciso saber el modo de enseñar; ni basta estar bien educado para ser educador…”. Por ende, la importancia en la relación distante entre el docente y el alumno, como marca Mercante, “esa insalvable distancia del escritorio al banco”.
Por último, en la experiencia de Mercante podemos identificar la corriente homogeneizadora de la educación. Esta escuela se caracteriza por su inclusión por lo masiva en donde el individuo se diluye en la masa. Esta función nacionalizadora es atribuida directamente al maestro que deberá encargarse de la regeneración social transmitiendo saberes que contribuyen a formar al ciudadano inculcándoles la idea de identidad nacional argentina. “Educar era normalizar” (Arata y Mariño). De esta manera, los contenidos de enseñanza se remitirán a historia, geografía, moral, idioma nacional, buscando inculcar sentimiento de nación en los alumnos.
Ramos Mejia, presidente del Consejo de Educación entre 1908 y 1913, fue uno de los principales actores preocupados por la homogeneización de la población. Él creía que la heterogeneidad era una amenza y “el atajo para enfrentar los peligros de la masa era producir homogeneidad cultural”(Arata y Mariño). De esta manera, la formación de una identidad nacional y un sujeto patriótico formaron parte de las ideas principales del normalismo, ideas planteadas por Sarmiento en 1849 en Educación Popular.
Consigna 2
Introducción
Luego del golpe de estado de 1943, encabezado por un sector de coroneles del ejército cuyas ideas eran nacionalistas, se comenzó a asentar las bases del Estado benefactor. Había una gran alianza entre Juan Domingo de Perón, en ese entonces director del Departamento Nacional de Trabajo, y los trabajadores.
En 1946, Perón llega a la presidencia y surgen los populismos latinoamericanos.
Como consecuencia de la modernidad surge la escuela como institución. Perón durante sus mandatos no sólo fue apreciado por su política obrera asignándoles a los trabajadores mejores sueldos, vacaciones pagas y aguinaldo, entre otros beneficios sino que también tuvo una gran influencia en la educación.
Durante su presidencia se producen los siguientes cambios:
- Expansión de los sistemas educativos.
- Acceso a Niveles Educativos y su obligatoriedad.
- Descenso de la tasa de analfabetismo.
- Creación de escuela de Primera enseñanza; Secundaria; Técnico- Profesionales; Universidades y Academias.
[pic 1]
El peronismo se preocupa en modelar una nueva conciencia nacional que garantizara el apoyo de las masas a largo plazo. Se pone énfasis en el sistema educativo primario y se hizo hincapié durante este gobierno en la popularización del sistema educativo, es decir, se buscaba integrar el mayor número de argentinos a la educación y reducir el analfabetismo; el acceso a la enseñanza primaria se extendió a los sectores sociales de menores ingresos y se amplió la cobertura de escuelas a lo largo del territorio nacional. Por lo tanto, el carácter masivo se refleja en el plano educativo. “En ese marco, el Estado peronista iba a asumir la voluntad sarmientista de educar a las masas, pero efectuando una torsión populista del enfoque liberal, haciendo explícito el carácter profundamente político de la educación.” (Arata y Mariño)
En las escuelas se podía observar que los libros de texto escolares reflejaban la propaganda del gobierno y la mayor parte de los textos estaban orientados a los niños de la clase popular y obrera.[pic 2]
Una de las principales rupturas fue la concepción liberal de la escuela en argentina. En el marco del Primer Plan Quinquenal, se introdujeron los principios peronistas de "unidad de concepción y de acción", de "planificación orgánica" y de la formación de una nueva conciencia nacional a través de la acentuación de contenidos morales, patrióticos y doctrinarios. Para el nivel primario, se estableció que "en todas las escuelas de la República se implantará un mismo plan de estudios para fijar a la enseñanza un contenido uniforme y una sola orientación. Los programas correspondientes a las materias instrumentales y las de formación patriótica, moral, estética y religiosa, serán los mismos, por su contenido, graduación y sentido en todas las escuelas infantiles...". Los currículos de educación primaria fueron aprobados en 1948 y reajustados luego bajo los lineamientos del Segundo Plan Quinquenal. En la enseñanza primaria se remarcaba el carácter educativo destacando la cultura del trabajo y del esfuerzo por parte del alumno bajo la dirección del maestro donde se procura desterrar de la escuela el intelectualismo descarnado y frío, característico de la mera instrucción y reemplazarlo, o mejor dicho perfeccionarlo, por la realización de actividades que sean formas de vida y que permitan preparar para la vida.
Los programas se dividieron en dos grandes apartados: el de Preparación o instrucción y el Programa de desenvolvimiento (educación intelectual, física, moral y estética). El primero de ellos integrado por las disciplinas "instrumentales" (Aritmética, Geometría, Lenguaje, Geografía, Historia, Pre-aprendizaje, Ahorro y previsión, Moral (para los no católicos), labores (para las niñas) y Defensa Civil). Los cursos de "Pre-aprendizaje" fueron una innovación del peronismo para valorizar el trabajo manual y dar los conocimientos iniciales de un oficio o profesió tales como: carpintería, electrónica, encuadernación, modelado y construcción, cestería, juguetería, entre otras. Se formaba al niño en el manejo de instrumentos, que posibilitarían una estrecha interdependencia entre la "idea y la acción". Por su parte, el programa de desenvolvimiento abarcaba las mismas asignaturas que el programa de conocimientos, excepto las de aritmética y geometría, en todos los grados, y la de lectoescritura, en los grados inferiores. Los contenidos tenían una estructura radial o topográfica, que se iniciaba en el conocimiento del entorno inmediato del niño e iban abarcando saberes cada vez más generales, paralelamente al aumento de su vida de relación y de su maduración intelectual.
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