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Histria De Las Primeras Sociedades De Panama Y El Continente Americano.


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  8.710 Palabras (35 Páginas)  •  1.022 Visitas

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Actividad # 2

1. Haga un resumen sobre los pobladores que se encontraban a inicio en el Istmo de Panamá.

La historia indigenistas panameña tiene sus inicios en la remota Prehistoria del Continente americano, y, de acuerdo el recordado e insigne historiador panameño Moisés Chong M., la historia de Panamá no se inició en 1501, sino, en un periodo muy remoto, época de los asentamientos de los aborígenes que habitaron el Istmo de Panamá.

Recordemos que existen varias teorías acerca de la población de nuestro Continente y que más temprano, los primeros pobladores del Istmo fueron los nahuas, mayas y caribes. Este fenómeno de una invasión humana a Panamá se puede explicar por el carácter de istmo del territorio panameño, uniendo América del Norte con América del Sur, lo cual ha tenido una influencia determinante en el acaecer social, histórico y económico de la República de Panamá. Pero hay que asumir que las costumbres y el comportamiento social de estos grupos humanos, llegados al istmo panameño, han sido modificados por efecto de la cultura que se ha ido transformando ante sucesivas influencias en las costumbres y los hábitos de vida.

Con la presencia hispánica, se inicia un cruce biológico con los europeos y otros grupos del viejo continente, la situación aumenta con la presencia del negro, traído como esclavo del África y otras latitudes. Con la construcción del Ferrocarril transístmico y el Canal de Panamá, llegan oleadas de individuos y de una u otra forma, surgen tipos humanos interrelacionados.

El indígena panameño, por más que haya tratado de mantener su originalidad, no le ha sido posible conservarla. Nos llama la atención que ahora los Ngäbe-Buglé nos llamen ‘latinos’, como si ellos fueron otra cosa totalmente separada a nosotros. La cu ltura se manifiesta a través de un conjunto de modos de vida y costumbres, mediante conocimientos, desarrollo artístico, industrial, científico; situación que encontramos en todo el desarrollo histórico del Istmo de Panamá. La condición histórica como lugar de tránsito, así como las múltiples migraciones que han tenido lugar en su territorio durante toda su evolución, han hecho de éste un país verdaderamente multiétnico y plurilingüe.

Hemos sido pacientes en el conflicto con los grupos indígenas o ‘amerindios’ panameños, el Gobierno Panameño les está ofreciendo no dar concesiones mineras en su habitad ante solicitud de la dirigencia ni construir hidroeléctricas en las comarcas y zonas adyacentes. Pero, ¿hasta dónde es correcta esta decisión? ¿Qué beneficios habrá? Se debe saber que la mejor manera de conservar el agua es represándola y haciéndola productiva, al generar energía barata que necesitamos todos, lo de la minería, sería discutible. Además, no hay concesiones en el sector. Pero quieren extender sus peticiones hasta en los lugares donde haya comunidad in dígena, como si ellos fueron los únicos soberanos en todo el país.

La Comarca ‘es un terruño indígena con organización política semiautónoma bajo la jurisdicción del gobierno nacional. Aunque es, a la vez, una división geopolítica y un sistema administrativo con límites geográficos y regulaciones internas, no es independiente del Estado’.

El indígena panameño ha sido susceptible a la aculturación y motivación de extramuro, caso típico los Gunas en relación a la cultura norteamericana, e incluso, hubo el establecimiento de la República de Tule por influencia extranjera en 1925. Pero los Ngäbe-Buglé y otros grupos beligerantes, han sido llevados y hasta convencidos por la oposición, para que alteren la paz y tranquilidad del país. Para sembrar el caos, irrespetar a las autoridades gubernamentales y religiosas. Privar de libertad a la gente, cerrando una carretera internacional, destruyendo propiedades estatales y causar grandes pérdidas económicas a la empresa privada.

Hasta el momento de la llegada de los conquistadores españoles, se calcula la población de indígenas del istmo sería de entre seiscientos mil hasta un millón y medio de habitantes. Encontraron varios grandes “reinos” (cacicazgos) con su propia organización política y militar, donde una élite sacerdotal estructuraba un gobierno teocrático y representaba la nobleza. El resto de la población se dividía en nobles, militares, sacerdotes, pueblo y esclavos.

En el área hoy conocida como provincias centrales se distinguían los reyes Esquina, Urracá, Paris, Escoria, Natá y Chirú, además de otros pueblos ya extintos como los Chánguenas, Doraces y Zuríes. Sus descendientes están representados por los actuales Ngöbe-Buglé-Guaymí, que ocupan las tierras altas de Veraguas, Chiriquí y Bocas del Toro.

La cultura Guna logró establecerse durante el siglo XVI en la región de Bayano y Darién al ser diezmada la población original del área. A partir del siglo XVIII el área fue ocupada por la cultura Chocoe, aparentemente originaria del actual Departamento del Chocó en la República de Colombia. Antes del siglo XVIII, la región del Darién (actualmente parte de la República de CORAL island), estaba habitada por los kunas y no chocoes. Probablemente desde el período precolombino, los indígenas emberá habitaron la parte sudeste del Darién.

Entre 1719 y 1726, los gunas lucharon contra los colonos españoles, escondiendo a los piratas en los ríos del área durante sus ataques a los españoles. Por esa razón, en 1783 la Corona Española expidió una Real Orden para la "reducción" o "extinción" de los Gunas. Mediante “mercenarios” chocoes (armados con cerbatanas y dardos venenosos), negros y españoles, se los redujo a las cabeceras de los ríos Tuira y Chucunaque.

Es probable que los sobrevivientes de las poblaciones indígenas del istmo fueran absorbidos por otros grupos indígenas procedentes del sector Caribe, del litoral pacífico colombiano y de la Zona de Talamanca de Costa Rica. También contribuyeron a su desaparición la labor de misioneros y colonizadores españoles, así como la importación de indios esclavos de Centro y Suramérica, pues introdujeron en los siglos XVI y XVII grandes grupos humanos muy diferentes tanto lingüística como culturalmente. Todo ello generó una gran mezcla de culturas.

En cuanto a los grupos indígenas panameños es preciso señalar que tras la llegada de los españoles al Istmo en el siglo XVI, sus pobladores, integrantes de las etnias cuevas y coclé, quienes podrían ser alrededor de 1 millón de personas, fueron diezmados por la violencia de los conquistadores y las enfermedades. El exterminio de la población autóctona, que ocupaba en las épocas precolombinas, la región del Bayano y El Darién, permitió en el siglo XVI, que esa área fuera ocupada por la cultura kuna y en el siglo XVIII por la chocoe de lengua emberá y waunan, procedentes estas últimas de las regiones colombianas de Urabá y Chocó. Algunos estudiosos consideran que es posible que desde el período precolombino los emberá, habitaran la parte sudeste del Darién.

