Ideario Bolivariano.
joseangel190825 de Febrero de 2013
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La construcción de un sujeto latinoamericano
Arturo Andrés Roig, su aporte valórico-pedagógico
Sergio Romero González*
Entre los 60 y 70 se levantó con fuerza en Latinoamérica la idea de un pensar filosófico identitario. Tal movimiento estaba en coincidencia con el alza de la actividad política revolucionaria que en todo el sur efervescía. Esta filosofía se declaraba no complaciente, crítica, compartiendo y acompañando el ascenso de las luchas populares. En gran medida asumía el carácter de una “filosofía de la liberación” que entre su programa reclamaba la construcción de una sola patria latinoamericana, considerándose en términos generales “herramienta constante en la búsqueda de definiciones de nuestras realidades nacionales y sociales ” y en términos específicos, una filosofía que “tiene como punto de partida la afirmación de un sujeto plural, concreto, histórico, que parte del auto y héteroreconocimiento de la dignidad humana como principio y que intenta conocerse así mismo en sus modos de objetivación y, por tanto, de autenticidad y de alienación” .
Treinta y tantos años después, los medios, con otro sesgo y en un contexto inimaginable para la pretérita época señalada, traen noticias contradictorias al respecto. La llamada globalización nos obliga a mirar movimientos de inmigrantes y borroneas de fronteras, las que disuelven su concretud para dar paso a metaespacios, redes que conviven con grandes y reales bolsones de atraso y miseria. Pero también bajo esta impresión, la de vivir una época radicalmente no homogénea, es que de
una manera mas confusa, con una fe mas económica y menos utópica se remueve el fantasma de la integración. Alrededor de ese contexto es que pretendemos mostrar el aporte de la filosofía de Arturo Andrés Roig, en la cual vemos coimplicados la idea de construcción de una subjetividad propia con el compromiso por lograrlo: la continuidad crítica del proyecto moderno con la participación de una filosofía, que fuera de toda inocencia, opta por un compromiso que la trasciende en cuanto mero quehacer intelectual. En esta relación es que nosotros nos hemos planteado resaltar lo que llamamos implicancias valórico-pedagógicas en términos de una conceptualización que cree poseer aún un espacio legítimo y valedero.
Dignidad humana y repliegue
La filosofía de Roig guarda una fuerza eminentemente testimonial, encontrando sus referentes en algunos exponentes latinoamericanistas tales como Martí, Bolívar y otros. Héroes que desde el pasado nos hablan de un sueño futuro. Tal presencia, junto a la de miles de anónimos seres humanos del continente, han configurado con su vivir una “moral de la emergencia”, cuya idea reguladora y necesidad primera es la “dignidad humana”, fundada ésta en cuatro principios cuyos referentes se hayan en la filosofía y la literatura de occidente: “ 1. Principio de perseverancia en el ser o principio conativo (a-priori ontológico): Spinoza; 2. Principio de auto y heteroreconocimiento (a-priori antropológico): Hegel; 3. Principio de la naturaleza intrínseca del valor del ser humano (a-priori ético-axiológico): Kant-Marx; 4. Principio
del "duro trabajo" de la subjetividad o de la emergencia de los oprimidos (a-priori ético-político): Antígona (Sofocles), Calibán (Shakespeare).”. La “moral de la emergencia” constituye un fondo de referencia antropológica particular y colectiva ejemplar en tanto construcción de un tipo de sujeto. Es posible por lo tanto a partir de lo anterior, diseñar una idea de ser humano. Tal posibilidad ha estado presente en forma no sistemática pero siempre incluida en el transcurso de las luchas de liberación latinoamericanas. No obstante, frente a la derrota que estas luchas han sufrido a nivel continental, llevado además por el talante posmoderno relativo a la caída de los metarelatos, su fondo valórico se difumina, pasado a llevar por la promoción y la práctica de nuevas actitudes que tienden a impregnar el diario vivir: racionalidades utilitaristas, competitividad, búsqueda del éxito individual y otras. Una nueva lectura, de talante nihilista, junto a una nueva situación social y política: el neoliberalismo, desestabilizan las condiciones que permitían pensar y actuar desde los anteriores supuestos.
Estamos pues, frente a una situación de inflexión que desde la perspectiva del pensamiento nos preocupa. Una situación contraria respecto de lo que había sido tradicional en una circunstancia articulada por nexos colectivos de solidaridad. El frenético tener por sobre el ser, el lucrar a como de lugar, el consumir como actividad compulsiva, la diversión fácil, el entretenimiento espectacular y el talante superficial. En el plano político y social,
la ausencia de interés por la vida democrática, la prescindencia de los ciudadanos, considerados solo en su rol de electores, más otras situaciones similares, indican una caída en la calidad y la dignidad de la vida cotidiano-ciudadana.
