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Historia De méxico


Enviado por   •  25 de Junio de 2014  •  8.173 Palabras (33 Páginas)  •  270 Visitas

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HISTORIA DE MEXICO 1

El estudio de la historia y su construcción científica.

1.1 Aspectos teórico-metodológicos de la ciencia de la Historia.

El primer objetivo del estudio de la historia pretende esclarecer preguntas básicas como: para qué se estudia, para qué sirve. Los conceptos y argumentos a favor de su aprendizaje pretenden transmitir los elementos básicos que la conforman y lograr estimular la curiosidad por saber. El fin último de saber qué, cómo y por qué el ser humano actúa como lo hace (o como lo hizo) es de vital importancia para la construcción de futuro mejor. Esto es lo que pretende la historia.

1. ¿Qué es la historia?

Para los expertos, la historia se construye a partir de dos conceptos fundamentales, el tiempo y la sociedad; ambos identificados en un espacio determinado. En específico: la historia es la suma de las acciones del ser humano a través del tiempo. Sin embargo, el carácter polisémico de la historia comprende desde la sucesión de hechos y acontecimientos relativos al pasado, hasta la obra escrita en prosa en que se narra de forma ordenada esta sucesión de hechos. Normalmente, el término histórico se emplea para otorgarle importancia a un suceso. Pero la gran mayoría de los hechos históricos no capturarían la atención de las masas. Entonces, ¿cuándo una acción deja de ser rutinaria para convertirse en histórica? La respuesta es sencilla: todos nuestros actos, al ser consumados, pasan a formar parte de las filas de los hechos históricos. Pero escuchemos algunas voces al respecto:

Para el historiador inglés Edgard H. Carr, “La historia es un proceso social”. Los historiadores de la escuela francesa establecen que “La historia está conformada por hechos sociales” (Pierre Vilar); “La historia es la actividad humana” (Lucien Fevre) o bien, “La historia es el marco social del ser humano” (Marc Bloch). Estos expertos de los hechos históricos están de acuerdo en otorgarle a la historia un carácter social, propio de las actividades del ser humano. Resulta, entonces, que para los historiadores el pasado no está muerto, pervive en el presente:

“La historia es, ante todo, memoria del pasado en el presente. Es una recreación colectiva, incluso cuando se la convierte en ciencia, es decir, en explicación, en respuesta al porqué del presente y en afirmación demostrable o sujeta de comprobación. Es el hogar de la conciencia de un pueblo, el contexto objetivo de su modo de pensar, de sus creencias, de su visión de la realidad, de su ideología, incluso cuando es expresión individual. No hay historia independiente de la conciencia colectiva del hombre. Por eso la historia aparece siempre como discusión y reelaboración del pasado; en las formas de la utopía y del mito. De ahí su fuerza como forma que adquiere la conciencia social”1

. 2. Historia ¿para qué?

La historia sirve para comprender, justificar y explicar. El conocimiento histórico proporciona respuestas a preguntas fundamentales acerca del origen y transformación del ser humano en cualquier disciplina del conocimiento, la historiografía tiene un valor intelectual e interactúa con otros conocimientos humanos. Diversos estudios han tenido como propósito central conocer algún aspecto o época histórica, verificar una teoría o bien cuestionar alguna explicación o interpretación.

Uno de los usos más comunes y trascendentes del conocimiento historiográfico es aquel que lo entiende como guía para la acción político-ideológica, ya sea para crear y sostener un patrón de conducta, para justificar una forma de gobierno o para criticarla; incluso en aras de actividades revolucionarias. Como conocimiento didáctico, el conocimiento historiográfico ha sido considerado capaz de permitirnos aprender del pasado. De acuerdo con la vieja idea de Cicerón, “la historia es maestra de la vida”, naturalmente, no sólo enseña de los errores del pasado, también pueden servir de modelo de las conductas y actitudes ejemplares de los individuos y sociedades de otras épocas.

El estudio del pasado explica el presente; permite la identidad que cohesiona a los individuos dentro de su comunidad. Refuerza actitudes de defensa y de lucha frente a factores internos y externos, lo que propicia asumir una actitud consciente frente a su realidad inmediata y futura.

3. Fuentes de la historia.

Las fuentes2 de información de las cuales la historia se alimenta son aquellas que nos cuentan y relatan lo sucedido (quieran o no), y estas bien pueden variar según su naturaleza. Porque ¿a quién no se le ocurre preguntarle a un historiador cómo supo lo que sabe?, ¿acaso repite lo que escuchó de otros historiadores? No hay que perder de vista que el alimento del historiador no sólo es el trabajo de los historiadores anteriores a ellos, se debe echar mano de un elemento indispensable para no andarse con cuentos.

El documento3, esa caja mágica del conocimiento histórico es la clave para responder estos cuestionamientos. El investigador del pasado (el historiador) se desempeña entre las pistas que el ser humano ha dejado detrás de él; estas, bien pueden ser documentos tangibles u ocultos, deliberados o desechados: escritos o carentes de símbolos manuscritos. En todo caso, hay dos grandes conjuntos de fuentes históricas: las primarias y las secundarias.

Las fuentes primarias son los vestigios directos del pasado, como por ejemplo los artefactos de barro de las culturas anteriores a la escritura u otros restos culturales de las generaciones posteriores, como sus documentos escritos. Por su parte, las fuentes secundarias son las reseñas, comentarios, crónicas e incluso las suposiciones con respecto a los acontecimientos que los engendran, mismos que se ordenan sistemáticamente para su mejor comprensión: estas las respuestas posteriores al hecho histórico en sí, ya sean trabajos históricos o no.

4. Periodos de la Historia.

La historia se divide y se clasifica, de manera tan parecida al tiempo de un calendario, debido a su naturaleza básica: lo intangible de su naturaleza, que suele ser la esencia de todo aquello que ya pasó. Toda sociedad se desarrolla en dos ejes principales: tiempo y espacio. Por un lado, tenemos los meses, días, años o siglos. Por el otro lado, los distintos espacios en los que se desenvuelve el ser humano tienden a llamar a distintos periodos de tiempo de distinta forma.

Existen distintas clasificaciones de la historia; un ejemplo es la periodización clásica del mundo occidental:

 La

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