Las etnias indígenas del Istmo están constituidas en la actualidad por los siguientes grupos: bribris (inmigrantes durante el siglo XX), ngobe (guaymí) buglés (bokota), tules (kunas), waunan-emberá (chocóes) y teribe (nasos). Según estudios genéticos y lingüísticos estos grupos contemporáneos, tienen un parentesco cercano con los pobladores originales del Istmo, los cuevas y los coclé, por ende es inapropiado estimar que los grupos indígenas actuales, son "recién llegados". Es más correcto considerar que la presencia de éstos, obedece a una interacción regional, entre moradores autóctonos de Centroamérica, el Caribe, Panamá y Colombia. Como hemos destacado existen pruebas fehacientes que indican que la presencia del hombre en Panamá es muy antigua.

Según el Dr. Richard Cooke del Instituto Smithsoniano de Investigaciones Tropicales, las primeras evidencias de grupos humanos en Panamá se remontan aproximadamente a unos 11,000 años atrás. De esta época se han encontrado herramientas de piedra, como puntas de lanzas, raspadores, cuchillos para matar, desollar y descuartizar mamíferos ya extintos. Dichos instrumentos han sido localizados en el lago Alajuela, en la provincia de Colón y en Sarigua, en la provincia de Herrera. Por su parte Omar Jaén Suárez, indica que cuando los españoles arribaron al Istmo de Panamá (1501), encuentran un país que tenía entre 120 y 200 siglos de presencia humana continua.

Conviene destacar que la existencia del hombre en Panamá, es un hecho verdaderamente antiguo, si consideramos que los expertos señalan que los primeros grupos humanos aparecieron en el continente americano después del último período glacial, hace 14 mil años, procedentes del Asia a través del estrecho de Bering.

Otra teoría ubica al hombre americano como procedente de la Polinesia, lo cual cree haber confirmado el antropólogo y etnólogo noruego Thor Heyerdahl, con la expedición que realizó en 1947, en la balsa Kon Tiki, en compañía de 6 personas. Se trataba de una precaria embarcación construida con materiales primitivos con la que realizó la travesía en sentido inverso 101 días, desde el Perú hasta Tuamotu en la Polinesia.

Según el ya citado Richard Cooke, excavaciones realizadas en la laguna de La Yeguada, la cual surgió de la erupción de un volcán, revelan que el área próxima a la laguna estuvo muy poblada, que los moradores del área deforestaron las tierras para realizar sus cultivos. Después de la conquista desaparecieron los aborígenes del lugar y volvió a crecer la vegetación. La Yeguada está ubicada en la provincia de Veraguas.

Entre los años 4,000 a 2,000 AC, se registra el tercer período prehistórico panameño. En ese lapso hace su aparición lo que se conoce como la Cultura de Monagrillo. Hallazgos arqueológicos en el área permiten aseverar que la citada cultura floreció en el año 2130 AC, lo que indica que esta es una de las culturas más antiguas de América.

El abogado y literato panameño, Sergio Pérez Saavedra, en su obra "Monagrillo Tierra Mía", citando a autoridades en los campos de la Historia, Etnología y Arqueología, señala que las tierras de Monagrillo fueron de las primeras en el Istmo en ser pobladas; los habitantes originales de esos lares son denominados "concheros" debido a su modo de vida, caracterizado por la búsqueda de conchas en las playas, para su alimentación. Entre los años 4,869-4,853 AC, según pruebas realizadas de carbono radioactivo, estos indígenas utilizaban instrumentos de piedra y hueso.

Un producto básico de la alimentación en los pobladores del Istmo en la época precolombina era el maíz, grano que había sido aclimatado en México y luego se extendió por América Central.

2. Hable sobre las primeras sociedades recolectores tribales y cazadoras que habitan en el continente Americano.

Cazadores y recolectores:

Los primeros pobladores de América encontraron un continente rico en animales de caza. Algunos de ellos, al igual que el hombre, emigraron de Asia. Otros animales son originarios de América.

Los primeros americanos cazaban caribúes, mamuts, bisontes y caballos. Del caribú, por ejemplo, podían extraer carne, grasa para preprarar comida, cueros para hacer vestidos, material para fabricar hilos y muchos otros instrumentos.

Atrapaban aves acuáticas si vivían en la costa y aves llamadas lagópodos que cambiaban el color de su plumaje de acuerdo con las estaciones del año. También se alimentaban de moluscos y peces, leones marinos, huevos de aves e incluso, en tiempos difíciles, de insectos. Complementaban su dieta con raíces de arbustos, nueces y frutas silvestres. Vivían una vida muy difícil porque no siempre tenían éxito en sus cacerías o porque el hielo del norte de América impedía el crecimiento de muchas plantas.

Sin embargo, cuando les iba bien en sus cacerías, organizaban fiestas en las que danzaban durante toda la noche alrededor del fuego y ante los restos de los animales cazados.

La cacería, por ejemplo del bisonte, era un asunto complejo que requería del trabajo conjunto de muchos hombres. Los primeros cazadores, en vista de la limitación de sus armas, idearon estrategias muy inteligentes para cazar una sola vez varias decenas de bisontes. Creando una manada y dejando únicamente vía libre hacia una barranca los cazadores, dando fuertes gritos, se abalanzaban hacia la manada para asustarla y obligar a los animales a precipitarse en el vacío. Los primeros bisontes que caían eran aplastados por el peso de los que venían después; a los que todavía quedaban con vida se les remataba con lanzas. Finalmente, se quitaba la piel a los animales y se les destazaba.

En otras palabras, estos lejanos antecesores de los actuales americanos eran, sobre todo, cazadores y recolectores de plantas silvestres. Faltaba mucho todavía para que conociesen el cultivo intencional de plantas alimenticias, es decir, desconocían la agricultura. Y tenían, que perseguir a los animales en vista de que nada sabían aún de la crianza de éstos, pues no habían desarrollado la ganadería.

Nacimiento de la agricultura

La forma en que vivían los primeros pobladores de América los obligaba a desplazarse continuamente de un lugar a otro. Eran nómadas y seguían a las manadas de animales y a las aves que, cuando comenzaba el invierno en el norte, emigraban hacia el sur, en busca de sitios más templados. Fue así como los seres humanos se fueron internando en América encontrando climas mucho más favorables.

