INTEGRANDO LA HISTORIA

Lo cierto es que dando un recuento de todos los autores que coinciden en que la historia va cambiando según los intereses de aquellos que tienen el nuevo poder y hasta han mandado a quemar los archivos para no dejar huella de ello y reescribir la historia a partir de distintos intereses entablados en el nuevo sistema. Pero para esto están los historiadores. Para dudar, para buscar la verdad y transmitirla a base de resultados de un hecho histórico. El hecho de crear la historia significa cierto poder, una fuerza que no por ser pequeña deja de tener efecto en la historia, tiene que ver directamente con los textos sagrados del sistema. El historiador para mí se puede definir como una fuerza que va en contra de las leyes naturales y nos muestra situaciones actuales. Insiste en que todo es explicable como un hecho de artificio y que por lo tanto resulta ser transformable y combatible. Los historiadores tienen el privilegio de decidir en qué actualidad viven. En pocas palabras la función del historiador no es ni amar el pasado ni emanciparse de él, sino dominarlo y comprenderlo para asentar el presente. Algo muy importante sería que todos tomáramos responsabilidad y dejáramos escrito los hechos que nos ha tocado vivir; tomar de guía a las personas longevas que con su vasta experiencia y que aun gozan de buena memoria como las personas correctas para escribir la historia, aunque lo cierto es que nadie ha vivido tanto como para saber la verdad de lo sucedido. Cuando leemos la obra de algún historiador o como mal llamamos líderes de opinión y su forma de desarrollar la parte de la historia imprimirá en ella su obra parte de su criterio y personalidad del evento que literariamente desarrolló; ejemplos claros como Francisco Martín Moreno y su obra más conocida: “Arrebatos carnales” y las conferencias de Paco Ignacio Taibo II. En tanto ¿quién determina su credibilidad? Abierto esto ¿Qué es la historia? La puedo leer, interpretar mediante muchas fuentes de información primarias, pero no se puede saber quien se apega más aún apoyándose en las distintas ciencias que apoyan a la historia. Solo me queda como opción apoyar a aquella historia que ha sido comprobada y apoyada de manera científica con un resultado objetivo e imparcial a lo cual se le suma una mayor credibilidad pues no involucra sentimientos.

Con todo lo anterior escrito abro mi mente, amplío mi criterio y por lo tanto cuestiono toda información que llega a mis manos, leo la información y cuestiono cada hecho y evento que va marcando la historia. Conforme vaya avanzando el tiempo este criterio irá adquiriendo mayor experiencia, pero esto no me detendrá en seguir cuestionando a diferencia de los siguientes personajes. Logógrafos a los historiadores y cronistas griegos anteriores a Heródoto el cual fue el padre de la historia lo puedo su legado en una sola frase: la línea que separa lo justo de lo injusto puede no ser justa y no legal, a lo cual puedo volver a definir un logógrafo de la siguiente forma. La crítica que realizan los logógrafos sobre las fuentes de su información es prácticamente nula, limitándose a racionalizar las leyendas en torno a la fundación de las ciudades, realizar las genealogías de las familias gobernantes y mostrar las tradiciones y costumbres de los pueblos. Personalmente me gustaría en algún momento de la vida aplicar como logógrafo actual, de los cuales puedo ser testigo y no limitarme a solo ser oyente de las historias que me han transmitido, poder llegar a transmitir la historia mediante un método que no involucre mi opinión sino tener una forma de describirla de la forma más objetiva posible. Este sensación ambigua al cuestionar pero también dar crédito a aquellos logógrafos e historiadores que nos han ayudado a que adquiramos conocimientos y con ello criterio y aprendizaje.

Cadmo de Mileto es contemporáneo del anterior. Al parecer escribió sobre la fundación de su ciudad y de la región de Jonia. Unos lo consideran el primer logógrafo, aunque otros dudan de su existencia. Ferecides de Leros vivió la mayor parte de su vida en Atenas (entre el 450 y el 400 aC aproximadamente). Una historia de su isla natal y un ensayo sobre Ifigenia se han perdido, pero conservamos numerosos fragmentos de un libro de genealogías de dioses y héroes. Modificó las leyendas para ajustarlas al gusto popular del ese momento. Damastes de Sigeo, discípulo del anterior, es autor de genealogías de los héroes de la Guerra de Troya, de una lista etnográfica y estadística de tratados cortos sobre materia poética, sofística y geográfica. A mi parecer la existencia de este personaje debe ser investigado por los historiadores y que mejor que con la historiología e historiografía además de las ciencias que ayudan a la historia a encontrar los resultados favorables y en algunas ocasiones podrán llegar a resolver de la manera más objetiva posible. A lo cual debo decir que se debe tomar un tiempo pues ya que sabemos que el apresuramiento es padre del fracaso.

Debido a la importante aportación de la escuela francesa de los Annales a la historiografía actual, como pudimos ver en clase, quiero añadir los principales rasgos de dicha corriente, siendo los siguientes: Creencia en el carácter científico de la Historia, advirtiendo que se trata de una ciencia en construcción .Afirmando la necesidad de plantear hipótesis y transformar la historia-narración en historia, problema de investigación. El

Permanente debate crítico con las ciencias sociales, de las cuales la Historia extrae conceptos, métodos, además de problemáticas y técnicas, incluyendo la cuantificación sistemática.. Ambiciona una síntesis histórica global de lo social, rechazando las corrientes tradicionales historicismo alemán que se preocupan por la historia de los elementos aislados. Abandono de la Historia centrada en hechos aislados para adoptar una apertura donde ocupen un lugar primordial los aspectos

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