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Historia de la nación latinoamericana. Capítulo VII


Enviado por   •  12 de Junio de 2019  •  Informes  •  2.447 Palabras (10 Páginas)  •  152 Visitas

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                                     Historia de la Nación Latinoamericana

                                                                   Capítulo VII

  El 2 de enero de 1825, llega la noticia a Buenos Aires sobre el triunfo de Bolívar en Ayacucho, dicho triunfo fue celebrado como el triunfo de la patria grande, al mismo tiempo Gran Bretaña festejaba que el intercambio comercial estaba parabienes y los mercaderes porteños elevaron un brindis en homenaje a Canning, primer estadista del mundo.

  No todo Buenos Aires participaba de estos festejos, el partido rivadaviano observaba el triunfo de las armas americanas, el poder de hacendados y comerciantes se concentraba en praderas, ciudades y puertos. El gobierno del general las Heras estaba dominado por dicho partido Rivadaviano, este buscaba la paz con España a través de negociaciones, aunque fuese preciso pagar con dinero la independencia, Buenos Aires observaba con desconfianza todo lo americano, por otro lado, los militares que militaron en Perú con San Martin eran antibolivarianos y aliados a este odio estaban los rivadavianos del puerto, el triunfo de Ayacucho alarmó a las clases conservadoras de Buenos Aires, más que nada a los godos y agodos protegidos por el gobierno de Rivadavia. El mismo emprendió a espaldas de su gobierno, una insensata intriga para coronar sobre las pampas del Río de la Plata, a un vástago de Carlos IV, el socio de Rivadavia era el hijo del conde Cabarrus el cual pertenecía al círculo íntimo Carlos IV y Godoy.

  De este modo, Rivadavia lograría neutralizar la hostilidad de Europa hacia las colonias en rebelión y obtener el libre comercio con Inglaterra, la política inglesa buscaba establecer una monarquía en Buenos Aires, cesar la guerra con España y obtener las concesiones comerciales, toda negociación  fracaso con la derrota de Napoleón, Fernando se instaló de nuevo en Madrid, Rivadavia obtuvo un salvo conducto para viajar a Madrid  y arrojarse a los pies de Fernando VII, dicho rey vivía rodeado de una crápula de toreros y chulos .

  Entre Rivadavia y Ceballos, ministro de Fernando, hubo un gran intercambio de notas en las que se notaba el desprecio del ministro por el americano lacayano, la que constituye una página poco conocida de la historia latinoamericana, en la que se muestra como Rivadavia acataba a Fernando y como este individuo fue elevado por la oligarquía como uno de los fundadores de la patria. Ceballos ordenó la expulsión de Rivadavia de España, ahorrándole el ser enviado a los presidios españoles en África.

  Este personaje era conocido como dios de los importadores ingleses, enemigo de San Martin y de Bolívar, también como el encargado de entregar la Banda Oriental a la independencia inglesa y que recibió el triunfo de Ayacucho de forma perturbadora.

  El cónsul norteamericano en Buenos Aires, escribía a su secretario de estado, contándole sobre los festejos dados en las calles porteñas y expresaba también el cómo algunas personas de rangos altos tomaron la noticia de una forma equivocada por el miedo al cambio de la opinión pública, hubo una gran campaña de la prensa porteña contra Bolívar en el Argos y El Nacional, papeles oficiales del partido rivadaviano, mientras Buenos Aires celebraba los ingleses se ocupaban de firmar el tratado de amistad y comercio con Gran Bretaña .

  San Martin, por otra parte, había abandonado el país con riesgo de su vida, vencido por Buenos Aires era un proscripto en Europa, la antipatía de Rivadavia hacia San Martin no era menor a la que tenía por Bolívar.

  Su ostensible reciprocidad, escribe a Adams en una carta particular es una burla cruel de la absoluta falta de recursos de estas provincias y un golpe de muerte a sus futuras esperanzas de cualquier tonelaje marítimo.

  Gran Bretaña empieza por estipular que sus dos y medio millones de tonelaje, gozaran de todos los privilegios en material de importación, exportación o cualquier otra actividad comercial de que disfruten los barcos de construcción nacional. El comercio libre inaugurado por la revolución de mayo y confirmado por este tratado permitía la llegada a buenos aires, como al Brasil de artículos inverosímiles de origen británico como patines de hielo, por ejemplo.

  Los propios norteamericanos, ocupan el mismo lugar y practican la misma política que los Canning del siglo XX.

  La sombra de Bolívar se agigantaba, en los periódicos de buenos aires se comenzaba a criticar cada vez con más espereza al libertador. La prensa chilena criticaba a bolívar con idéntica desconfianza que sus colegas del Rio de la Plata, en el 1824 advertían que el día que Bolívar quisiese adoptar un sistema monárquico sería el último de su poder y gloria.

  La estrategia porteña buscaba crear una frontera y que sucre y bolívar terminasen a su costo la independencia. Tal era la posición nacional la que así mismo sostendrá a bolívar pero que rechazaba la mayoría rivadaviana del congreso nacional y el propio poder ejecutivo. En ese momento llega la noticia de que Olañeta ha muerto a manos de sus propios partidarios.

  El Deán Funes, agente diplomático le escribe a Mosquera, ministro de relaciones exteriores de Bolívar. Escribe que la causa de nuestra independencia ha de venir terminada de la Europa, también escribe que no encuentra donde fijar el pie, si no es el consuelo de su libertador y que nada fían de los ingleses. El General O’Leary le contesta a Deán: que la tendencia invariable de la burguesía porteña era reducir en todo lo posible del área territorial, conservar el puerto y la aduana en sus manos y librar a su suerte a las provincias mediterráneas que carecían de productos exportables, así el Alto Perú se volvía una carga irritante para los porteños.

  Hasta la creación del virreinato del Rio de la Plata de 1776, el alto Perú estuvo políticamente subordinado al virreinato con sede en Lima. La economía altoperuana hasta la fecha esta interrelacionada tanto con el bajo Perú como las provincias del litoral. El comercio de Muías de la minería altoperuana adquiere una alta importancia económica. Las Muías invernaban en los potreros de Córdoba y pasaban por otros seis meses a Salta. Este comercio vitalizaba los vecindarios de las numerosas poblaciones que intervenían en su tránsito, fueran abastecedores de troperos postas o intermediarios. Jujuy abastecía el Alto Perú con su ganado vacuno. Pero la minería era la principal fuente de recursos del Alto Perú. La explotación técnica de las minas a lo largo de tres siglos, determino una decadencia en la prosperidad del Alto Perú.

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