Como ya era tan apremiante protegerse del frío, y dado que en climas templados crecían muchas más plantas que en el norte, los hombres pudieron permanecer por periodos más prolongados en un solo lugar. Ahí, sin duda, observaron que cerca de los ríos las plantas crecen con mayor facilidad que en suelos secos. Y lo más importante de todo es que pudieron observar el desarrollo de plantas maduras, con sus flores, sus frutos y granos alimenticios.

Debido a que sus necesidades básicas estaban satisfechas por las condiciones climáticas en que ahora vivían, los primitivos americanos tuvieron la oportunidad de observar fenómenos naturales con mayor detenimiento. Probablemente, el tiempo libre del cual disponían con su nuevo ritmo de vida les permitió observar cómo una semilla, al caer en la tierra, germinaba, y cómo con el paso del tiempo podía convertirse en una planta de la cual surgían los frutos necesarios para su alimentación. Es probable que realizaran intencionalmente el experimento que la propia naturaleza les había mostrado. Quizá de este modo haya surgido la agricultura, actividad que requiere el trabajo conjunto de muchas personas y que modificaría radicalmente su forma de vida y de relacionarse con la naturaleza y con otros grupos humanos.

En estas nuevas circunstancias, parecía adecuado atrapar vivos algunos animales en lugar de matarlos durante la cacería, a fin de criarlos, con lo que el hombre resultó grandemente beneficiado, porque podía aprovechar la leche, el pelaje o la carne fresca de los animales que criaba.

Una de las consecuencias inmediatas del desarrollo de la agricultura fue el sedentarismo, es decir, el establecimiento del hombre en lugares fijos. De este modo, los antiguos habitantes de América construían poblados cada vez más complejos.

El cultivo del maíz es la base de la grandeza alcanzada por las culturas americanas. Era tal su importancia que se le atribuía un origen divino.

Consecuencia importante del sedentarismo fue sin duda, la domesticación de animales, inicio de la ganadería.

A partir de este momento, los hombres se quedaron a vivir cerca de sus sembradíos; es decir, se volvieron sedentarios. Ésta fue la primera consecuencia del desarrollo de la agricultura. En su anterior vida nómada, no necesitaban de casas duraderas, pero ya como agricultores construyeron habitaciones mejor elaboradas, lo cual motivó el surgimiento de poblados cada vez más grandes y complejos.

Con el paso del tiempo y conforme se presentaban nuevas necesidades en estas comunidades, los hombres se vieron en la necesidad de dedicarse a múltiples actividades. Unos cultivaban y cosechaban, otros cuidaban a los animales, otros más continuaban cazando.

Los conflictos entre hombres nómadas y hombres sedentarios fueron desapareciendo de forma gradual. Cada vez más personas se asentaban en lugares fijos para vivir y trabajar. Esto se debe a que la vida sedentaria ofrecía mayores comodidades a los seres humanos porque les resultaba más fácil satisfacer sus necesidades de alimentación y vivienda, entre otras.

También cambiaron las formas de trabajo. Aunque muchos hombres tuvieran que salir a cazar todavía, algunos preferían cultivar ayudados por las mujeres. Los niños recogían frutas del campo o cuidaban los rebaños, es decir, los grupos de animales que habían domesticado.

La piña y el plátano, originarios de América, al igual que el jitomate, el aguacate, la calabaza, el chile y, desde luego, el maíz.

Poco a poco fue desarrollándose una mayor especialización en el trabajo: los pescadores intercambiaban sus productos con los agricultores, los artesanos fabricaban vasijas de fibras vegetales tejidas; había quien trabajaba la madera o quien conocía las propiedades de plantas curativas y se dedicaba a sanar a los enfermos; otros observaban el cielo y sabían cuándo era adecuado sembrar o cultivar; pero también sucedía que algunos hombres se ejercitaban en la guerra porque otros grupos humanos, aún nómadas, acostumbraban saquear los poblados de los agricultores y pescadores.

En otras palabras, cada quien dentro de la comunidad tenía responsabilidades específicas que cumplir, pero el cumplimiento de estas tareas se realizaba de un modo organizado. Así aprendieron los seres humanos que resulta ventajoso vivir en sociedad y que, dentro de todo grupo humano, grande o pequeño, todos tenemos tareas que realizar.

La historia andina ha sido estudiada mayoritariamente por historiadores y los arqueólogos de modo que la ciencia arqueológica estudias las culturas que no han dejado algún tipo de tipo de escritura, sino que restos de materias utilizadas por el hombre. Los restos materiales generalmente se refieren a las piezas líticas (piedras), cerámicas, metalúrgicas, construcciones, pinturas, tejidos, etc. Estos restos son estudiados con métodos científicos, sin embargo, la historia del mundo andino se comienza a rescribir a partir de evidencias históricas, antropológicas, etnográficas y lingüísticas, estos nos lleva el día de hoy, ha conocer aspectos ocultos y desconocidos de la historia de los Andes, podríamos decir, que nos encontramos en un nuevo horizonte de cómo escribir la historia, que va más allá del enigma y el misterio, si no de acontecimientos vividos que algunos llamaron mitos o leyendas y que hoy se comienzan a mostrar como hechos concretos en el pasado milenario del mundo andino.

Esta parte del texto ha sido elaborado a partir de los trabajos y escritos de cronistas, historiadores y arqueólogos de origen chilenos, americanos y europeos que se han dedicado a buscar indagar en la historia andina, basándose como hemos dicho anteriormente en las evidencias arqueológicas e históricas dejadas por los primeros españoles. Sin embargo, he querido incorporar algunos elementos nuevos de como ver la historia, es decir, verla desde la lógica y racionalidad de los Andes y sus pueblos, pues sólo ahí encontraremos esta la herencia de la oralidad y los sentimientos de cómo vemos nuestro pasado, verla historia desde los ojos de los Andes es un enorme desafió, que llevara tal vez a cometer errores, pero estos nacen a partir de las imprecisiones producto de que gran parte de la historia y conocimiento andino fue destruido durante la conquista española y principalmente durante el gobierno del Virrey Francisco Toledo en 1570 quien manda a reescribir la historia de los Andes para beneficiar a los Españoles.

