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Historia De Los Paises Bajos


Enviado por   •  17 de Junio de 2013  •  3.636 Palabras (15 Páginas)  •  523 Visitas

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Historia de los Países Bajos

El Reino de los Países Bajos consta de los Países Bajos y las islas en el Caribe: las Antillas Neerlandesa's y Aruba. Junto al nombre oficial de Países Bajos, se suele utilizar mucho la denominación Holanda.

El nombre de "Holanda" se deriva de la palabra "holtland", que significa "país de la madera". Pero esta denominación es, en realidad, el nombre de las dos provincias costeras occidentales, Holanda Meridional y Holanda Septentrional, que han desempeñado un papel importante en la historia.

Holanda es el nombre de una región en la zona centro-occidental de los Países Bajos. Holanda fue una provincia del Sacro Imperio Romano y luego el miembro principal de la República de las Siete Provincias Unidas de Las Tierras-Bajas (1581-1795). Debido a su importancia histórica en la región, el nombre Holanda se usa frecuentemente como el nombre del país, aunque no es el nombre oficial. Sin embargo, hubo una época en la que, en efecto, este país llevaba el nombre Reino Napoleónico de Holanda.

Orígenes de Holanda

Holanda, Bélgica, Luxemburgo y una parte del norte de Francia, forman la región denominada Países Bajos. Los primeros ocupantes de estas tierras llegaron tras la retirada de los últimos glaciares, y entre ellos se cuentan desde los cazadores y recolectores de alimentos hasta las culturas más elaboradas que encontraron los romanos.

Al llegar los romanos, en el último siglo antes de la era cristiana, la región estaba habitada por celtas y germanos. El Imperio nunca pudo ocupar la zona de los frisones, al norte del Rhin, y se estableció en el delta, donde formó las provincias de Bélgica y Germania Inferior.

Los Frisones

Los frisones vivían de la pesca y la cría de ganado, mientras en el sur se practicaba la agricultura en torno a villas o centros poblados. A mediados del siglo III, la invasión de la tierra por el mar trastocó completamente la base económica de la región.

El fortalecimiento de las tribus germanas obligó a Roma a cederles la custodia de las fronteras del imperio, como hizo con los francos en Toxandria y Brabante (Brabant). La separación del idioma romance y el germánico coincidió con el límite del Imperio Romano, que dividió a los Países Bajos por la mitad.

Los frisones mantuvieron su independencia hasta el siglo VIII, en que los francos y la Iglesia Católica Romana iniciaron una fuerte ofensiva. A fines del siglo, la región estaba sometida a los francos, bajo la dinastía de los Pepin primero y los carolingios después.

Los principados

La decadencia del Imperio Carolingio trajo gran inestabilidad hasta el siglo X, cuando surgieron en esta región varios principados, en una relación feudal con los reinos de Alemania y Francia. Los frisones permanecieron sin autoridades soberanas.

Surgieron principados seculares en Flandes (Vlaanderen), Henao (Hainaut), Namur, Loon, Holland, Zeeland y Güeldres (Guelders), y ducados en Brabante y Limburgo. En los principados de Utrecht y Lieja (Liège), la autoridad secular coincidía con la religiosa.

Los principados buscaban mayor libertad de la autoridad real. Flandes fue pionero en establecer una eficiente administración, seguido por Brabante, Henao y Namur. La designación de sus obispos marcó el fin de la influencia alemana y estrechó los lazos entre los principados.

Francia intentó someter a Flandes pero fue derrotada en la Batalla de los Espolones, en 1302. El equilibrio de fuerzas entre Francia e Inglaterra permitió a la región preservar su autonomía.

El crecimiento de la población forzó la apertura de nuevas tierras para explotar. En la costa, los monjes de Cister y Premonstraten fueron muy activos en la construcción de diques, que primero sirvieron para defenderse de las mareas y luego se usaron para ganar terreno al mar.

El éxito de los polders

Desde el siglo XI, los frisones desarrollaron un sistema de drenaje que hacía bajar el nivel del agua y dejaba la tierra apta para pasturas y otros cultivos agrícolas. En los siglos XII y XIII, esta técnica se aplicó para convertir una vasta zona pantanosa de Holanda y Utrecht.

Esa zona, la costa de Flandes y Friesland, adquirió gran importancia económica. En los siglos XII y XIV, la lucha contra el mar y las áreas fluviales, tuvo tal dimensión que se crearon organismos administrativos para coordinar la construcción de diques y el uso de las aguas.

La extensión de las tierras y de la población generó un crecimiento, no sólo en la agricultura sino también en la industria y el comercio. En las nuevas ciudades surgieron clases con aspiraciones autonomistas. Los comerciantes tenían un juramento de cooperación, para mantener la ley y el orden.

Las ciudades se convirtieron gradualmente en centros independientes, con poder para efectuar acuerdos comerciales, políticos o militares, con otras ciudades o con el príncipe. La ciudad era propietaria de su territorio y sus miembros no dependían de autoridades externas.

Segunda mitad del siglo XIV

En la segunda mitad del siglo XIV, los duques de Burgundy (de la casa real francesa de Valois) dominaron gran parte de los Países Bajos e intentaron crear un estado centralizado. Un movimiento intentó anular la centralización, en 1477, pero el ascenso de los Habsburgo lo detuvo.

Luteranos y anabaptistas tuvieron dificultad para entrar en los Países Bajos, mientras el calvinismo ganó rápida aceptación en las clases populares y los intelectuales. La represión llevó a muchos calvinistas al exilio, pero no dejaron de influir en la rebelión de 1567 contra al absolutismo.

El malestar popular se unió con el deseo de autonomía de la nobleza

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