Es en las condiciones anteriormente señaladas que se nos hace necesario recoger referentes teórico- prácticos como el de la filosofía citada, para reimaginar o retomar posibilidades de un pensar y actuar alternativo. La filosofía de Roig, sedimentada en una tradición histórico popular por ahora en repliegue, parece significativa para constituir un aporte de carácter valórico pedagógico. Se trata de extraer desde sus páginas implicancias para contribuir al diseño práctico de la figura de un sujeto que no solo persevere en el ser y en su autovaloración, sino que además y esta -sería la nota verdaderamente humana- se constituya en el reconocerse a sí y a los otros
Testimonio y Construcción de la subjetividad
En la obra de Roig Ética del poder y moralidad de la protesta: La moral latinoamericana de la emergencia, su segunda parte lleva el nombre de “Testimonios”. Pondremos ahí nuestra mirada para extraer algunos lineamientos que nos conduzcan a lo que hemos llamado “implicancias valórico pedagógicas”.
Hiparquia, el desmontaje del estereotipo.
El contexto en el cual nos establecemos para lo anterior, es una realidad que presenta muchos rostros, principalmente el de la marginación y sujeción social y política. Roig interviene con motivo del día universal de la mujer denunciando “las formas diversas de disminución
de la persona femenina, de separación y por cierto de explotación”. Arturo Andrés Roig no sólo denuncia. Además plantea “la necesidad de desmontar estereotipos” confrontando “una literatura de siglos”.
Nuestro autor confronta la imagen de la marginación femenina con una figura de la antigüedad clásica: Hiparquia, quien por sobre los prejuicios sociales de la época, se integró a la escuela filosófica de los cínicos, vistiendo el sucio mantón que acostumbraban a usar en la secta, por encima de las convenciones y revirtiendo la situación que hacía inconcebible la participación femenina en escuela de ciencia alguna. Su tiempo – que debería haber entregado al telar – se convierte en voluntad rupturista en la medida que lo desplaza a un ámbito particularmente masculino. Según el relato de Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de varones ilustres, un filósofo -voz del discurso excluyente- reprueba a Hiparquia el no dedicarse a labores propias de mujer. La respuesta de Hiparquia denota una afirmación de sí misma y desemboca en contrapregunta cuestionando el sentido prioritario del uso del tiempo dado por la sociedad de su época.
Lo dicho por Hiparquia - pequeño manifiesto contra la marginación privada hogareña - cumple aquí el objetivo de afirmar el poder de preferir como dignidad personal. La misma lógica del discurso dominador, se pone en evidencia en cuanto a su debilidad. Junto a esto, el tiempo, aquello que se nos va, se torna categorialmente ético, en esta opción“vale la pena perderlo”.
ha decidido otro camino. No es una cuestión fácil; más bien se trata de una provocación en contra del pensamiento dominante de su época. Así también la circunstancia de esta figura femenina alcanza carácter universal, pues siendo central en la intención de Roig, representa no solo los millones de mujeres que sufren marginación, sino también a los millones de hombres que se consumen en la pérdida alienada de sus propias vidas. Así la figura femenina de la solitaria Hiparquia trasciende a la humanidad.
“Ser el que se es” con, entre y por los demás.
Desde nuestro continente, nos habla el general José de San Martín. Roig resalta de él una máxima: “serás lo que hay que ser si no, eres nada”.
El dicho de San Martín, se asimila al “conócete a ti mismo” de Sócrates o al “deviene el que eres” de Píndaro. Sin embargo, sin alejarse de la tradición occidental ni negar su influencia, en lo dicho por el General San Martín hay un tinte propio de su época. También podemos recordar a Kant y su imperativo categórico. Sin embargo, ¿qué ve Roig en las palabras citadas? ¿Qué hay “detrás”?. Indica Roig: “Nada menos que la dignidad humana”. Pero no se trata acá de la afirmación individualista que sólo se considera a sí misma. Dignidad humana es la de todos.
El imperativo comentado junto con su aspecto moral según Roig, también señala un carácter cultural. Sobre esto afirma: “sabemos que la cultura en general, puede ser definida como un acto permanente y hasta necesario de nosotros mismos”. Para llegar a ser lo que hay que ser, la humanidad debe salir de
si construyéndose por sí misma. Es en esta orientación
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