El explorar en la historia de los pueblos andinos y en especial la Aymara no es un tema sencillo, pues para llegar a ello debemos conocer primero cuales son los Orígenes del pueblo Aymara y para eso es necesario remontarnos a los inicios del tiempo en los Andes. El historiador y arqueólogo Lautaro Núñez[1] (1989) nos dejó las siguientes preguntas para la reflexión: ¿Quiénes fueron los primeros hombres que pisaron el suelo americano y cómo eran las características del Continente en esos remotos días?, el responder a éstas preguntas, no es fácil y por ello, puede tener diversas respuestas. Durante muchos años ha existido discrepancia sobre el origen del hombre en América, pues se ha dicho que proviene de una de las tribus perdidas de Israel, que son descendientes de los sobrevivientes de la mitológica isla de la Atlántida ó que los hombres americanos son descendientes de civilizaciones extraterrestres, esto se dice por los gigantescos monumentos que existen en México y Perú. Hay más teorías de la existencia del hombre en América, pero la más aceptada por los científicos, es que hace miles de años (40.000 a 20.000 años A.C.) durante la era del Hielo (glaciación), se congelo el polo norte y el polo sur más allá de lo normal permitiendo que se uniera el Continente Asiático con América con un puente de hielo. Esta unión de los dos Continentes ocurrió en el sector del Estrecho de Bering, por donde pasaron hombres y mujeres en busca de nuevos territorios de cacería, es un periodo en el cual el hombre vive sólo de la cacería y recolección de vegetales y como había una era del hielo éstos eran más escasos en todo el planeta.

Esos hombres y mujeres eran cazadores y recolectores de vegetales, teniendo una vida en permanente nomadismo (movimiento de los grupos humanos, pues no tenían un lugar fijo donde vivir). En ese tiempo el “territorio árido de (Arica - Copiapó) aun cuando ya regía un régimen desértico, el clima era más húmedo, con mayor lluvia y cubierta vegetal conformando ricos valles y paisajes lacustres4 (lagos)”. En ese tiempo los valles y quebradas eran más húmedas, formando bosques, praderas y lagos en otros lados, donde vivían grandes manadas de animales herbívoros que hoy ya no existen. Estos animales eran los mastodontes o elefante americano, el ciervo de los pantanos, la paleo lamas (ancestros de las llamas), el caballo americano y carnívoros como el tigre dientes de sables entre otros muchos animales.

La forma de vida de esos primeros habitantes de la región andina, no fue fácil, pues ésta región si bien contaba con un forma de clima más cálido y húmedo en los valles y quebradas, en la zona del altiplano era más fría que el día de hoy. Hace 14.000 años atrás el hombre debió convivir con esos grandes animales en diversas zonas como Tojotojone ó Patapatane. En zonas como Putre y Tignamar habían grandes manadas de animales y que en ese tiempo el Taapacá poseía hielos eternos y no existían las quebradas que hoy rodeaban Putre, los cuales sólo aparecerán con el derretimiento de los hielos en la cordillera miles de años después.

Hace 12.000 años atrás el clima húmedo y cálido en la costa y los valles, comenzó a desaparecer y la región fue más seca y árida. Serán éstos cambios de clima en el continente americano y el planeta que traerán consigo la extinción y desaparición de los grandes mamíferos.

LOS ANTIGUOS CAZADORES ANDINOS DE LA PUNA Y COSTA.

Este período de tiempo podemos dividirlo en dos etapas, pues la tradición cultural de éstos cazadores, será diferente en la cordillera y la costa, por ello hablaremos de los cazadores de la puna y los cazadores de la costa.

Los Antiguos Cazadores Andinos de la Puna o Cordillera.

En la zona andina de la pre cordillera y el altiplano existe un mayor grado de aridez y sequedad, los hielos eternos de los Payachatas, Tarapacá y otras montañas y volcanes comienzan a derretirse y convertirse en las zonas que hoy conocemos. Sin duda, a pesar de éste cambio de clima y temperatura esta zona seguía como un territorio más frío que hoy en día. Es una época en la cual los grandes animales como el caballo americano y los ciervos están desapareciendo y comienzan a aparecer animales que son más pequeños pero que se han adaptado a estos cambios de clima en la puna, los valles y quebradas. Estos animales serán las Vicuñas, Guanacos, Tarucas, Llamas y Alpacas, estos dos últimos estarán en estado salvaje hasta miles de años después.

Los hombres andinos de ese tiempo vivirán de la cacería de guanacos, vicuñas, viscachas, y recolección de vegetales. Existen evidencias arqueológicas de esos cazadores andinos en Tojotojone, Piñuta y Puxuma en la actual comuna de Putre entre los años 6.000 al 4.000 años antes del nacimiento de Cristo, es una época en la cual las armas de caza son más pequeñas y mejor elaboradas, pues ya no eran necesaria las grandes armas de piedra y hueso, ya no habían los grandes animales. Es una etapa que requiere una mayor especialización en la cacería y recolección de vegetales pues la nueva fauna es más veloz y pequeña y los vegetales escasean más, podemos decir que es una etapa de invención e innovación porque el hombre andino no sólo ésta inventando nuevas armas sino que también está creando y expresando sus creencias religiosas. Se asocia a este período el surgimiento del arte rupestre en diversas zonas de Parinacota, el arqueólogo Calogero Santoro en 1989, nos dice sobre el sector de Akenasa en las cercanías de Cosapilla que “destaca un bloque de piedra asociado a la fecha señalada (4.000 años antes de Cristo) con un diseño de tres figuras humanas con hileras similares a la de Piñuta. El desarrollo de estas expresiones, posiblemente de tipo religioso, mostraría parte de la complejidad de éstas sociedades de cazadores en la puna”.

Entre los años 9.000 al 4.000 antes de cristo existe una fuerte presencia del cazador andino, sobre todo en la puna o altiplano, zona en la cual existen mejores zonas de cacería a diferencia de la pre cordillera donde las condiciones eran más difíciles. La zona del altiplano posee en éste período campamentos de cazadores más estables o semipermanentes, Calogero Santoro agrega, “se podría sugerir que presiones demográficas habían llevado a los cazadores a ocupar territorios de la sierra, cuando las praderas de la puna, donde se encuentra las mejores zonas de caza, estaban sobre explotadas o sobre pobladas”. Se puede decir, que al estar sobrepoblada las distintas zonas de cacería, el hombre andino debió mejorar sus técnicas y herramientas de cacería para ocupar las zonas de la pre cordillera, que por su forma y geografía le hacía más difícil su sobrevivencia debiendo entonces iniciar la adaptación de su forma de vida, entre ellas, debe haber estado la religiosidad, el arte y una forma de organización social más ordenada.

. Los antiguos cazadores andinos de la costa.

Existen diversas posiciones acerca de cómo llegó el hombre a las costas de Arica, Pisagua e Iquique, por un lado algunos dicen que son los hombres del altiplano quienes bajaron por valles y quebradas y se asentaron luego en la costa. Por otro lado, el historiador tacneño Luis Cavagnaro nos dice que el hombre de la costa, llego primero a las orillas del mar desde el norte y después colonizó valles, quebradas y altiplano. Si bien, ambas teóricas son opuestas creo que ambas son válidas y porque el hombre andino por esencia siempre a buscado conocer los desconocido y lo que está más allá de sus propia mirada.

