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Historia De Barrancabermeja

aranroro14 de Octubre de 2013

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Historia[editar • editar código]

Periodo precolombino

En la época precolombina el territorio de Barrancabermeja estuvo ocupado por diferentes grupos humanos. Hace aproximadamente 2.000 AC estaba habitada por los Preyareguíes, que eran los cazadores-recolectores y seminómadas.

Con el pasar del tiempo se formó la familia indígena de filiación lingüística Karib, llamada los Yareguíes. Este pueblo era sedentario y agroalfarero de compleja jerarquizacion. Estaban divididos en clanes independientes (Arayas, Chiracotas, Tolomeos, Suamacaes, Opones y Carares) gobernados cada uno por sus caciques de manera autónoma.

La organización social, política y cultural de los Yareguíes, estaba conformada por un sistema de cacicazgo de jefatura, en el que predominaba el poder del cacique y su parentela, sobre los demás integrantes de la comunidad. De igual forma en esta estructura jerárquica de jefatura, se encontraba el orden religioso chamánico que tenía una especificidad en cuanto aseguraba la legitimidad de la autoridad del cacique, en las tareas de dirección de la producción básica de subsistencia y de sus respectivos excedentes. Para que de esta manera, el cacique recompensara a sus partidarios, con la especialidad de la redistribución de los mismos excedentes, de manera que los vínculos sociales y políticos entre su parentela y de estos con el resto de la sociedad se legitimaran. El status y el poder del jefe se reafirmaban por medio de vínculos directos en la participación de excedentes, cuya redistribución se hacía a través de grandes rituales, convocados por el cacique según los requerimientos de los chamanes, quienes mostraban el tiempo exacto de los diferentes ciclos agrícolas, etc1 .

Los límites aproximados del territorio Yariguíe eran: los ríos Minero (sur) y Sogamoso (norte), entre las cimas de la cordillera Oriental y el río Magdalena. Vivían en una región de bosques y selvas, de altas temperaturas y mucha humedad, lo cual hacía difícil la vida de sus habitantes. Se cree, que los Yareguíes tenían una tasa alta de mortalidad infantil y que la esperanza de vida no superaba los 45 años.

Periodo de conquista y colonia

Este periodo inicia con la llegada de los españoles en 1536 y termina con su expulsión definitiva en 1820. Estas tres centurias están caracterizadas por las acciones bélicas de los tiempos de conquista y por la penumbra histórica de la época colonial.

En aquella la época, el gobernador, Don Pedro Fernández de Lugo, tenía como intención realizar el anhelo de Rodrigo de Bastidas, descubrir el nacimiento del río Magdalena sin reparar en costos ni esfuerzos.

Gonzalo Jiménez de Quesada fue nombrado general y escogido por el gobernador para salir al frente de esta expedición, otorgándole amplios poderes y facultades para escoger sus propios compañeros. Al iniciar esta travesía encontraron difícil el andar por tierras pantanosas, los asaltos repentinos de los indígenas y los voraces ataques de fieras e insectos.

Todo esto lo soportaban sólo por la perspectiva de encontrar un territorio abundante en riquezas, lo cual aliviaba sus penurias y les hacía seguir en su obstinado empeño.

Gonzalo Jimenez de Quesada.

El 6 de abril de 1536 partió la expedición, que llevaba bajo sus órdenes a 700 infantes y 80 caballeros por la vía terrestre y en cinco embarcaciones. Todos ellos eran expertos capitanes, excelentes marineros y afamados guerreros curtidos en la guerra de España contra los moros. Latora ó Latocca, era el nombre indígena de la hoy Barrancabermeja, por la cual pasaba el río Yuma, hoy río Magdalena.

Después de haber vencido mil dificultades, el 12 de octubre de 1536, la expedición fluvial divisó a lo lejos unas "Barrancas Bermejas", ubicadas a los 7° 04´ de Lat N, 73° 52´ de Longitud Oeste a 75,94 msnm y 27,6 °C de temperatura media.

El primer español en divisar los promontorios rojizos fue Diego Hernández de Gallegos y el primero en tomar posesión de aquellas tierras fue el jefe de la expedición, Don Gonzalo Jiménez de Quesada2 . Los promontorios rojizos constituyeron la tabla de salvación de las agotadas huestes expedicionarias de Quesada y determinaron el rumbo de la expedición que habría de llevar a la conquista del pueblo Chibcha y a la fundación de Santafé de Bogotá, en 1538.

Desde un comienzo la comunidad indígena Yariguíe se manifestó hostil a la presencia de los colonizadores españoles, presentándoles una fuerte resistencia para impedir la penetración en sus tierras.

Latocca o Latora continuó siendo el sitio de escala de los movimientos expedicionarios. En 1540 arribó Jerómino de Lebrón, dos años después Alonso Luis de Lugo. El camino descubierto por Quesada, vía Río Opón era áspero y difícil, razón por la cual fue reemplazado por el de Santafé–Honda, mas fácil y menos peligroso.

