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Historia De Hoduras


Enviado por   •  3 de Octubre de 2014  •  7.911 Palabras (32 Páginas)  •  284 Visitas

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La crisis económica hondureña ha ido desarrollándose paulatinamente, por lo que es necesario hacer un recorrido breve, desde hace algunos años atrás hasta estos días sobre este fenómeno.

Cuando el Banco Central de Honduras fue fundado en 1950, su director y personal técnico optaron por mantener una actitud prudente, independiente y moderada sobre la política monetaria y las relaciones de crédito del Estado.

Don Roberto Ramírez, primer presidente del Bantral, se opuso tenazmente a que se provocara la más leve inflación monetaria y a que se abusara del crédito interno entre el Banco Central y el Estado. Él no permitió que el gobierno emitiera papel moneda sin ningún respaldo de oro(3) o de dólares, ni que éste tomara prestado «bajo la mesa» dinero depositado por la banca privada en las arcas del Bantral.

El Lempira se mantuvo estable por casi veinte años. Esos fueron aquellos años cuando todo era muy barato4 debido al valor intrínseco del dinero y a la escasez del mismo en las manos de los hondureños.

En 1967, hay unos noventa millones de lempiras en circulación, según fuentes oficiales5. Esos noventa millones se encontraban en los bancos en forma de cuentas de cheques y en los bolsillos de los hondureños.

En 1982, la revista anual: Honduras en Cifras publica una información asombrosa al decir que en Honduras hay casi 400 millones de lempiras en circulación.

Es decir, que en menos de veinte años la masa monetaria en lempiras aumentó más de un 400 por ciento. Este aumento no preocuparía ni asombraría si las operaciones de la balanza comercial hondureña no hubiesen sido deficitarias pues al tener exportaciones superiores a las importaciones es lógico que las divisas y la masa monetaria hubieran aumentado.

Pero se da el caso lamentable de que las exportaciones hondureñas, desde hace muchos años, nunca han sido mayores que las importaciones, entonces, ¿por qué aumentó el circulante en Honduras en un 400 por ciento en ese lapso?

Los gobiernos de turno para cubrir la diferencia entre las exportaciones e importaciones han recurrido al financiamiento6 externo para mantener, más o menos estables, sus reservas monetarias; pues como ya se sabe, las reservas internacionales bajan cuando las exportaciones son menores que las importaciones.

Al abandonarse el convenio de Bretton Woods (1971) que mantenía un valor de 35,oo dólares la onza troy de oro, el valor del dólar se dejó flotante ante el oro y las demás monedas mundiales fuertes; como el lempira mantiene sus reservas en dólares, el gobierno hondureño decidió mantener la paridad de dos lempiras por un dólar, aunque de hecho, el lempira se devaluó junto con el dólar. Esta fue la primera devaluación para Honduras.

Por otro lado, el incremento del barril de crudo de dos a treinticuatro dólares significó un golpe catastrófico para la economía y vida de los hondureños:

a) Aumentó el valor y el monto de nuestras importaciones de combustibles;

b) La importación de los artículos necesarios tanto para la producción nacional como para el consumo, provenientes de las zonas de influencia del yen japonés, del marco alemán, del franco suizo y francés, de la libra esterlina, la lira italiana, etc., tuvieron un aumento considerable debido a la pérdida de valor del lempira y el dólar7 ante esas monedas;(4)

c) Disminuyó también el precio de los productos de exportación tradicionales;

d) El gobierno hondureño ya estaba en la racha de endeudamiento que indirectamente afectaba al déficit fiscal

Asimismo, los gobernantes militares y civiles se embarcan en una creciente inversión8y gasto público millonarios, que requieren de los fondos prestados de los banqueros internacionales a intereses flotantes según lo dicten el Banco de la Reserva Federal estadunidense y los consorcios bancarios de ese país.

Se observa, no obstante, que esa lluvia torrencial de millones se disipa y diluye al tocar la tierra catracha, pues los gobiernos hondureños aumentan increíblemente el gasto público en sueldos burocráticos jugosísimos, distribuyen sinecuras a los asesores a diestra y siniestra, practican la exacción política y despilfarran los fondos del erario nacional en prebendas, en proyectos de inversión pública alocada y en el gasto público.

Aún así, en ese tiempo, los tecnócratas politizados expresan que Honduras tiene todavía una gran capacidad de endeudamiento y puede continuar contrayendo compromisos multimillonarios para instituir el supuesto despegue económico nacional.

Así que, el endeudamiento continúa, para febrero de 1985 la cifra oficial publicada es de más de 5200 millones de lempiras, aunque al parecer, Honduras tenía (1985) una deuda pública externa e interna que bien sobrepasaba los 6 mil millones de lempiras; en 1994 la deuda es de 4040 millones de dólares o sean 29896 (veintinueve mil ochocientos noventiséis millones de lempiras) a la tasa de cambio de ese año.

Debido a la influencia del cine, la radio, la televisión y al deseo incontrolable por el lucro, la empresa privada hondureña –en su sector dedicado a importar bienes de consumo, productos suntuarios y semisuntuarios– inicia una gran campaña para intensificar el consumo entre los hondureños.

Esta campaña proconsumista produce un ascenso extraordinario en las importaciones de artículos personales que no son tan necesarios para nuestro desarrollo económico ni para vivir normalmente; esto aumenta el déficit de la balanza comercial .

La balanza comercial comprende únicamente el resultado de las exportaciones nacionales y las importaciones internacionales; mientras que la balanza de pagos además de comprender la balanza comercial incluye el movimiento de servicios, las trasferencias de dinero u oro de nacionales y extranjeros de o hacia Honduras.

Los países desarrollados y prestamistas han apoyado la política de endeudamiento de los países tercermundistas, con el aparente propósito de ayudar a éstos a concretizar sus metas de desarrollo socioeconómico; pero en realidad, estos préstamos multimillonarios son un jugoso negocio para los países prestamistas debido al acondicionamiento de cómo se dispondrá del dinero prestado, de los intereses flotantes y crecientes al cabo de ciertos años.

Se ha enraizado mundialmente la teoría de que los países del tercer mundo para crecer y desarrollarse necesitan importar capital de los países ricos. Pero esta teoría no es totalmente cierta, ya que si los países ricos desearan el desarrollo del tercer mundo, sólo tendrían que pagar precios justos por todos los productos que los países subdesarrollados exportan a los países ricos e industrializados,

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