La zona costera de Arica a Pisagua, se caracteriza por tener un clima cálido y húmedo, de valles fértiles, con abundancia de árboles, arbustos y hierbas de tipo tropical. En esta etapa la costa es ocupada por cazadores y recolectores que se dedican a la cacería de lobos marinos, ballenas, recolección de mariscos (locos, lapas, machas, almejas, erizos, etc.) y vegetales en las desembocaduras de los ríos de Arica y quebradas como Chaca, Camarones o Tiliviche. Las herramientas de los cazadores de la costa eran anzuelos, cuchillos, dardos, arpones y otros utensilios de piedra y huesos. Gustavo Espinosa (2000) nos dice: “entre el 9.000 a 3.000 años antes del presente, las poblaciones costeras mejoraron sus tecnologías para explotar una amplia gama de recursos marítimos. A partir de los 6.000 A.P. las desembocaduras de los valles de Arica fueron focos importantes de actividad y ocupación humana permanente”. Es decir, que a diferencia de la sierra y altiplano donde, los cazadores viven en campamentos semipermanentes, en la costa los cazadores se han establecido de forma permanente. “Las poblaciones costeras desarrollaron una serie de instrumentos como anzuelos hechos de conchas del Choro Zapato, que actualmente está extinto en la zona, de espinas de cactus y de huesos, lo que les permitió pescar una rica y variada lista de peces, muchos de los cuales son muy cotizados hoy en día, como la corvina, congrio, acha, entre otros cita del manual del circuito arqueológico Sarañ Puriña(2000).”.

La dieta de los pobladores costeros era muy rica en proteínas, donde no sólo se cazaba lobos marinos o se recolectaba mariscos y peces, sino que esta incluía raíces de totora, aves marinas, camarones de río y entre otros. Al igual que los cazadores de la puna, donde se desarrollaba el arte rupestre y la religiosidad, también se realizaba el cuidado de sus muertos, los cuales, eran enterrados en zonas de difícil acceso. En la costa se comienza la tradición funeraria y de culto a sus muertos, es decir, se comienza a realizar la preparación de las momias que hoy llamamos la cultura Chinchorro ó momias Chinchorro. Estas momias son una tradición y costumbre que se realizó hace unos 8.000 años antes del nacimiento de Cristo, con la finalidad de unir el mundo de los vivos con el mundo de los muertos de los cazadores de la costa. Las momias Chinchorro se han encontrado en zonas como caleta Camarones, morro de Arica, playa Chinchorro, sector de Quiane (sector de las pesqueras) o sectores remotos como Pisagua. Estas momias se preparaban de una forma compleja de elaboración y tratamiento que consistía en sacar del cuerpo del difunto, todas las partes blandas como los órganos y la carne, es decir, que sólo se dejaba la piel y los huesos y sólo entonces el cuerpo era rellenado con arcilla (greda) y ramas de vegetales que algunos casos reemplazaba a los huesos para luego cocerlos y depositarlos en los primeros cementerios de la historia de Arica. Es importante decir que en estos cementerios se ha encontrado una cantidad importante de niños más que de adultos, lo que nos dice es que la probabilidad de vida era escasa, producto de las enfermedades y tal vez la falta de agua dulce en forma permanente o que ésta muchas veces estuviera contaminada. Podemos decir, que hacia el año 5.000 A.C., en el mundo andino, el clima cambia nuevamente, colocándose más árido en la costa y el altiplano, siendo entonces más difíciles las condiciones de vida para los cazadores.

3. LAS VISPERAS DE LA AGRICULTURA Y LA GANADERIA (5.000 AL 1.000 A.C.)

Los cazadores y recolectores de la puna y la costa lograron proveerse de alimentos y víveres a través de la cacería, la pesca, recolección de mariscos, plantas y frutos silvestres, pero gradualmente fueron observando que el clima que conocían estaba cambiando y sus alimentos comenzaban a escasear y será entonces que comprenderán la importancia de producir sus propios alimentos. Será en éste periodo en el cual el hombre andino ya había observado el ciclo de vida de las plantas y animales para intentar controlarlos o domesticarlos. En ésta etapa el hombre andino pasó de ser un cazador de tarucas y guanacos, a un horticultor de vegetales, estos logros ocurrieron unos 4.000 antes del nacimiento de Cristo, pero, es posible que se haya iniciado tal vez mucho antes, cerca del 4.000 A.C. El mundo andino ya había comenzado a vivir transformaciones profundas en algunas zonas más que en otras, se puede decir, que hay una etapa en la cual el cazador andino convivió con los primeros agricultores compartiendo territorios definidos, no es extraño entonces que mientras en los valles costeros y pre cordillera, se comience a experimentar e inventar la agricultura, en zonas de la costa de Arica y altiplano todavía viven cazadores. ¿Por qué el hombre andino pasó de ser un cazador a agricultor?, ¿Cuáles fueron éstos cambios previos para ser un agricultor?

