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Historia franciscana


Enviado por   •  12 de Julio de 2020  •  Trabajos  •  2.155 Palabras (9 Páginas)  •  116 Visitas

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Relatoría de San Francisco de Asís  

Profesor: Fr. José Octavio Ramírez

Materia: Franciscanismo

Presentado por: Cristian David Ruiz Angel

Para iniciar durante el semestre del noviciado en la materia de franciscanismo, se estudió, se analizó y  se comprendió la base fundamental del pensamiento de San Francisco de Asís para con la Orden de penitencia y al mismo tiempo como se desarrollaba el querer del fundador en la misión  para sus hermanos en la  fraternidad. Es muy importante tener en cuenta que para el Serafín de Asís en su corazón lleva impregnado el ejemplo del crucifijo para ir en pos de los más necesitados como lo son los leprosos de su tiempo. En consiguiente para entender nuestra forma de vida en la congragación religiosa, en la orden tercera y de forma especial la orden Capuchina de nuestro Padre Fundador Luis Amigó, es básico entrar en contacto con la historia y los diferentes acontecimientos que definen la familia franciscana.

Francisco nacido en la ciudad de Asís, entre los años 1182, en un hogar donde contó con ciertas comodidades, pues su padre, Pedro Bernardone (francés, mercader de telas finas) muy reconocido y su madre Madona Pica (Ama de casa) su familia gozaban de buena vida ya que pertenecían a la clase social, “la burguesía”. La educación que recibió en su niñez vino principalmente de su madre, quien de él estaba muy pendiente para que fuese siempre un buen hombre, fue su formadora espiritual.  En su juventud era amigo de la fiesta, músico y poeta, con frecuencia se divertía entre amigos y no fue tan aplicado para el estudio o para colaborar con los negocios de su padre.

En tiempos de conflicto entre las ciudades de Perugia y Asís, con tan solo 20 años intentó ser soldado, incluso comprando una gran armadura y un hermoso caballo, que tiempo después regalaría a otro guerrero que por su pobreza no podía adquirir arma alguna, fue hecho prisionero y estuvo encarcelado un año, después de recobrar la libertad, persistió en la idea de incorporarse al ejercito pero cayó enfermo, y en medio de sus quebrantos creyó escuchar una voz que le decía “ Por qué Francisco, dedicarse a servir a los jornaleros, en vez de consagrarse a servir al Señor?”. 

Ese sería el punto de partida para que el santo de Asís, encontrara su vocación de servicio en favor de los pobres, los enfermos y los débiles; se acercaba a los leprosos, como nadie más lo hacía en su época, y venciendo la repugnancia que provocaban sus heridas, les curaba, besaba y animaba, su fervor por los pobres lo llevó a desprenderse de todo, incluso de su vestidura. 

Con sus propias manos y acudiendo a la caridad de las personas que en ocasiones hasta se burlaban de Él, ayudó en la reconstrucción del templo de San Damián, pero como el dinero no era suficiente, regresó a casa, vendió su caballo, y varias telas del almacén de su padre, para entregarle el dinero al sacerdote de esa pobre parroquia. 

Esto le costó el disgusto de su padre que lo sometió a un juicio, para que le devuelva el valor de la mercancía perdida, el obispo de Asís, fue el juez, quien escuchó los argumentos de Francisco, y después de que este se despojara de sus ropas, únicas pertenencias que le quedaban para devolverle algo a su padre; le pidió a un campesino que le regalara un vestido de tela, algo ordinario, sencillo, que en adelante sería la túnica con la que se le conoció.

Entonces Francisco, recorría las calles de la ciudad pidiendo ayudas para reconstruir el templo de San Damián, siendo a veces objeto de burlas y en otras de admiración y respeto. Gracias a los padres benedictinos, Francisco fija su residencia en una pequeña finca llamada “La Porciúncula”, donde inició poco a poco a formar su comunidad, la cual tiene 3 pilares fundamentales: La pobreza, la Evangelización, partiendo del amor y la paz. Teniendo como centralidad a Jesucristo; Francisco, aceptó la misión de recorrer campos y ciudades llevando la buena nueva y trabajando incansablemente por los pobres, su ejemplo de vida, su amor por la naturaleza, y la paz que inspiraba, fascinaron a muchas personas, entre ellos varios jóvenes con los que más adelante y después de superar alguna oposición por parte de algunos cardenales en Roma, obtuvieron el permiso del Papa, para fundar su orden.

Según algunos relatos se cuenta que el Papa Inocencio III, tuvo una visión en sueños en donde la Iglesia corría el peligro de derrumbarse, pero dos hombres acudían en su ayuda y apoyándola sobre sus hombros evitando la caída, uno de ellos era Francisco de Asís, el otro fue Santo Domingo de Guzmán, el primero fundador de los Franciscanos, el segundo de la orden de Predicadores o Dominicos, por tanto el Papa, apoyó la constitución de estas dos comunidades que tanto bien le han hecho a la Iglesia Católica. 

Años después el mismo Francisco de Asís, junto a una joven de su misma ciudad llamada Clara, fundaría la orden de las hermanas Clarisas, que le tuvieron como guía, la pobreza, la oración y la alegría eran ingredientes de esa mágica receta que Francisco, aplicó en su vida acercándose al mundo, como el buen pastor en busca de las ovejas perdidas, Su amor por la creación de Dios, lo llevó a llamar a las cosas de la naturaleza de una manera particular, hermano sol, hermana luna, hermano lobo, son algunos ejemplos de ese respeto que profesó siempre.

Francisco, sufrió un fenómeno que también han tenido otros santos, los estigmas, las mismas llagas de Cristo, en su cuerpo. A los 44 años, un  3 de octubre del año 1226, en medio de sus compañeros y en absoluta pobreza partió a la eternidad, no sin antes recibir con alegría a la que Él llamaba “La hermana muerte”. Pues comprendía que la semilla tenía que morir para dar abundante fruto, dos años después sería declarado oficialmente Santo. Después de la aprobación del papa Inocencio III la comunidad de francisco de asís fue aumentando en número de seguidores, eran tantos los candidatos  que se les enviaban a predicar sin formación alguna, dando paso a las primeras crisis en la fraternidad y tenciones en la fidelidad, la espiritualidad ya que, algunos daban una imagen negativa de la orden, otros no estaban como tal en la comunidad en pocas palabras estaban vagando fuera de la obediencia. Con San Buenaventura una persona estudiosa, rompe el esquema y propone el estudio y la formación a los hermanos, establece la organización en provincias para evitar que los hermanos anduviesen según sus antojos, sino que todo tuviera un orden, también habla de la pobreza voluntaria es el más alto grado de perfección evangélica, predicar y enseñar el evangelio a nadie corresponde mejor que a los que la practican con fidelidad… en su generalato se encargó de unificar y entrar en comunión las ordenes franciscanas con el clero diocesano que cada uno desde su experiencia viviera en unidad, también las acción apostólica y la participación de los frailes en los diferentes lugares. Después de su muerte entran en la orden momentos de confusión del rumbo que tendrían de ahora en adelante, tanto así que se llegó a pensar sobre una división de la orden, sin embargo nace un movimiento que serían los celantes o espirituales que de hecho son hermanos que siguen al pie de la letra la regla de San Francisco, como su nombre lo indica celan y Vivian en extrema pobreza, surgieron alrededor del año 1274- 1318 con Fraticelli, en conjunto con los celantes y clarenos.

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