Hacia 1570, cuatro caciques fueron los más conocidos por los españoles: Beto, de los arayas, Caciquillo, de los opones, Martinillo, de los carares y Suamacá, de los suamacaes, dedicados a asaltar las embarcaciones que por el Río Grande de la Magdalena o por los ríos Sogamoso, Carare y Opón, transportaban colonos, milicianos y mercancías a Vélez y a Santafé de Bogotá. También atacaban poblados y tropas de soldados que hacían batidas contra aborígenes.

Barrancabermeja relegada a un lugar muy secundario, cae en manos de sus antiguos moradores, los belicosos indios Carares y Opones, quienes desde ese momento la convierten en centro de operaciones de sus asaltos a los viajeros Españoles, situación que habría de durar hasta comienzos de 1601, cuando el Oidor Luis Enríquez, por mandato de la real audiencia, llega al lugar, funda el 2 de febrero una población destinada a la vigilancia policiva del río, ataca a los indios, comandados por Pipatón (de las parcialidades Opones) y Maldonado (de las parcialidades Carares) y, finalmente, los obligó a replegarse en lo más recóndito de las selvas. El sucesor del Oidor, Capitán Juan de Campos ante la permanente amenaza de los indígenas se traslada hacia la desembocadura del Carare, para luego establecerse en la desembocadura del Río Salomé, en la margen izquierda del gran río.

Es famosa la resistencia ofrecida por años a los colonos por el cacique Pipatón, quien había sido apresado en 1601, siendo víctima del corte de sus talones, a pesar de lo cual escapó y volvió a encabezar la resistencia contra los españoles. Sin embargo, al final de su vida, se entregó a las autoridades coloniales y fue enviado a Santa Fe con destino a un convento de frailes, donde falleció a después de 1612.

De aquí en adelante, Barrancabermeja entra en las sombras del olvido. Sin embargo, el pueblo debió continuar existiendo, puesto que el 17 de Enero de 1761 fue visitado por el sabio naturalista José Celestino Mutis.

Periodo de las comunicaciones y de la explotación forestal

Barrancabermeja, en 1820, constituía un pequeño caserío de Chozas de palmas, levantadas sobre la barranca colorada. Sus habitantes, de vida precaria y amenazados continuamente por los belicosos grupos indígenas, eran tan pocos que no pudieron darle al poblado la Categoría de Parroquia, la división territorial más pequeña de la época. Sin embargo, el caserío tenía una topografía apropiada (tierra firme y alta), en medio de la planicie cálida, lluviosa e inundable. Esta enorme ventaja no podía pasar desapercibido por los esfuerzos constructivos de La República, especialmente las de las regiones Saravita y de la montaña Santandereana, que contaban con prósperos Centros Urbanos (el Socorro, Simacota, Galán, Zapatoca, San Vicente de Chucurí, Betulia) que buscaban una salida al exterior. Por la localización geográfica y sus características topográficas, Barrancabermeja constituía el obligado terminal de los transportes y las comunicaciones. Extraña paradoja de esta ciudad. Fue la puerta de entrada de las Huestes conquistadoras de Jiménez de Quesada; 300 años después, La República busca sus salidas al exterior, justamente por las Barrancas Bermejas.

Este interés se traduce en numerosos expedientes legales. Doce Decretos Leyes, Decretos Presidenciales y contratos fueron expedidos en el lapso de 24 años (1823 - 1847). Tres Decretos Legislativos conciernen con la organización político–administrativa. El Decreto–Ley del 28 de Julio de 1823, crea el Cantón de Zapatoca incluyendo a Barrancabermeja bajo su jurisdicción; el Decreto Legislativo del 1° de Mayo de 1826, la adscribe al Distrito de San Pablo, con el cual tenía comunicación Fluvial; el Decreto del Libertador del 22 de Diciembre de 1828, suprime el Cantón de Zapatoca y revierte, nuevamente Barrancabermeja, a la jurisdicción de esta villa3 .

Ocho disposiciones legales conciernen con la apertura de vías desde el interior hacia Barrancabermeja. El Socorro, sobresaliente centro urbano de la época, se hallaba interesado en la ruta que partiendo de aquella ciudad, pasara por Simacota, atravesara la cordillera hasta un punto navegable del Río Opón, y, a través de este cause y del Magdalena, llegase finalmente a Barrancabermeja. Los Decretos Leyes del 25 de abril de 1834, del 20 de marzo y del 3 de mayo de 1835, conciernen justamente, con la apropiación de los dineros, la ruta de la vía y la administración de los fondos. El camino se dio al servicio el 29 de julio de 1837, con la creación del Puerto Carolina sobre el Río Opón, la construcción, a trechos convenientes, de cinco posadas y la dotación en Barrancabermeja de una bodega, denominada Bodega del Socorro4 .

Zapatoca, con las vecinas poblaciones de Betulia y San Vicente de Chucurí, estaba interesada en la ruta

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