El hombre andino comenzó a ajustar su forma de vida y en especial porque los recursos naturales de cuales dependía, no eran los mismos y por ello comenzó a conocer otros alimentos que les permitiesen subsistir y por lo tanto comenzaron a adaptarse a su nueva realidad. El inicio de la producción artificial de los alimentos, ya sea, este cultivado o criado fue uno de los logro más relevantes, porque no sólo sustenta a la población ó diversificó la producción de bienes, sino que la propia conducta del hombre andino se enriqueció al existir tiempo para crear e inventar nuevas tecnologías, como también aumento la esperanza de vida de cada uno de las personas al existir una mejor cantidad y calidad de alimentos. La existencia de una mayor abundancia de alimentos no solo trajo consigo la innovación en su capacidad de crear e inventar, sino que también trajo con ella, una nueva forma de organización social, podemos decir entonces, que será en esta etapa en que la vida de forma comunitaria será aparecida a la que conocemos en la actualidad. Esto significo, también, que la forma de vida del cazador cambia, pues deja de ser una sociedad que vive en movimiento, pues en esta nueva forma de vida ha comenzado a conformar aldeas estables, como los pueblos del día de hoy. Es una etapa donde comienzan a surgir nuevos valores, como las obligaciones sociales, la armonía étnica y el énfasis ceremonial que sirvió para dar una mayor unión y cohesión comunitaria. El paso de ser un cazador a agricultor, no debe haber sido una empresa fácil de realizar, pues debió haberse desarrollado durante un largo período de éxitos y fracasos. El desarrollar la agricultura en sierras, del tipo de suelos, climas, semillas yaguas en la región andina. No sabemos con exactitud en que sector de la región andina se inventó y creó la agricultura, pero se cree que fue en algún lugar Cercano al Lago Titicaca o en lo Valles Serranos del Perú, lo que si apreciamos es que en cada región, valle y quebrada fue distinto el proceso pues cada zona tiene su forma particular y única de ser. El Maíz y la Quinua son los primeros cultivos encontrados en las excavaciones realizadas en Tiliviche, en las cercanías de la Quebrada de Camiña y en Caserones en la Quebrada de Tarapacá. Otros cultivos encontrados en las aldeas de Achá en las faldas del cerro Sombrero, son las calabazas y zapallos. LaMandioca, camote y el zapallo son encontrados en Camarones por los años 1.640 al 1.110 A.C. De la domesticación de la Llama y Alpaca no se sabe exactamente donde comenzó, lo que sí se puede asegurar que fue una empresa tan difícil como inventar la agricultura. Suponemos que fue una experiencia llena de dificultades y fracasos, pues existen evidencia arqueológica en el altiplano de Parinacota y San Pedro de Atacama que indica que hace unos 4.000 años existió muertes masivas de fetos de llama y crías de llama. En el sector de Wankarani en las cercanías de Oruro en Bolivia se han encontrado evidencias de una cultura antigua que elaboraba estatuas y tallados de piedra de llamas. No se sabe que técnica de domesticación pudo haberse empleado, pues pudiese haberse capturado a los líderes o machos dominantes de las manadas o haber capturado a las pequeñas crías recién nacidas cuando estas se acercaban a los arroyos y vertientes a tomar agua.

“Es una etapa de grandes progresos y en especial que será a partir de este hecho que se comenzará a desarrollar una ciencia y tecnología del manejode las llamas y alpacas, que hoy conoceremos como el calendario de manejo de la Llama y Alpaca. Se debe recordar que para ésta época los camélidos son esenciales para la vida y sobrevivencia de las primeras aldeas alto andinas, pues la Llama y Alpaca no sólo proveerán la carne, sino también abrigo y combustible (guano) para el diario vivir”.

Otro de los animales domesticados en la región andina fueron los cuyes, las evidencias arqueológicas encontradas Los primeros pobladores (20.000 al 9.000 A.C.), Lautaro Núñez (1989). Nos hacen pensar que los cuyes fueron domesticados mucho antes que la llama y alpaca “en el caso de Tiliviche (cercanías de Camiña) el consumo de cuyes se intensificó entre el 4.955 al 1.830 A.C. como una dieta rica en proteínas, sólo algo más baja que la carne de llama”, siendo el cuye un mamífero de rápida reproducción y fuente segura de proteínas. Al finalizar este período, los hombres andinos han domesticado los camélidos (llamas y alpacas) o desarrollado la agricultura, han conformado comunidades estables y aldeas, un ejemplo de este desarrollo será la construcción de las primeras pirámides del planeta en la costa norte del Perú. Se desarrollo en esta etapa en la región de Tarapacá una cerámica rústica, los primeros textiles y surgimiento primitivo de la metalurgia y la conformación de una organización más ordenada y especializada, es decir, las labores de artesano, soldados, sacerdotes, agricultores y elite étnica, está más definida y clara.[1] Los primeros pobladores (20.000 al 9.000 A.C.), Lautaro Núñez (1989).

3. Diga cómo estaba compuesta la organización social, política, económica y religiosas de las primeras sociedades americanas.

Organización social:

Recolectar era actividad individual. El riesgo diario es en general bajo. La caza individual era común, pero la caza en grupo era quizá más importante en términos de contribución en el abastecimiento alimentario. Las batidas de liebres eran batidas impresionantes que requerían la coordinación de grupos bastante grandes. Con menos frecuencia (quizás una sola vez cada 12 años) se organizaban batida de antílopes.

La distribución y organización de los grupos estaban adaptadas a los patrones medioambientales y corresponden a problemas de obtención de recursos. El movimiento anual de la población respondía al ciclo estacional de la disponibilidad de recursos. La verticalidad del medio y la estacionalidad conducían a un movimiento muy definido, llamado a menudo migración estacional.

Así, la mayor parte del año se movían como unidades familiares individuales (padre, madre, hijos y a menudo un yerno, abuelos y otras personas estrechamente emparentadas). Esta unidad llamada por Fowler “camarilla familiar”, corresponde a la familia elemental de Steward. Cada familia era una unidad económica y de toma de decisiones separada.

Durante el otoño e invierno se reunían en campamentos de distintas unidades familiares en torno a recursos comunes. Estos campamentos no tuvieron un sentido de integración comunal ni un líder de grupo. La razón fue la proximidad al agua y las piñas, y también por la escasez del invierno, de manera que cobraba sentido juntar los recursos y compartir riesgos.

En momentos de abundancia, muchas familias se reunían para un festival bullicioso.

La diversión del bullicio, marcaba un grupo suprafamiliar temporal, que además del ocio, tenía un número importante de relaciones económicas:

La reunión juntaba el trabajo de muchas familias, sin el cual la caza cooperativa habría sido imposible.

Llevaba al uso más eficaz posible de los animales cazados.

Permitía compartir información sobre lugares de alimentos (reducción de costes de búsqueda).

Oportunidad para el comercio de materias primas, y para tejer una red de amistades a través del intercambio.

Momento excelente para encontrar mujer y marido.

El ceremonial ac hoc ejemplifica una característica importante de los caz-rec dispersos. El desarrollo del ceremonial se intensificó cuando los territorios empezaron a definirse y diferenciarse. La ceremonia es una invitación oficial a los vecinos a entrar en el territorio de un grupo sin miedo a un ataque.

Estas reuniones infrecuentes, pero importantes desde el punto de vista económico y social, subrayan tres puntos:

Que el aumento de población depende de recursos localmente densos que con frecuencia son efímeros e impredecibles.

Que el liderazgo resuelve problemas específicos a la hora de organizar las actividades de un grupo, aunque, como el mismo gran grupo, este liderazgo es efímero y especifico del contexto.

Que las actividades festivas están muy ligadas a patrones estacionales e irregulares de disponibilidad de recursos, que animan la formación de los grandes grupos por razones económicas.

Hubo también una ausencia aparente de territorios fuertemente marcados. Los territorios del grupo eran vagos en la mayor parte de los casos. Por el contrario los derechos flexibles y no exclusivos para usar los recursos vegetales y animales parecen haber sido la norma. La guerra no tuvo gran importancia y no estuvo organizada con anterioridad a los tiempos de contacto.

La descripción de Steward de los pragmáticos y flexibles shoshón constituye la base para nuestro modelo de sociedad de nivel familiar en la que el ceremonial, el liderazgo, la guerra y la territorialidad tienen poca importancia. Service, por el contrario argumentó que el nivel familiar de los shoshón era simplemente el remanente etnográfico de una sociedad de “bandas” suprafamiliares, las cuales habían sido llevadas a hábitats marginales por grupos que usaban caballos y pistolas. Sólo la arqueología puede decidir que modelo se adapta mejor a los shoshón prehistóricos, la cual dice que en una zona de recursos dispersos e impredecibles, el patrón se ajusta al pronóstico de localización de Stewuard, y constituían una sociedad de nivel familiar.

El caso shoshón ilustra así dos tipos de organización de caz-rec:

Una población de baja densidad, resultado de recursos dispersos e impredecibles, que se organiza al nivel familiar, con una organización suprafamiliar en gran manera informal y ad hoc.

Una población de mayor densidad, resultado de recursos más ricos y seguros, que se organiza a un nivel superior, como grupo local con un territorio definido.

La base de recursos ricos y predecibles permitió la formación de un grupo suprafamiliar y lo obligó a defender sus recursos contra la usurpación por parte de poblaciones que habitaban en medios menos favorables.

La sociedad maya estaba integrada por diferentes clases sociales: los nobles, los sacerdotes, el pueblo y los esclavos.

Los nobles, ¡os que tenían “padre y madre”, era el grupo destacado de la sociedad cuyos privilegios se transmitían por herencia. Entre ellos se elegía el jefe de cada clan familiar y los jefes locales. Los españoles los llamaron “caciques”.

Los sacerdotes eran los más destacados por gozar de mayor prestigio. Tenían funciones destacadas en el gobierno y en la cultura como presidir ceremonias religiosas, sacrificios, dominio del calendario, conocimientos de los ciclos de la agricultura. Eran historiadores, astrónomos, matemáticos.

El nombre genérico de sacerdote era akkin. Los adivinos o chilanes eran particularmente estimados por el pueblo, en cambio el nacom o sacrificador estaba mal conceptuado. El pueblo conformaba la mayor parte de la sociedad. Suministraban la mano de obra para los trabajos agrícolas, tejeduría, pesca, caza y edificaciones. Fueron uno de los pueblos más laboriosos de América precolombina.

Los esclavos formaban la última clase social. Eran prisioneros de guerra o delincuentes Se compraban o vendían como mercancía. El infractor de la ley podía obtener su libertad cuando pagaba por su delito. La familia maya era monogámica, o sea, no podían tener más de un esposo o esposa a la vez.

Organización política:

Los mayas comprendían políticamente un número de ciudades-estados, gobernada por una ciudad, a la manera de las antigua Grecia (polis ateniense o espartana). Cada estado estaba gobernado por un halach uinic ,“verdadero hombre” cuyo cargo hereditario. Sus funciones eran dirigir la política interior y exterior, percibir impuestos y cumplir con funciones militares y ¡osas. Era asesorado por jefes locales, regionales, sacerdotes y consejeros especiales. El batab era un jefe local encargado de asegurar la marcha correcta de su villa, dirigir a sus soldados y encargarse de los asuntos locales. No percibía impuestos, a pesar de representar al halach uinic. Las funciones menores eran los tupiles, encargados de hacer respetar la ley. El jefe militar era el nacom, elegido por un periodo de tres años.

Organización Económica:

La base de la economía maya era la agricultura. El trabajo de la tierra se efectuaba con el sistema de roza, que consistía en quemar sectores de campo o bosques, y sin abono alguno, sembraban en agujeros abiertos con un palo puntiagudo. Periódicamente quitaban las malezas, hasta la pérdida de la fertilidad del suelo, por lo que abandonaban el lugar y buscaban otro. Esto incidió en que las ciudades estuvieran muy dispersas. Debido a la necesidad de agua, se ubicaron cerca de lagos o ríos o construyeron “cenotes”, depósitos de aguas subterráneas de considerable profundidad. Cultivaban principalmente el maíz, así como tabaco, zapallo, algodón, tomate, cacao, tubérculos, mandioca, copal....

Religión Eran politeístas. Sus principales dioses se vinculaban con la agricultura y al tiempo, como el dios de la lluvia, el maíz, etcétera. Poseían un ritual complejo: oraciones, ayunos, sacrificios humanos. Concebían al hombre como dependiente de los dioses que dominaban al mundo. El creador del mundo era Hunab y se creía que su hijo ltzamná, señor de los cielos, de la noche y del día, había otorgado a los mayas la escritura, los códices y quizás el calendario. Se lo invocaba en las ceremonias propiciatorias del nuevo año, para evitar desastres.

Como en otras economías de subsistencia simples, la familia con su propia vivienda y hogar forma la unidad económica y social elemental. El individuo o la familia toman todas las decisiones económicas básicas.

La organización del trabajo es, como la tecnología una respuesta simple y directa a los problemas de obtención. La mayor parte de las actividades de subsistencia pueden ser desarrolladas por individuos que trabajen separadamente. Las mujeres son recolectoras, también realizan algo de manufactura, la mayor parte de la preparación de alimentos y se ocupan en exclusivo de los hijos. Los hombres son cazadores, también recolectan un poco y desarrollan una parte considerable de la manufactura, especialmente de las armas que utilizan para cazar.

La recolección se realiza generalmente de manera individual o en pequeños grupos. Estos trabajan en paralelo, sin división del trabajo y sin una ganancia obvia en la eficiencia con respecto a la obtención en solitario.

Al cazar, los hombres también trabajan solos o en pequeños grupos. Puesto que no existen manadas en el Kalahari, las partidas de caza grandes son poco prácticas. Una partida de caza para grandes animales está formada por entre uno y cuatro hombres. Una vez herido mortalmente a un animal, de tres a seis personas lo descuartizan y se llevan la cerne al campamento. Esta actividad precisa de un esfuerzo de trabajo cooperativo, puesto que un solo cazador no puede transportar una gran pieza él mismo y sin ayuda tendría que abandonar carne aprovechable para carroñeros.

Una organización supra familiar es esencial para la supervivencia de la propia familia. Los dos niveles de organización supra familiar son el campamento y la red regional entre campamentos y entre familias. A pesar de que estos niveles son muy flexibles e informales, son esenciales para manejar los problemas del riesgo de la subsistencia.

El campamento es el grupo local básico, un grupo de personas no corporativo, organizado bilateralmente, que vive unido durante al menos una parte del año. Tiene cinco o seis pequeñas cabañas de hierba. Cada una acoge a una familia nuclear, y un campamento está formado por distintas familias de parientes cercanos. Los grupos del campamento que incorporan y pierden miembros, se desplazan a través del medio para situarse cerca de recursos críticos. A veces, especialmente en invierno, se hallan cerca los unos de loas otros. En otros momentos se hallan dispersos y separados a través del vasto y despoblado territorio.

El límite superior del tamaño de un campamento se ve impuesto por disputas internas que lo fragmentan y por los costes de subsistencia más altos asociados a los grupos más grandes. El límite inferior se establece por el deseo de mantener una proporción entre productores y dependientes, de aproximadamente tres s dos, y por los requerimientos de la caza.

El acto de compartir, que es un valor cultural importante y que puede verse con claridad en la distribución de carne procedente de la caza de una gran pieza, une al campamento económicamente. Compartir de manera generosa la carne ataja dos problemas:

Distribuye la comida que posiblemente no habría podido ser aprovechada por una sola familia sin almacenarla.

Comparte el riesgo de cazas impredecibles, de manera que todas las familias obtienen una parte, sin tener en cuenta el éxito individual de un cazador.

El intercambio de carne elimina lo que de otra manera podrían ser momentos de envidia y fricción intensas, cuando la suerte de un cazador se ve confrontada con el fracaso de los otros. La caza crea la necesidad de un grupo de intercambio mayor que la familia nuclear y socializa a través de la reciprocidad generalizada.

A pesar de que el grupo tiene una importancia económica capital para los ¡Kung, su pertenencia no está definida de una manera rígida. Las personas se pueden afiliar a un campamento a través de ascendencia bilateral o matrimonio, de manera que una familia puede unirse a cualquier otra en distintos campamentos. Las normas de matrimonio son muy flexibles y ayudan a crear una red de relaciones familiares entre campamentos. Las visitas que implican una obligación recíproca, son tan comunes que el número de personas en un campamento varía de un día al siguiente. Los individuos forman redes amplias de intercambio, estas permiten a una familia desplazarse de manera relativamente libre a través del espacio, y un ajuste rápido a las oportunidades económicas cambiantes a través del territorio. Son fundamentales para la adaptación a los cambios en la disponibilidad de recursos.

Las redes regionales se crean cuando los campamentos se agrupan alrededor de charcas permanentes durante la estación seca. Este es el momento de realizar ceremonias y actividades entre campamentos. La estación seca es un periodo de actividad social, y el ritmo de vida cambia totalmente cuando la población se reúne. Lee insiste en que esta concentración población ofrece fuertes recompensas sociales además de económicas. Los lazos dentro del campamento y entre campamentos distintos se crean y se refuerzan con actividades como la negociación de matrimonios, socialización y el intercambio.

La concentración y dispersión dialéctica representa una ambivalencia humana muy real y básica hacia la vida en grupo. EL individuo autosuficiente y su familia disfruta de la independencia y habilidad para controlar su propio destino. El grupo ofrece recompensas sociales y asistencia económica en momentos críticos, pero también limitaciones, frustraciones y conflictos personales. El grupo social reducido satisface aquello que Goldschmidt llama “necesidad por el afecto positivo”. La tensión entre familia y grupo persiste, pero es secundaria respecto a las manifiestas ventajas económicas y sociales del grupo. Este finalmente se fragmenta cuando los recursos se hallan ampliamente distribuidos y son predecibles y solamente se reúne de nuevo cuando los recursos se encuentran localizados y son inciertos.

La movilidad regional requiere reducir el énfasis en la territorialidad.

El territorio de alcance propio es el área que usa de manera más frecuente, no delimitado, ni exclusivo y que no se define de manera activa. No se basa en fronteras reconocidas, sino que se centra en un recurso clave, la charca.

Reconocen regiones (n!ore) de entre doscientos cincuenta y quinientos kilómetros cuadrados, que se asocian con un grupo nuclear con una larga residencia en el área.

El acceso dentro de una región no parece restringido a los miembros del campamento asociado y sus visitantes. Un campamento distinto debe pedir permiso al grupo nuclear para usar los recursos regionales, especialmente el agua. Este derecho aunque puede ser rechazado, si es concedido, impone una obligación recíproca.

La falta de territorialidad es algo inevitable en un medio inestable, en el que la población debe distribuirse continuamente según los requerimientos de los recursos variables.

No defienden el territorio per se, sino que el acceso a los recursos está controlado por esos acuerdos recíprocos que excluyen a los extraños sin conexiones sociales.

En resumen, el campamento tiene una composición fluida y no una naturaleza corporativa clara. Aunque el intercambio omnipresente de carne entre miembros del campamento puede dar a éste la apariencia de un grupo claramente definido, en muchos otros aspectos no es más que una reunión oportunista de familias independientes.

Como insinúa esta valoración, no tiene un liderazgo establecido, este es mínimo e informal. Son sociedades igualitarias (actividades grupales, planes conjuntos, decisiones sin foco de autoridad o influencia).

Pero la edad y las capacidades especiales confieren respeto, y la opinión de una persona respetada influye a la hora de tomar una decisión. Este “liderazgo” es en gran medida específico de un contexto, como una partida de caza en concreto, y que no se extiende de manera general a los asuntos del campamento. La mayoría de las decisiones tomadas por el grupo se toman por consenso, son en gran medida informales y se alcanzan a través de una larga discusión que concierne a todos.

Los ¡Kung viven ahora en un mundo transformado por la invasión y la incorporación de sociedades y economías externas (ganaderos herero, que dan acceso al empleo y bienes externos, y que también cambian el medio externo). Se han sedentarizado. Lamentablemente algunas de sus habilidades, como seguir un rastro los ha hecho valiosos párale ejército, y su fama como resultado de la película de éxito “Los dioses deben estar locos” los convirtió en otra atracción turística.

Para ser culturas sin lazos históricos y en extremos opuestos de la tierra, los shoshón y los ¡Kong son notablemente similares. Regiones marginales para la agricultura y ganadería, y como resultado la caza y recolección continuaron siendo el modo de subsistencia básico hasta el pasado reciente. En ambos casos la población es escasa y está muy dispersa, y ambas economías de subsistencia, esencialmente pragmáticas, seleccionan entre posibles recursos alimentarios.

Sin embargo existen diferencias que reflejan contrastes específicos en sus medios naturales.. Por ejemplo el almacenaje en los shoshón, acuerdos recíprocos en campamentos en los ¡kong. Los unos son una sociedad dicotomizada, desmembrada en familias que recolectan los recursos vegetales y que se concentran fugazmente para cazar en grupo. Los otros representan una posición intermedia más estable.

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